Carla Fracci (1936-2021). La leyenda del ballet italiano que conquistó los escenarios del mundo

Carla Fracci, nacida en Milán el 20 de agosto de 1936 y fallecida en la misma ciudad el 27 de mayo de 2021, es una figura icónica en la historia del ballet del siglo XX. Su impacto trascendió fronteras y generaciones, elevando el arte del ballet a nuevas alturas con una gracia, técnica y sensibilidad inigualables. Fracci no solo deslumbró como bailarina, sino que también dejó un legado duradero como directora artística, actriz y figura cultural. Su trayectoria constituye una historia de pasión, entrega y excelencia artística.
Orígenes y contexto histórico
Milán, ciudad natal de Carla Fracci, fue desde siempre un centro neurálgico del arte y la cultura italiana. Criada en este entorno fértil para las artes, Fracci ingresó a la prestigiosa Escuela del Teatro de la Scala, donde fue formada por renombrados maestros como Eddo Martignoli, Esmée Bulnes y Daria Collin. Este período de formación fue crucial para cimentar las bases de una carrera que pronto despuntaría con fuerza.
En 1955, el mismo año de su graduación, Carla se unió al Ballet de La Scala. En solo tres años fue promovida a prima ballerina, un reconocimiento reservado a las máximas figuras del ballet. Este ascenso meteórico es testimonio de su talento extraordinario y de su firme compromiso con el arte escénico.
Logros y contribuciones
La carrera de Carla Fracci estuvo marcada por su participación en producciones innovadoras y por sus colaboraciones con algunos de los nombres más importantes del ballet mundial. Su gran despegue internacional se produjo en 1957 cuando fue invitada al Festival de Ballet de Nervi para interpretar el célebre Pas de Quatre, coreografiado por Jules Perrot. Compartió escena con leyendas como Alicia Markova, Yvette Chauviré y Margrethe Schanne, consolidando su estatus como estrella internacional.
Con el Ballet de La Scala, estrenó roles principales en obras que dejaron huella en la historia del ballet contemporáneo, destacando especialmente en las siguientes producciones:
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Don Giovanni (1959) y Fantasmi al Grand Hotel (1960) de Léonide Massine
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La Songe d’une Nuit d’Été (1963) de Milorad Miskovitch
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La Pazzia di Ofelia (1967) de Attilio Labis
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Cristóforo Colombo (1992) de Alberto Méndez
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Chéri (1996) de Roland Petit
Su versatilidad la llevó a colaborar con compañías de ballet de todo el mundo. En 1968, bailó Coppélia de Alfred Rodrigues para el American Ballet Theatre. En 1973, interpretó el paso a dos de La Sílfide dentro del ballet Celebration de Jerome Robbins, junto a Paolo Bortoluzzi en el Festival dei Due Mondi de Spoleto. En 1975 protagonizó Medea de John Butler, compartiendo escena con Mikhail Baryshnikov.
En su faceta televisiva, Fracci protagonizó documentales y películas que contribuyeron a popularizar el ballet entre el gran público. En 1969 protagonizó Giselle junto a Erik Bruhn para la televisión americana. En 1980 interpretó a Tamara Karsavina en Nijinsky de Herbert Ross. Su documental Una Hora con Carla Fracci (1973) fue galardonado con la Rosa de Oro en el Festival de Montreux.
Momentos clave
A lo largo de su extensa carrera, Carla Fracci vivió múltiples momentos culminantes que definieron su legado:
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1955: Ingreso al Ballet de La Scala tras su graduación.
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1957: Interpretación del Pas de Quatre en el Festival de Nervi.
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1958: Ascenso a prima ballerina.
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1964: Matrimonio con Beppe Menegatti, quien produjo numerosos ballets para ella.
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1975: Interpretación de Medea junto a Baryshnikov.
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1987-88: Invitación del Ballet del Teatro Lírico Nacional de España.
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1996: Nombramiento como directora artística del Ballet de la Arena de Verona.
Estos hitos consolidaron su reputación como una de las máximas exponentes del ballet clásico y contemporáneo.
Relevancia actual
El legado de Carla Fracci sigue vigente tanto en la memoria colectiva como en las instituciones que continúan promoviendo la danza clásica. Su estilo elegante, cargado de expresividad y sensibilidad, ha servido como modelo para generaciones de bailarinas y coreógrafos.
Además de su carrera sobre el escenario, Fracci fue una defensora de la cultura y el arte en Italia. Su rol como directora artística del Ballet de la Arena de Verona le permitió influir directamente en la formación de nuevos talentos y en la programación de obras innovadoras y clásicas.
Su impacto fue reconocido con múltiples galardones, entre ellos:
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Leopardo d’oro (1959)
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Premio Anna Pavlova de París (1962)
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Premio Dance Magazine (1968)
Carla Fracci no solo fue una intérprete brillante, sino también una promotora incansable de la danza como expresión artística esencial. En un mundo donde el arte a menudo lucha por mantenerse relevante, Fracci supo demostrar que la belleza, la disciplina y la pasión son eternas.
Su nombre está escrito con letras de oro en la historia del ballet mundial, y su influencia sigue viva en cada escenario donde el arte del movimiento se celebra con respeto y admiración.
MCN Biografías, 2025. "Carla Fracci (1936-2021). La leyenda del ballet italiano que conquistó los escenarios del mundo". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/fracci-carla [consulta: 28 de septiembre de 2025].