Viera y Clavijo, José (1731-1813).


Escritor, científico e historiador español nacido en Realejo Alto (Tenerife) en 1731 y muerto en Las Palmas en 1813.

Después de recibir una educación católica tradicional, Viera participó en la tertulia científica del marqués de Villanueva del Prado, Tomás de Nava Grimón, en La Laguna. Influido profundamente por las obras de Benito Jerónimo Feijóo y por el abate Jean-Antoine Nollet, sus Leçons de Physique Experimentale estimularon su interés por la química.

En 1770, Viera fue a Madrid para actuar como tutor en la casa del marqués de Santa Cruz. Bajo la égida de su protector realizó dos viajes al extranjero que hicieron progresar su formación científica. El primero de ellos (1777-1778), hecho en compañía de Antonio José de Cavanilles, significó la introducción de Viera a la experimentación francesa sobre el oxígeno, inmediataliente después del descubrimiento de Joseph Priestley. En París tomó parte en un pequeño curso sobre el aire fijo con el discípulo sucesor de Nollet, Josep Aignan Sigaud de Lafond, quien había venido realizando experiencias sobre el oxígeno con Pierre Joseph Macquer. Simultáneamente, estudió con Balthazar-Georges Sage, químico que siguió creyendo en el flogisto mucho después de que su existencia fuera descartada, pero que por aquella época estaba implicado en experiencias para la preparación del oxígeno; y con Jacques Christophe Valmont de Bomare, a cuyo curso de Historia Natural en el Jardin des Plantes asistió Viera.

De nuevo en Madrid, compuso un poema didáctico sobre el aire fijo, básicamente un resumen versificado del curso de Lafond, y repitió los experimentos de Sage para su protector y otros naturalistas, entre los que se encontraba Pedro Gutiérrez Bueno, a quien Viera llamó «mi primer discípulo de aires fijos y gases«.

Durante su segundo viaje (1780-1781), Viera conoció en Viena a Johann Ingenhousz, el descubridor de la fotosíntesis. Viera estaba interesado en los procedimientos de Ingenhousz para medir la cantidad de oxígeno consumida y desprendida por las plantas en el proceso de respiración y asistió a algunas demostraciones realizadas en casa de Ingenhousz, en compañía de Fausto d’Elhuyar, en marzo y abril de 1781. A su vuelta a España, intercaló un nuevo canto sobre los gases de las plantas en Los ayres fixos.

A finales de 1784, Viera volvió a Canarias, donde dedicó parte del resto de su vida a la descripción de la flora y la fauna de las islas. A través de su relación con Cavanilles, se mantuvo perfectamente informado de los principios linneanos, que recomendó en su compendio agrícola de 1807 acerca del sistema de Joseph de Tournefort. No sólo las secciones botánicas de su Diccionario mantienen su valor, sino también las descripciones zoológicas, particularmente las de peces. Viera continuó también trabajando como químico práctico, para lo que realizó análisis cualitativos de aguas minerales en diversas localidades de Gran Canaria.

Bibliografía

Fuentes

Los ayres firos, Madrid, Blas Román, 1780.Librito de la doctrina rural, Las Palmas, Real Sociedad Económica, 1807.Diccionario de historia natural de las Islas Canarias, 2 vols., Las Palmas, La Verdad, 1866-1869.

Estudios

BENÍTEZ PADILLA, S. «La obra científica de Viera y Clavijo», en Noticias de la historia general de las Islas Canarias, por José de Viera y Clavijo, dir. por Elías Serra Rafols, vol. III, Santa Cruz de Tenerife, Goya, 1952, pp. 543-581.

Thomas F. Glick