Enrique Enríquez (ca. 1406–1481): Conde de Alba de Liste y Figura Central en la Castilla del Siglo XV

Enrique Enríquez (ca. 1406–1481): Conde de Alba de Liste y Figura Central en la Castilla del Siglo XV

Orígenes y Ascendencia Familiar

Enrique Enríquez, nacido alrededor del año 1406 en Medina de Rioseco (Valladolid), fue un destacado aristócrata y militar castellano, conocido por su longevidad y por haber vivido los tres reinados más significativos de su tiempo: el de Juan II (1405-1454), el de Enrique IV (1454-1474) y el de Isabel la Católica (1474-1504). Hijo de Alonso Enríquez, XXV almirante de Castilla, y de Juana de Mendoza, perteneció a una de las familias más influyentes de la nobleza castellana. Su padre, Alonso Enríquez, había sido el primer miembro de la familia en alcanzar la dignidad de almirante de Castilla, un cargo de gran prestigio que Enrique heredó de manera indirecta.

A lo largo de su vida, Enrique Enríquez se destacó como uno de los pilares de la familia Enríquez, que tuvo un papel fundamental en la política del reino. Junto a su hermano Fadrique Enríquez, quien le sucedió en el cargo de almirante, y a su sobrino Alonso Enríquez, Enrique consolidó una sólida presencia en el Consejo Real de Castilla y fue una figura relevante en los conflictos entre los bandos nobiliarios castellanos.

Primeros Años y Matrimonio con María de Figueroa

En 1432, Enrique Enríquez contrajo matrimonio con María de Figueroa y Guzmán, hija del conde de Niebla, Enrique de Guzmán, uno de los más poderosos nobles de la nobleza andaluza. Este matrimonio no solo consolidó su influencia, sino que también unió dos de las casas más relevantes del momento. La alianza fue respaldada por una dispensa papal, ya que ambos cónyuges eran primos en segundo grado. A través de este enlace, Enrique Enríquez adquirió un significativo patrimonio, que incluyó la villa de Bolaños y la alcaidía de Zamora, así como otros bienes menores en Madrid.

Este matrimonio reforzó aún más su poder e influencia, permitiéndole consolidar su posición dentro de la nobleza castellana. Sin embargo, la participación activa en las luchas internas del reino, sobre todo las disputas entre los poderosos grupos nobiliarios, marcaría la carrera de Enrique Enríquez.

Enfrentamiento con Álvaro de Luna y Participación en las Luchas Políticas de Castilla

Uno de los momentos más destacados de la vida de Enrique Enríquez fue su conflicto con Álvaro de Luna, el valido del rey Juan II. A lo largo de la década de 1430, Enrique Enríquez se alineó con los infantes de Aragón en oposición a la creciente influencia de Álvaro de Luna, quien monopolizaba el poder en la corte de Juan II. A pesar de la enemistad entre ambos, Enríquez prefirió abstenerse de involucrarse directamente en la batalla de Olmedo (1445), ya que consideraba que la lucha contra el propio monarca sería excesiva, pero continuó siendo una figura importante en los movimientos aristocráticos que se oponían a Luna.

En 1452, Enrique Enríquez participó activamente en la revuelta contra el valido de Juan II. Intentó apoderarse de Tordesillas, pero tras un fallido asedio, fue hecho prisionero por las fuerzas de Álvaro de Luna y confinado en el castillo de Langa durante un año. La caída de Luna en 1453, tras la muerte de Juan II, permitió la liberación de Enríquez, quien se benefició de la caída del antiguo favorito del rey.

La Ascensión al Condado de Alba de Liste y la Participación en el Reinado de Enrique IV

Con el ascenso de Enrique IV al trono en 1454, Enrique Enríquez fue recompensado por su apoyo a la corona y se le concedió el título de Conde de Alba de Liste, un título que marcaría el comienzo de su consolidación como una figura central en la corte. A lo largo de los primeros años del reinado de Enrique IV, Enríquez se unió a las campañas contra los musulmanes, pero su apoyo al monarca no duró mucho.

En 1461, Enríquez se alineó con la oposición al rey Enrique IV. Durante este período, participó en conspiraciones que buscaban derrocar a Enrique IV y reemplazarlo con el infante Alfonso. Esta rebelión alcanzó su punto culminante en la Farsa de Ávila (1465), cuando se proclamó a Alfonso el Inocente como rey de Castilla, en un acto de desafío directo a la autoridad de Enrique IV. Sin embargo, la muerte de Alfonso en 1468 alteró el curso de la historia, y Enrique Enríquez se alineó con la causa de Isabel la Católica.

Apoyo a Isabel la Católica y el Conflicto con Portugal

Tras la muerte de Alfonso el Inocente en 1468, Enrique Enríquez se unió a las filas de Isabel de Castilla, quien, en ese momento, era una de las principales aspirantes al trono. El apoyo de Enríquez a Isabel resultó crucial, y en 1475 fue nombrado gobernador de Galicia como recompensa. Este título reflejó el papel central que jugó en los eventos militares que marcaron la lucha por la corona entre Isabel y Juana la Beltraneja, la hija de Enrique IV, que también aspiraba al trono.

Durante las luchas contra Portugal, Enríquez participó en el asedio de Zamora en 1475-1476. En marzo de 1476, en una escaramuza contra las fuerzas portuguesas, Enríquez fue capturado. El cronista Alonso de Palencia lo describe como un hombre valiente, incluso a sus 70 años, que, tras perseguir a las tropas enemigas, fue hecho prisionero debido a un error en la oscuridad de la noche. Su captura fue un golpe significativo para la nobleza castellana, que lamentó profundamente la pérdida de un hombre tan experimentado.

Sin embargo, a pesar de estar prisionero, Enríquez mantuvo una conducta ejemplar, incluso aceptando llevar un mensaje de Alfonso V de Portugal a Fernando el Católico, bajo la condición de regresar a su prisión después de entregar el mensaje. Este acto de caballerosidad fue recompensado poco después, cuando Alfonso V de Portugal lo liberó, impresionado por su honorabilidad.

Retiro y Muerte

Tras su liberación, parece que Enrique Enríquez reconsideró su participación en los conflictos militares, probablemente debido a su avanzada edad. A partir de 1478, su nombre desapareció de las crónicas militares, y se cree que pasó el resto de sus días en su palacio de Alba de Liste, donde falleció en 1481. Su legado fue recordado por su valentía, sabiduría y la admiración que inspiró entre sus contemporáneos. El escritor Hernando del Pulgar lo describió como un hombre de gran prudencia y valentía, capaz de enfrentar situaciones peligrosas con una mente libre de miedo.

La Relación con Isabel la Católica y su Rol en la Política Castellana

Con el paso de los años, Enrique Enríquez consolidó su papel como uno de los nobles más influyentes de Castilla, especialmente durante los momentos de tensión política que se vivieron bajo el reinado de Enrique IV y la posterior ascensión de Isabel la Católica. Si bien, al principio, Enrique Enríquez se mostró fiel a Enrique IV, su desilusión con el monarca lo llevó a alinearse con los opositores, como se vio en su participación en las conspiraciones de 1461 y 1464. El giro hacia el apoyo a Isabel en 1468 fue un paso importante no solo en su carrera, sino en la política de la época. Isabel representaba la esperanza de una nueva dinastía y, al mismo tiempo, el fin de las disputas nobiliarias que caracterizaron los reinados de los primeros Habsburgo en Castilla.

El nombramiento de Enríquez como gobernador de Galicia en 1475 refleja la importancia que había alcanzado dentro del círculo de Isabel. Este puesto no solo le permitió consolidar su poder en una región clave de Castilla, sino que también lo involucró en la defensa activa del reino frente a los ataques tanto de Portugal como de los seguidores de Juana la Beltraneja. En la Guerra de Sucesión Castellana, Enríquez desempeñó un papel fundamental en la resistencia contra las fuerzas portuguesas, particularmente en el sitio de Zamora, un episodio que sería recordado por su valentía.

La Captura y El Comportamiento Caballeresco de Enrique Enríquez

El episodio de la captura de Enrique Enríquez en 1476 fue uno de los momentos más llamativos de su carrera. A pesar de tener más de 70 años, su valentía no disminuyó, y su deseo de mantenerse en la lucha lo llevó a perseguir a las fuerzas portuguesas en un intento de mantener a raya al enemigo. Sin embargo, la oscuridad de la noche y un error de cálculo lo llevaron a caer en manos de los soldados portugueses. La noticia de su captura fue un golpe devastador para la corte de Isabel y para la nobleza castellana, ya que Enríquez era considerado uno de los pilares de la resistencia ante la amenaza externa.

Lo que distingue a Enrique Enríquez en este episodio, además de su valentía, es su comportamiento ejemplar en cautiverio. En lugar de rendirse o perder la compostura, el conde cumplió con su palabra al aceptar una misión de Alfonso V de Portugal para llevar un mensaje a Fernando el Católico. Esta acción no solo fue una muestra de honor y caballerosidad, sino también una estrategia que resultó en su liberación poco después. El monarca portugués, impresionado por la conducta del anciano conde, decidió liberarlo, lo que le permitió regresar a su tierra con la cabeza en alto.

Este acto de lealtad y honor resultó ser un símbolo del comportamiento caballeresco que definió a Enrique Enríquez, quien a lo largo de su vida mostró una dedicación inquebrantable a su familia, a su rey y, sobre todo, a los principios que regían la nobleza de la época.

La Guerra de Sucesión Castellana y el Apoyo a Isabel la Católica

La Guerra de Sucesión Castellana fue uno de los episodios más complejos y dramáticos de la historia de Castilla, con Isabel y Juana la Beltraneja disputándose el trono tras la muerte de Enrique IV. En este conflicto, Enrique Enríquez se mantuvo firme en su apoyo a Isabel, lo que fue clave para la consolidación del poder de la futura reina. La participación de Enríquez en los combates contra los partidarios de Juana la Beltraneja, junto con su papel de gobernador de Galicia, lo convirtió en una pieza fundamental en las estrategias militares y diplomáticas que definieron el curso de la guerra.

En 1475, con la amenaza de la invasión portuguesa, Isabel la Católica consolidó aún más su posición al recurrir a los nobles más leales, como Enrique Enríquez. El conde jugó un papel destacado en las batallas y escaramuzas que marcaron los primeros años de la guerra, aunque, debido a su avanzada edad, su participación directa en los enfrentamientos comenzó a ser menos frecuente tras la captura por las fuerzas portuguesas en 1476.

Retiro y Últimos Años en Alba de Liste

Tras la angustiosa experiencia de la captura en 1476 y la liberación posterior, Enrique Enríquez parece haber reconsiderado su participación activa en los conflictos. En los últimos años de su vida, ya sin un papel destacado en las batallas, se retiró a su palacio en Alba de Liste, en la provincia de Zamora, donde pasaría sus últimos días.

La figura de Enrique Enríquez permaneció vigente en la memoria de sus contemporáneos gracias a sus cualidades como hombre de guerra, estratega político y noble honorable. La obra de Hernando del Pulgar, en la que lo describe como un hombre de prudencia y valor excepcionales, refleja cómo la nobleza castellana y el pueblo lo consideraban un modelo a seguir. Su legado no solo se conserva en los relatos históricos de la época, sino también en el reconocimiento que recibió por su capacidad para tomar decisiones sabias en momentos clave de la historia de Castilla.

Fallecimiento y Legado

Enrique Enríquez falleció en 1481 en su palacio de Alba de Liste, en un momento en que el panorama político de Castilla se había estabilizado bajo el reinado de Isabel la Católica. Aunque su participación directa en los asuntos del reino disminuyó considerablemente en sus últimos años, su nombre perduró como símbolo de lealtad, honor y dedicación a los ideales de la nobleza castellana.

A lo largo de su vida, Enrique Enríquez demostró ser un hombre íntegro, que supo navegar por las complejas aguas de la política medieval castellana. Su figura es recordada como la de un noble que no solo se destacó por su destreza militar, sino también por su capacidad para adaptarse a las circunstancias cambiantes de su tiempo, y por su lealtad a las figuras que, como Isabel la Católica, le otorgaron el reconocimiento que merecía.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Enrique Enríquez (ca. 1406–1481): Conde de Alba de Liste y Figura Central en la Castilla del Siglo XV". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/enriquez-enrique-conde-de-alba-de-liste [consulta: 17 de octubre de 2025].