Blanca de Nápoles, Reina de Aragón (¿-1310): La figura que unió dinastías y logró la paz en la Corona de Aragón

Blanca de Nápoles, Reina de Aragón, nacida en una fecha incierta y fallecida el 14 de octubre de 1310 en Barcelona, fue una figura clave en la historia de la Corona de Aragón, cuya influencia trascendió más allá de su rol como esposa del rey Jaime II. A través de su matrimonio, Blanca contribuyó a la pacificación de la región y dejó un legado que se perpetuó a través de sus hijos, quienes ocuparon lugares de importancia dentro de la nobleza europea. Su vida, marcada por profundas convicciones religiosas y un notable papel político, la convirtió en un personaje venerado en su tiempo.

Orígenes y contexto histórico

Blanca de Nápoles nació en un contexto de intensa turbulencia política en Europa, como hija de los reyes de Nápoles, Carlos II de Anjou el Cojo y María de Hungría. Su linaje materno la conectaba con la monarquía húngara, siendo descendiente directa de Esteban IV, rey de Hungría. Esta conexión con las casas reales de Europa central y del sur convirtió a Blanca en una figura estratégica para fortalecer alianzas entre los reinos.

Su vida estuvo marcada por las luchas dinásticas entre los angevinos y los aragoneses, y fue precisamente en este contexto que se gestó su matrimonio con Jaime II, rey de Aragón, con el objetivo de poner fin a las tensiones entre las dos dinastías. Este matrimonio fue resultado directo del Tratado de Anagni, firmado en junio de 1295, y respaldado por la intervención papal de Bonifacio VIII, quien buscaba restablecer la paz en la región.

El matrimonio con Jaime II: Una unión política y estratégica

El matrimonio de Blanca con Jaime II de Aragón fue un paso decisivo para la estabilidad política de ambos reinos. Esta unión fue promovida por el papa Bonifacio VIII, quien previamente había declarado nulo el matrimonio entre Jaime II e Isabel de Castilla debido al parentesco consanguíneo entre los cónyuges. El pontífice, al intentar resolver los conflictos entre las casas de Aragón y Nápoles, ideó este enlace real, que tuvo lugar el 29 de octubre de 1295 en el monasterio de Vilabertrán, en Gerona. La ceremonia fue acompañada por una gran celebración y la presencia de nobles napolitanos y provenzales.

Desde su llegada a la corte de Aragón, Blanca se distinguió por su profunda religiosidad, que se vio influenciada por la doctrina del teólogo y médico Arnaldo de Vilanova. Además de su vida devota, Blanca acompañó a su esposo en numerosas campañas militares, como las de Almería y Sicilia, y participó activamente en los asuntos políticos, particularmente en lo relacionado con la política matrimonial de la Corona de Aragón.

Los logros y contribuciones de Blanca de Nápoles

Blanca de Nápoles tuvo un papel influyente tanto en la corte de Aragón como en los asuntos externos que afectaban a la región. Su papel en la política matrimonial fue crucial, ya que influyó en las alianzas y acuerdos que consolidaron la posición de la Corona de Aragón. También participó en la política napolitana, siendo una de las figuras que facilitó las relaciones entre su familia y la casa real aragonesa.

Blanca de Nápoles se convirtió en un símbolo de paz, siendo aclamada por su capacidad para traer el fin de los enfrentamientos con los angevinos italianos, lo que le valió el apodo de “Doña Blanca de la Santa Paz”. Esta labor de pacificación y conciliación se reflejó también en su testamento, en el que se manifestó su voluntad de ser enterrada en el monasterio de Santes Creus, en Gerona, lugar que consideraba un símbolo de su paz y conexión con la espiritualidad.

Además, Blanca fue una madre prolífica que, junto a Jaime II, tuvo diez hijos. Entre ellos, se encontraban figuras importantes en la historia de Aragón y más allá. Alfonso IV el Benigno, uno de sus hijos, heredó el trono de Aragón, mientras que otros hijos, como Juan, llegaron a ocupar altos cargos eclesiásticos. La descendencia de Blanca consolidó el poder de la familia real aragonesa durante generaciones.

Los hijos de Blanca de Nápoles

Blanca tuvo diez hijos con Jaime II de Aragón. Entre ellos destacaron:

  • Jaime: El hijo mayor, quien renunció al trono de Aragón.

  • Alfonso IV el Benigno: Sucedió a su padre como rey de Aragón.

  • Juan: Arzobispo de Toledo y Tarragona.

  • Pedro: Otro de sus hijos varones.

  • Ramón Berenguer: Otro miembro destacado de la familia.

  • María de Aragón: Casada con el infante castellano Pedro y luego monja en el monasterio de Sigena.

  • Constanza de Aragón: Casada con Juan Manuel de Castilla.

  • Isabel: Casada con el duque austriaco Federico III.

  • Blanca: Prior de Sigena.

  • Violante: Esposa de Felipe, déspota de Rumanía, y más tarde de Lope de Luna, señor de Segorbe.

Estos hijos fueron importantes figuras en la nobleza europea, consolidando el poder de la dinastía de los reyes de Aragón y las alianzas con otras casas reales.

La relevancia de Blanca de Nápoles en la actualidad

A pesar de que Blanca de Nápoles vivió en una época distante, su influencia sigue siendo relevante en la historiografía sobre la Corona de Aragón. Su figura ha sido venerada por historiadores y cronistas de la época, como Ramón Muntaner, quien la describió como una «fuente de gracia y de todas las bondades». Este reconocimiento de su carácter y virtudes la posicionó como una de las figuras más apreciadas en su tiempo.

El legado de Blanca perdura no solo en los monumentos históricos y en la memoria colectiva de los aragoneses, sino también en la consolidación de una dinastía que perduró por generaciones. A través de su matrimonio y su descendencia, su influencia en la política y la historia de la región fue esencial para el futuro de Aragón y de Europa.

Un final sereno en Santes Creus

Tras su muerte el 14 de octubre de 1310, Blanca de Nápoles fue enterrada en el monasterio de Santes Creus, tal como lo había dispuesto en su testamento. Su funeral fue una ocasión solemne, y el traslado de sus restos en 1316 consolidó su conexión con este lugar sagrado. En la memoria de los habitantes de Aragón, Blanca de Nápoles sigue siendo una figura venerada, cuya vida fue marcada por la devoción religiosa, el poder político y una paz que logró estabilizar su mundo turbulento.

La figura de Blanca de Nápoles permanece viva a través de los relatos que narran su vida y legado. Su papel en la historia de Aragón sigue siendo un ejemplo de la influencia que las mujeres de la nobleza medieval podían tener en la política, la cultura y las relaciones internacionales de su época.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Blanca de Nápoles, Reina de Aragón (¿-1310): La figura que unió dinastías y logró la paz en la Corona de Aragón". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/blanca-de-napoles-reina-de-aragon [consulta: 17 de octubre de 2025].