Yahya ibn Alí ibn Hammud, Califa de Córdoba y Rey de la taifa de Málaga (ca. 990-1035)

Yahya ibn Alí ibn Hammud fue una de las figuras más complejas y relevantes de la España musulmana en el siglo XI. Nacido hacia el año 990, Yahya destacó en la historia de Al-Andalus como califa de Córdoba y posteriormente como rey de la taifa de Málaga, lugar al que se retiró tras perder el control sobre la capital del Califato. Su vida estuvo marcada por una serie de conflictos políticos que involucraron las luchas internas entre las dinastías árabes y beréberes, el ascenso y caída de califas, y las intrincadas relaciones entre los diversos reinos y taifas musulmanas en la península ibérica. La historia de Yahya es, en muchos aspectos, la historia de los tumultuosos años que antecedieron a la fragmentación definitiva del Califato de Córdoba, lo que dio lugar a la formación de las taifas, pequeños reinos independientes.

Orígenes y contexto histórico

Yahya ibn Alí nació en una época de gran inestabilidad para el Califato de Córdoba. Era hijo de Alí ibn Hammud y Labbuna, quien pertenecía a la aristocracia árabe. Los Hammudíes, como su linaje era conocido, eran de origen beréber y se hallaban en la corte del Califato de Córdoba en una posición ambigua, luchando por consolidar su poder en un contexto de fuerte rivalidad interna y externa. Yahya creció en el seno de esta noble familia que, a pesar de sus orígenes norteafricanos, estaba fuertemente integrada en la política de Al-Andalus.

En 1016, su padre Alí ibn Hammud logró ascender al califato de Córdoba, pero su reinado fue breve y marcado por tensiones. Idris, hermano de Yahya, jugó también un papel importante en la política interna, pero el evento más relevante para la vida de Yahya ocurrió en 1018, cuando tras la muerte de su padre, su tío al-Qasim usurpó el trono de Córdoba, rompiendo la sucesión hereditaria que Yahya había esperado. A pesar de este despojo, al-Qasim le nombró su heredero y le entregó a su hija Fátima como esposa. De este matrimonio nacieron dos hijos: Hassan e Idris, quienes más tarde jugarían un papel fundamental en la historia política de Málaga y Córdoba.

Logros y contribuciones

El primer gran logro de Yahya fue su ascenso al califato de Córdoba en 1021, cuando tras la sublevación en Málaga contra al-Qasim, las dos facciones en Córdoba, tanto la andalusí como la beréber, le proclamaron califa. Adoptó el título de al-Mutali bi-llah y se rodeó de una corte literaria, promoviendo la cultura y las ciencias. Su gobierno, aunque breve, se destacó por el patrocinio de las artes y la literatura, lo que le ganó el respeto de muchos intelectuales de la época.

Entre los personajes más destacados de su corte se encontraba Abu-l-Abbas Ahmad ibn Burd, su secretario, y los visires Muhammad ibn al-Faradi y Abu Bakr ibn Dakwan. Yahya fue generoso con los poetas, quienes lo elogiaron abundantemente, creando una atmósfera de culto a la cultura que contrastaba con las luchas de poder que lo rodeaban.

Sin embargo, este ambiente de esplendor cultural no duró mucho. La ambición de los beréberes que lo habían apoyado inicialmente llevó a su derrocamiento en 1023, cuando los mismos beréberes lo expulsaron violentamente y restauraron a al-Qasim como califa de Córdoba. A pesar de esta caída, Yahya mantuvo su control sobre Málaga, donde estableció una base de poder que se convirtió en la futura taifa de Málaga, un importante enclave musulmán en el sur de la península.

Momentos clave

  1. 1016: Alí ibn Hammud se convierte en califa de Córdoba. Yahya recibe el gobierno de Ceuta.

  2. 1018: Tras la muerte de su padre, al-Qasim se proclama califa de Córdoba, despojando a Yahya de su legítimo derecho al trono.

  3. 1021: Tras la rebelión en Málaga, Yahya es proclamado califa en Córdoba, adoptando el título de al-Mutali bi-llah.

  4. 1023: Yahya es derrocado por los beréberes y al-Qasim vuelve al poder en Córdoba.

  5. 1025: Yahya entra en Córdoba tras la salida de Muhammad III y convierte a Málaga en la capital del califato hammudí.

  6. 1035: Tras un ataque sorpresivo en Carmona, Yahya es capturado y ejecutado por Ismail, hijo del rey de Sevilla, Abul Qasim Muhammad.

Relevancia actual

El reinado de Yahya ibn Alí dejó una huella significativa en la historia de las taifas y de Al-Andalus. Aunque su califato en Córdoba fue breve y no logró una estabilidad duradera, su establecimiento de la taifa de Málaga representó una de las primeras fracturas del poder central en Al-Andalus. Su figura, al igual que la de otros monarcas beréberes, marcó el inicio de una serie de procesos que llevaron a la creación de múltiples reinos independientes, lo que transformó profundamente el panorama político de la península ibérica.

La posterior lucha entre los diversos grupos beréberes y andalusíes, que caracterizó los siglos XI y XII, fue en parte producto de las disputas dinásticas iniciadas durante el reinado de Yahya. La taifa de Málaga continuó siendo un jugador importante en la política andalusí, incluso tras la muerte de Yahya. Su hermano Idris, que sucedió a Yahya, continuó defendiendo los intereses de la familia Hammudí y luchó por mantener la independencia de Málaga frente a las presiones de Sevilla y Córdoba. A pesar de los esfuerzos por consolidar su dominio, los hammudíes nunca lograron un reconocimiento generalizado de su autoridad en todo Al-Andalus, pero fueron un componente esencial en la configuración de las taifas.

La relevancia de Yahya en la historia de la España musulmana también se ve reflejada en los acontecimientos posteriores de las taifas, donde se prolongó la división política que debilitó el poder musulmán en la península y facilitó la posterior reconquista cristiana.

La desaparición de la dinastía hammudí

Tras la muerte de Yahya, su hijo Hassan fue proclamado su sucesor, pero la dinastía hammudí enfrentó serias dificultades debido a la inestabilidad interna y las amenazas externas. Idris, su hermano, siguió luchando por mantener el poder en Málaga, pero la figura de Yahya como califa de Córdoba y su impacto en la configuración política de Al-Andalus permanecieron como un hito importante en la historia de la península.

A finales del 1035, tras su muerte, la causa de los hammudíes continuó siendo representada por su hermano Idris, quien obtuvo el reconocimiento de las taifas de Granada y Almería. Sin embargo, el testamento político de Yahya, que había designado a su hijo Hassan como heredero, no fue respetado. Esto significó una falta de continuidad política en la familia, lo que contribuyó al eventual colapso de la influencia hammudí en el sur de España.

La lucha por el poder, los cambios de alianzas y la fragmentación del Califato de Córdoba fueron aspectos que definieron el legado de Yahya ibn Alí ibn Hammud, cuyo impacto sigue siendo estudiado por los historiadores para comprender la compleja historia de Al-Andalus.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Yahya ibn Alí ibn Hammud, Califa de Córdoba y Rey de la taifa de Málaga (ca. 990-1035)". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/yahya-ibn-ali-ibn-hammud-califa-de-cordoba-y-rey-de-la-taifa-de-malaga [consulta: 18 de octubre de 2025].