Manuel Belmonte García (1899-1956). El torero sevillano eclipsado por la leyenda de su hermano
Manuel Belmonte García fue un matador de toros español que desarrolló su carrera en las primeras décadas del siglo XX, y cuya vida estuvo marcada por la sombra imponente de su hermano mayor, el mítico Juan Belmonte García. Aunque su trayectoria profesional no alcanzó el brillo del célebre “Pasmo de Triana”, su nombre quedó inscrito en la historia taurina gracias a un estilo propio que destilaba gracia, valentía y donaire.
Orígenes y contexto histórico
Nacido en Sevilla en octubre de 1899, Manuel Belmonte creció en el seno de una familia profundamente ligada a la tauromaquia. Su hermano mayor Juan se convirtió en uno de los toreros más influyentes de todos los tiempos, mientras que su otro hermano, José Belmonte García, también incursionó en el toreo. La tradición continuó con las siguientes generaciones, representadas por Juan Belmonte Campoy y José Belmonte y Fernández, sobrinos de Manuel.
Desde pequeño, Manuel mostró una fuerte inclinación hacia el mundo taurino, motivado por los triunfos de su hermano Juan. No obstante, este último intentó disuadirlo, consciente de los sacrificios y peligros de la profesión. A pesar de los esfuerzos por dirigirlo hacia la educación formal, la vocación taurina de Manuel no desapareció, sino que se afianzó con el tiempo.
Logros y contribuciones
A una edad temprana, Manuel se involucró en el ambiente taurino local, participando en capeas y otros festejos menores. Su talento lo llevó a destacar en una cuadrilla infantil junto a José Blanco, conocido como “Blanquito”, durante las campañas de 1913 a 1916. Estos primeros pasos fueron decisivos para consolidar su técnica y ganar notoriedad entre los aficionados.
En 1917, inició su andadura como novillero independiente. El 29 de junio de 1918 se presentó en la plaza de toros de Madrid, compartiendo cartel con Antonio Sánchez y Bernardo Muñoz “Carnicerito”, lidiando reses de la ganadería de Pérez de la Concha. Su desempeño dejó una grata impresión en la exigente afición madrileña.
El 2 de febrero de 1919 alcanzó uno de los hitos más importantes de su carrera: la toma de alternativa como matador de toros en Alicante. El padrino de la ceremonia fue su propio hermano Juan Belmonte, mientras que como testigo actuó el célebre Diego Mazquiarán Torrontegui, más conocido como “Fortuna”.
Momentos clave
A lo largo de su trayectoria, Manuel Belmonte vivió diversos momentos que marcaron su paso por los ruedos. Algunos de los más relevantes fueron:
-
1913-1916: Triunfos en la cuadrilla infantil junto a “Blanquito”.
-
1917: Comienzo de su carrera como novillero independiente.
-
29 de junio de 1918: Presentación en la plaza de toros de Madrid.
-
2 de febrero de 1919: Toma de alternativa en Alicante, apadrinado por su hermano Juan Belmonte.
-
1925: Retiro definitivo de los ruedos.
Durante la temporada de 1919, su estilo comenzó a consolidarse y ganó aceptación entre el público. No obstante, el peso del apellido Belmonte le jugó en contra. A pesar de adoptar el nombre artístico de “Belmontito” para forjar una identidad propia, las comparaciones con su hermano mayor eran inevitables. La figura gigantesca de Juan eclipsó los logros de Manuel, y su proyección como torero comenzó a diluirse a lo largo de la década de 1920.
Relevancia actual
Tras su retiro en 1925, Manuel Belmonte se dedicó a actividades empresariales, sin desligarse por completo del ámbito taurino. Administró los negocios de su hermano Juan y representó sus intereses en la sociedad que gestionaba la plaza de toros de Sevilla junto a los empresarios Eduardo Pagés y los hermanos Joaquín y Guillermo Gómez de Velasco. Desde este rol, Manuel siguió vinculado al mundo que tanto amaba, aunque en una faceta menos visible para el gran público.
Su figura ha sido recordada por el prestigioso crítico taurino José María de Cossío, quien en su monumental obra Los Toros trazó un perfil del torero sevillano destacando su estilo distintivo: “Fue su toreo valentón, alegre, pinturero, gracioso; ésta es su distintiva en todo: la gracia, el donaire, virtud innata, natural en él. Ecléctico en las dos llamadas escuelas o maneras del toreo, paraba, en las suerte que debía hacerlo, y era movido y vistoso en los adornos, remates y desplantes”.
Este elogio refleja la huella que dejó Manuel Belmonte en los círculos taurinos, a pesar de no haber alcanzado la fama internacional de su hermano. Su vida simboliza la dificultad de sobresalir en un entorno dominado por figuras colosales, pero también la dignidad de una carrera construida con esfuerzo, elegancia y pasión por la tauromaquia.
Su legado, aunque menos conocido, forma parte integral de una dinastía que marcó una época en el toreo español. La historia de Manuel Belmonte García es la historia de un hombre que, pese a la sombra de un gigante, luchó por su lugar en la arena, y cuya memoria perdura entre quienes valoran la historia profunda y compleja del arte taurino.
Bibliografía
– COSSÍO, José María de. Los Toros (Madrid: Espasa Calpe, 1995). 2 vols. (t. II, págs. 311-312).
MCN Biografías, 2025. "Manuel Belmonte García (1899-1956). El torero sevillano eclipsado por la leyenda de su hermano". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/belmonte-garcia-manuel [consulta: 1 de octubre de 2025].