Abd al-Rahman V: el efímero califa omeya que intentó restaurar la gloria de al-Andalus

Abd al-Rahman V

La historia de Abd al-Rahman V, también conocido como al-Mustazhir bi-llah, es una de las más breves pero intensas del Califato de Córdoba. Su corto reinado, de apenas cuarenta y siete días, refleja con nitidez el caos y la decadencia política que caracterizaron los últimos años del dominio omeya en al-Andalus. A pesar de su juventud, cultura y noble linaje, su trágico final ilustra el colapso de una estructura política que ya no encontraba respaldo ni en las élites ni en el pueblo.

Orígenes y contexto histórico

Nacido en Córdoba en el año 1002, Abd al-Rahman V pertenecía a la dinastía omeya, siendo bisnieto del gran califa Abd al-Rahman III, el artífice del esplendor político y cultural del Califato de Córdoba. Esta herencia ilustre le otorgaba una legitimidad incuestionable dentro del complejo tablero de la nobleza andalusí. Era además hermano de Muhammad II, quien también había ocupado brevemente el trono califal entre 1009 y 1010.

Su ascenso al poder se produjo en un periodo de extrema inestabilidad tras la expulsión del califa hammudí al-Qasim ibn Hammud el 9 de septiembre de 1023. En medio de un vacío de poder, la población cordobesa buscó retornar a la legitimidad omeya para frenar la fragmentación del poder y el debilitamiento de la capital andalusí.

En este clima convulso, se propusieron tres candidatos al trono, todos ellos descendientes de Abd al-Rahman III: Sulayman, hijo del anterior califa Abd al-Rahman IV; Muhammad ben al-Iraqi; y el propio Abd al-Rahman V. Sorprendiendo a todos, este último realizó una entrada espectacular en la Mezquita Aljama, respaldado por una fuerte presencia militar, lo que le permitió imponerse como nuevo califa el 2 de diciembre de 1023.

Logros y contribuciones

A pesar de su corto reinado, Abd al-Rahman V mostró cualidades que pudieron haberlo convertido en un líder valioso. Se distinguió por su amplia formación cultural y sensibilidad artística. De hecho, fue autor de versos poéticos que destacaban por su refinamiento estilístico, lo que demuestra su afinidad con el legado cultural de sus ilustres antecesores.

Desde el inicio de su mandato, se propuso restaurar la grandeza del califato omeya. Consciente de sus limitaciones personales, supo rodearse de figuras competentes y de reconocido prestigio, como Abu Amir ben Shuhayd, Abd al-Wahhub ben Hazam y el influyente escritor Ali Ibn Hazam, autor de El collar de la paloma. Este entorno intelectual y político podía haber marcado el inicio de una nueva etapa para Córdoba, si no fuera por las difíciles circunstancias económicas y sociales que heredó.

Momentos clave del reinado

El punto más crítico del breve gobierno de Abd al-Rahman V fue su enfrentamiento con una realidad financiera devastadora. El Tesoro Público estaba agotado, y las escasas rentas apenas alcanzaban para sostener el aparato administrativo del Estado. Enfrentado a esta carencia, se vio obligado a lanzar campañas para recaudar tributos de manera forzada, medida que dañó profundamente su imagen ante las clases medias y populares de Córdoba.

La incapacidad de formar un ejército fiable empeoró aún más la situación. Por ello, aceptó el auxilio de un grupo de soldados beréberes llegados desde el norte de África. Lejos de consolidar su posición, esta decisión desató un estallido de violencia: la población, cansada y empobrecida, reaccionó con furia contra los extranjeros, generando un motín que acabó por desestabilizar el palacio califal.

Durante la revuelta, Abd al-Rahman V intentó escapar escondiéndose en el depósito de leña de los baños reales. No obstante, el caos era tal que la multitud acabó encontrando en el interior del palacio a otro omeya, Muhammad ben Abd al-Rahman ben Ubayd Allah, quien también se ocultaba temiendo por su vida. Sin consultar su voluntad, los amotinados lo proclamaron nuevo califa con el laqab de Muhammad III, al-Mustakfi bi-llah, el 17 de enero de 1024.

Ese mismo día, el nuevo califa ordenó la ejecución inmediata de Abd al-Rahman V, cerrando así uno de los episodios más dramáticos y fugaces del califato cordobés.

Relevancia actual

La figura de Abd al-Rahman V ha quedado como un símbolo del ocaso del poder omeya en al-Andalus. Su trágica trayectoria refleja la fragilidad institucional de un califato que, tras haber alcanzado una cima de esplendor con Abd al-Rahman III, se había precipitado hacia el colapso por las luchas internas, las ambiciones personales y la ruptura del consenso social.

A pesar de su fugacidad, su intento de restaurar el orden y la cultura califal tiene una resonancia significativa en la historia de al-Andalus. Representa el último aliento de un proyecto político y cultural que durante siglos fue referente en Europa y el mundo islámico. La caída de figuras como Abd al-Rahman V marcó el inicio del periodo de los reinos de taifas, en el que el territorio andalusí se fragmentó en múltiples entidades políticas menores, abriendo paso a una nueva fase de inestabilidad y conflictos.

Además, el perfil personal de Abd al-Rahman V –culto, sensible al arte, consciente de sus responsabilidades– contrasta con el entorno hostil en el que le tocó vivir. Su historia es también la de un joven con aspiraciones nobles que no logró superar las circunstancias adversas, lo cual le otorga una dimensión casi trágica dentro del relato histórico de al-Andalus.

El legado de un califa efímero

Aunque su reinado fue breve, el paso de Abd al-Rahman V por el trono califal de Córdoba dejó una huella indeleble en la historia andalusí. En un momento de profundo deterioro institucional, su figura destacó por representar una esperanza de regeneración, basada en el retorno al linaje omeya, al esplendor intelectual y a la legitimidad dinástica.

Sin embargo, su trágico final es también un recordatorio del precio de la improvisación política y de la desconexión entre el poder y la realidad social. La falta de recursos, el rechazo popular, y la ausencia de un ejército propio fueron obstáculos insalvables para un joven califa que, aun con buenas intenciones y capacidades, no logró imponerse sobre una situación insostenible.

Hoy, Abd al-Rahman V se recuerda como un símbolo del final del Califato de Córdoba. Su historia permite comprender las dinámicas de declive de una de las civilizaciones más brillantes de la Edad Media y nos invita a reflexionar sobre los factores que precipitan la caída de los grandes imperios cuando pierden el apoyo de su pueblo y el control sobre sus estructuras internas.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Abd al-Rahman V: el efímero califa omeya que intentó restaurar la gloria de al-Andalus". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/abd-al-rahman-v [consulta: 19 de octubre de 2025].