Abd al-Rahman IV (¿?-1018). El efímero califa omeya traicionado por sus aliados

La historia del califato de Córdoba durante el siglo XI está marcada por el caos, las intrigas palaciegas y la lucha incesante entre facciones. En ese convulso escenario emergió brevemente Abd al-Rahman IV o Abderramán IV, un miembro de la dinastía omeya que, aunque proclamado califa en 1018 con grandes expectativas, fue víctima de las mismas ambiciones que lo elevaron. Su corto reinado es un ejemplo de las complejidades políticas de al-Andalus durante la fitna, la guerra civil que desgarró el califato cordobés.
Orígenes y contexto histórico
Abd al-Rahman ben Muhammad ben Abd al-Malik, conocido como Abd al-Rahman IV, era bisnieto de Abd al-Rahman III, uno de los más poderosos y emblemáticos califas de al-Andalus. Sin embargo, lejos de heredar un trono sólido y centralizado, nació en una época de decadencia institucional, marcada por el colapso progresivo del poder omeya.
Su nacimiento tuvo lugar en Córdoba, aunque no se conserva la fecha exacta. Desde joven fue apartado de la corte debido a la inestabilidad política que siguió a la deposición de los últimos califas omeyas. Durante los inicios de la fitna (1009-1031), que supuso una guerra civil entre diversas facciones por el control del trono califal, Abd al-Rahman IV fue uno de los muchos miembros de la casa omeya que quedaron al margen del poder.
En este escenario de fragmentación, el califato pasó a manos de otras dinastías, como la de los hammudíes. Uno de sus principales representantes fue Ali Ibn Hammud, quien asumió el califato de Córdoba entre 1016 y 1018. Fue durante este turbulento periodo cuando surgió la oportunidad para que Abd al-Rahman IV fuese rescatado del exilio y proclamado califa.
Logros y contribuciones
El principal logro de Abd al-Rahman IV fue haber logrado el respaldo necesario para proclamarse califa en un contexto de crisis generalizada. Su proclamación fue una operación política y militar meticulosamente planeada por dos poderosos caudillos del momento: Jayran de Almería y el tuchibí Mundhir ben Yahya de Zaragoza.
Ambos líderes, insatisfechos con el dominio hammudí, utilizaron la figura del príncipe omeya como símbolo legítimo para canalizar el descontento de los territorios orientales de al-Andalus. En este contexto, se le otorgó el laqab (título honorífico) de al-Murtada, que significa «el que goza de la satisfacción divina».
A diferencia de otros califas títeres del periodo, Abd al-Rahman IV mostró decisión, carisma y valentía, características que sorprendieron incluso a sus mentores. Intentó ejercer el poder de manera efectiva, emprendiendo campañas militares y tomando decisiones sin ceder ante la presión de sus supuestos aliados.
Momentos clave
La trayectoria de Abderramán IV está marcada por una sucesión de hechos dramáticos y definitorios, que ocurrieron en menos de un año. A continuación, se detallan los momentos más destacados de su breve paso por la historia de al-Andalus:
Cronología de hechos relevantes en 1018:
- Marzo 21-22: Asesinato de Ali Ibn Hammud en Córdoba.
- Finales de marzo: al-Qasim ibn Hammud, gobernador de Sevilla y hermano del califa asesinado, se dirige a Córdoba para asumir el trono.
- Abril 29: Proclamación oficial de Abd al-Rahman IV como califa con el título de al-Murtada.
- Primavera-verano: Campaña militar hacia Jaén como paso previo para conquistar Córdoba.
- Asalto a Granada: Abd al-Rahman IV lanza un ataque directo contra la ciudad, defendida por el general Zawi ben Ziri.
- Batalla de Granada: Traicionado por sus aliados en plena ofensiva, su ejército es derrotado por las tropas de Zawi.
- Huida y asesinato en Guadix: Abd al-Rahman IV intenta escapar, pero es asesinado por emisarios enviados por Jayran.
La traición que selló su destino
El episodio más dramático de su vida se produjo durante el ataque contra Granada. El objetivo era eliminar a Zawi ben Ziri, jefe militar de la ciudad, para reforzar la posición omeya. Sin embargo, Jayran, uno de los principales impulsores de su ascenso, comunicó en secreto a Zawi su intención de abandonar a Abd al-Rahman IV en plena batalla, junto a Mundhir ben Yahya. Esta jugada fue letal.
El ataque terminó en una desastrosa derrota. Los soldados catalanes que habían acudido en apoyo del pretendiente omeya también se retiraron, dejando al califa expuesto y sin respaldo. El caos se apoderó del campamento omeya y Abd al-Rahman IV apenas logró huir hacia Guadix, una localidad en la que esperaba refugiarse.
Pero allí le alcanzaron los emisarios de sus antiguos aliados, quienes lo asesinaron sin contemplaciones, cerrando así el capítulo más fugaz y trágico del califato omeya de Córdoba.
Relevancia actual
Aunque su paso por la historia fue breve y su reinado prácticamente simbólico, Abd al-Rahman IV representa un ejemplo ilustrativo de las luchas internas que condujeron al colapso definitivo del califato de Córdoba en 1031. Su figura simboliza el uso político de los omeyas como instrumentos de poder por parte de facciones militares y aristocráticas regionales.
En el contexto actual, su historia permite comprender:
- La fragilidad institucional del califato en su etapa final.
- La utilización de la legitimidad dinástica con fines políticos.
- El impacto de la fragmentación en la configuración posterior de los reinos de taifas.
Su vida también ha servido de advertencia histórica sobre los peligros de la ambición desmedida y la falta de lealtad entre aliados políticos, un patrón que se repitió en numerosas ocasiones durante la descomposición del poder islámico en la península ibérica.
Abd al-Rahman IV: un símbolo de la decadencia del califato
La figura de Abderramán IV es trágica pero reveladora. Aunque sin grandes conquistas ni legado institucional, su historia personifica el derrumbe de un sistema que alguna vez fue ejemplo de esplendor y civilización. Su fugaz paso por el trono, sus intentos por ejercer el poder con dignidad y su trágico final sintetizan el ocaso del proyecto omeya en al-Andalus.
Atrapado entre ambiciones ajenas y su deseo de restaurar el prestigio de su linaje, Abd al-Rahman IV no pudo escapar a su destino. En apenas unos meses pasó de ser una esperanza para muchos andalusíes a convertirse en un mártir del colapso califal. Su vida y muerte siguen siendo un recordatorio de lo efímero del poder cuando no se sustenta en la lealtad, la estabilidad y el consenso.
MCN Biografías, 2025. "Abd al-Rahman IV (¿?-1018). El efímero califa omeya traicionado por sus aliados". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/abd-al-rahman-iv [consulta: 18 de octubre de 2025].