Ninette de Valois (1899-2001). La maestra que transformó el ballet británico

Ninette de Valois, nacida como Edris Stannus el 6 de junio de 1899 en Blessington, Condado de Wicklow, Irlanda, fue una de las figuras más influyentes en el mundo del ballet en el siglo XX. Su carrera como bailarina, coreógrafa, profesora y directora artística marcó un hito en el desarrollo y la popularización del ballet clásico en el Reino Unido. A lo largo de su vida, Ninette de Valois no solo dejó una huella profunda en el ámbito artístico, sino que también contribuyó significativamente a la creación de instituciones que siguen siendo fundamentales en el panorama del ballet moderno.
Orígenes y contexto histórico
Nacida en una familia con inclinaciones artísticas, de Valois comenzó a mostrar su interés por la danza desde una edad temprana. A lo largo de su carrera, su habilidad y pasión por el ballet se vieron reflejadas en sus logros y en su contribución al desarrollo del arte en Gran Bretaña. Su formación en Londres, con destacados maestros como Edouard Espinosa, Enrico Cecchetti y Nicolai Legat (quien también fue un pilar importante en la formación de nuevos talentos), cimentó su carrera profesional en el ballet.
Durante sus primeros años como bailarina, de Valois se dedicó a diversos trabajos, desde presentaciones de pantomimas en el Lyceum Theatre (1914-1918) hasta su participación en la Beecham Opera and Ballet Company en 1918. A partir de 1919, la joven artista comenzó a ser parte de importantes compañías como la Covent Garden Opera y el Ballet de Lydia Lopokova (1922), donde comenzó a afianzar su reputación dentro de los círculos artísticos más influyentes.
Logros y contribuciones
Uno de los momentos más importantes en la carrera de Ninette de Valois ocurrió en 1923, cuando fue recomendada por Lydia Lopokova para unirse a los prestigiosos Ballets Russes de Diaghilev. Con esta compañía, de Valois participó en estrenos que se convirtieron en hitos de la danza moderna, como Les Biches (1924), Le Train Bleu (1924) y Les Fâcheux (1924), coreografiadas por Bronislava Nijinska. También participó en Le Rossignol (1925), una obra de George Balanchine, cuyo estilo innovador le permitió a de Valois expandir su visión artística.
Este periodo con los Ballets Russes de Diaghilev fue fundamental para su evolución, no solo como intérprete, sino también como coreógrafa y maestra. En 1925, con apenas 26 años, de Valois bailó en el tercer acto de El Lago de los Cisnes, junto a la célebre bailarina Alexandra Danilova, en el Casino de Montecarlo, lo que consolidó su posición como una de las bailarinas más destacadas de su tiempo.
A lo largo de los años, de Valois siguió desarrollando una carrera multidimensional, combinando sus habilidades como bailarina con su creciente interés por la creación y dirección de ballet. En 1926 fundó su propia escuela en Londres, la Academy of Choreographic Art, que más tarde se convertiría en una de las instituciones más importantes del mundo del ballet.
Momentos clave de su carrera
El ascenso de Ninette de Valois a la fama continuó con sus obras para importantes compañías y teatros. En 1928, comenzó a colaborar con el Old Vic Theatre de Londres, donde presentó trabajos como Les Petits Riens (1928) de Mozart, The Picnic (1929) de Vaughan Williams y Suite de Danses (1930) de Bach. Su creatividad y visión artística la convirtieron en una figura indispensable en la escena teatral de Londres.
Sin embargo, uno de los momentos más importantes en su carrera fue la fundación del Vic-Wells Ballet en 1931, que posteriormente se transformaría en el Sadler’s Wells Ballet (1941) y, finalmente, en el Royal Ballet en 1956. Para esta compañía, de Valois creó una serie de ballets que dejaron una marca indeleble en la historia del ballet británico, entre ellos: Fête Polonaise (1931), The Haunted Ballroom (1934), The Rake’s Progress (1935), Barabau (1936) y Checkmate (1937), entre otros.
Su trabajo con la nueva compañía permitió a de Valois no solo plasmar sus ideas coreográficas, sino también formar a una nueva generación de bailarines y coreógrafos. Además, se encargó de la dirección de la Escuela del Sadler’s Wells Ballet desde su creación en 1931, un pilar fundamental para el desarrollo del ballet clásico en el Reino Unido.
Relevancia actual
La influencia de Ninette de Valois en la danza y la educación del ballet sigue vigente, incluso décadas después de su retiro. En 1945, se convirtió en directora del Sadler’s Wells Opera Ballet, que un año después pasaría a ser conocido como Sadler’s Wells Theatre Ballet. En 1948, de Valois amplió su impacto internacional al fundar la Escuela de Ballet Turca en Ankara, Turquía, y más tarde, en 1956, contribuyó a la creación del Ballet Turco.
A lo largo de su vida, Ninette de Valois recibió numerosos galardones y distinciones que reconocen su legado. Entre los más destacados figuran la Orden del Imperio Británico (1947), la Legión de Honor francesa (1950), y el título de Dame Commander of the Order of the British Empire (1951). También fue galardonada con doctorados honoris causa de las universidades de Oxford, Dublín y Aberdeen, así como con premios internacionales como el Premio Erasmus de Ámsterdam (1974) y el Premio del Círculo de Críticos (1989).
Su último trabajo para el Royal Ballet fue la producción de La Bella Durmiente en 1977, una de las obras clásicas más emblemáticas que sigue siendo parte fundamental del repertorio de la compañía. Ninette de Valois también continuó su labor como profesora y conferencista hasta bien entrada la vejez, compartiendo sus conocimientos con generaciones de bailarines.
Obras publicadas
Ninette de Valois también se destacó como escritora, y varias de sus publicaciones se convirtieron en recursos clave para los estudiantes y profesionales del ballet. Entre sus obras más conocidas se encuentran Invitation to the Ballet (1937), Come Dance With Me (1957) y Step by Step (1977). Estos textos ofrecieron una visión única sobre el arte del ballet y la danza, así como un enfoque accesible para los nuevos estudiantes que deseaban entender mejor el mundo del ballet clásico.
Reconocimientos y legado perdurable
La vida y obra de Ninette de Valois dejan un legado que perdura en las principales compañías de ballet del mundo. Su capacidad para fusionar la tradición con la innovación, su dedicación a la enseñanza y su contribución al desarrollo de una identidad británica en el ballet clásico la convierten en una de las figuras más influyentes del siglo XX.
A lo largo de su carrera, de Valois también tuvo la oportunidad de trabajar con otros grandes nombres de la música y la danza, como Glinka, Bliss, Boyce, Gluck, Haydn, Ravel, Falla y Chabrier, cuyas obras le sirvieron de inspiración para crear algunas de sus coreografías más destacadas.
Ninette de Valois falleció el 8 de marzo de 2001 en Londres a la edad de 101 años, pero su legado sigue vivo a través de las generaciones de bailarines que continúan su tradición artística y educativa.
MCN Biografías, 2025. "Ninette de Valois (1899-2001). La maestra que transformó el ballet británico". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/valois-ninette-de [consulta: 28 de septiembre de 2025].