Antonio de Ulloa y de la Torre-Giral (1716–1795): El Científico, Militar y Reformador del Imperio Español
Antonio de Ulloa y de la Torre-Giral (1716–1795): El Científico, Militar y Reformador del Imperio Español
Contexto, Orígenes y Primeros Años
El entorno y la familia de Antonio de Ulloa
Antonio de Ulloa y de la Torre-Giral nació el 12 de enero de 1716 en Sevilla, una ciudad que, durante el siglo XVIII, era un próspero centro del comercio colonial español. Hijo de Bernardo de Ulloa y Sousa, un militar y miembro de la nobleza, y de Josefa de la Torre-Giral, Ulloa provenía de una familia que poseía tanto raíces aristocráticas como conexiones con la administración militar de la época. Esta ascendencia le permitió acceder a una educación que, por su alto nivel de exigencia, abriría las puertas a su futura carrera científica y administrativa.
Sin embargo, el destino de Antonio de Ulloa estuvo marcado por su frágil salud desde una edad temprana. A menudo enfermo y con una constitución débil, su padre, preocupado por su bienestar, tomó una decisión trascendental: enviarlo a América. La idea detrás de este viaje era que el cambio de aires y la vida activa a bordo de un barco mejoraran su salud. Con solo trece años, Ulloa zarpó desde Cádiz a bordo del galeón San Luis, un navío que lo llevaría primero a Cartagena de Indias (hoy en Colombia), en 1732. Esta experiencia inicial marcaría no solo el inicio de su vida como marino, sino también el comienzo de su exploración del vasto mundo que lo rodeaba, una aventura que combinaría su carrera científica y militar en las décadas siguientes.
Formación y primeros pasos
Al regresar a Cádiz en 1732, Ulloa comenzó a forjar su carrera profesional. Decidió ingresar en la Academia de Guardiamarinas de Cádiz, una institución que, en ese entonces, formaba a la élite de la Armada Española. En noviembre de 1733, logró obtener una plaza en la academia, un hito que le permitió iniciar su carrera naval. Sin embargo, más allá de la formación militar, Ulloa era un joven inquieto con una gran curiosidad por las ciencias y las matemáticas. Su habilidad para las disciplinas científicas no pasó desapercibida, y pronto sus intereses se centrarían en una misión mucho más ambiciosa.
El primer gran desafío
En 1735, Ulloa, junto con su compañero Jorge Juan, fue elegido para una de las expediciones científicas más relevantes de su tiempo: la medición del meridiano terrestre, una iniciativa conjunta entre España y Francia. Este proyecto, solicitado por el rey francés Luis XV y respaldado por el monarca español Felipe V, tenía como objetivo medir un arco del meridiano en el Ecuador para confirmar la forma de la Tierra, que en esa época se debatía entre dos teorías: la forma esférica tradicional y la teoría de la forma achatada en los polos, impulsada por las observaciones de Isaac Newton.
El viaje hacia Sudamérica no fue solo una misión científica, sino también un acontecimiento de gran envergadura para la historia de la ciencia. Ulloa y Juan partieron hacia América el 28 de mayo de 1735, acompañados por científicos franceses como Godin, Bouguer y La Condamine, quienes trabajaban bajo el mismo objetivo: determinar la figura exacta del planeta. Esta expedición se convirtió en un hito, no solo por su contribución a la geografía y la astronomía, sino también por las vastas observaciones naturales que Ulloa y sus compañeros realizaron sobre la flora, fauna y etnografía de los territorios visitados.
Durante esta expedición, Ulloa mostró una notable capacidad para la observación y el análisis. Su trabajo sobre los recursos naturales y las costumbres de las regiones del virreinato del Perú resultó ser tan detallado y exhaustivo que, tras su regreso a España, la Relación histórica del viaje fue traducida a varias lenguas europeas, consolidándose como uno de los documentos más relevantes de la época. Su contribución al conocimiento sobre América no se limitó a los descubrimientos científicos, sino que también incluyó un análisis sobre la organización social, política y económica de las colonias españolas, lo cual sería de gran interés en los círculos académicos y gubernamentales de la época.
Carrera Científica, Militar y la Reconstrucción del Imperio
La influencia de Ulloa en las ciencias naturales
El regreso de Antonio de Ulloa a España en 1746 marcó un punto de inflexión en su carrera. Tras su estancia en América, se encontraba no solo como un militar experimentado, sino también como un científico de gran prestigio. Su participación en la expedición para medir el meridiano de Ecuador, junto con Jorge Juan, había dejado una huella importante en la ciencia de la época. La publicación de sus trabajos sobre el viaje a América fue clave para que el mundo conociera su profunda capacidad de observación, y Ulloa pronto se consolidó como una de las figuras más destacadas de la ciencia española del siglo XVIII.
Uno de los logros más significativos de Ulloa fue su descubrimiento y descripción del platino. Aunque su contribución a este metal fue breve y poco desarrollada, su mención en la Relación histórica del viaje de 1748 quedó registrada como la primera descripción científica de este elemento, que hasta entonces no había sido catalogado en la ciencia europea. En su obra, Ulloa ofreció una descripción concisa y precisa del platino, destacando sus características únicas. Sin embargo, por razones que incluyeron su enfoque en otros proyectos y su falta de interés por profundizar en este campo, no siguió adelante con investigaciones adicionales. Años después, otros científicos como William Watson y William Brownrigg harían importantes avances en el estudio del platino. No obstante, la contribución inicial de Ulloa fue fundamental para el posterior desarrollo de la metalurgia y la química.
Además de su descubrimiento del platino, Ulloa mostró un profundo interés en la física, la astronomía y la historia natural. En sus años en la Armada y en sus diversos viajes por Europa, Ulloa estudió la organización de varias instituciones científicas de renombre, como la Academia de Ciencias de París y la Royal Society de Londres, donde fue elegido miembro en 1746. Sus visitas a estas instituciones le permitieron tener una visión global del panorama científico europeo y poner en práctica ideas innovadoras en su propio país.
Experiencias en Inglaterra y Europa
El contacto de Ulloa con la Royal Society en Londres fue crucial para su desarrollo profesional. Su relación con destacados científicos británicos, como Martin Folkes, presidente de la Royal Society, le permitió intercambiar conocimientos y ampliar sus horizontes científicos. Su participación en las reuniones de esta institución y la difusión de sus descubrimientos sobre América y la Tierra contribuyeron al fortalecimiento de su reputación internacional. En 1746, el presidente de la Royal Society compartió un extracto de las Observaciones de Ulloa en el Perú, lo que consolidó aún más su influencia en los círculos científicos de la época.
Sin embargo, la carrera de Ulloa no se limitó solo a su trabajo en ciencias naturales. Su viaje por Europa, que incluyó visitas a Francia, Suiza, Flandes, Alemania, Rusia y los países del Báltico, fue igualmente significativo. En París, aprovechó para estudiar el funcionamiento de la Academia de Ciencias francesa, y en Berlín, conoció al científico Pierre Moreau de Maupertuis, presidente de la Academia de Ciencias de Berlín. Estos encuentros y su exposición al vasto mundo científico europeo le ofrecieron a Ulloa una perspectiva única, que más tarde aplicaría en sus propios proyectos científicos y administrativos en el Imperio Español.
La carrera administrativa y la llegada a Perú
El deseo de Carlos III de reformar las colonias españolas, particularmente en Sudamérica, le otorgó a Ulloa nuevas oportunidades. En 1758, Ulloa fue nombrado gobernador de Huancavélica, una región minera en el Perú, conocida por su famosa mina de mercurio. Esta asignación le permitió aplicar sus conocimientos científicos y administrativos en la gestión de recursos y la mejora de la producción minera. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos por modernizar las operaciones y mejorar la administración de la mina, sus propuestas fueron recibidas con resistencia, y se enfrentó a diversas acusaciones de abuso de autoridad, lo que empañó su éxito en el cargo.
La etapa en Perú también fue crucial para sus investigaciones científicas. Durante su tiempo en Huancavélica, Ulloa aplicó sus conocimientos en la física y la ingeniería para mejorar la minería y tratar de introducir reformas técnicas que modernizaran el sistema de extracción del mercurio. No obstante, las tensiones con la administración local y las difíciles condiciones del terreno hicieron que sus propuestas no tuvieran el impacto esperado.
Poco tiempo después, Ulloa fue designado gobernador de la Luisiana Meridional en 1765, tras la cesión de este territorio por parte de Francia a España en virtud del Tratado de Fontainebleau. Sin embargo, su paso por la Luisiana fue breve y estuvo marcado por numerosos conflictos, lo que dificultó su capacidad para imponer sus ideas reformistas. Al año siguiente, fue nombrado gobernador de Florida Occidental, un cargo en el que, nuevamente, enfrentó dificultades para hacer valer su autoridad.
Últimos Años, Legado y Contribuciones a la Ciencia
Nuevas responsabilidades y el regreso a España
Tras su paso por América, Antonio de Ulloa regresó a España en 1772, donde, aunque ya no ocupaba cargos tan elevados como en sus años en el extranjero, continuó contribuyendo al desarrollo de la ciencia y la tecnología. En este regreso, Ulloa retomó su carrera en la Armada, siendo ascendido a teniente general en 1779, año en el que realizó dos importantes cruceros: uno hacia las Azores y otro hacia el cabo Espartel, en el estrecho de Gibraltar. Estos viajes no solo fueron de carácter militar, sino también científico, ya que Ulloa aprovechaba cada oportunidad para realizar observaciones astronómicas y meteorológicas.
Una de sus observaciones más destacadas fue la del eclipse total de sol que se produjo en 1778 durante uno de estos cruceros. Este evento se convirtió en una importante publicación científica, ya que Ulloa documentó con precisión el fenómeno y contribuyó al entendimiento de los eclipses solares en la época. Publicó un trabajo titulado El Eclipse de Sol con el anillo refractario de sus rayos, que fue bien recibido por los círculos científicos, consolidando su reputación como un astrónomo de renombre internacional.
Últimos años y su legado en las ciencias
A lo largo de los años, Ulloa siguió demostrando su inquietud por el avance del conocimiento. En 1772, publicó una de sus obras más significativas: Noticias americanas, un análisis detallado de la América meridional y septentrional, donde comparaba territorios, climas y producciones en tres áreas: vegetal, animal y mineral. Esta obra, que gozó de gran aceptación en Europa, destacaba la importancia de los recursos naturales de las colonias españolas y su potencial para el desarrollo científico y económico del Imperio.
A medida que pasaban los años, Ulloa se dedicó también a la enseñanza. Fue uno de los primeros en promover la enseñanza de la electricidad y el magnetismo en España. Realizó experimentos públicos sobre la circulación de la sangre en los peces e insectos utilizando un microscopio solar, lo que impresionó a sus contemporáneos. Su trabajo en este campo estuvo ligado a sus esfuerzos por modernizar la educación científica en España. Además, propuso la creación de jardines botánicos y contribuyó al desarrollo de la industria relojera en el país, contribuyendo así a la formación de una infraestructura científica en la nación.
En 1795, a los 79 años, Ulloa publicó su última obra, Conversaciones de Ulloa con sus tres hijos en servicio de la Marina. Esta obra fue una especie de legado personal en la que compartió sus conocimientos y experiencias con la nueva generación de marinos y científicos, dejando una marca indeleble en la historia de la ciencia y la educación en España.
El impacto en la ciencia y la educación
El legado de Antonio de Ulloa no solo se encuentra en sus descubrimientos científicos, sino también en sus esfuerzos por reformar y modernizar la educación en España. Su trabajo y sus publicaciones tuvieron un impacto considerable en la física, la astronomía y la historia natural, áreas en las que dejó una huella que perduró mucho después de su muerte. Ulloa promovió la creación de instituciones científicas y colaboró con figuras clave de la Ilustración española para mejorar la organización del sistema educativo y de investigación en el país.
Su influencia en la Armada y en la ciencia española fue crucial para los avances técnicos y científicos que se produjeron en el siglo XVIII. Aunque sus reformas en las colonias no siempre fueron exitosas, sus contribuciones al conocimiento de América y su análisis de los recursos naturales de las colonias españolas ayudaron a replantear la relación entre España y sus vastos dominios en el continente americano.
MCN Biografías, 2025. "Antonio de Ulloa y de la Torre-Giral (1716–1795): El Científico, Militar y Reformador del Imperio Español". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/ulloa-y-de-la-torre-giral-antonio-de [consulta: 19 de octubre de 2025].