Antonio Martí y Franqués (1750–1832): El Científico Catalán que Innovó en la Composición del Aire y la Botánica

Antonio Martí y Franqués (1750–1832): El Científico Catalán que Innovó en la Composición del Aire y la Botánica

Introducción: Orígenes y Formación

Antonio Martí y Franqués nació en Altafulla, Tarragona, en 1750, en una familia noble y acomodada de la región. Su familia, de raíces catalanas, tenía una amplia extensión de propiedades en las comarcas cercanas a Tarragona, lo que le permitió contar con los recursos necesarios para recibir una educación de calidad. Desde pequeño, fue educado en su hogar, lo que le permitió avanzar en su formación a su propio ritmo. A los 14 años, ingresó en la Universidad de Cervera, siguiendo la tradición de sus ancestros. Sin embargo, se sabe que su paso por la universidad fue breve, y no llegó a obtener título alguno, lo que no impidió que se convirtiera en una de las figuras más destacadas de la ciencia de su tiempo.

Una de las características que definieron a Martí fue su vasta cultura, que se extendía más allá de la ciencia. Su dominio de varios idiomas, entre ellos el latín, griego, francés, alemán, inglés e italiano, le permitió no solo estudiar los clásicos, sino también mantenerse al día con los avances científicos europeos. Esta habilidad lingüística le facilitó el acceso a las publicaciones más relevantes en diversas disciplinas, permitiéndole estar al tanto de los descubrimientos científicos que surgían en Europa.

Su biblioteca, una de las más impresionantes de su época, reflejaba su profundo interés por las ciencias naturales. En ella se encontraban las obras de los grandes científicos de la época, y también las colecciones de revistas científicas que Martí recopilaba meticulosamente. Este vasto acervo le permitió no solo seguir los desarrollos de la ciencia, sino también aportar sus propios descubrimientos, que se inscribieron dentro del auge científico del siglo XVIII.

El Viaje Científico a Europa (1800-1801)

Aunque su vida estaba marcada por una rutina algo aislada en Tarragona, Martí tuvo una experiencia excepcional en 1800, cuando emprendió un viaje científico a diversas ciudades europeas. Este viaje duró hasta finales de 1801 y le permitió visitar algunas de las instituciones científicas más importantes de la época, como las de París, Londres, Ámsterdam, La Haya y Bruselas. Para alguien que apenas abandonaba sus tierras, ocupadas por su labor investigadora y la administración de sus propiedades, este viaje representó una rara ocasión de contacto directo con los principales centros de investigación científica.

El viaje de Martí a Europa fue significativo no solo por las instituciones que visitó, sino también por la interacción que tuvo con científicos de renombre, quienes estaban al tanto de sus investigaciones. En ese momento, ya se había ganado cierto reconocimiento en el campo de la química y la botánica, especialmente por sus estudios sobre la composición del aire y la fisiología vegetal. A pesar de la vida retirada que llevaba en Tarragona, este contacto directo con el panorama científico europeo le permitió poner al día sus investigaciones y enriquecer su obra.

Contribuciones a la Ciencia: Los Primeros Estudios

El legado científico de Antonio Martí y Franqués se caracteriza principalmente por sus investigaciones en torno a los gases y la botánica, áreas que abordó con una meticulosidad que le permitió realizar importantes descubrimientos. Uno de los campos en los que más destacó fue en la composición del aire, un tema que, a finales del siglo XVIII, estaba siendo intensamente debatido por científicos de la talla de Joseph Priestley y Antoine Lavoisier.

Uno de los primeros trabajos de Martí fue su memoria titulada “Sobre algunas producciones que resultan de la combinación de varias sustancias aeriformes”, presentada en 1787 ante la Real Academia de Ciencias Naturales y Artes de Barcelona. Este trabajo mostraba el interés de Martí por las investigaciones científicas de su época, especialmente las experiencias realizadas por Jan Ingen-Housz, quien había estudiado los gases desprendidos por las plantas. En esta memoria, Martí se alineaba con la teoría de Lavoisier respecto a la inexistencia del flogisto, una idea que competía con la teoría de Joseph Priestley, quien defendía la existencia de este gas hipotético.

Aunque esta memoria contenía poca originalidad, resultaba significativa porque mostraba el sólido conocimiento de Martí sobre los debates científicos contemporáneos y su habilidad para reproducir y realizar experiencias experimentales, apoyado por un bien dotado laboratorio que había montado para sus investigaciones.

La Memoria sobre el Aire Vital y su Investigación de la Vegetación

En 1787, un paso fundamental en la carrera de Martí fue la presentación de una nueva memoria titulada “El aire vital de las plantas y particularmente de la pita”, que, aunque solo se conserva en forma de resumen manuscrito, tuvo gran impacto en el ámbito científico. En este trabajo, Martí abordaba los experimentos de Joseph Priestley y Ingen-Housz sobre la liberación de oxígeno por parte de las plantas. Martí, sin embargo, llevó estos estudios más allá al descubrir que las plantas sumergidas en agua y expuestas a la luz solar liberaban oxígeno durante todo el año, sin importar la estación.

En su investigación, Martí destacó que la planta pita (Agave americana) era particularmente eficiente en la producción de oxígeno, una observación importante que aumentó el interés por las especies vegetales y su función en la renovación del aire. Además, descubrió que la velocidad de producción de oxígeno dependía de la intensidad de la luz, lo que sentó las bases para futuras investigaciones en fisiología vegetal y fotosíntesis.

Este tipo de trabajo le permitió ganarse el reconocimiento de la comunidad científica europea, aunque, lamentablemente, la calidad de sus publicaciones se vio mermada por malas traducciones y recortes en los textos, lo que dificultó una valoración adecuada de sus aportes en algunos círculos científicos, como señalaría Jean-Baptiste Biot en una carta a Claude Louis Berthollet.

Investigaciones Avanzadas en Química y Botánica

Uno de los trabajos más relevantes de Antonio Martí y Franqués fue la memoria titulada “Sobre la cantidad de aire vital que se halla en el aire atmosférico y sobre varios métodos de conocerla”, presentada en 1790 ante la Real Academia de Ciencias Naturales y Artes de Barcelona. Este trabajo, que más tarde sería reproducido en diversas publicaciones españolas y extranjeras, representó un avance significativo en el campo de la química, especialmente en la determinación del contenido de oxígeno en la atmósfera.

Martí logró demostrar de manera precisa que el aire atmosférico contenía aproximadamente un 21 por ciento de oxígeno, corrigiendo estimaciones previas, como las de Lavoisier, quien había estimado un 27 por ciento. Para llegar a esta conclusión, Martí utilizó un método experimental de alta precisión que le permitió medir el oxígeno con una exactitud tal que las variaciones no excedían las centésimas. Este trabajo mostró la seriedad y meticulosidad de Martí en sus investigaciones, y se destacó por su capacidad para ofrecer soluciones innovadoras a problemas experimentales complejos.

Uno de los logros más notables en esta memoria fue su invención de un artificio para reducir las condiciones anormales de presión y temperatura durante sus experimentos, lo cual le permitió obtener mediciones más confiables. Además, ideó un sifón capilar que mantenía constante la humedad en las macetas en las que cultivaba sus plantas, lo que también fue una contribución importante a la experimentación científica de la época.

Estudios sobre la Fecundación de las Plantas

En 1791, tras su ingreso en la Real Academia Médico-práctica de Barcelona, Martí presentó su memoria titulada “Experimentos y observaciones sobre los sexos y fecundación de las plantas”. En este trabajo, Martí abordaba un tema que había suscitado controversia en el ámbito científico desde que el naturalista Lázaro Spallanzani publicara en 1785 sus investigaciones sobre la fecundación vegetal, que ponían en duda la teoría de Linneo sobre la sexualidad de las plantas.

Martí realizó experimentos utilizando cuatro especies de plantas: sandía, calabaza, espinaca y cáñamo. Su trabajo resultó crucial porque demostró que, en todas estas especies, la fecundación solo podía tener lugar mediante la participación de flores de ambos sexos, refutando así las teorías que sostenían que algunas plantas podían fecundarse sin intervención de una flor masculina o femenina. Además, anticipó las formas en las que la fecundación podía ocurrir en circunstancias poco evidentes, como cuando la fecundación se daba sin la visibilidad inmediata de las flores sexuales. Aunque no publicó más documentos sobre este tema, dejó un legado de anotaciones y conclusiones valiosas que se mantuvieron relevantes para el estudio de la biología vegetal.

Impacto de la Guerra y el Saqueo de 1811

El saqueo de Tarragona por parte de las tropas francesas en 1811 representó un golpe devastador para Antonio Martí y Franqués. Durante este saqueo, gran parte de su laboratorio y los instrumentos científicos que había utilizado durante años fueron destruidos, además de que se perdió una parte importante de sus notas y registros. Esta catástrofe tuvo un impacto directo en sus investigaciones, que ya eran de por sí limitadas debido a su vida apartada.

A pesar de esta pérdida irreparable, Martí intentó continuar con sus trabajos científicos, aunque sus investigaciones posteriores no alcanzaron la misma profundidad ni la fructificación de las anteriores. A partir de este momento, sus intereses se desplazaron hacia un campo más especulativo dentro de la botánica. Se mostró interesado en la posibilidad de producir plantas artificialmente mediante una reordenación de la materia inorgánica, un concepto que, aunque inédito en su época, revelaba su creatividad y su capacidad de imaginar nuevas fronteras para la ciencia.

Otras Áreas de Estudio y Participación en Sociedades Científicas

Antonio Martí no limitó su trabajo a la química y la botánica, sino que también mostró interés por otros campos del conocimiento, como la meteorología, la arqueología y la física. A lo largo de su vida, estudió las variaciones de la temperatura de ebullición del agua en el vacío y la influencia de ácido clorhídrico en este fenómeno. Además, comprendió la importancia del termómetro húmedo para medir las variaciones de temperatura en ambientes naturales, una de las contribuciones que reflejaba su capacidad de observación y análisis.

En el ámbito institucional, Martí fue uno de los fundadores de la Sociedad Económica de Amigos del País de Tarragona en 1787 y participó en la creación de la Academia de Artes de Tarragona en 1801. Aunque su vida apartada y su dedicación a sus fincas le impidieron un contacto más estrecho con la comunidad científica, sí mantuvo algunas amistades clave, como las de Francisco Carbonell y Bravo, Agustín Yáñez y Girona, Francisco Sampots y Francisco Salvá y Campillo.

Además, se ha sugerido que Martí pudo haber tenido una gran influencia sobre el trabajo de Mariano Lagasca Segura, quien coincidió con él durante una estancia en Tarragona. Lagasca, uno de los botánicos más relevantes de su tiempo, probablemente se benefició de la enseñanza y las ideas de Martí, aunque la relación entre ambos sigue siendo objeto de debate.

Legado y Relaciones con Otros Científicos

Aunque Antonio Martí y Franqués pasó gran parte de su vida alejado de los grandes círculos científicos de la época, su legado fue significativo. Sus estudios sobre la composición del aire, la fisiología vegetal y la fecundación de las plantas marcaron un hito en la ciencia catalana y española. Sin embargo, fue su influenza indirecta sobre científicos posteriores, como Mariano Lagasca Segura, lo que permitió que su influencia perdurara más allá de su muerte en 1832.

A pesar de los obstáculos a lo largo de su vida, como las dificultades económicas y la destrucción de su trabajo durante la invasión napoleónica, Martí se consolidó como una figura esencial en el campo de las ciencias naturales. Su capacidad para integrar conocimientos de diferentes disciplinas y su insistencia en realizar experimentos precisos y detallados le aseguraron un lugar destacado en la historia de la ciencia.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Antonio Martí y Franqués (1750–1832): El Científico Catalán que Innovó en la Composición del Aire y la Botánica". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/marti-y-franques-antonio [consulta: 28 de septiembre de 2025].