Mariano Lagasca y Segura (1776–1839): Un pionero de la botánica española que impulsó la ciencia natural

Mariano Lagasca y Segura (1776–1839): Un pionero de la botánica española que impulsó la ciencia natural

Orígenes y contexto familiar

Mariano Lagasca y Segura, nacido en Encinacorba, un pequeño municipio de Zaragoza, el 5 de agosto de 1776, fue uno de los botánicos más importantes de la historia de España. Hijo de campesinos acomodados, sus primeros años estuvieron marcados por una familia de tradición agrícola. A pesar de la vocación eclesiástica que sus padres deseaban para él, Mariano no se conformó con ese destino y, desde joven, manifestó un interés por los estudios científicos. Este espíritu de independencia lo llevó a rebelarse contra los planes de su familia y a tomar el camino de la botánica, disciplina en la que alcanzaría gran reconocimiento.

El destino eclesiástico y el cambio de rumbo

El joven Lagasca comenzó sus estudios en su lugar natal, con la intención de ingresar en el seminario. Sin embargo, su inclinación por la ciencia, en particular la botánica, lo llevó a tomar otro rumbo. La oportunidad para cambiar su destino llegó cuando, aún en su juventud, se trasladó a la ciudad de Tarragona, donde entró en la casa del canónigo Antonio Verdejo, quien le proporcionó una educación en filosofía y humanidades. Fue en este entorno donde Lagasca tuvo su primer encuentro con la botánica, gracias a la influencia de Antonio Martí Franqués, un destacado naturalista que despertó su interés por el estudio de las plantas y la historia natural. En su tiempo en Tarragona, Mariano también comenzó a realizar las primeras herborizaciones, marcando el inicio de su carrera científica.

Estudios iniciales y primeras influencias

Educación en filosofía y humanidades

Durante su estancia en la casa de Antonio Verdejo, Lagasca no solo recibió educación en los estudios humanísticos, sino que también tuvo la oportunidad de participar en las discusiones sobre ciencias naturales que se realizaban en círculos científicos locales. Esta formación temprana en las ciencias fue crucial para su posterior desarrollo profesional. Fue aquí donde también conoció a Antonio Martí Franqués, cuya influencia marcó un hito en su interés por la botánica. Juntos realizaron sus primeras exploraciones en el campo de la botánica, comenzando una serie de herborizaciones que les permitirían no solo recolectar especies, sino también empezar a entender la importancia de clasificar las plantas según su estructura y características.

Influencia de Antonio Martí Franqués

La relación con Martí Franqués fue clave en el desarrollo de Lagasca como botánico. A través de su mentor, Mariano comenzó a comprender el profundo impacto que la botánica podía tener en la ciencia en general y en la mejora de la agricultura en particular. En ese entonces, los avances científicos en botánica eran limitados en España, y Mariano se encontraba ante una oportunidad única para contribuir a la ciencia natural de su país. La conexión con Franqués le permitió introducirse en un círculo de naturalistas y científicos con los que más tarde compartiría sus descubrimientos y logros.

El despertar de la botánica

El giro hacia la medicina

En 1795, Lagasca decidió trasladarse a Zaragoza para estudiar medicina, siguiendo la tradición de su familia de ingresar en una carrera relacionada con el cuidado de la salud. Sin embargo, este paso fue también crucial para su futuro. Durante su tiempo en la ciudad, Mariano continuó cultivando su pasión por la botánica, a menudo herborizando y explorando la flora local. Su carrera médica no fue un obstáculo, sino una base sobre la que desarrollaría su comprensión científica, particularmente en lo que respecta a los usos medicinales de las plantas.

Traslado a Valencia y su encuentro con Vicente A. Lorente

En 1796, Lagasca se trasladó a Valencia para asistir a las clases de Vicente A. Lorente, catedrático de botánica en el Jardín Botánico de la ciudad. Aquí fue donde Mariano comenzó a profundizar en los estudios botánicos, ampliando su herbario y perfeccionando sus técnicas de recolección. Además, en Valencia, entró en contacto con una amplia variedad de flora que despertó aún más su pasión por la botánica. Durante esta etapa, Lagasca recorrió Valencia, Murcia y otras provincias vecinas, dedicándose a la recolección de especies vegetales, lo que le permitió crear una de las colecciones más impresionantes de su tiempo.

Herborizaciones por el este de España y el contacto con Alexander von Humboldt

La relación con Alexander von Humboldt, un gigante de la ciencia natural europea, fue otro punto clave en la formación de Lagasca. Fue en esta etapa de su vida cuando conoció al naturalista alemán, quien influyó profundamente en su visión del mundo natural. Humboldt compartió con Mariano su enfoque sistemático para estudiar la flora y la fauna, lo que tuvo un gran impacto en las futuras investigaciones de Lagasca. Además, Mariano viajó y herborizó por diversas regiones, lo que le permitió recopilar un número considerable de especies que más tarde serían descritas en sus trabajos científicos.

El salto a Madrid y el apoyo de Cavanilles

La llegada a la capital y el desarrollo del herbario

En 1800, Mariano Lagasca se trasladó a Madrid, donde continuó con su labor botánica. Aprovechó la oportunidad para estudiar bajo la tutela de grandes científicos y naturalistas, como Antonio José Cavanilles, quien rápidamente se convirtió en su protector y mentor. La llegada a la capital española también permitió a Lagasca ampliar su herbario, que se convirtió en una de las colecciones más completas de la época. Madrid le ofreció el espacio y los recursos necesarios para desarrollar sus investigaciones, lo que le permitió hacer avances significativos en su campo de estudio.

Relación con Antonio José Cavanilles y el ingreso al Jardín Botánico de Madrid

La relación entre Lagasca y Antonio José Cavanilles fue fundamental en la carrera de Mariano. Cuando Cavanilles fue nombrado catedrático del Jardín Botánico de Madrid en 1801, llevó a Lagasca con él como su ayudante. Juntos, trabajaron en la reorganización del Jardín Botánico, contribuyendo a la mejora de la enseñanza de las ciencias naturales en España. Fue en este contexto donde Mariano comenzó a publicar sus primeros trabajos científicos en los Anales de Ciencias Naturales, una de las revistas más importantes de la época. Durante este período, Lagasca se dedicó a describir nuevas especies y a mejorar la clasificación de las plantas, utilizando el sistema de familias naturales de Agustín Pyramus de Candolle, lo que representó una gran aportación a la ciencia botánica española.

Con la figura de Cavanilles como su mentor, Mariano Lagasca pudo dar sus primeros pasos como botánico profesional, colaborando en la creación de una flora española que sería fundamental para el futuro de la botánica en el país. Sin embargo, esta relación no solo fue científica, sino también emocional, ya que Cavanilles se convirtió en una figura clave en la vida personal y académica de Lagasca.

Consolidación en el Jardín Botánico de Madrid

Colaboración con Cavanilles y primeros logros científicos

Con el nombramiento de Antonio José Cavanilles como catedrático del Jardín Botánico de Madrid en 1801, Mariano Lagasca se consolidó como una figura relevante dentro de la botánica española. Su dedicación y habilidad fueron rápidamente reconocidas por Cavanilles, quien lo promovió a un puesto de confianza en el Jardín, colaborando estrechamente en la reorganización de la institución. Durante estos años, Lagasca no solo ayudó en la catalogación de plantas, sino que también se encargó de impartir lecciones y divulgar los conocimientos botánicos, contribuyendo así a la formación de nuevos naturalistas en España.

Uno de los principales logros de esta etapa fue su colaboración en la elaboración de la flora española, un proyecto que, más tarde, se completaría con la incorporación de nuevas especies descubiertas por Lagasca y otros naturalistas. Durante este período, Mariano publicó diversos trabajos en la prestigiosa revista Anales de Ciencias Naturales, donde compartió sus investigaciones sobre la flora local y la clasificación de las especies. En este contexto, comenzó a afianzarse como uno de los botánicos más importantes de su generación.

La Flora española y la misión a Asturias

En 1803, Lagasca recibió una misión encargada por el gobierno español: herborizar el norte del país para completar la elaboración de una flora española. Esta tarea le permitió recorrer diversas regiones de Asturias, donde recolectó más de dos mil especies de plantas, muchas de ellas desconocidas hasta ese momento. Entre los descubrimientos más relevantes, se encuentra el Liquen de Islandia, que hasta entonces se debía importar en grandes cantidades para su uso en la medicina. Su labor de recolección y clasificación en Asturias fue fundamental no solo para la botánica española, sino también para el desarrollo de la farmacología en la región.

En los años siguientes, Mariano continuó publicando sobre sus hallazgos en Asturias, lo que consolidó su posición como un referente en la ciencia botánica española. Entre sus publicaciones más importantes de esta etapa destacan las descripciones de nuevas plantas que realizó en la revista Variedades de Ciencia, Literatura y Artes, donde compartió sus descubrimientos con un público más amplio.

La guerra, la epidemia y la botánica

Su papel como médico durante la guerra de Independencia

A medida que avanzaba la Guerra de Independencia contra las tropas francesas, Lagasca se vio envuelto en los acontecimientos bélicos, pero, en lugar de centrarse en la botánica, se dedicó al servicio médico, alistándose como médico del ejército español. Durante este período, Mariano viajó por el sur de España, combatiendo tanto las fuerzas invasoras como una epidemia de fiebre amarilla que se extendió por las regiones afectadas por el conflicto.

Su dedicación a la salud pública y su compromiso con la medicina lo llevaron a publicar varios folletos dirigidos a la población, explicando las medidas higiénicas necesarias para prevenir el contagio. Sin embargo, su pasión por la botánica nunca lo abandonó. En medio de la guerra y la epidemia, Mariano continuó con sus tareas de herborización, y fue en este tiempo cuando describió nuevas especies de plantas en su obra Amenidades naturales de las Españas, publicada en 1811. En este libro, Lagasca introdujo el género de las Chaenontophoraea, una planta que más tarde sería clasificada como parte de las Labiatifloras por el botánico suizo Agustín Pyramus de Candolle.

La fiebre amarilla y sus publicaciones en salud pública

El brote de fiebre amarilla que azotó el sur de España durante la guerra de Independencia fue un evento significativo en la vida de Lagasca, quien usó sus conocimientos médicos y científicos para luchar contra la enfermedad. Sus publicaciones sobre las medidas preventivas contra el contagio demostraron su versatilidad y su capacidad para aplicar la botánica y la medicina a situaciones prácticas. Aunque la guerra y la epidemia representaron grandes desafíos, Mariano nunca dejó de lado su trabajo en el campo de la botánica, y su impacto en la ciencia española continuó siendo profundo.

El exilio y su impacto internacional

La huida a Londres y el trabajo con botánicos ingleses

En 1823, con el derrocamiento del gobierno liberal y la restauración absolutista de Fernando VII, Lagasca se vio obligado a abandonar España. En su huida hacia el exilio, sufrió la pérdida de su herbario, parte de su biblioteca y los manuscritos de la Flora española, que fueron destruidos durante el viaje. Llegó a Londres, donde fue recibido con gran respeto por los botánicos ingleses. Fue allí donde Lagasca continuó su trabajo, colaborando con importantes figuras de la botánica, como William Hooker, Robert Brown y John Lindley.

Durante su estancia en Londres, Mariano se dedicó a estudiar y cultivar cereales en el jardín de Chelsea, que le fue proporcionado por Hooker. Además, fue nombrado miembro de la Linnean Society, una de las sociedades científicas más prestigiosas del mundo, lo que le permitió continuar con su investigación en un entorno científico de vanguardia. Publicó varios artículos en revistas científicas como el Repertorio Americano y el Gardener’s Magazine, aunque algunos de sus trabajos no llegaron a publicarse debido a la falta de suscripciones.

Publicaciones y su participación en el Ateneo Español de Londres

A pesar de las dificultades económicas que enfrentó en el exilio, Mariano Lagasca continuó con su labor científica. Participó activamente en la fundación del Ateneo Español de Londres, una institución destinada a proporcionar educación gratuita a los hijos de los emigrados españoles. En este contexto, Mariano también impartió clases y continuó su trabajo en botánica, colaborando con otros científicos en el desarrollo de nuevas investigaciones y publicaciones.

Regreso a España y últimos años

El retorno a Madrid y sus últimos logros

Tras la muerte de Fernando VII en 1833, Lagasca pudo regresar a España, donde retomó su puesto como profesor en el Jardín Botánico de Madrid. En su regreso, Mariano se encargó de la reestructuración de la enseñanza botánica, un esfuerzo por modernizar la educación científica en el país. También fue nombrado presidente de la junta de gobierno del Museo de Historia Natural, un cargo prestigioso que reflejaba el reconocimiento de sus contribuciones a la ciencia. Además, fue condecorado con la Gran Cruz de Isabel la Católica, un honor que reconocía su dedicación a la botánica y a la ciencia en general.

La decepción por el estado de la botánica española

A pesar de su éxito profesional, Mariano Lagasca experimentó una profunda decepción al ver el estado de la botánica española en su regreso. La falta de apoyo institucional y los constantes ataques de sus detractores, quienes negaban su participación en la Ceres española, afectaron su salud física y emocional. Decidido a alejarse de la capital, se trasladó a Barcelona, donde pasó sus últimos días. El 26 de junio de 1839, Mariano Lagasca y Segura falleció en la ciudad catalana, dejando un legado invaluable en el campo de la botánica y la ciencia natural española.

Este fue el recorrido completo de Mariano Lagasca, un hombre que dedicó su vida al estudio de la naturaleza, superando múltiples adversidades y dejando una huella imborrable en la historia de la ciencia española.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Mariano Lagasca y Segura (1776–1839): Un pionero de la botánica española que impulsó la ciencia natural". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/lagasca-y-segura-mariano [consulta: 28 de septiembre de 2025].