Mikhail Baryshnikov (1948-VVVV): El Maestro de la Danza que Conquistó el Mundo

Mikhail Baryshnikov, nacido el 27 de enero de 1948 en Riga, Letonia, es uno de los bailarines más influyentes y admirados del siglo XX. Su nombre es sinónimo de excelencia en el ballet clásico, la danza moderna y la actuación, destacándose no solo como intérprete, sino también como coreógrafo, director y empresario cultural. A lo largo de su carrera, Baryshnikov ha dejado una marca indeleble en el mundo de las artes escénicas, siendo una figura fundamental que ha trascendido las fronteras del ballet tradicional.
Orígenes y Contexto Histórico
Mikhail Baryshnikov nació en una familia de clase media en la ciudad de Riga, en el corazón de la entonces Unión Soviética. Desde muy temprana edad, mostró una aptitud natural para la danza. Comenzó sus estudios en la Escuela de Ballet de la Ópera de Riga en 1960, y rápidamente fue reconocido por su impresionante capacidad física y su dedicación a la disciplina. A los 15 años, fue admitido en la prestigiosa Escuela Vaganova de Leningrado (hoy San Petersburgo), uno de los centros de formación más importantes del ballet clásico, donde se perfeccionó bajo la tutela de grandes maestros, entre ellos Alexander Pushkin.
En 1966, Baryshnikov ingresó al Ballet Kirov, un hito en su carrera que lo catapultó a la fama. Allí interpretó papeles principales en ballets como Goryanka (1968) de Oleg Vinogradov, Vestris (1969) de Leonid Jacobson, Hamlet (1970) de Konstantin Sergeyev, y La Creación del Mundo (1971) de Natalia Kasatkina y Vladimir Vasiliov, estableciendo su reputación como un prodigio del ballet soviético.
La Decisión de Abandonar la URSS
En 1974, Baryshnikov emprendió una gira por Occidente con el famoso grupo «Estrellas del Bolshoi». Fue durante una actuación en Toronto donde tomó la histórica decisión de permanecer en el exterior, huyendo del régimen soviético y convirtiéndose en uno de los disidentes más conocidos de la época. Su fuga hacia el Occidente marcó un punto de inflexión no solo en su carrera, sino también en la historia de la danza, pues Baryshnikov se convirtió en un símbolo de la lucha por la libertad artística.
Logros y Contribuciones
La llegada de Baryshnikov a los Estados Unidos fue un antes y un después para el ballet en América. En 1974, fue contratado por el American Ballet Theatre (ABT), donde rápidamente se convirtió en una de las figuras más destacadas de la compañía. Durante este período, estrenó importantes papeles en nuevos ballets creados específicamente para él, como La Venganza de Medea (1975) de John Butler, Push Comes to Shove (1976) de Twyla Tharp, y Other Dances (1976) de Jerome Robbins, obra en la que compartió escenario con Natalia Makarova.
La versatilidad de Baryshnikov también le permitió trabajar con grandes figuras de la danza moderna. En 1975, fue invitado por el Ballet de l’Opéra de París para interpretar Don Quijote junto a Gelsey Kirkland, y en 1978 dejó el ABT para unirse al New York City Ballet, donde colaboró con renombrados coreógrafos como George Balanchine y Jerome Robbins, quien le dedicó su pieza Opus 19 en 1979.
En 1980, Baryshnikov asumió el cargo de director artístico del ABT, llevando a la compañía a nuevas alturas artísticas y realizando importantes estrenos. Durante este período, además de continuar su carrera como bailarín, estrenó varias obras como The Wild Boy (1981) de Kenneth MacMillan, Nine Sinatra Songs (1982) de Tharp, y Drink to me Only with Thine Eyes (1987) de Mark Morris.
La Transformación hacia la Danza Moderna
En la década de 1990, Baryshnikov dio un giro significativo en su carrera al abandonar el ballet clásico para dedicarse a la danza moderna. En 1990, cofundó la White Oak Dance Project junto a Mark Morris, una compañía de danza moderna que le permitió explorar nuevas formas de expresión artística. Como director artístico de la compañía, Baryshnikov estrenó obras como Motorcade (1990), A Lake (1991), y Three Preludes (1992) de Morris, y Pergolessi (1993) de Twyla Tharp. Esta transición al mundo de la danza moderna consolidó aún más su reputación como un artista innovador dispuesto a romper las barreras de los géneros y estilos de danza tradicionales.
Momentos Clave en la Carrera de Baryshnikov
A lo largo de su carrera, Baryshnikov ha vivido numerosos momentos clave que han marcado su legado en la historia de la danza:
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1977: Su debut cinematográfico en Paso decisivo de Herbert Ross, que le valió una nominación al Oscar y abrió las puertas de Hollywood.
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1985: Su participación en la famosa película White Nights de Taylor Hackford, donde compartió pantalla con el actor de tap dance Gregory Hines, convirtiéndose en una de las películas más conocidas de su carrera.
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1990: La fundación de la White Oak Dance Project, una de las iniciativas más relevantes de su carrera, que le permitió experimentar con nuevas formas de danza y colaborar con coreógrafos contemporáneos.
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2004: La inauguración de su propio Centro de las Artes en Nueva York, un espacio dedicado a la promoción de la danza y las artes escénicas.
Reconocimientos y Premios
Baryshnikov ha sido reconocido con una impresionante lista de premios y distinciones a lo largo de su carrera. Entre los más destacados se incluyen el Premio Nijinsky de la Academia de Danza de París (1969), el Premio Emmy (1979), el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Yale (1979), el Premio John F. Kennedy Center (2000) y el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Nueva York (2006), entre otros. Estos premios no solo subrayan su excelencia en el ámbito de la danza, sino también su impacto cultural y su capacidad para inspirar a generaciones de artistas.
Relevancia Actual
Aunque Baryshnikov ha reducido su presencia en el escenario, sigue siendo una figura influyente en el mundo de las artes. En 2006, realizó una gira por Estados Unidos y España con su compañía Hell’s Kitchen Dance, y continúa participando en proyectos que involucran la danza moderna y la formación de nuevas generaciones de artistas. En 2007, bailó con Ana Laguna en la coreografía Lugar de Mats Ek, en Estocolmo, consolidando su legado como un pionero en la danza contemporánea.
Además de su contribución al ballet y la danza moderna, Baryshnikov ha dejado una huella indeleble en el cine y la televisión. Aparte de sus papeles en películas como White Nights (1985) y Espías sin fronteras (1991), ha sido el protagonista de programas televisivos como Baryshnikov on Broadway (1980) y ha hecho algunas incursiones en el teatro, como en la obra Metamorphosis (1988) de Franz Kafka.
Vida Personal
En cuanto a su vida personal, Baryshnikov estuvo casado con la actriz Jessica Lange, con quien tuvo una hija, Alexandra (1977). Sin embargo, la pareja se divorció en 1982. Posteriormente, Baryshnikov se casó con la exbailarina Lisa Reinhardt. Su vida personal, aunque mantenida en relativa privacidad, ha sido igualmente parte de la narrativa que lo ha convertido en una figura pública de renombre mundial.
Filmografía Destacada
A lo largo de su carrera, Baryshnikov también ha dejado una marca en el cine, participando en diversas películas que destacan su talento como actor y bailarín. Entre las películas más importantes se encuentran:
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1977: Paso decisivo.
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1985: ¡Esto sí es bailar! y Noches de sol.
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1987: Dancers.
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1991: Espías sin fronteras, Russian roulette y The cabinet of Dr. Ramirez.
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1996: Danny Kaye: A legacy of laughter.
Su participación en el cine no solo le permitió expandir su talento artístico, sino también hacer accesible su arte a una audiencia más amplia.
Con más de seis décadas de carrera, Mikhail Baryshnikov sigue siendo una figura clave en la danza mundial, cuya influencia se extiende mucho más allá de los escenarios, contribuyendo al enriquecimiento cultural global.
MCN Biografías, 2025. "Mikhail Baryshnikov (1948-VVVV): El Maestro de la Danza que Conquistó el Mundo". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/baryshnikov-mikhail-nikolaievich [consulta: 28 de septiembre de 2025].