Jonathan Watts (1933-VVVV). El influyente bailarín estadounidense que marcó la historia del ballet clásico
Jonathan Watts, nacido el 8 de noviembre de 1933 en Fort Warren, Wyoming, se destacó como uno de los más grandes bailarines de su generación. Con el nombre real de John B. Leech, su carrera en el mundo de la danza se extendió por décadas, llevando su arte a escenarios internacionales y dejando una huella imborrable en la danza clásica moderna. A través de su dedicación y trabajo en la enseñanza y la interpretación, Watts se consolidó como un referente en el ámbito del ballet, además de contribuir al descubrimiento de nuevos talentos a lo largo de su carrera.
Orígenes y contexto histórico
Jonathan Watts nació en el seno de una familia estadounidense y creció en una época en la que el ballet comenzaba a ganar popularidad en los Estados Unidos, especialmente en Nueva York, donde los movimientos artísticos vanguardistas se expandían y creaban una base para el desarrollo de nuevas tendencias dentro de las artes escénicas. Su formación como bailarín comenzó desde joven, bajo la tutela de figuras influyentes en la danza como May O’Donnell y Robert Joffrey, quienes serían claves en su formación artística.
May O’Donnell, una influyente maestra de danza moderna, contribuyó a formar la base técnica de Watts, mientras que Robert Joffrey, fundador de la famosa Joffrey Ballet, le ofreció la oportunidad de debutar en la compañía que llevaría su nombre. A lo largo de su carrera, Watts sería un defensor del trabajo de Joffrey, participando en su evolución como bailarín y coreógrafo.
Logros y contribuciones
Uno de los hitos más destacados en la carrera de Watts fue su colaboración con el prestigioso New York City Ballet, donde ocupó el puesto de primer bailarín desde 1954 hasta 1962. Durante estos años, tuvo la oportunidad de participar en los estrenos de algunas de las obras más innovadoras de la época, especialmente las coreografiadas por el legendario George Balanchine, considerado uno de los más influyentes coreógrafos del siglo XX.
Entre las obras más significativas en las que Watts intervino se encuentran los estrenos de Pas de Dix (1955), Allegro Brillante (1956), Agon (1957), Episodes: Part II (1959), Donizetti Variations (1960) y Liebeslieder Walzer (1960), todas bajo la coreografía de Balanchine. Además, participó en el estreno de Souvenirs (1955), una obra de Todd Bolender que también fue muy aclamada en su momento.
Tras dejar el New York City Ballet en 1962, Jonathan Watts enfrentó un período de nueve años inactivos, lo que marcó un tiempo de reflexión y transición para el artista. Sin embargo, en 1973 regresó a los escenarios, esta vez con el City Center Joffrey Ballet, donde estrenó la obra Remembrances. Además, su faceta como coreógrafo se consolidó con la creación de Evening Dialogues (Schumann, 1974), una pieza que reflejaba sus inquietudes artísticas y su habilidad para interpretar la música a través del movimiento.
Momentos clave en la carrera de Jonathan Watts
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1954-1962: Primer bailarín en el New York City Ballet, participando en los estrenos de importantes obras de George Balanchine como Pas de Dix, Allegro Brillante, Agon, entre otras.
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1962: Deja el New York City Ballet, marcando una pausa en su carrera profesional.
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1973: Regresa al mundo de la danza con el City Center Joffrey Ballet, estrenando la obra Remembrances.
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1974: Crea y coreografía Evening Dialogues, mostrando su madurez artística y su visión particular sobre la danza moderna.
Relevancia actual
El legado de Jonathan Watts trasciende su faceta como intérprete y coreógrafo. Su influencia continúa vigente, no solo en el mundo del ballet clásico, sino también en la formación de nuevas generaciones de bailarines. Fue nombrado director del proyecto DanceChance, una iniciativa destinada a descubrir y promover jóvenes talentos de la danza. Este proyecto fue financiado por el Pacific Northwest Ballet, una de las compañías de ballet más importantes de los Estados Unidos.
A través de este proyecto, Watts jugó un papel crucial en la promoción de la danza entre los jóvenes, brindando oportunidades a aquellos que, de otro modo, no habrían tenido acceso a una educación formal en el arte del ballet. De esta manera, su impacto en el ámbito de la danza no se limitó solo a su desempeño como bailarín y coreógrafo, sino que también se extendió al desarrollo y fomento del talento juvenil, asegurando que la tradición del ballet clásico se mantuviera viva y en constante evolución.
Contribuciones destacadas de Jonathan Watts
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May O’Donnell: Figura clave en su formación, quien le inculcó los principios de la danza moderna.
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Robert Joffrey: A través de la Joffrey Ballet, Watts comenzó su carrera profesional y participó en el auge de una de las compañías más innovadoras de la época.
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George Balanchine: Su trabajo con el New York City Ballet incluyó la interpretación de los ballets más emblemáticos de Balanchine, quien fue uno de sus más grandes mentores.
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Todd Bolender: Participó en el estreno de Souvenirs, una de las obras más conocidas de Bolender, consolidando su papel como intérprete de ballets contemporáneos.
En resumen, Jonathan Watts fue una figura central en la evolución del ballet en los Estados Unidos. Su trabajo tanto sobre el escenario como fuera de él ha dejado una huella perdurable en la danza moderna, y su contribución a la enseñanza y promoción de nuevos talentos ha asegurado que su legado se mantenga vivo para futuras generaciones.
MCN Biografías, 2025. "Jonathan Watts (1933-VVVV). El influyente bailarín estadounidense que marcó la historia del ballet clásico". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/watts-jonathan [consulta: 18 de julio de 2025].