Shabataka (702-690 a.C.): El faraón de la dinastía etíope que desafió a los asirios

Shabataka, también conocido como Shabitako, fue uno de los faraones más destacados de la dinastía XXV de Egipto, una dinastía etíope que marcó una etapa crucial en la historia del antiguo Egipto. Hijo de Piankhi y hermano de Taharqa, Shabataka ascendería al trono tras la muerte de su tío, el rey Shabako. Su reinado estuvo marcado por una serie de eventos significativos tanto para Egipto como para el resto del mundo antiguo, en especial en el ámbito de las relaciones internacionales. En este artículo, exploramos su origen, sus logros, las intervenciones bélicas en las que se vio involucrado y su legado.

Orígenes y contexto histórico

Shabataka nació en el seno de la dinastía XXV, también conocida como la dinastía etíope, que gobernó Egipto durante una época en la que la influencia del reino de los faraones comenzaba a desvanecerse ante el poder creciente de Asiria. Su padre, Piankhi, había logrado consolidar el dominio sobre Egipto, mientras que su madre y familia seguían ejerciendo una importante influencia en la corte.

A la muerte de su padre, Shabataka y su hermano Taharqa compartieron inicialmente la corrección del reino, pero tras la muerte de su tío, el rey Shabako, Shabataka se convirtió en el único faraón de Egipto. Durante su gobierno, Egipto se encontró en una situación geopolítica compleja. En el ámbito internacional, la caída de Sargón II, rey de Asiria, en 705 a.C. provocó un vacío de poder en el cercano oriente, lo que incentivó a varias potencias menores, como Judá, a desafiar el dominio asirio en la región.

Logros y contribuciones

A pesar de la presión externa y la inestabilidad interna, Shabataka dejó un importante legado tanto en la política como en la arquitectura. Entre sus contribuciones más notables se encuentra la construcción de monumentos en diversos lugares de Egipto. De este modo, ordenó levantar estructuras en ciudades como Menfis, Luxor y Karnak. En Karnak, una de las construcciones más impresionantes fue una capilla dedicada a él, que actualmente se encuentra en Berlín.

Además de las construcciones arquitectónicas, Shabataka también promovió la creación de diversas estelas y relieves que narran su reinado. Entre estos, destaca la Estela de donación del año 10, que se conserva en el Metropolitan Museum de Nueva York, y diversas esculturas, como una cabeza en granito que se exhibe en el Museo de El Cairo y una cabeza de bronce en el Museo de Turín. Estas piezas son testigos de la habilidad artística y la importancia que tuvo su reinado en el Egipto antiguo.

Momentos clave

Intervención en Judá contra los asirios

Uno de los momentos más significativos del reinado de Shabataka fue su participación en los conflictos que tuvieron lugar entre Egipto y Asiria. Tras la caída de Sargón II en 705 a.C., la región de Asia occidental sufrió una inestabilidad considerable. Aprovechando este vacío, el rey Ezequías de Judá solicitó ayuda a Egipto para resistir la presión de los asirios, ahora gobernados por Sennaquerib.

Shabataka, como líder de Egipto, decidió intervenir en favor de Ezequías. Para ello, envió a su hermano Taharqa con un ejército considerable para enfrentarse a las fuerzas de Sennaquerib. Sin embargo, la intervención no tuvo el éxito esperado. En la batalla de Altaku (Eltekeh), las fuerzas egipcias fueron derrotadas de manera aplastante, lo que puso fin a los intentos de Egipto por desafiar el poder asirio en esa región. Esta derrota fue un golpe significativo para la política exterior de Shabataka y reflejó la creciente amenaza de Asiria en el Medio Oriente.

Su legado dinástico y cultural

Aunque la derrota en Altaku marcó un hito negativo en su reinado, Shabataka dejó un legado cultural importante. Fue responsable de la creación de monumentos que testifican tanto su poder como su devoción religiosa, elementos fundamentales en la ideología faraónica. La creación de diversas estelas, esculturas y otros artefactos, reflejan el deseo de Shabataka de dejar una marca perdurable en la historia.

Familia y descendencia

Shabataka tuvo varias esposas, destacando entre ellas a Peye-Arty, una hija real, y Qelkheta. Aunque tuvo hijos, los nombres de estos no se conocen en su totalidad. Un aspecto intrigante de su vida familiar es que algunos historiadores suponen que uno de sus hijos fue Tanutamón, quien más tarde se convertiría en uno de los reyes más conocidos de la dinastía XXV, hijo de su esposa Qelkheta.

Shabataka fue enterrado en la necrópolis real nubia de El-Kurru, en una pequeña pirámide de ladrillo, acompañada de algunos caballos, lo que indica la importancia que tuvo en la sociedad nubia de la época.

Relevancia actual

Hoy en día, el legado de Shabataka sigue siendo objeto de estudio y admiración, tanto en el ámbito arqueológico como histórico. Las piezas artísticas y monumentales que dejó son testigos de una época en la que Egipto intentaba mantener su influencia en una región marcada por la guerra constante entre grandes potencias. El reinado de Shabataka, aunque relativamente breve y plagado de desafíos, refleja la complejidad política de la época y la habilidad de Egipto para interactuar con otras civilizaciones de su tiempo.

En el contexto de la historia egipcia, Shabataka representa a una generación de faraones que, aunque enfrentaron la ascendente Asiria, lograron dejar un legado cultural importante. Su reinado se enmarca dentro de una de las etapas más dinámicas y conflictivas del Egipto tardío.

Lista de logros y contribuciones destacadas de Shabataka:

  1. Construcción de monumentos: Realizó importantes construcciones en Menfis, Luxor y Karnak, destacando especialmente la capilla levantada en Karnak.

  2. Intervención en Judá: Apoyó al rey Ezequías de Judá en su lucha contra Asiria, enviando a su hermano Taharqa a la batalla de Altaku.

  3. Creación de arte y estelas: Dejó un importante legado artístico con esculturas y estelas, como la cabeza en granito del Museo de El Cairo y la cabeza de bronce del Museo de Turín.

  4. Legado dinástico: Su familia jugó un papel importante en la dinastía XXV, siendo posible que uno de sus hijos, Tanutamón, asumiera posteriormente el trono.

  5. Entierro y legado cultural: Fue enterrado en la necrópolis de El-Kurru, reflejando el respeto que se le profesaba como faraón.

Shabataka fue, sin lugar a dudas, una figura central en la historia del Egipto antiguo, un líder que, pese a los desafíos de su época, supo dejar su impronta en la cultura, el arte y la política de su tiempo.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Shabataka (702-690 a.C.): El faraón de la dinastía etíope que desafió a los asirios". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/shabataka [consulta: 18 de octubre de 2025].