Rosario (1918-2000).
Bailarina española, cuyo verdadero nombre era Florencia Pérez Padilla, nacida en 1918 en el barrio sevillano de la Alameda de Hércules, en el seno de una familia de aficionados al flamenco y fallecida en Madrid el 24 de enero de 2000. Con nueve años, su madre decidió llevarla a la academia de baile del maestro «Realito», donde le asignaron como compañero a un niño llamado Antonio, con quien formó pareja artística durante más de veinte años. Estudió también con el maestro Otero y con el fundador de la dinastía de los Pericet, con quien aprendió la «Escuela Bolera», considerada como la danza clásica española. Rosario frecuentó también la casa de Juana «La Macarrona», de quien aprendió a bailar por alegrías.
La pareja Antonio-Rosario, bajo el nombre de «Los chavalillos sevillanos», actuaba en fiestas privadas, cafés y teatros de variedades de Sevilla. Bailaron en la Exposición Internacional de Lieja (Bélgica) en 1928 y en la de Sevilla de 1929.
Realizaron giras por toda Andalucía, el resto de España y Portugal. En los años treinta se trasladaron a Barcelona, donde estudiaron con el maestro Vicente Reyes; con él comenzaron a bailar creaciones con música clásica. Allí les sorprendió la guerra civil, y las autoridades los incluyeron en un grupo artístico que actuaba ante los refugiados en el sur de Francia, con el fin de recaudar fondos para los hospitales de campaña.
Tras múltiples dificultades, la madre de Rosario consiguió que ambos jóvenes obtuvieran un pasaporte para viajar a Argentina, ya que tenían una oferta de actuación en Buenos Aires. En enero de 1937 debutaron en el espectáculo «Las maravillas del Teatro Maravillas» en la capital argentina. En la dirección musical del espectáculo les ayudó el maestro Silvio Masciarelli, con quien Rosario se casó dos años más tarde. En 1940 llegaron a Nueva York, ya como «Rosario y Antonio», donde residieron durante diez años. Allí actuaron en los escenarios de más prestigio, desde el Waldorf-Astoria a los teatros de Broadway. También pasaron por Hollywood, donde intervinieron en tres películas, Zigfield, junto a Judy Garland, James Stewart y Lana Turner, Hollywood’s canteen, junto a Bette Davisy Joan Crawford, y Panamericana.
En 1944 se presentaron en el Carnagie Hall con un extenso repertorio, desde danzas boleras del siglo XVIII a músicas de Turina, Albéniz, Falla o Granados. Ese mismo año bailaron su versión de El amor brujo de Falla con la Orquesta Filarmónica de Filadelfia, en el Concert Hall de esa ciudad. Durante este período viajaron de Este a Oeste de Estados Unidos, además actuaron en Centroamérica y Sudamérica.
Rosario cultivó la amistad de Carmen Amaya y Encarnación López «La Argentinita». En 1949 Rosario y Antonio regresaron a España, donde cosecharon los mismos éxitos que en América. Se multiplicaron las actuaciones, además del rodaje de varias películas. Realizaron también giras por diversos países europeos, e incluso Israel y Egipto.
En diciembre de 1952, tras un largo período de fuertes discusiones internas, la pareja artística se separó, después de casi veinticinco años. Su última actuación fue en el Teatro Calderón de Barcelona.
Este dúo ha sido considerado en la historia de la danza como de un valor y una fecundidad extraordinaria. Según opinión de los entendidos, ninguno de los dos bailarines llegó a compenetrarse con las parejas que tuvieron posteriormente.
Entre las realizaciones de mayor éxito de la pareja, se pueden señalar Zorongo gitano, jotas de Manuel de Falla, Larregla o Bretón; la selección de la ópera Goyescas de Granados; o El sombrero de tres picos, de Falla. Rosario realizó piezas inéditas como la Danza de la gitana, de Halffter, o El Puerto, de Albéniz. En 1955 estrenó en Granada un ballet de temática lorquiana compuesto especialmente para ella por Matilde Salvador, Sortilegio de la luna.
En la década de los cincuenta presentó también su espectáculo Danzas de España, y Ballet de arte español, con Roberto Iglesias, Juan Alba o Juan Morilla como primeros bailarines. De esta época son también otras creaciones coreográficas como Ritmo, gracia y sentimiento, de M. Infante, o Diablo en la playa, basada en la obra «Sanlúcar de Barrameda» de Turina, que ella bailó por primera vez.
A comienzos de los sesenta disolvió su compañía, y en 1962 tuvo un breve reencuentro con Antonio, como artista invitada en su Compañía. Con él hizo una gira internacional que incluyó Rusia, Inglaterra, Estados Unidos, Canadá e Hispanoamérica. En 1965 se separaron definitivamente.
Realizó también múltiples grabaciones para las televisiones española, italiana y estadounidense. Fue contratada en tablaos consagrados en Madrid como El Corral de la Morería o El Café de Chinitas. A partir de los setenta abrió una academia de baile y dejó las actuaciones en público sólo para ocasiones especiales, como homenajes, o para instituciones benéficas.
En febrero de 1998 se presentó en Madrid el libro Rosario, aquella danza española, escrito por Rafael Salama Benarroch. Rosario tiene en su haber numerosas condecoraciones como el premio de la Asociación Mundial de Amigos de la Infancia, entregada por la reina Sofía en 1986, el Premio Nacional de Coreografía (1957), o el Premio Nacional de Interpretación Coreográfica. Está en posesión además del Lazo de Isabel la Católica (1955) y la Medalla de Oro de Bellas Artes, que le fue entregada por el rey en 1995.