Julio Ortiz de Zárate (1885-1943): El pionero chileno de las modernas tendencias pictóricas

Julio Ortiz de Zárate, nacido en Santiago el 12 de abril de 1885, es uno de los nombres fundamentales dentro de la historia del arte chileno. Con una carrera que abarcó tanto la pintura como la enseñanza y la dirección de importantes instituciones artísticas, Ortiz de Zárate es reconocido por haber sido uno de los primeros artistas en introducir las tendencias pictóricas modernas europeas en su país natal. A través de su contacto directo con los movimientos vanguardistas de la época, su obra marcó un antes y un después en el panorama artístico chileno. De influencia cubista, abstracta y, especialmente, de Cézanne, su trabajo en bodegones y naturalezas muertas lo convierte en una figura imprescindible de la pintura del siglo XX en Chile.

Orígenes y contexto histórico

Julio Ortiz de Zárate nació en una familia santiaguesa de renombre, lo que facilitó su incursión en el mundo del arte desde temprana edad. Su padre, el compositor Eleodoro Ortiz de Zárate, dejó una importante huella en la cultura de la época, y su entorno familiar favoreció su acceso a las mejores oportunidades educativas. A pesar de haber iniciado estudios en la Escuela de Minas de Santiago, pronto su vocación artística se impuso. Decidió formarse en la Escuela de Bellas Artes de Santiago, donde fue discípulo de destacados artistas como Pedro Lira y el español Fernando Álvarez de Sotomayor.

Aunque formaba parte de la Generación del 13, un grupo de artistas chilenos que buscaba renovar la pintura nacional, Ortiz de Zárate mostró un interés más marcado por las tendencias más avanzadas, lo que lo llevó a integrarse a varios grupos artísticos progresistas. De este modo, comenzó su militancia en el Grupo de los Diez en 1916, una agrupación que intentaba fusionar las influencias nacionales con las más modernas corrientes internacionales. Entre sus miembros destacaron artistas como Manuel Magallanes, Juan Francisco González y Armando Donoso.

El contacto con estos artistas y el impulso de las nuevas ideas pictóricas fueron esenciales para el desarrollo del estilo de Ortiz de Zárate.

Logros y contribuciones

El recorrido artístico de Ortiz de Zárate se vio enriquecido por su viaje a Europa en 1919, donde tuvo la oportunidad de profundizar en las vanguardias artísticas más importantes del momento. En su primera visita a España, Bélgica y Francia, conoció de cerca las obras de artistas influyentes como Miró, Picasso, Braque y Modigliani, cuyas obras marcaron profundamente su estilo. En sus viajes, se empapó de la estética cubista y del arte abstracto, influjos que enriquecieron su producción pictórica y lo alejaron de las formas más tradicionales de la pintura académica de la época.

En 1922, regresó a Europa con su hermano Manuel, y durante su estancia en París, el contacto directo con los grandes movimientos de la vanguardia, como el cubismo, fue determinante en su evolución artística. A su regreso a Chile, en 1923, participó en la fundación del Grupo Montparnasse, un acontecimiento clave para la renovación de la pintura chilena, que introdujo las tendencias modernas en el país. Junto a artistas como Henriette Petit, Luis Vargas Rosas y José Perotti, se propuso modernizar la pintura chilena, de acuerdo con las ideas de vanguardia que habían permeado la Europa de la primera mitad del siglo XX.

A lo largo de su carrera, Ortiz de Zárate desarrolló una pintura que se alejaba del academicismo y se orientaba hacia un lenguaje más expresivo, libre de las restricciones formales del siglo XIX. Su obra, influenciada por el cubismo y las tendencias europeas, se centró en bodegones, naturalezas muertas y retratos. Estas obras se destacaron por su volumetría, el uso intenso del color y una pincelada más libre, influenciada por la obra de Cézanne. Ortiz de Zárate fue un pionero de estas técnicas, que permitieron a la pintura chilena dar un giro hacia las tendencias contemporáneas de la pintura moderna.

En el ámbito gráfico, Ortiz de Zárate también dejó una huella profunda, especialmente a través de sus aguafuertes. Su habilidad para manipular el blanco y negro permitió que sus trabajos en este formato alcanzaran un nivel de expresividad intensamente emocional, reflejando sus influencias europeas y su dominio de las nuevas técnicas. Las obras como Los Palaqueros (1916) y Autorretrato (1923) son dos de sus creaciones más representativas, que ejemplifican su transición hacia un estilo más libre y audaz.

Momentos clave

A lo largo de su carrera, Julio Ortiz de Zárate vivió una serie de momentos clave que marcaron su ascenso en el mundo del arte chileno. Entre los más significativos destacan:

  1. 1914 – Tercera Medalla en pintura y Segunda en dibujo del Salón Oficial de Santiago.

  2. 1916 – Segunda Medalla del Salón de Santiago y su inclusión en el Grupo de los Diez.

  3. 1919 – Primer viaje a Europa, donde descubre de cerca las vanguardias artísticas.

  4. 1922 – Regresa a Europa y en 1923 forma parte de la fundación del Grupo Montparnasse en Chile.

  5. 1930 – Representa a Chile en la Exposición Iberoamericana de Sevilla como comisionado de Bellas Artes.

  6. 1934 – Nombrado profesor en la Escuela de Artes Aplicadas de Santiago.

  7. 1939-1943 – Dirige el Museo Nacional de Bellas Artes de Chile hasta su fallecimiento en 1943.

Durante su vida, Ortiz de Zárate también fue galardonado con varios premios que reflejan el reconocimiento de su trabajo dentro del panorama artístico nacional e internacional, entre ellos el Premio de Honor Matte Blanco en 1934 y la Medalla de Oro en la Exposición de Pintura Chilena de Buenos Aires en 1940.

Relevancia actual

El legado de Julio Ortiz de Zárate perdura en el panorama artístico de Chile, especialmente en lo que respecta a su contribución a la modernización de la pintura nacional. Su capacidad para fusionar las influencias internacionales con el contexto local lo ha convertido en una figura clave de la historia del arte chileno. La renovación que impulsó a través del Grupo Montparnasse y sus obras, que hoy en día son estudiadas y apreciadas, siguen siendo una referencia esencial para los artistas contemporáneos de Chile y el mundo.

Su enfoque innovador, su habilidad para interpretar las tendencias modernas y su capacidad para fusionar diversas corrientes artísticas siguen siendo una fuente de inspiración. Los museos de arte, como el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago, donde Ortiz de Zárate estuvo al frente hasta su muerte, continúan exhibiendo su obra y rindiendo homenaje a su importante papel en la historia del arte chileno.

En resumen, Julio Ortiz de Zárate fue un artista visionario que no solo introdujo las tendencias modernas en Chile, sino que también estableció un puente entre la tradición y la modernidad, contribuyendo a una evolución fundamental en el arte de su país.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Julio Ortiz de Zárate (1885-1943): El pionero chileno de las modernas tendencias pictóricas". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/ortiz-de-zarate-julio [consulta: 28 de septiembre de 2025].