O’Donnell y Anethan, Enrique José. Conde de La Bisbal (1776-1834).
Militar y escritor español, nacido en San Sebastián el 21 de mayo de 1776 y muerto en Montpellier el 17 de mayo de 1834.
Hijo del teniente coronel José O’Donnell y O’Donnell y de María Ana Anethan y de Marechal, ingresó como cadete de menor edad en octubre de 1783, y en junio de 1787 en el regimiento de Infantería de Irlanda. En septiembre de 1788 era subteniente. Defendió Ceuta contra los marroquíes en 1789, pasó a Rosas (en la guerra contra Francia) en 1794, sirvió en Algeciras y San Roque en 1796, y luego en Canarias, y regresó a la Península en 1802. Contribuyó a la defensa de Gerona entre 1808 y 1809, ascendió a brigadier en 1809, y a mariscal de campo en el mismo año, y en abril de 1810 era teniente general y capitán general del Principado.
Publicó una Proclama a los catalanes (Esparraguera, 31 de enero de 1810), por la que introdujo el sorteo como medio de reclutamiento en Cataluña; un Aviso (Tarragona, 20 de abril de 1810; inserta en el Diario Mercantil de Cádiz, el 11 de junio de 1810), sobre el abuso de muchos comerciantes, que entregaban víveres y efectos al enemigo; una orden del día a sus soldados, a continuación de la acción de Lérida del 23 abril 1810 (inserta en el mismo diario, el 6 de junio de 1810); y tres edictos-proclamas: «Catalanes» (Villafranca, 1810), «Edicto para perseguir a los desertores» (San Vicente del Horts, 15 de mayo de 1810), «Catalanes» (Tarragona, 22 de mayo de 1810; con motivo de la pérdida de Lérida, reproducida en el Diario Mercantil el 29 junio 1810).
Herido gravemente, tuvo que dejar provisionalmente el mando el 2 de junio de 1810. Convocó en Tarragona el Congreso provincial de Cataluña, el 4 de julio de 1810, para el día 16, a fin de que los delegados de los corregimientos y de las órdenes religiosas ayudasen a la Junta y a él mismo en el esfuerzo de guerra, en todo lo relativo a las contribuciones y a la estadística corregimental, aunque también se previó que el Congreso sirviera de cauce para las quejas y aspiraciones de los ciudadanos. Su «Intimación al gobernador del castillo de Morella», junto con la contestación, fechada el 16 de julio de 1810, apareció en el Diario Mercantil de Cádiz, el 16 de agosto de 1810. El 17 julio O’Donnell pronunció, en la apertura del Congreso, un discurso titulado «España y el español a presencia de sus Cortes en 1810» (Tarragona, 1810; publicado también en el mismo diario, el 14 de agosto de 1810).
Se le atribuye el folleto Preliminares a la Constitución para el Reino de España. Que dedica a las Cortes un Español (Tarragona, 10 de octubre de 1810, con otras ediciones en Palma, Valencia, 1810, y Lima, 1811), pero la firma D. A. de E., en la edición valenciana, parece desmentirlo (según un extracto en el Diario Mercantil del 19 de diciembre de 1810). Después de la sorpresa de La Bisbal, recibió el título de conde de esta población, aunque él fue el primero en firmar del Avisbal (luego común en la época). Parece que fue él quien permitió la exención de quintos pudientes, lo que le produjo un ingreso de 236.816 duros, correspondientes a 471 quintos; permitió también librarse a quien entregase cincuenta fusiles, y fueron varios los quintos que se acogieron a esta modalidad.
General en jefe del ejército del Centro y de Andalucía, nombrado el 6 de octubre de 1811. El 22 de enero de 1812 fue uno de los Regentes del Quintillo; dimitió el 21 de agosto de 1812 (aunque la Representación en la que explica sus motivos lleva fecha del 18), por la censura manifestada ante la incapacidad de su hermano José, pero se le admitió oficialmente el 31 de agosto de 1812. Dirigió una Representación a las Cortes, a la que contestó José Canga Argüelles. En 1813 obtuvo el mando del ejército de reserva de Andalucía, pasando después a Navarra. El 2 de mayo de 1814 lanzó desde Logroño la proclama «Soldados del ejército de Andalucía. Exaltación del más amado de los reyes, frente a un puñado de anarquistas» (reimpresa en Cádiz en 1814).
Fernando VII, el 2 de septiembre de 1814, le nombró capitán general de Andalucía y gobernador de Cádiz. En 1817 parece que se encontraba comprometido con Lacy, pero supo disimularlo hasta comprobar el resultado de la destitución de éste. En un oficio (Cádiz, 6 de enero de 1819), comunicó la muerte de la reina María Isabel, y ordena el luto consiguiente. General en jefe del ejército reunido de Andalucía en 1819, se le tenía por conspirador liberal, aunque el 8 de julio de 1819 detuvo a los principales conspiradores en El Palmar. Enviado en 1820 a combatir a Riego, prefirió proclamar la Constitución en Ocaña. No obstante, después de esta acción pareció igualmente sospechoso a liberales y absolutistas, que temían su ambición. Eusebio López Polo publicó una carta que Avisbal le dirigió (Valdepeñas, 22 de marzo de 1820, impresa en Madrid y reimpresa en Sevilla por Padrino), sobre su conducta desde la vuelta del Rey. En abril de 1820 fue destinado a Castilla la Vieja, con residencia en Santander, aunque en seguida pasó a Cataluña, donde los liberales le recibieron francamente mal.
Volvió a Castilla la Vieja, esta vez a Ávila y Valladolid. El 3 de agosto de 1822 fue nombrado Inspector de Infantería y Milicias, con residencia en Segovia, pero renunció al cargo al saber que su hermano Carlos se había separado de la Nación, marchándose a Francia. Capitán general de Castilla la Nueva, el conde de Montijo le escribió una carta, el 11 de mayo de 1823, en la que le invitaba a salvar a España, levantándose contra la Constitución. En su respuesta, fechada el 15, se mostró contrario a la Constitución de Cádiz, pero todavía creía posible una revisión de acuerdo con el Rey y con las potencias extranjeras, y así parar la guerra (ambas cartas las publicó Montijo en 1823). En el mismo mes de mayo publicó un Manifiesto en el que abiertamente defendía la revisión constitucional, por lo que muchos liberales le abandonaron. De hecho, estaba ya al habla con los franceses. Publicó entonces «Apuntes relativos a mi campaña del año 1820 contra Riego» (Madrid, 1823), publicado primero en El Restaurador (octubre de 1823), pero no pudo evitar que el poder absoluto le apresase y le sometiese a proceso. Se evadió, aunque fue de nuevo cogido en Bilbao; no obstante, el príncipe Hohenlohe le libertó y le facilitó el traslado a Francia, donde recibió una pensión de 12.000 reales anuales.
Vivió en Limoges. Cuando le llegó la amnistía, en 1834, cuando se encontraba camino de España, murió de repente, al saber que Zumalacárregui había fusilado a su hijo primogénito, el capitán Leopoldo O’Donnell y Burgués.
Estuvo casado con María Ignacia Burgués y Caramany. Poseía las grandes cruces de San Fernando, Carlos III e Isabel la Católica. Él mismo fue origen de una condecoración, creada el 2 de julio de 1817, y titulada Cruz de La Bisbal, San Feliú y Palamós.
Bibliografía
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MOYA Y JIMÉNEZ, Francisco y REY JOLY, Celestino. El ejército y la marina en las Cortes de Cádiz. (Cádiz, 1913).
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PALAU Y DULCET, Antonio: Manual del librero hispano-americano. 2ª ed. (Barcelona, 1948-1977).
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Diario Mercantil de Cádiz [confróntese los números citados].
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RIAÑO, Camilo: El Teniente General Don Antonio Nariño. (Bogotá, 1973).
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Redactor General de España (nº 599, 2 de febrero de 1813).
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Archivo General Militar de Segovia.
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«Carta a López Polo» (Hemeroteca Nacional, 330-24).
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SAIZ CASTELLANOS, Pedro. Anotaciones sobre las campañas de Cataluña de 1822 y 1823. (Veracruz, 1828).
A. GIL NOVALES.