Alice Nikitina (1909-1978): La bailarina rusa que conquistó el escenario internacional

Alice Nikitina, nacida como Alice Landau en San Petersburgo en 1909, fue una de las artistas más destacadas del mundo de la danza durante la primera mitad del siglo XX. Su nombre resuena como sinónimo de talento, dedicación y una transición fluida entre el ballet clásico y la música vocal. A lo largo de su carrera, Nikitina se destacó no solo por su destreza como bailarina, sino también por su faceta como cantante y profesora. Su vida y obra dejaron una huella indeleble en la historia del ballet y la música, tanto en Europa como en el resto del mundo.

Orígenes y contexto histórico

Alice Nikitina nació en una época de agitación para Rusia, en el seno de una familia que pronto se vería obligada a abandonar el país debido a las circunstancias políticas. A lo largo de su juventud, fue testigo de los profundos cambios en la sociedad rusa, especialmente después de la Revolución de Octubre. Fue en San Petersburgo, en el marco de un contexto de efervescencia cultural, donde comenzó a formarse como artista. Nikitina ingresó en la prestigiosa Escuela del Teatro Imperial de San Petersburgo, una de las instituciones más importantes de su tiempo, que formaba a los futuros grandes artistas del ballet ruso.

A medida que su talento se fue desarrollando, Nikitina, junto con su familia, emigró de Rusia y se estableció en Berlín, donde la joven bailarina tuvo su primer gran debut profesional. Fue aquí donde se unió al Ballet Romántico Ruso, dirigido por Boris Romanov, uno de los principales coreógrafos de la época. Esta experiencia fue fundamental para su carrera, pues le permitió mostrar su destreza artística ante un público internacional. En Berlín, su talento fue descubierto por el legendario Sergei Diaghilev, quien inmediatamente la contrató para los célebres Ballets Russes, la compañía de ballet más influyente de la historia.

Logros y contribuciones

La carrera de Alice Nikitina estuvo marcada por colaboraciones con algunos de los más grandes coreógrafos y compositores del siglo XX. Uno de sus primeros logros importantes fue su participación en el estreno de las obras Zéphire et Flore (1925) de Léonide Massine y Barabau (1925) de George Balanchine, dos de los más influyentes coreógrafos de la época. Este periodo de su vida también incluyó el debut en el famoso ballet L’Oiseau de Feu (El pájaro de fuego), una obra que, aunque no pudo interpretar el papel principal en su primera oportunidad, le permitió consolidarse como una figura central dentro de la compañía de Diaghilev.

A lo largo de su carrera en los Ballets Russes, Alice Nikitina se distinguió por su capacidad de interpretar con maestría tanto roles dramáticos como cómicos. En 1927, se destacó en la interpretación de La Chatte, una obra de George Balanchine que había sido inicialmente creada para la legendaria bailarina Olga Spessivtseva. Esta interpretación marcó su regreso a los Ballets Russes, donde participó en el estreno de algunas de las coreografías más importantes de la época, como Le Pas d’Acier (1927) y Ode (1928) de Léonide Massine, así como en Apollon Musagète (1928) y Le Bal (1929) de George Balanchine.

La muerte de Sergei Diaghilev en 1929 significó un punto de inflexión en la historia de los Ballets Russes. Tras la disolución de la compañía, Alice Nikitina continuó su carrera en otras agrupaciones, como la revista de Charles B. Cochran en Londres y con los Les Ballets 1933 de George Balanchine. Sin embargo, su vida no solo estuvo marcada por su habilidad para el ballet, sino también por su pasión por la música.

Momentos clave en la vida de Alice Nikitina

A lo largo de su carrera, Alice Nikitina vivió varios momentos clave que definieron su legado como artista multifacética:

  1. Debut en el Ballet Romántico Ruso: Su primer gran paso hacia el reconocimiento profesional en Berlín bajo la dirección de Boris Romanov.

  2. Contratación por los Ballets Russes: La oportunidad de unirse a la compañía de Sergei Diaghilev en 1923 marcó el comienzo de su carrera internacional.

  3. Estrenos de ballets clave: Participación en los estrenos de Zéphire et Flore y Barabau en 1925, dos obras fundamentales del repertorio clásico.

  4. Interpretación de La Chatte: En 1927, Nikitina demostró su gran talento interpretativo en la obra de George Balanchine, consolidando su puesto en la compañía.

  5. Carrera como soprano: A partir de 1938, Alice Nikitina se dedicó al canto y comenzó a estudiar para convertirse en soprano, una nueva faceta que complementó su faceta de bailarina.

  6. Fundación de su escuela de danza: En 1949, Nikitina fundó su propia escuela de danza en París, dejando un legado educativo que perdura hasta nuestros días.

Relevancia actual

Aunque Alice Nikitina falleció en Montecarlo en junio de 1978, su legado sigue siendo una fuente de inspiración para bailarines y artistas de todo el mundo. Su habilidad para adaptarse a diferentes disciplinas artísticas, como el ballet y el canto, demuestra su versatilidad y su incansable búsqueda por innovar dentro de la danza. Además, su contribución a la difusión del ballet clásico ruso en Europa y América sigue siendo fundamental para comprender la evolución de este arte en el siglo XX.

Nikitina no solo dejó un impacto en el ámbito artístico, sino también en el mundo de la educación. Su escuela de danza en París formó a nuevas generaciones de bailarines que continuaron con su trabajo y lo expandieron en todo el mundo. Además, su obra literaria Nikitina by Herself (Londres, 1959), que narra sus experiencias y su visión del arte, se ha convertido en un documento esencial para aquellos interesados en la historia del ballet ruso y su expansión internacional.

Hoy en día, su legado se mantiene vivo no solo a través de las generaciones de bailarines que formó, sino también por la influencia que tuvo en la historia de los Ballets Russes y en el desarrollo del ballet moderno.