Nguyen Van Thieu (1923–2001): El general que presidió la última resistencia del Sur vietnamita

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De campesino a general: los orígenes turbulentos de un líder en formación

Contexto histórico de Vietnam en la primera mitad del siglo XX

El colonialismo francés y el despertar nacionalista

Durante el primer tercio del siglo XX, Vietnam se encontraba bajo el dominio colonial francés, integrado en la denominada Indochina Francesa. A pesar de la opresión política y económica, el país experimentó un creciente sentimiento nacionalista, alimentado tanto por las desigualdades sociales como por la importación de ideas revolucionarias desde Europa y China. Esta efervescencia ideológica se manifestó en movimientos culturales y políticos que abogaban por la autodeterminación vietnamita.

Entre los sectores más movilizados estaban los jóvenes educados en escuelas occidentales y los campesinos empobrecidos, que veían en el comunismo una promesa de justicia social. La creciente represión colonial no hizo sino radicalizar a muchos, quienes encontraron en organizaciones como el Viet Minh, liderado por Ho Chi Minh, una vía para canalizar sus aspiraciones revolucionarias.

El impacto de la Segunda Guerra Mundial y la irrupción del Viet Minh

La ocupación japonesa durante la Segunda Guerra Mundial debilitó severamente la estructura del dominio francés en la región. Al finalizar el conflicto en 1945, la retirada de las fuerzas niponas dejó un vacío de poder que fue rápidamente aprovechado por el Viet Minh. Este grupo, con base ideológica comunista y fuerte arraigo en zonas rurales, proclamó la independencia de Vietnam, dando inicio a un nuevo capítulo en la historia del país: el enfrentamiento entre nacionalistas comunistas y colonialistas franceses, que desembocaría en la Primera Guerra de Indochina (1946–1954).

Es en este contexto convulso y de redefinición nacional donde surge la figura de Nguyen Van Thieu, quien, como muchos jóvenes de su tiempo, se vio inmerso desde muy temprano en las tensiones entre ideología, poder y supervivencia.

Infancia, formación y primeros compromisos políticos

Origen rural y educación católica en Hue

Nguyen Van Thieu nació el 5 de abril de 1923 en Tri Thuy, una aldea ubicada en la provincia de Ninh Thuan, en la región centro-sur de Vietnam. Su familia pertenecía a la pequeña propiedad agrícola, sin grandes recursos, pero con aspiraciones de movilidad social. En un entorno mayoritariamente budista, su temprana educación transcurrió en una escuela secundaria católica en Hue, ciudad que entonces albergaba una importante influencia eclesiástica y colonial.

Este entorno educativo, de inspiración occidental, marcaría profundamente su formación intelectual, alejándolo de las tradiciones rurales de su entorno y aproximándolo al modelo de orden y jerarquía promovido por las instituciones coloniales. Aunque su familia era originalmente budista, este contacto temprano con el catolicismo —que más tarde abrazaría formalmente— resultó decisivo tanto para su carrera como para sus alianzas políticas.

Vinculación inicial con el Viet Minh y ruptura con el comunismo

Al finalizar la Segunda Guerra Mundial en 1945, como tantos otros jóvenes idealistas de su generación, Nguyen Van Thieu se sintió atraído por el discurso del Viet Minh, que en ese momento canalizaba el impulso patriótico contra la restauración del poder francés. Se integró en el movimiento y llegó a ocupar cargos menores como jefe local del Viet Minh en su villa natal.

Sin embargo, su vinculación fue breve. Pronto se desencantó del enfoque comunista del movimiento, percibiendo en él una deriva autoritaria incompatible con sus propias ideas de orden y jerarquía. Esta ruptura lo llevaría a un giro político drástico: pasar de aliado de los comunistas a colaborador del régimen colonial francés, marcando el inicio de su carrera militar bajo el paraguas occidental.

Carrera militar y ascenso bajo tutela colonial

Formación en la Academia Militar Nacional Dalat

En 1949, Thieu ingresó en la Academia Militar Nacional de Dalat, institución fundada por los franceses para formar una oficialidad vietnamita leal al régimen colonial. Esta decisión fue un hito en su vida, pues significó su formal entrada en el mundo castrense y su alineamiento definitivo con el bando anticomunista.

La academia ofrecía una combinación de formación táctica, disciplina francesa y adoctrinamiento ideológico que convertía a sus egresados en piezas clave del nuevo Ejército Nacional Vietnamita. Thieu no solo destacó por sus aptitudes militares, sino también por su capacidad de adaptación y lealtad a sus superiores.

Participación en la Primera Guerra de Indochina junto a Francia

Entre 1949 y 1954, Thieu combatió en las filas del Ejército Colonial Francés durante la Primera Guerra de Indochina, conflicto que enfrentó a Francia con el Viet Minh por el control del país. Aunque el conflicto concluyó con la derrota francesa en Dien Bien Phu y la posterior firma de los Acuerdos de Ginebra (1954), su paso por el frente consolidó la experiencia de combate de Thieu y lo posicionó como un oficial de carrera respetado.

Ese mismo año fue designado director de la Academia Militar Nacional de Vietnam, lo cual supuso no solo un reconocimiento a sus méritos, sino también una oportunidad para influir en la formación de las nuevas generaciones de oficiales anticomunistas.

Conversión al catolicismo y consolidación dentro del ejército sudvietnamita

En 1958, en un acto simbólico y estratégico, Nguyen Van Thieu se convirtió al catolicismo, alineándose aún más con las élites políticas dominantes del sur, especialmente con el entonces presidente Ngo Dinh Diem, ferviente católico. Este gesto reforzó su ascenso en el Ejército Nacional de Vietnam del Sur, fundado tras la partición del país en 1954.

La combinación de su lealtad política, méritos militares y nueva fe religiosa le permitió consolidarse rápidamente. En 1956 ingresó formalmente en el Ejército de la República de Vietnam (ARVN) y fue enviado a Estados Unidos para perfeccionar su formación militar. Allí permaneció hasta 1960, cultivando relaciones con altos mandos estadounidenses que más adelante resultarían cruciales en su carrera política.

A su regreso, Diem lo ascendió a coronel y le otorgó el mando de una división. Desde ese puesto, Thieu comenzaría a tejer redes de influencia dentro del ejército y a prepararse para la compleja y peligrosa política de golpes, traiciones y alianzas que caracterizaría a Vietnam del Sur durante la siguiente década.

Ambición y poder: el ascenso político durante la Guerra de Vietnam

De golpista a jefe de Estado: maniobras y alianzas clave

Participación en el golpe contra Ngo Dinh Diem

El año 1963 marcó un punto de inflexión en la carrera de Nguyen Van Thieu. En un clima de creciente inestabilidad interna, un grupo de oficiales del ejército decidió derrocar al presidente Ngo Dinh Diem, cuyo régimen había degenerado en una dictadura familiar profundamente impopular. A pesar de haber sido promovido por Diem, Thieu se unió a la conspiración y lideró personalmente el asalto al palacio presidencial, lo que le otorgó una posición destacada entre los conspiradores.

Aunque su papel en el golpe fue crucial, los frutos del poder se repartieron entre varios generales, lo que dejó a Thieu inicialmente en un segundo plano. No obstante, como parte del nuevo orden militar, fue ascendido a general de brigada en 1964, pero sus ambiciones apuntaban mucho más alto.

Consolidación en el poder con apoyo militar estadounidense

Thieu se integró a un grupo de oficiales jóvenes apodados los “Jóvenes Turcos”, por analogía con el movimiento reformista otomano. Este colectivo, decidido a modernizar el país bajo liderazgo militar, comenzó a tomar control progresivo del gobierno sudvietnamita. En diciembre de 1964, los “Jóvenes Turcos” obtuvieron el control efectivo del ejército, consolidando su influencia.

El respaldo de militares estadounidenses fue esencial en este proceso. La creciente implicación de Estados Unidos en Vietnam tras la resolución del Golfo de Tonkín (1964) incrementó el valor estratégico de oficiales prooccidentales como Thieu. Su buena relación con asesores estadounidenses facilitó su incorporación al gobierno de Tran Van Huong como viceprimer ministro y ministro de Defensa, cargos desde los cuales potenció las operaciones militares contra el Vietcong.

Alianzas con Nguyen Cao Ky y el Directorio Militar

La colaboración con el vicemariscal Nguyen Cao Ky, un carismático y controvertido oficial de la fuerza aérea, fue clave para el ascenso de Thieu. Ambos maniobraron para derrocar al propio Tran Van Huong, a quien reemplazaron por Phan Huy Quat. Esta alianza estratégica, cimentada en la necesidad mutua de apoyo militar y político, permitió a Thieu conservar sus cargos en el nuevo gabinete.

El 12 de junio de 1965, un nuevo golpe impulsado por su facción puso fin al gobierno de Quat. Thieu fue designado entonces jefe de Estado y presidente del Directorio Militar, una junta compuesta por diez altos mandos que se hizo con el poder ejecutivo. Desde esa posición de fuerza, impuso un nuevo gobierno encabezado por Nguyen Cao Ky como primer ministro, estableciendo así un tándem político que marcaría el devenir de Vietnam del Sur durante varios años.

Aunque la legitimidad del Directorio era limitada, su poder era real. Thieu no dudó en usar el ejército como instrumento político, presionando a sus rivales e incluso destituyendo a altos mandos que se mostraban díscolos. Comenzaba así una fase de gobierno militar autoritario con apariencia de estabilidad institucional.

Presidencia y control del aparato estatal

Elecciones de 1967 y establecimiento del régimen presidencial

Ante la insistencia de Estados Unidos en dotar de apariencia democrática al gobierno de Vietnam del Sur, Thieu organizó elecciones presidenciales en 1967, en el marco de una nueva constitución que él mismo promovió. Las maniobras políticas y el control del aparato estatal le aseguraron la victoria. Fue elegido presidente en septiembre de ese año, con Nguyen Cao Ky como vicepresidente.

Este resultado, aunque formalmente democrático, fue ampliamente cuestionado por la oposición, que denunció irregularidades e intimidaciones. No obstante, Thieu logró así una legitimidad institucional, que consolidó su control sobre el gobierno, aunque sin abandonar su carácter autoritario.

Represión, corrupción y autoritarismo con apoyo de EE.UU.

Ya en el poder, Thieu instauró un régimen que combinaba el discurso anticomunista con medidas represivas internas, como la eliminación de libertades civiles, la censura y la persecución de opositores. La corrupción se convirtió en un mal endémico, extendiéndose por todos los niveles de la administración.

Pese a ello, su política fue respaldada firmemente por Estados Unidos, que veía en su figura un baluarte contra la expansión comunista en el Sudeste Asiático. Las administraciones de Lyndon B. Johnson y Richard M. Nixon apostaron por sostener el gobierno de Thieu a toda costa, canalizando ingentes cantidades de ayuda militar y económica.

Sin embargo, la dependencia de Washington limitaba su autonomía. Muchos analistas lo consideraban un presidente títere, cuya supervivencia política estaba atada a los intereses estratégicos de la Casa Blanca. La percepción de que su régimen carecía de base popular real alimentó las críticas internas y externas.

Eliminación progresiva de rivales internos

A medida que consolidaba el poder, Thieu comenzó a deshacerse de antiguos aliados. Su relación con Nguyen Cao Ky, inicialmente funcional, se deterioró rápidamente. En mayo de 1968, lo apartó del gobierno y formó un nuevo gabinete con figuras más afines y leales.

La reorganización del aparato estatal fue acompañada de una política de purgas silenciosas en las fuerzas armadas y la administración civil. Thieu no toleraba la disidencia ni el cuestionamiento de su autoridad. De este modo, transformó lo que comenzó como una presidencia compartida en una estructura vertical centrada en su figura.

La guerra desde el palacio: decisiones militares y relaciones exteriores

Resistencia a los acuerdos de paz y oposición a las negociaciones

En un giro que revelaba su talante inflexible, Thieu se opuso abiertamente a la suspensión de los bombardeos estadounidenses sobre Vietnam del Norte, anunciada por Johnson en octubre de 1968. Consideraba que cualquier gesto de distensión debilitaba su posición frente al Vietcong.

A lo largo de 1969, con la llegada de Nixon a la presidencia de EE.UU., Thieu tuvo que adaptarse a un nuevo escenario: el proceso de “vietnamización de la guerra”, es decir, el progresivo retiro de las tropas estadounidenses. Esta retirada implicaba que el Ejército de Vietnam del Sur debía asumir el peso principal del conflicto.

Estrategias de vietnamización y reformas económicas

Para contrarrestar la pérdida de apoyo directo estadounidense, Thieu promovió una serie de reformas destinadas a consolidar el control estatal en las zonas rurales. Se establecieron consejos locales y se lanzaron programas agrarios, apoyados por préstamos de Estados Unidos. Sin embargo, muchas de estas medidas quedaron en el papel o fueron mal ejecutadas, afectadas por la corrupción y el clientelismo.

Paralelamente, su gobierno impulsó reformas económicas orientadas a atraer inversión extranjera, necesarias tras el recorte de la ayuda norteamericana en 1969. Pero los desequilibrios estructurales, la inflación y la falta de infraestructura dificultaron cualquier avance sostenido.

Conflictos internos y la crisis de legitimidad

La crisis de confianza interna se agudizó en 1971, cuando Thieu convocó nuevas elecciones presidenciales. Mediante una ley electoral aprobada por el Parlamento, logró excluir a sus principales rivales, incluyendo a Nguyen Cao Ky. El resultado fue una elección con un solo candidato: él mismo. Obtuvo el 94% de los votos en unos comicios calificados como fraudulentos.

Este episodio, lejos de fortalecer su legitimidad, acentuó la percepción de dictadura encubierta. La oposición, tanto política como religiosa, denunció la represión y la falta de representatividad. La división dentro de las filas gubernamentales creció, así como el escepticismo de los aliados internacionales.

A pesar de estos factores, Thieu se aferró al poder, negándose a aceptar cualquier acuerdo de paz que no garantizara su permanencia. Esta actitud lo dejó cada vez más aislado en el tablero político, tanto interno como global, mientras el conflicto bélico continuaba su escalada hacia el desenlace final.

Crisis terminal: de la ofensiva del Norte a la caída de Saigón

Retirada de EE.UU. y colapso militar progresivo

A comienzos de la década de 1970, el destino del régimen de Nguyen Van Thieu comenzó a depender casi exclusivamente de su capacidad para sostenerse sin el respaldo directo de Estados Unidos. La firma de los Acuerdos de Paz de París en 1973, impulsada por la administración Nixon, supuso un punto de inflexión. Aunque Thieu se resistió a aceptar el acuerdo, se vio forzado a hacerlo bajo presión norteamericana, especialmente por la promesa de que la ayuda militar y económica seguiría fluyendo.

Sin embargo, el compromiso estadounidense resultó frágil. La crisis del Watergate debilitó la posición de Nixon y, tras su dimisión en 1974, el Congreso estadounidense recortó significativamente la asistencia a Vietnam del Sur. Las tropas del Ejército Popular de Vietnam del Norte, reforzadas y bien dirigidas, comenzaron entonces una ofensiva sistemática desde las regiones septentrionales hacia el sur.

El ejército sudvietnamita, mal entrenado y aquejado por la corrupción y la desmoralización, no logró contener el avance norvietnamita. A pesar de los esfuerzos de Thieu por reestructurar las defensas y movilizar recursos, el colapso se volvió inevitable. En un intento desesperado, ordenó el repliegue de todas sus tropas hacia Saigón, lo que resultó en una retirada caótica que dejó a las principales ciudades del norte sin protección.

Dimisión forzada y último discurso como presidente

Frente al avance incontenible del enemigo y la creciente presión internacional, Nguyen Van Thieu comprendió que su permanencia en el poder era insostenible. La presión provenía no solo de los comunistas, sino también de la oposición interna no comunista, que reclamaba su salida como condición para alcanzar un acuerdo de paz.

El 21 de abril de 1975, en un discurso televisado, Thieu anunció su dimisión como presidente de la República de Vietnam del Sur. En ese mensaje, acusó abiertamente a Estados Unidos de haber traicionado a Vietnam, al no enviar la ayuda prometida ni cumplir sus compromisos de defensa. Su tono fue amargo, reflejando la profunda sensación de abandono y derrota personal.

El cargo pasó a manos de su vicepresidente, Tran Van Huong, quien a su vez trató de negociar con los comunistas un cese de hostilidades. Sin embargo, ya era demasiado tarde. El 30 de abril de 1975, apenas nueve días después de la dimisión de Thieu, las fuerzas del Ejército de Vietnam del Norte entraron en Saigón, marcando la caída definitiva del régimen sudvietnamita.

Exilio, vida posterior y legado político

Estancia en Taiwán, paso por Reino Unido y emigración a EE.UU.

Poco después de dejar el cargo, Nguyen Van Thieu huyó de Vietnam. Su primera escala fue Taiwán, donde permaneció brevemente antes de trasladarse al Reino Unido, concretamente a la localidad de Surrey. Allí vivió alejado de los focos públicos, bajo discreta vigilancia y con escasas apariciones en los medios.

Durante la década de 1990, se trasladó definitivamente a Estados Unidos, instalándose en la ciudad de Boston, donde vivió hasta su muerte. Nunca volvió a participar activamente en política ni trató de fundar movimientos opositores en el exilio, a diferencia de otros líderes sudvietnamitas desplazados. Su retiro fue marcado por el silencio, el aislamiento y la introspección.

Murió el 29 de septiembre de 2001, a los 78 años, dejando tras de sí una herencia ambivalente: la de un líder que gobernó un Estado en guerra permanente y cuya caída marcó el fin de una era.

Reacciones internacionales a su caída y su rol como símbolo de la derrota

En el ámbito internacional, la figura de Thieu fue interpretada de forma diversa. Mientras que algunos lo consideraron un símbolo de la lucha anticomunista en Asia, otros lo veían como el arquetipo de líder autoritario corrupto, sostenido artificialmente por una superpotencia.

Su caída fue vista por muchos como el fracaso del experimento estadounidense en Vietnam, una lección amarga sobre los límites del intervencionismo. Su salida apresurada del país, sin resistencia ni transición real, alimentó la narrativa del colapso completo y total del régimen sudvietnamita.

Con el paso del tiempo, su imagen se diluyó en la memoria colectiva, eclipsada por la magnitud del conflicto y por figuras como Ho Chi Minh o los generales comunistas. Sin embargo, en círculos de la diáspora vietnamita, su nombre sigue siendo evocado con matices de nostalgia, crítica o ambivalencia.

Análisis de su figura desde una perspectiva histórica posterior

Históricamente, Nguyen Van Thieu ha sido objeto de múltiples interpretaciones. Algunos estudios destacan su habilidad táctica, su capacidad para mantenerse en el poder en un contexto inestable y su firmeza frente a los comunistas. Otros subrayan su autoritarismo, intolerancia política y responsabilidad en la corrupción sistémica que minó a la República de Vietnam del Sur desde dentro.

Su presidencia representa, en muchos sentidos, la contradicción de un Estado creado en medio de la guerra, dependiente de una potencia extranjera, sin una legitimidad interna sólida. Thieu intentó institucionalizar un gobierno funcional, pero sus métodos —basados en la represión y el clientelismo— socavaron sus propios objetivos.

En retrospectiva, su figura ilustra los dilemas de un país partido por ideologías antagónicas, cuya frágil soberanía fue constantemente atravesada por intereses geopolíticos.

Nguyen Van Thieu y el fracaso de la nación sudvietnamita

Balance de su liderazgo: entre dependencia y autoritarismo

El legado de Nguyen Van Thieu se inscribe en la paradoja de haber sido, simultáneamente, uno de los presidentes más poderosos y más impotentes de Asia en el siglo XX. Gobernó durante los años más intensos de la Guerra de Vietnam, recibió apoyo militar, económico y diplomático de la mayor potencia del mundo, pero no logró construir una base social sólida ni un aparato institucional eficiente.

Su dependencia absoluta de Estados Unidos fue tanto una ventaja como una trampa. Mientras duró el flujo de ayuda y el respaldo militar, pudo mantener el control; una vez que Washington se retiró, el andamiaje entero se vino abajo. La historia mostró que su régimen no pudo sobrevivir por sus propios medios.

Además, su estilo de gobierno, marcado por el autoritarismo y la represión, erosionó la legitimidad de su administración. La exclusión de la oposición, las elecciones sin competencia real y la corrupción estructural socavaron la cohesión interna del Estado.

Influencia de su presidencia en la memoria del conflicto vietnamita

A diferencia de los líderes comunistas victoriosos, cuya imagen se ha institucionalizado en Vietnam, la figura de Thieu ha sido objeto de silencio o rechazo en la narrativa oficial del país reunificado. Su nombre rara vez aparece en los manuales de historia vietnamita contemporánea, y cuando lo hace, es retratado como un «títere del imperialismo» o un traidor a la causa nacional.

No obstante, en el exilio vietnamita y entre académicos occidentales, su presidencia ha sido reevaluada como parte esencial para comprender la complejidad del conflicto vietnamita, que no fue solo una guerra entre comunismo y capitalismo, sino también una lucha entre visiones antagónicas sobre el futuro de Vietnam.

Su vida y mandato son hoy recordados como el último intento de sostener una república no comunista en Vietnam, un esfuerzo fallido que terminó en derrota, pero que dejó profundas huellas en la memoria de varias generaciones.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Nguyen Van Thieu (1923–2001): El general que presidió la última resistencia del Sur vietnamita". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/nguyen-van-thieu [consulta: 29 de septiembre de 2025].