Albert Lewin (1894-1968): El director que inmortalizó el cine de culto
Albert Lewin (1894-1968) es un nombre que resuena con fuerza dentro del cine clásico estadounidense. Este director, guionista y productor dejó una huella imborrable a través de sus películas, que destacaron tanto por su técnica innovadora como por la profundidad emocional de sus relatos. Nacido en Newark, Nueva Jersey, Lewin vivió una vida fascinante que lo llevó desde la enseñanza hasta la creación de algunas de las obras más emblemáticas del cine de mediados del siglo XX. A continuación, exploramos su legado y las películas que marcaron su carrera.
Orígenes y contexto histórico
Albert Lewin nació el 23 de septiembre de 1894 en una época en la que el cine aún era un medio experimental, en sus primeros años de vida. Fue un testigo de la transformación de la cinematografía, desde las primeras proyecciones hasta la consolidación del cine como una industria global. Sin embargo, Lewin no comenzó su carrera en el cine, sino que inicialmente estudió en la Universidad de Nueva York y Harvard. Además, fue profesor de inglés en la Universidad de Missouri, donde comenzó su vida académica, sin saber que el cine lo llamaría más tarde.
El primer contacto directo de Lewin con el cine se dio en los años veinte, cuando comenzó a trabajar como corrector para Samuel Goldwyn. Este fue el primer paso en un largo viaje por la industria cinematográfica. Pero fue una experiencia clave la que despertó su pasión por el cine: la película El gabinete del Dr. Caligari (1920), dirigida por Robert Wiene. Esta obra alemana, pionera en el cine de terror, influyó profundamente en Lewin y despertó en él el deseo de hacer cine.
Logros y contribuciones
Primeros pasos en Hollywood
Lewin inició su carrera profesional en Hollywood en un periodo de gran agitación y cambio. A pesar de su formación académica, su inclinación por el cine lo llevó a convertirse en guionista y productor. En sus primeros años en la industria, Lewin trabajó con algunos de los directores más importantes de la época. Fue King Vidor, uno de los grandes maestros del cine, quien lo introdujo en los estudios cinematográficos, donde Lewin se desempeñó como script.
El paso decisivo en su carrera llegó cuando la Metro Goldwyn Mayer lo contrató como guionista. Lewin pronto se convirtió en uno de los asociados más cercanos de Irvin Thalberg, el productor que influyó de manera decisiva en el rumbo de Hollywood durante los años 30. A lo largo de la década, Lewin fue el responsable de algunas de las películas más relevantes de la Metro, como Mares de Chinas (1935) y Rebelión a bordo (1935), una película que ganó el Oscar a la Mejor Película.
Transición a la dirección
En 1940, tras la muerte de Thalberg, Lewin dejó la Metro Goldwyn Mayer y se trasladó a la Paramount. En 1942, fundó su propia productora junto a David Loew. Fue con esta nueva independencia que Lewin comenzó a hacer sus propios filmes como director. Su primera película como director fue Soberbia (1942), una adaptación de la novela de Somerset Maugham que contaba con una banda sonora de Dimitri Tiomkin, quien más tarde recibiría una nominación al Oscar por su trabajo.
El retrato de Dorian Gray: una adaptación inolvidable
Su siguiente gran proyecto fue El retrato de Dorian Gray (1945), una adaptación de la famosa novela de Oscar Wilde. Esta película fue un éxito tanto de crítica como de público y le permitió a Lewin explorar nuevas técnicas cinematográficas. Su innovadora manera de usar la fotografía para crear atmósferas oscuras y misteriosas le valió un Oscar por Mejor Dirección Artística. Además, la película recibió dos nominaciones más: una para la actriz Angela Lansbury, quien interpretó a la malvada Sibyl Vane, y otra por la dirección artística.
Pandora y el holandés errante: el clímax de su carrera
Sin embargo, fue Pandora y el holandés errante (1951) la película que cimentó su lugar en la historia del cine. En esta película, Lewin logró reunir a Ava Gardner y James Mason en una historia de amor y condena en la que un marinero, maldito a vagar por los mares hasta el juicio final, encuentra una última oportunidad de redención en una mujer dispuesta a morir por él. La interpretación de Ava Gardner, enigmática y fascinante, quedó grabada en la memoria de los espectadores. La película, además, fue un ejercicio de luces y sombras, tanto en el sentido literal de la fotografía como en la construcción de personajes. Lewin, con tan solo seis películas como director, logró consolidar su estilo visual y narrativo, caracterizado por una fusión de inocencia y sofisticación.
Momentos clave de su carrera
A lo largo de su carrera, Lewin participó en diferentes facetas del cine, desde la producción hasta el guionismo. Su filmografía refleja una diversidad de proyectos que incluyen colaboraciones con figuras emblemáticas y adaptaciones de obras literarias famosas. A continuación, un listado de sus momentos más relevantes:
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1929: El beso – Primer trabajo de producción en el que Lewin estuvo involucrado.
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1935: Mares de Chinas y Rebelión a bordo – Producción asociada en estos grandes éxitos de la Metro.
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1942: Soberbia – Primera película como director, basada en la novela de Somerset Maugham.
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1945: El retrato de Dorian Gray – Película que consolidó su carrera como director, basada en la obra de Oscar Wilde.
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1951: Pandora y el holandés errante – Su obra maestra que sigue siendo un clásico del cine.
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1953: Saadia – Otra adaptación literaria, esta vez de la novela de Francis D´Autreville.
Relevancia actual
Aunque Lewin no alcanzó la fama de otros grandes directores contemporáneos, su obra es respetada en los círculos más cultos del cine. El enfoque visual y la manera en que fusionaba la narración literaria con el cine de autor lo han convertido en un director de culto. Las películas que dirigió son estudiadas en escuelas de cine, y su influencia se puede ver en el trabajo de directores posteriores que buscaron la misma perfección técnica y narrativa.
Películas como Pandora y el holandés errante y El retrato de Dorian Gray siguen siendo ejemplos de cómo el cine puede ser tanto una experiencia estética como una reflexión profunda sobre la condición humana. Su habilidad para mezclar lo macabro con lo sublime sigue siendo un rasgo distintivo de su estilo, algo que los cinéfilos aún aprecian en la actualidad.
Filmografía destacada de Albert Lewin
Como director:
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1942: Soberbia (y guión).
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1945: El retrato de Dorian Gray (y guión).
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1947: The Private Affairs of Bel Ami (y guión).
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1951: Pandora y el holandés errante (y producción y guión).
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1953: Saadia (y producción y guión).
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1956: The Living Idol (y guión).
En diversas facetas de producción:
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1929: El beso.
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1930: Monsieur Sans Gene.
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1931: Sólo ella lo sabe; Vidas privadas; Bajo el cielo de Cuba.
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1932: La pelirroja; La llama eterna.
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1934: What every woman knows.
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1935: Mares de China (prod. asociado); Rebelión a bordo (prod. asociado).
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1937: True Confessions; The Good Earth.
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1938: Lobos del Norte.
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1939: Zaza.
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1941: So Ends Our Night.
Como guionista y coguionista:
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1924: Esposas conscientes.
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1925: The Fate of Flirt.
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1926: En su lugar descanse; El boxeador de otros tiempos; Ladies of Leisure.
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1927: Amor a gran velocidad; Fiebre de primavera; La llamada del corazón.
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1928: La actriz.
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1950: Alice au pays des merveilles.
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1951: Call Me Mister.
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1953: Down Among the Sheltering Palms.
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1959: La mujer desnuda.
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1966: ¡Vaya, me equivoqué de número!.
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1967: Ocho en fuga.
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1968: The Wilked Dreams of Paula Schultz.
El legado de Albert Lewin perdura a través de sus películas y su influencia en el cine contemporáneo. Su capacidad para entrelazar lo visual y lo narrativo sigue siendo una referencia para cineastas y aficionados al cine de todo el mundo.
MCN Biografías, 2025. "Albert Lewin (1894-1968): El director que inmortalizó el cine de culto". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/lewin-albert [consulta: 29 de septiembre de 2025].