Maugham, William Somerset (1874-1965). El escritor que supo capturar la complejidad humana
William Somerset Maugham (1874-1965) fue un novelista, narrador y comediógrafo británico cuya obra sigue siendo una referencia importante en la literatura del siglo XX. Su vida estuvo marcada por una constante búsqueda de experiencias que le permitieron ofrecer una visión profunda y realista de la sociedad humana. Nacido en París, en una familia con fuertes conexiones diplomáticas, su infancia y formación marcaron su camino hacia una producción literaria que, a lo largo de las décadas, ha continuado cautivando a generaciones de lectores.
Orígenes y contexto histórico
Somerset Maugham nació en París en 1874, en el seno de una familia británica, donde su padre trabajaba como abogado para la embajada británica. Esto hizo que, de niño, su primer idioma fuera el francés. Sin embargo, la vida de Maugham tomó un giro trágico cuando, a una temprana edad, perdió a ambos padres. Este acontecimiento lo obligó a trasladarse a Inglaterra, donde fue internado en la King’s School de Canterbury. Posteriormente, se mudó a Alemania para estudiar medicina en la Universidad de Heidelberg, lo que revela su temprana fascinación por las ciencias y el análisis del ser humano.
La salud delicada de Maugham fue otro factor clave en su vida. A lo largo de su infancia y juventud, sufrió diversas complicaciones, como la tuberculosis, que lo obligaron a pasar largos períodos en el sur de Francia, recuperándose en la Riviera francesa. Esta etapa de su vida no solo lo marcó físicamente, sino que también le proporcionó una profunda sensibilidad hacia la vulnerabilidad humana, que se reflejaría más tarde en sus obras.
Logros y contribuciones
El inicio de la carrera literaria de Maugham estuvo estrechamente ligado a su formación como médico. Su primera novela importante, Liza de Lambeth (1897), estuvo inspirada en su experiencia trabajando en el Hospital St. Thomas de Londres, donde pudo observar la miseria de los barrios bajos de la ciudad. Esta obra, una descripción realista de los suburbios londinenses, presentó a Maugham como un observador agudo de las emociones humanas y un narrador capaz de diseccionar las pasiones y debilidades de sus personajes.
A lo largo de su carrera, Maugham se mostró como un escritor versátil, capaz de moverse entre la novela, el teatro y la narrativa corta. A pesar de que la crítica lo considera principalmente un novelista, fue en el género dramático donde Maugham alcanzó su primer gran éxito. Obras como Un hombre de honor (1903) y Lady Frederick (1907) le dieron la fama en Inglaterra, convirtiéndolo en uno de los dramaturgos más importantes de la época.
Sin embargo, fue Servidumbre humana (1915) la que consolidó su posición como uno de los grandes novelistas de su tiempo. Esta obra autobiográfica relata la vida de Philip Carey, un joven que lucha por encontrar su lugar en el mundo y una filosofía de vida que le permita liberarse de las presiones familiares y sociales. Servidumbre humana se considera la obra maestra de Maugham, y la crítica sigue alabando su capacidad para retratar las complejidades del ser humano, entrelazando temas de libertad, pasión y destino.
Momentos clave
A lo largo de su vida, William Somerset Maugham atravesó momentos que marcarían su obra. Uno de los más significativos fue su servicio en la Inteligencia Británica durante la Primera Guerra Mundial, donde tuvo la oportunidad de conocer la realidad de las tensiones políticas en Rusia y Francia. Este período de su vida también fue el que inspiró algunas de sus obras más conocidas, como La luna y seis peniques (1919), que se centra en la biografía novelada del pintor Paul Gauguin. El pintor, cuya vida en Tahití representaba una huida del materialismo europeo, se convirtió en un personaje clave para Maugham, quien en su narración reflejó la búsqueda de autenticidad y libertad.
Otro momento decisivo fue su mudanza a la Costa Azul en 1928, después de pasar tiempo viajando por el Extremo Oriente y las islas del Pacífico junto a su pareja, Gerald Haxton. Este cambio de escenario tuvo un impacto importante en su obra, ya que muchas de sus historias de viajes se desarrollaron en estos lugares. Obras como El velo pintado (1925) y Bizcochos y cerveza (1930) están fuertemente influenciadas por sus experiencias en estos destinos exóticos.
En 1940, la Segunda Guerra Mundial obligó a Maugham a abandonar Francia para trasladarse a los Estados Unidos, donde viviría hasta el final del conflicto. Regresó a Francia después de la guerra, con otro compañero, Alan Searle, y continuó su producción literaria. En 1944, la muerte de Haxton dejó una huella profunda en su vida, y ese mismo año publicó El filo de la navaja, otra de sus grandes novelas, que exploraba la lucha interna de un hombre por encontrar un propósito en la vida.
Relevancia actual
La obra de Maugham continúa siendo una de las más leídas y estudiadas en la literatura inglesa. Su estilo único, caracterizado por una ironía crítica y un análisis profundo de la sociedad, lo coloca como un autor atemporal, cuyas reflexiones sobre la condición humana siguen siendo relevantes. Maugham fue un maestro del realismo psicológico y, al mismo tiempo, un crítico mordaz de las instituciones sociales, políticas y religiosas de su tiempo.
Entre sus obras más conocidas se encuentran títulos como La señora Craddock (1902), La tierra prometida (1913), El círculo (1921), Nuestros modelos (1923), La carta (1927) y La imperfecta casada (1927). Estas obras abordan temas como el matrimonio, la moralidad y la lucha interna de sus personajes, y son un testimonio de la maestría de Maugham para crear personajes complejos y situaciones que exploran la psicología humana con una visión crítica y profunda.
Además de su producción literaria, Maugham es conocido por sus relatos breves, que fueron recopilados en volúmenes como La casuarina (1926). Estas historias cortas, que a menudo fueron adaptadas al cine, siguen siendo una parte integral de su legado literario.
Hoy en día, Maugham es recordado no solo por su vasta obra, sino por su capacidad para comprender y representar la complejidad de la vida humana. En una época de grandes transformaciones sociales, políticas y culturales, sus escritos ofrecieron una mirada perspicaz sobre los dilemas existenciales, el deseo y la moralidad, lo que le permitió ganarse un lugar destacado en la historia de la literatura.
Algunos de sus libros más emblemáticos, como La luna y seis peniques (1919), cuya trama está inspirada en la vida del pintor Gauguin, siguen siendo leídos por nuevas generaciones de lectores interesados en el arte, la vida bohemia y los dilemas filosóficos que Maugham supo plasmar con maestría.
MCN Biografías, 2025. "Maugham, William Somerset (1874-1965). El escritor que supo capturar la complejidad humana". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/maugham-william-somerset [consulta: 29 de septiembre de 2025].