Gaetano Vestris (1728-1808). El dios de la danza que revolucionó el ballet en la Europa del siglo XVIII
Figura legendaria del ballet clásico, Gaetano Vestris se erige como uno de los artistas más influyentes del siglo XVIII. Su estilo refinado, su carácter audaz y su impacto en la escena coreográfica europea le valieron el apodo de «Le Dieu de la Danse», título que anteriormente ostentaba su maestro Louis Dupré. Nacido en Florencia y formado en París, Vestris no solo brilló como bailarín, sino que también dejó una huella imborrable como coreógrafo y maestro de ballet.
Orígenes y contexto histórico
Gaetano Apolline Baldassare Vestris nació el 18 de abril de 1728 en Florencia, en una familia que se convertiría en dinastía dentro del mundo de la danza. Era hermano de Marie-Thérèse y Angiolo, ambos también bailarines, y formaba parte de una estirpe artística que continuaría con su hijo Auguste y su nieto Armand.
La familia se trasladó a París en 1747, centro cultural neurálgico del siglo XVIII y sede de la prestigiosa Académie Royale de Musique. En este entorno fértil para las artes escénicas, Vestris comenzó su formación con Dupré, el maestro más renombrado de su época. Un año después, en 1748, debutó en la institución con el ballet Le Carnaval et la Folie.
Logros y contribuciones
En 1751, Vestris alcanzó el rango de premier danseur, una distinción reservada a los intérpretes más sobresalientes de la época. Desde esa posición, participó en los estrenos de importantes ballets como Léandre et Héro, Almacis e Ismène. Su depurada técnica, unida a una personalidad extravagante y arrogante, lo hicieron célebre tanto dentro como fuera del escenario. No tardó en ganarse el sobrenombre de “Le Beau Vestris”, para diferenciarlo del resto de su talentosa familia.
Entre sus contribuciones más destacadas figuran una serie de coreografías desarrolladas junto a Jean-Barthélémy Lany. Entre ellas destacan:
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La Guirlande, ou Les Fleurs Enchantées (1751)
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Acanthe et Céphise (1751)
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Titon et l’Aurore (1753)
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Enée et Lavinie (1758)
Estas obras consolidaron a Vestris como uno de los principales innovadores del ballet francés, en un momento en que el arte coreográfico vivía un profundo proceso de transformación.
Momentos clave
La vida artística de Gaetano Vestris estuvo marcada por hitos fundamentales que definieron su carrera y su legado:
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1748: Debut en l’Académie Royale de Musique de París con Le Carnaval et la Folie.
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1751: Obtención del rango de premier danseur.
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1751-1758: Creación de una serie de ballets junto a Lany, destacando Acanthe et Céphise y Titon et l’Aurore.
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1760: Nacimiento de su hijo Auguste, fruto de su relación con la bailarina Marie Allard.
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1761: Nombramiento como compositor y maestro de ballet de la Académie.
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1762: Viaje a Stuttgart para colaborar con Jean-Georges Noverre, precursor del ballet d’action.
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1770: Regreso a París con una nueva visión dramática del ballet.
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1781: Retiro de los escenarios y dedicación a la docencia.
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1792: Matrimonio con la bailarina Anne Heinel.
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1797 y 1800: Reapariciones en escena junto a su hijo y nieto, en presentaciones ante Napoleón Bonaparte.
Relevancia actual
La figura de Gaetano Vestris ha sido central para comprender el paso del ballet cortesano al ballet dramático, preludio de la modernidad coreográfica. Su contacto con Noverre, figura esencial del ballet d’action, transformó su enfoque escénico. En 1770, su interpretación de Médée et Jason, sin el uso tradicional de máscara, marcó un cambio revolucionario en la expresión corporal y dramática del ballet francés, aproximándolo al teatro.
Vestris fue también pionero en otra faceta fundamental: la enseñanza profesionalizada del ballet. Desde su retiro en 1781 hasta su muerte, se dedicó a formar bailarines en la Escuela de la Académie, sembrando las bases del academicismo francés que influiría durante décadas.
La longevidad de su carrera —más de cinco décadas en activo— y su capacidad para adaptarse a las nuevas corrientes estéticas lo convierten en una figura clave en la historia del ballet occidental. Además, la continuidad artística de su linaje familiar, a través de Auguste y Armand, extendió su influencia mucho más allá de su tiempo.
El legado de un ícono del ballet
Gaetano Vestris no fue solo un gran bailarín, sino también un innovador, un pedagogo y un símbolo del virtuosismo escénico del siglo XVIII. Su estilo refinado, su técnica impecable y su disposición a romper con las normas de su época lo convirtieron en una leyenda viva. Aún hoy, su figura es recordada como el arquetipo del artista que desafía su tiempo para marcar un nuevo rumbo.
Su legado pervive en las academias de ballet, en la evolución del lenguaje corporal escénico y en la memoria cultural de Europa. La historia del ballet no puede contarse sin mencionar a Gaetano Vestris: el hombre que, con cada paso, elevó la danza a la categoría de arte dramático.
MCN Biografías, 2025. "Gaetano Vestris (1728-1808). El dios de la danza que revolucionó el ballet en la Europa del siglo XVIII". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/vestris-gaetano [consulta: 28 de septiembre de 2025].