José de Vargas Ponce (1760–1821): Un Marino, Literato y Matemático que Dejó una Marca en la Historia de España

José de Vargas Ponce (1760–1821): Un Marino, Literato y Matemático que Dejó una Marca en la Historia de España

Orígenes y Primeros Años (1760–1779)

José de Vargas Ponce nació el 10 de junio de 1760 en Cádiz, una ciudad que en aquellos tiempos era uno de los principales puertos de España y un centro clave para las comunicaciones marítimas del país. Hijo de Tomás de Vargas, un licenciado en leyes, y Josefa Ponce, una mujer de origen noble, Vargas Ponce recibió una educación sólida desde joven. En su infancia, mostró una notable aptitud para las matemáticas y las ciencias, lo que le permitió destacarse entre sus contemporáneos.

La familia de Vargas Ponce no solo lo apoyó en su formación académica, sino que también facilitó su acceso a una red de intelectuales y profesionales que influyó en su desarrollo. En su niñez y adolescencia, José recibió educación en humanidades, matemáticas y lenguas, materias en las que brilló, destacándose como un joven prodigio. Esta formación fue fundamental para su posterior carrera tanto en la marina como en el ámbito intelectual.

Su Formación en las Matemáticas y la Influencia de Tofiño y Carratalá

Desde muy temprana edad, Vargas Ponce mostró un notable interés por las matemáticas y las ciencias. En su formación, tuvo la suerte de ser discípulo de dos figuras clave de la época: Esteban Carratalá y Vicente Tofiño. Carratalá, un matemático y astrónomo, y Tofiño, destacado cartógrafo y geógrafo, fueron los mentores que guiaron sus primeros pasos en la ciencia y la investigación. Bajo su tutela, Vargas Ponce se sumergió en el estudio profundo de las matemáticas y las ciencias exactas, así como en los campos de la geografía y la cartografía, áreas en las que llegaría a destacar.

A los 16 años, en 1776, Vargas Ponce publicó su primer trabajo, un estudio crítico sobre la «Aritmética» de Juan Antonio Cañaveros, lo que marcó su ingreso al mundo académico. Este temprano reconocimiento como matemático destacó su capacidad analítica y su entendimiento de los conceptos científicos. Además, se mostró especialmente interesado en la aplicación de la ciencia a la navegación, lo que le permitió colaborar más adelante en importantes proyectos geográficos.

La Carrera Naval y los Primeros Logros Públicos (1782–1786)

En 1782, Vargas Ponce dio el paso que consolidaría su carrera en la marina española al ingresar como guardiamarina. En ese mismo año, participó en el Sitio de Gibraltar, donde formó parte de la guardia de honor del conde de Artois, quien sería más tarde Carlos X de Francia. Su participación en esta batalla y en el combate en el cabo Espartel, le permitió demostrar su valentía y capacidad estratégica, lo que le llevó a ser ascendido a alférez de fragata. Esta experiencia en la marina, sumada a su formación matemática y científica, le permitió avanzar rápidamente en la carrera naval.

Además, su influencia en la cultura y la ciencia española también se vio reflejada en sus logros literarios. En 1783, Vargas Ponce publicó su «Oda que en el gozo de oír la noticia del nacimiento de los dos Infantes», que fue bien recibida en los círculos literarios de la época. Esta obra consolidó su posición como escritor y literato en la corte, a la par que continuaba desarrollando su carrera en la marina.

Aportaciones a la Geografía y la Historia (1786–1790)

Uno de los grandes logros de Vargas Ponce fue su trabajo en el campo de la geografía y la cartografía. En 1786, ingresó en la Academia de la Historia, lo que le permitió formar parte de algunos de los proyectos más importantes de la época. Su trabajo en la creación del «Diccionario geográfico de España», que alcanzó unas 14.000 entradas, es uno de sus más grandes logros en este campo. Aunque nunca llegó a ser publicado en su totalidad, el proyecto fue un avance significativo en la recopilación y sistematización de la geografía española.

A su vez, en su colaboración con Vicente Tofiño en el levantamiento de cartas esféricas y mapas de las costas españolas y africanas, Vargas Ponce ayudó a la creación de un «Atlas Geográfico» (1785). Este proyecto de gran escala incluyó un mapa de las costas mediterráneas de España y de África, con un nivel de detalle y precisión excepcional para la época. Estos trabajos representaban una contribución decisiva al desarrollo de la cartografía en España y en el ámbito internacional, pues las observaciones geográficas realizadas por Vargas Ponce y Tofiño ayudaron a mejorar la navegación marítima y el conocimiento de las costas.

Además, publicó una «Descripción de las islas Pithiusas y Baleares» en 1787, obra que enriqueció el conocimiento sobre la geografía, la población, la agricultura y el comercio de las islas Baleares, y se considera uno de los primeros trabajos detallados sobre estas islas. Esta obra fue producto de sus investigaciones realizadas en el marco de la comisión encargada de levantar las cartas náuticas de las costas españolas.

Trabajo en la Academia y Publicaciones en los 90

En la década de 1790, Vargas Ponce consolidó su carrera intelectual y científica a través de su creciente influencia en la Academia de San Fernando, donde se desempeñó como miembro destacado. Fue en esta institución donde profundizó su dedicación a las ciencias y las humanidades, participando activamente en la redacción de importantes textos. Entre sus publicaciones de este período, destacan sus discursos y ensayos sobre historia y geografía. El «Discurso leído a la Sociedad Matritense de los Amigos del País, sobre la serie de sucesos que originaron estos establecimientos y las ventajas que proporcionan» (1790) y su «Discurso histórico sobre el principio y progresos del grabado» (1790) son ejemplos del interés de Vargas Ponce por las disciplinas culturales, más allá de las ciencias exactas.

Además, su labor en la redacción de las «Ordenanzas de Marina» (1793) fue fundamental para el establecimiento de las directrices que regirían la Armada española. En este sentido, se observó una clara influencia de Vargas Ponce en la profesionalización de la marina en España, lo cual reflejaba su conocimiento profundo no solo de las ciencias exactas, sino también de la práctica naval.

Investigaciones Históricas y Su Papel en la Guerra contra la República Francesa (1797–1808)

En 1797, Vargas Ponce fue nombrado miembro de la Junta de Instrucción Pública por Gaspar Melchor de Jovellanos, una figura clave en la Ilustración española. A partir de este momento, se dedicó a realizar investigaciones históricas que dejaron huella en diversos campos. Su trabajo en el desarrollo de la historia de la Marina española fue una de sus principales preocupaciones, y se evidenció en la publicación de obras como la «Importancia de la Historia de la Marina Española» (1807), en la que abordó el pasado y el presente de la Armada.

En paralelo, Vargas Ponce se comprometió en la lucha contra la invasión napoleónica. A pesar de su relación inicial con el régimen de José Bonaparte, en sus últimos años, se unió a la causa patriota, motivado por el sentimiento de defensa de la soberanía española. Durante la ocupación francesa, su labor como intelectual no cesó: publicó varios textos y se dedicó a escribir sobre la defensa de la nación española, una de sus obras más significativas fue «Varones ilustres de la marina española» (1807), en la que homenajeaba a personalidades como Pedro Niño y Juan José Navarro, quienes fueron fundamentales en la historia de la Armada.

Años de Exilio y Colaboración con el Régimen de José Bonaparte (1799–1814)

Los años de exilio forzado de Vargas Ponce comenzaron en 1799, cuando la reacción de la Corte contra los intelectuales más progresistas lo llevó a ser desterrado de Madrid. A partir de entonces, se trasladó por varias ciudades españolas, como Tarragona y Cataluña, y finalmente llegó a Guipúzcoa y Navarra. A lo largo de estos años, Vargas Ponce continuó realizando investigaciones históricas, sobre todo en los aspectos más técnicos y administrativos de la jurisdicción portuaria. Su estudio sobre la agregación de Fuenterrabía a Navarra y su informe histórico sobre el Puerto de Pasajes son ejemplos de su trabajo meticuloso y su enfoque práctico hacia la historia.

Su colaboración con el régimen de José Bonaparte se volvió un tema controvertido en la historia de España. Aunque inicialmente se alineó con los franceses, con el tiempo su postura fue menos clara y comenzó a mostrar un enfoque más pragmático, buscando, en la medida de lo posible, preservar los avances educacionales y culturales del país. A pesar de su colaboración, Vargas Ponce nunca fue percibido como un afrancesado radical, y su regreso al bando patriota fue en gran medida influenciado por su experiencia y sus conocimientos sobre la administración educativa y la política pública francesa.

Últimos Años y Legado (1814–1821)

Tras la restauración de Fernando VII en 1814, Vargas Ponce vivió un periodo de confinamiento en Sevilla y Cádiz, donde aprovechó el tiempo para realizar una revisión exhaustiva del Archivo de Indias y seguir publicando varias obras de gran importancia histórica. Entre ellas destaca el «Estudio sobre la vida y obras de D. Alonso de Ercilla», que destacó la importancia del autor del «Araucana» en la literatura española.

En 1812, fundó el «Diario militar o proezas de los militares españoles», un periódico de corte patriota que relataba las hazañas de los soldados en la guerra contra Napoleón. Además, publicó obras que abordaban cuestiones sobre la lengua y la cultura, como «El Tontoronton o Tontorrón Tontorrontón» (1818), en la que reflexionaba sobre el uso correcto del idioma.

A finales de su vida, Vargas Ponce fue elegido diputado en las Cortes de Cádiz, representando a la ciudad de Madrid. Su postura política siguió siendo crítica hacia los excesos del absolutismo, defendiendo una educación pública y una reforma de los sistemas de gobierno en el país. Fue un defensor de la ilustración y de la importancia de las reformas sociales y educativas como base para el progreso de la nación.

José de Vargas Ponce falleció el 6 de febrero de 1821 en Madrid, dejando un legado intelectual que perduró más allá de su muerte. Su numerosa colección de papeles y sus escritos se conservaron y continuaron siendo de gran valor para historiadores y estudiosos de su tiempo. Su trabajo sobre la historia naval, su contribución a la educación pública y su lucha por una España moderna lo convierten en una figura clave de la Ilustración española.

Algunas de sus obras inéditas fueron publicadas póstumamente, y su influencia perduró, con su legado rescatado por figuras como Gonzalo Anes y Fernando Durán López. Hoy, su contribución a la ciencia, la literatura, y la historia de España sigue siendo un referente para quienes estudian los avances intelectuales y culturales de la época.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "José de Vargas Ponce (1760–1821): Un Marino, Literato y Matemático que Dejó una Marca en la Historia de España". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/vargas-ponce-jose-de [consulta: 28 de septiembre de 2025].