Guillermo de Torre (1900–1971): Pionero del Ultraísmo Español y Crítico Literario de la Vanguardia
Guillermo de Torre nació en Madrid en 1900, un periodo de convulsión política, social y cultural que marcó el principio de una nueva era en España. La España de principios del siglo XX vivía una transición compleja, desde la decadencia de la Restauración hasta los movimientos sociales y políticos que, poco a poco, conducirían al desastre de la Guerra Civil. En este contexto, el mundo de las artes y la literatura experimentaba un cambio radical, con la aparición de las vanguardias, que buscaban romper con las normas tradicionales en un afán de renovación estética.
El ultramodernismo y la vanguardia española se gestaban en un escenario plagado de tensiones sociales y políticas. Durante esta época, España vivió las primeras turbulencias de un siglo lleno de transformaciones radicales. Movimientos literarios como el modernismo, el simbolismo, y sobre todo el ultraísmo, emergieron como respuestas a una sociedad que se sentía atrapada en el pasado y que ansía una renovación profunda. Fue en este clima de efervescencia cultural donde Guillermo de Torre desarrolló sus primeras inquietudes literarias.
Orígenes familiares y su formación inicial
Guillermo de Torre nació en una familia de clase media alta que, aunque no estaba directamente vinculada al mundo literario, le proporcionó los medios para recibir una formación académica de calidad. En su juventud, se inclinó por los estudios de Derecho, pero su verdadera pasión era la literatura, lo que lo llevó a involucrarse de inmediato en los círculos literarios de la capital. Su inclinación por la vanguardia y el arte nuevo lo posicionó en la primera fila de los movimientos literarios de la época.
A pesar de ser una figura que alcanzó gran relevancia en el mundo de las letras, su relación con la tradición literaria española fue ambigua. De Torre fue, más que un heredero directo de la literatura española clásica, un crítico y creador que buscó siempre redefinir lo que entendemos por literatura y arte. Esta búsqueda de nuevas formas de expresión se nutría no solo de los movimientos nacionales, sino también de la experimentación internacional que marcaría su estilo y su futuro.
Primeros años y contacto con las vanguardias literarias
A finales de la adolescencia, Guillermo de Torre comenzó a frecuentar las tertulias literarias que se celebraban en los círculos madrileños, siendo su primer contacto con el mundo literario el célebre grupo de la tertulia de Pombo en 1918, bajo la guía de Ramón Gómez de la Serna. Este encuentro fue crucial para su formación, pues no solo le permitió conocer a figuras clave de la literatura española, sino también afianzar su inclinación hacia la renovación literaria. Gómez de la Serna, con su enfoque innovador, dejó una huella indeleble en el joven de Torre, quien pronto adoptó las ideas del ultraísmo, un movimiento de vanguardia que buscaba una ruptura total con las tradiciones.
Pero no fue solo la tertulia de Pombo la que marcó el inicio de su vida literaria. Ese mismo año, se unió a la tertulia de El Continental, dirigida por el escritor Rafael Cansinos-Assens, quien también se erigiría como uno de los principales promotores del ultraísmo en España. En este círculo, Guillermo de Torre coincidió con muchos de los grandes nombres del vanguardismo europeo, y fue aquí donde forjó las primeras conexiones con artistas y escritores internacionales, como el poeta chileno Vicente Huidobro.
Influencias tempranas: tertulias literarias y el acercamiento al ultraísmo
De Torre fue, sin lugar a dudas, un hombre de su tiempo, siempre a la vanguardia de los movimientos culturales que transformaron la Europa de la posguerra. En 1919, poco después de su ingreso en la tertulia de El Continental, participó en una acción clave dentro de la vanguardia literaria: la firma de un poema colectivo, resultado de una colaboración con el poeta argentino Jorge Luis Borges. Este poema fue enviado al promotor del dadaísmo, Tristan Tzara, y marcó un hito en el proceso de internacionalización del ultraísmo español. La influencia del dadaísmo en España fue tan profunda que Tzara incluyó a Guillermo de Torre en su lista de los “présidents Dada”, algo que consolidó aún más la posición de Torre en el mundo literario vanguardista.
De Torre, con apenas 19 años, ya era considerado una figura destacada en los círculos de vanguardia, no solo por sus conexiones literarias, sino también por su capacidad para crear un estilo personal que rompía con lo convencional. Su primer manifiesto ultraísta lo firmó en 1920, junto a José Ciria y Escalante, dando forma a la efímera pero influyente revista Reflector, que se convirtió en un espacio clave para los jóvenes que rechazaban las normas de la literatura tradicional.
Su relación con Ramón Gómez de la Serna y Rafael Cansinos-Assens
Uno de los puntos de inflexión más importantes en la carrera de Guillermo de Torre fue su estrecha relación con Ramón Gómez de la Serna, una de las figuras más representativas de la vanguardia en España. Gómez de la Serna, al margen de su faceta de escritor, se destacó por ser el líder de un grupo de jóvenes escritores que, como Torre, buscaban una transformación radical del lenguaje literario. De la misma manera, la influencia de Rafael Cansinos-Assens, otro de los grandes impulsores del ultraísmo, fue determinante en la consolidación de Torre como escritor vanguardista. Ambos autores compartían la visión de una literatura capaz de cuestionar las convenciones sociales y estéticas del momento, algo que sería fundamental para el desarrollo posterior del ultraísmo.
La figura de Cansinos-Assens, con su apoyo decidido al movimiento ultraísta, contribuyó a que Guillermo de Torre formara parte del núcleo de artistas y escritores que impulsaron esta corriente literaria. Cansinos, como editor y crítico, fue también uno de los grandes defensores del lugar que debía ocupar el ultraísmo en el panorama cultural español, y su apoyo a jóvenes talentos como de Torre permitió que el movimiento adquiriera la relevancia que tuvo durante sus primeros años.
El auge de su obra ultraísta y su aporte literario
Guillermo de Torre, a lo largo de su corta pero intensa carrera, se consolidó como una de las figuras clave del ultraísmo español, un movimiento literario que, entre 1918 y 1924, pretendió una ruptura radical con las convenciones poéticas del siglo XIX. Su primer gran logro dentro de este ámbito fue el poemario Hélices (1923), considerado una de las obras más representativas del vanguardismo español. En este libro, de Torre concentró sus mejores trabajos publicados hasta ese momento en revistas literarias de vanguardia, como Cosmópolis, Vltra, Reflector y otras publicaciones europeas y latinoamericanas.
Hélices no solo destacó por su estilo rupturista, sino también por su forma innovadora. En lugar de seguir las estructuras clásicas de la poesía, de Torre optó por una construcción libre, en la que las imágenes sensoriales y las asociaciones mentales prevalecían por encima de la coherencia lógica. En sus poemas, como “Aviograma”, “Cabellera” y “Autumnal”, la maquinaria vanguardista del ultraísmo se puso en acción: se rompieron los convencionalismos del verso tradicional y se creó una poesía visual y abstracta que tenía como fin cuestionar la realidad misma, en una suerte de búsqueda constante de lo inalcanzable.
Este libro fue uno de los pocos del ultraísmo que trascendió más allá de su momento, porque encarnaba la esencia del movimiento: la experimentación, la fugacidad y el deseo de trascender los límites de la forma literaria clásica. En Hélices, de Torre volcó su fascinación por la modernidad, la velocidad y las nuevas tecnologías, que eran vistas como símbolos de una nueva era.
Publicaciones en revistas internacionales y su impacto en la vanguardia
En paralelo a la publicación de Hélices, Guillermo de Torre consolidó su figura en los círculos internacionales de las vanguardias. Su participación activa en revistas como Prisma (de Buenos Aires), Manomètre (de París) y Rosa náutica (de Chile) permitió que su obra llegara a lectores de diferentes partes del mundo, lo que le permitió ocupar un lugar destacado en la literatura vanguardista internacional.
Por otro lado, en 1922, participó en la antología Les Cinq Continents, compilada por el poeta francés Yvan Goll, un volumen que recogía lo mejor de la poesía vanguardista mundial, y en el que Guillermo de Torre tuvo un puesto prominente. Su inclusión en este proyecto subrayó su relevancia dentro de los movimientos literarios más renovadores de la época.
El hecho de que de Torre estuviera tan involucrado con la creación de manifiestos y en la firma de proclamas en diversas revistas demuestra la importancia de su papel como teórico y agitador cultural. Firmó manifiestos ultraístas en Madrid, Buenos Aires y otras capitales europeas y sudamericanas, destacándose por su visión cosmopolita y su deseo de universalizar la poesía española, al integrar las tendencias internacionales dentro de su propio corpus literario.
Guillermo de Torre como crítico literario y traductor
A partir de 1925, Guillermo de Torre inició una faceta que marcaría una parte crucial de su legado: la de crítico literario. Publicó su Historia de las literaturas de vanguardia en 1925, un compendio esencial para comprender las primeras vanguardias del siglo XX. Este libro no solo consolidó su fama como crítico, sino que también demostró su profundo conocimiento sobre las tendencias literarias internacionales y su habilidad para conectar los movimientos literarios europeos con la realidad española.
En su libro, de Torre realizó un análisis exhaustivo de las vanguardias, desde el futurismo hasta el surrealismo, pasando por el dadaísmo y el ultraísmo, mostrando cómo estos movimientos se interrelacionaban y cómo influían mutuamente en las diferentes tradiciones literarias. Su trabajo como historiador de la literatura contribuyó a posicionarlo como una autoridad en el estudio de las corrientes literarias más innovadoras de su tiempo.
Paralelamente a su labor como crítico, Guillermo de Torre se dedicó a la traducción de obras literarias, un campo que también le permitió acercarse a nuevas perspectivas y estilos literarios. Entre las obras que tradujo figuran las de los poetas franceses Paul Verlaine y Max Jacob, cuyos trabajos también se alineaban con las corrientes de la vanguardia. A través de sus traducciones, de Torre acercó al público español las obras de autores que ya estaban consagrados en Europa, contribuyendo a la expansión de los movimientos de vanguardia en el ámbito hispanohablante.
La consolidación de su figura en el ámbito cultural europeo
A mediados de la década de 1920, Guillermo de Torre ya era una de las personalidades más importantes dentro de los círculos vanguardistas europeos. Su presencia en diversas publicaciones y su colaboración con importantes intelectuales le permitieron consolidarse como una figura clave del panorama literario europeo. Además, fue uno de los miembros fundadores de la Sociedad de Artistas Ibéricos y de la revista Índice Literario, un espacio fundamental para la divulgación de las vanguardias en España.
El autor también tuvo una relación constante con otros nombres fundamentales de la vanguardia, como César Vallejo y Juan Gris, con quienes coincidió durante su estancia en París. Este contacto con figuras de la pintura y la poesía surrealista fue decisivo para que de Torre expandiera su visión literaria hacia las nuevas perspectivas de la vanguardia artística. De hecho, fue a través de su relación con estos artistas que Guillermo de Torre encontró una manera de conectar la poesía con las artes visuales y plásticas, una de las marcas de las vanguardias.
A medida que el ultraísmo perdía fuerza en la segunda mitad de la década de 1920, el campo de la vanguardia en general comenzaba a diversificarse, con la aparición de nuevas tendencias como el creacionismo y el surrealismo. De Torre fue uno de los primeros en incorporar estas corrientes en su obra, haciendo que su influencia fuera más allá del ultraísmo mismo.
Exilio y vuelta a Argentina: una etapa de reflexión y nuevas publicaciones
A partir de 1932, Guillermo de Torre se vio obligado a abandonar España debido a la creciente represión política y la inestabilidad provocada por la Guerra Civil Española. En ese contexto, se trasladó con su esposa, la pintora vanguardista Norah Borges, a París. En la capital francesa, Guillermo de Torre continuó su labor literaria y crítica, participando en la Oficina de Turismo Republicana, aunque la situación política se tornó cada vez más complicada. Poco después, debido a la presión del contexto europeo y la situación del exilio, decidió mudarse definitivamente a Buenos Aires, donde continuaría su carrera intelectual en un nuevo entorno.
Su llegada a Argentina significó un regreso a la vanguardia hispanoamericana, un movimiento que ya conocía a través de sus contactos con escritores y artistas de la región, como Borges, con quien había mantenido una relación cercana desde sus años de juventud. Durante su estancia en Buenos Aires, Guillermo de Torre se integró rápidamente al panorama literario y cultural de Argentina. Allí, su figura se consolidó aún más como uno de los grandes críticos literarios de su generación. Publicó en revistas como La Nación y Gaceta Americana, y continuó elaborando una obra crítica que ayudaba a entender las vanguardias literarias y artísticas del siglo XX.
En esta nueva etapa, su producción literaria adquirió un tono más reflexivo. Publicó obras como La aventura y el orden (1943), que reflexionaba sobre la literatura española y su relación con las vanguardias, y Tríptico del sacrificio (1947), un estudio sobre la obra de tres grandes poetas españoles: Federico García Lorca, Antonio Machado y Miguel de Unamuno. Estas obras se convirtieron en una suerte de testamento literario en las que de Torre recopiló sus meditaciones más profundas sobre la literatura y la estética contemporánea.
Obras clave como La aventura y el orden y Tríptico del sacrificio
La aventura y el orden se destaca por su enfoque analítico sobre las corrientes literarias españolas del siglo XX, poniendo especial énfasis en los escritores de la generación del 98 y del 27, cuyas influencias marcaban profundamente la literatura de la época. En este libro, Guillermo de Torre propone una reflexión sobre el papel de los escritores en un contexto de transformación social y política, planteando la literatura como un medio para entender y contextualizar los cambios en la sociedad moderna.
En Tríptico del sacrificio (1947), su obra se adentra en una perspectiva más filosófica y existencialista, especialmente en relación con tres autores clave de la literatura española moderna: Lorca, Unamuno y Machado. Este ensayo no solo es un análisis literario, sino también un profundo cuestionamiento de las pasiones humanas, la muerte y el sacrificio, elementos recurrentes en las obras de los tres poetas. De Torre explora las tensiones entre la creación artística y las circunstancias históricas, intentando encontrar un nexo entre la literatura y los dilemas existenciales de su tiempo.
La contribución de Guillermo de Torre a la cultura literaria y el arte
Una de las contribuciones más notables de Guillermo de Torre al panorama literario fue su labor como impulsor de la editorial Losada, que se convirtió en un faro para los escritores de la vanguardia en el ámbito hispanoamericano. Bajo su liderazgo, la editorial publicó obras de importantes autores de la literatura latinoamericana y española, como Pablo Neruda y Rafael Alberti, contribuyendo a la expansión de la literatura moderna en el mundo hispanohablante. Además, de Torre fue el primero en editar las obras completas de Federico García Lorca, lo que consolidó su rol como defensor y divulgador de la obra de los grandes poetas españoles.
Su trabajo como asesor literario y su relación con diversas instituciones editoriales reflejaron su compromiso con la difusión de la literatura de vanguardia, que, a pesar de sus altibajos, seguía siendo una influencia determinante en la cultura española y latinoamericana.
En España, Guillermo de Torre trabajó como asesor para la editorial Espasa-Calpe, y desempeñó el cargo de agregado cultural en la Embajada Española en Buenos Aires. Estos roles le permitieron seguir influyendo en el desarrollo cultural de su país, aunque su progresiva sordera le dificultó realizar sus tareas con la misma eficacia de antes. A pesar de estos obstáculos, continuó su labor intelectual y literaria, participando activamente en la crítica literaria y en la promoción de nuevas voces dentro de las vanguardias.
Obras fundamentales en su última etapa: Claves de Literatura Hispanoamericana y otros estudios
Los últimos años de Guillermo de Torre fueron una etapa de reflexión y de recopilación de su obra crítica. Publicó libros fundamentales como Claves de Literatura Hispanoamericana (1959), que se convirtió en un texto esencial para entender el panorama literario de América Latina, y El fiel de la balanza (1961), una recopilación de sus ensayos sobre los géneros literarios. Estos libros no solo reflejan la madurez de su pensamiento crítico, sino también su profundo compromiso con la literatura como una herramienta de reflexión sobre la condición humana.
Su obra Ultraísmo, Existencialismo y Objetivismo en Literatura (1968) es otro de sus grandes trabajos en los últimos años, en la que ofrece una mirada crítica a los movimientos literarios que dominaron la primera mitad del siglo XX. A través de este texto, de Torre explora la evolución de las vanguardias, mostrando cómo las distintas corrientes filosóficas y literarias se entrelazaron para dar lugar a una nueva forma de entender la escritura y la poesía.
El reconocimiento póstumo y la importancia de su legado
Guillermo de Torre murió el 14 de enero de 1971, en Buenos Aires, después de haber dejado una profunda huella en la cultura literaria del siglo XX. Su legado no solo se limita a su obra literaria, sino también a su incansable esfuerzo por conectar la vanguardia europea con el mundo hispanoamericano. Aunque su vida estuvo marcada por el exilio, su influencia sigue siendo reconocida en la literatura de ambos continentes, donde su crítica literaria y sus contribuciones a la vanguardia continúan siendo estudiadas y admiradas.
El homenaje póstumo que recibió de la revista Ínsula (Nº 292) en 1971 subraya la importancia de su figura en la historia literaria española. Hoy, Guillermo de Torre es considerado uno de los grandes críticos literarios y poetas vanguardistas, cuyo trabajo ha dejado una marca indeleble en el panorama de las letras hispánicas y que sigue siendo un referente esencial para entender el desarrollo de las vanguardias literarias del siglo XX.
MCN Biografías, 2025. "Guillermo de Torre (1900–1971): Pionero del Ultraísmo Español y Crítico Literario de la Vanguardia". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/torre-guillermo-de [consulta: 1 de octubre de 2025].