Kurt von Schleicher (1882–1934): El Último Canciller de Weimar y la Tragedia de un Militar Intrigante

Kurt von Schleicher (1882–1934): El Último Canciller de Weimar y la Tragedia de un Militar Intrigante

El nacimiento y la familia militar de Kurt von Schleicher

Kurt von Schleicher nació el 7 de abril de 1882 en la región de Brandeburgo, Alemania, en el seno de una familia profundamente marcada por la tradición militar. Su padre, un oficial del ejército prusiano, le inculcó desde temprana edad el amor por las armas y el honor del servicio. Este contexto familiar, caracterizado por el respeto hacia las jerarquías y valores del ejército imperial, sería determinante en el desarrollo de su carácter y en el camino que seguiría a lo largo de su vida. La presencia de figuras influyentes en el ámbito militar dentro de su círculo familiar, como su abuelo, veterano de la Guerra Franco-Prusiana, consolidó su deseo de formar parte de las fuerzas armadas.

A medida que crecía, Kurt se encontraba rodeado de una estructura social que le exigía obediencia y disciplina. Esto resultó en un carácter marcado por la rigurosidad, la precisión y la idea de que la lealtad al ejército era el pilar fundamental de la nación. Con un sentido de destino, el joven Kurt von Schleicher se alistó en el ejército en 1900, un paso natural dado su entorno y la tradición de servicio que su familia representaba.

Educación y relaciones militares tempranas

Durante su formación académica, von Schleicher demostró una notable habilidad para las ciencias militares y estratégicas. No solo era un estudiante disciplinado, sino que su inteligencia sobresalía entre sus compañeros. Fue precisamente esta capacidad intelectual lo que le permitió formar alianzas tempranas con figuras claves dentro del ejército. Una de sus amistades más importantes fue con Oskar von Hindenburg, hijo del famoso general Paul von Hindenburg, quien más tarde se convertiría en presidente de la República de Weimar. Esta relación sería fundamental en el futuro político de Schleicher.

Además de Hindenburg, otro de los mentores más influyentes de von Schleicher fue el general Wilhelm Groener, instructor de la Academia de Guerra. La estrecha relación entre ambos permitió que Schleicher se beneficiara de la experiencia de Groener, quien, años más tarde, jugaría un papel clave en su ascenso dentro del ejército y la política alemana.

Carrera militar temprana

La Primera Guerra Mundial marcó un hito en la vida de Kurt von Schleicher. Con solo 32 años, fue enviado al frente oriental, donde demostró su valía como oficial y estratega. Su valentía en la batalla le valió la Cruz de Hierro, una de las condecoraciones más prestigiosas del ejército alemán. Sin embargo, su carrera no estuvo exenta de controversias. A pesar de su éxito en el campo de batalla, se enemistó con figuras importantes como el general Erich Ludendorff, lo que resultó en su «destierro» temporal a los cuarteles generales del departamento de prensa del ejército. Este episodio, lejos de marcar el fin de su carrera, fue una oportunidad para que Schleicher cultivara nuevas alianzas y afinara su habilidad para la intriga política y militar.

Cuando Groener asumió el mando del ejército alemán tras la salida de Ludendorff, una de sus primeras decisiones fue nombrar a von Schleicher mayor y ayudante personal. Este puesto le permitió estar cerca de los centros de poder y ser testigo de las discusiones clave sobre el futuro de Alemania tras la guerra. Este período también le permitió fortalecer sus contactos con figuras militares y políticas clave, una red de aliados que sería vital en los años posteriores.

El papel de Schleicher durante la Revolución de Weimar

Con la firma del Tratado de Versalles en 1919, Alemania se encontró en una posición extremadamente vulnerable. La República de Weimar, nacida en medio de un clima de agitación social y política, necesitaba desesperadamente el apoyo del ejército para sobrevivir. Es aquí donde el talento político y estratégico de von Schleicher emergió con fuerza. Aunque la joven república se enfrentaba a múltiples desafíos, desde la inflación hasta las revueltas comunistas, von Schleicher supo maniobrar entre las diferentes facciones militares y políticas para asegurar que el ejército siguiera desempeñando un papel crucial en la defensa del orden establecido.

Uno de los episodios más significativos en los que participó fue la represión de la Revolución Espartaquista en 1919, una revuelta de carácter comunista que amenazaba con derrocar al gobierno. Schleicher, en su rol de asesor militar, convenció al presidente Friedrich Ebert de que el único camino para sofocar la rebelión era utilizar la fuerza militar. Junto al ministro de Defensa Gustav Noske, Schleicher organizó la intervención de los Freikorps, grupos paramilitares que jugaron un papel crucial en la represión de los espartaquistas y en la consolidación del poder de la nueva república.

Esta participación en la represión de movimientos revolucionarios consolidó la reputación de von Schleicher como un hombre de acción dispuesto a emplear la fuerza cuando fuera necesario. Al mismo tiempo, le permitió entrar en los círculos de poder de la República de Weimar, un acceso que utilizaría en el futuro para avanzar en su carrera política.

Consolidación de poder dentro del ejército y su relación con Groener

Con la retirada del general Groener en 1920, Schleicher permaneció en su puesto dentro del ejército, pero su relación con los nuevos líderes, como Hans von Seekt, no fue del todo fluida. A pesar de compartir el deseo de burlar el Tratado de Versalles, Schleicher tenía una visión diferente sobre el papel del ejército en tiempos de crisis. Mientras von Seekt consideraba que el ejército debía mantenerse al margen de las luchas internas, Schleicher creía que la intervención militar era necesaria para evitar el colapso del Estado.

Fue durante este período que von Schleicher se dedicó a construir una red de contactos políticos y militares, manipulando las relaciones entre el ejército y el gobierno para consolidar su poder. En 1923, participó activamente en la represión del golpe de estado del general Ludendorff en Baviera, un evento que consolidó aún más su reputación dentro del círculo militar.

El papel de Schleicher durante la Revolución de Weimar

A medida que la República de Weimar se asentaba, los conflictos internos seguían siendo una constante amenaza. En este contexto, el ejército desempeñaba un papel crucial en la preservación del orden, y Kurt von Schleicher se destacó como uno de los arquitectos de la estrategia militar para mantener la estabilidad. En particular, su intervención decisiva en la Revolución de 1919, durante la cual los espartaquistas intentaron derrocar al gobierno, demostró la influencia que ejercía dentro de la esfera militar y política.

Los espartaquistas, que eran socialistas radicales y comunistas, habían tomado Berlín, y la situación estaba al borde del colapso. Ebert, el presidente de la República, temía que los movimientos revolucionarios pudieran precipitar el fin de la nueva república. Fue en ese momento cuando Schleicher, basándose en su experiencia y en su convicción de que solo el ejército podía restaurar el orden, sugirió al presidente que utilizara la fuerza militar contra los sublevados. En nombre del gobierno de Ebert y de Noske, lideró la represión sangrienta, colaborando con los Freikorps para sofocar la rebelión. La victoria en este enfrentamiento permitió a la República consolidarse, aunque a costa de la radicalización de la lucha interna y de la violencia represiva. Esta intervención marcó un claro precedente del papel que Schleicher iba a jugar en los años siguientes, como un hombre dispuesto a aplicar medidas drásticas en defensa del orden, a menudo con un enfoque que muchos consideraban autoritario.

La consolidación de su poder dentro del ejército y su relación con Groener

El giro hacia una mayor intervención del ejército en la política alemana ocurrió cuando Groener, uno de sus principales aliados, dejó el cargo de jefe del ejército en 1920. A pesar de que von Schleicher continuó bajo las órdenes de von Seekt, con quien no compartía las mismas opiniones sobre el papel del ejército en la política, siguió avanzando en su carrera. Su visión, que sostenía que el ejército debía actuar como una fuerza estabilizadora en tiempos de crisis, contrastaba con la postura más neutral y apartada de von Seekt. La disensión entre ambos se hizo más evidente cuando von Schleicher intentó utilizar su influencia para asegurar el control del ejército, mientras que von Seekt, al liderar la institución, favorecía un enfoque más conservador.

Durante este período, von Schleicher se dedicó a construir una red de relaciones que le permitió ganar poder político. Fue su relación con Hindenburg, que llegaría a ser presidente de la República, lo que catapultó a Schleicher a posiciones de mayor influencia. La alianza entre ellos resultó en un acuerdo tácito: mientras que von Schleicher se encargaba de las maniobras militares y políticas internas, Hindenburg mantenía su figura presidencial como un símbolo de unidad nacional.

Política interna y relaciones con el gobierno de Weimar

A lo largo de la década de 1920, el clima político en Alemania se volvió cada vez más tenso. La economía de la República de Weimar se desplomaba, la inflación estaba fuera de control y las luchas ideológicas entre los partidos políticos se intensificaban. En este contexto de inestabilidad, von Schleicher se dedicó a fortalecer su influencia dentro del gobierno. Al mismo tiempo que mantenía sus contactos dentro del ejército, también desarrolló una habilidad notable para la intriga política.

Uno de sus logros más destacados fue su capacidad para mover las piezas políticas dentro de la República de Weimar. Schleicher jugó un papel clave en la caída del general Seekt, utilizando sus influencias para sembrar desconfianza en las figuras militares más poderosas y garantizar que sus propios aliados tomaran el control de la estructura militar alemana. En 1927, después de la caída de Seekt, von Schleicher se convirtió en el jefe del Consejo Político, un cargo que le otorgaba un considerable poder. Desde esta posición, pudo ejercer un control considerable sobre los asuntos políticos y militares, lo que le permitió consolidar aún más su influencia.

La creación del «Ministeramt», un departamento encargado de coordinar las relaciones entre el ejército, la sociedad civil y los partidos políticos, fue una de sus tácticas más astutas. Desde este departamento, Schleicher organizó una red de espionaje que le permitió tener acceso a información sensible de todos los ministerios del gobierno. Además, manipuló la prensa a través de filtraciones e insinuaciones, consciente de la importancia que los medios de comunicación desempeñaban en la opinión pública.

La lucha por el poder en los últimos años de la República de Weimar

En 1930, von Schleicher había alcanzado el rango de capitán general del ejército, y se encontraba en una posición más que favorable para hacer frente a los desafíos políticos que se presentaban en Alemania. Sin embargo, la situación era cada vez más insostenible. La República de Weimar se encontraba en su etapa final, y los problemas económicos y sociales aumentaban. La creciente radicalización política y el ascenso de movimientos como el Partido Nazi encabezado por Adolf Hitler representaban una amenaza para la estabilidad del gobierno.

Schleicher, consciente de la necesidad de una solución autoritaria, comenzó a estudiar la posibilidad de formar un gobierno con poderes centralizados. Sin embargo, la situación política se complicaba cada vez más. La derrota en las elecciones de 1932, que vieron un fortalecimiento del Partido Nazi, hizo que Schleicher tuviera que reconsiderar su estrategia. A pesar de que él mismo no compartía las ideas de Hitler, comenzó a coquetear con la idea de integrar al Partido Nazi en un gobierno de coalición. Schleicher pensaba que, al hacer esto, podría dividir y debilitar a los nazis, aunque también temía que este acercamiento pudiera llevar a la consolidación del poder de Hitler.

La política de coaliciones y maniobras de von Schleicher fracasó. El mismo día en que asumió la cancillería, el presidente Hindenburg le retiró su apoyo y permitió que Franz von Papen tomara el control del gobierno. Este giro político dejó a Schleicher sin opciones y en una posición de vulnerabilidad. El ejército, que había sido su principal base de apoyo, también se le volvió en contra. Finalmente, cuando el presidente Hindenburg desechó su solicitud de gobernar por decreto el 23 de enero de 1933, Schleicher se vio obligado a dimitir.

El ascenso al poder y su gestión como canciller

La renuncia de Heinrich Brüning en 1932 abrió el camino para que Kurt von Schleicher asumiera el cargo de canciller de la República de Weimar en diciembre de ese mismo año. Este nombramiento fue el resultado de una serie de maniobras políticas, que incluyeron su creciente poder dentro del ejército y la política alemana. Con una Alemania sumida en una profunda crisis económica y política, Schleicher vio su llegada al poder como una oportunidad para estabilizar la situación a través de medidas autoritarias. Sin embargo, la Alemania de la posguerra estaba dividida, y la República de Weimar ya se encontraba en una posición frágil, lo que hizo aún más difícil para el nuevo canciller obtener el respaldo suficiente en el Parlamento.

Una de las estrategias que Schleicher adoptó para hacer frente a la inestabilidad fue su intento de reestructurar el sistema político mediante la concentración de poderes en un gobierno centralizado. Desarrolló la idea de gobernar por decreto, bajo el artículo 48 de la Constitución de Weimar, que le otorgaba facultades excepcionales en tiempos de emergencia. Sin embargo, a pesar de sus esfuerzos por lograr una estabilidad política, la situación solo empeoraba. El clima de violencia política y las tensiones entre las fuerzas de la izquierda y la derecha extremas se intensificaban cada día, mientras que el Partido Nazi y los comunistas mantenían su presión sobre el gobierno.

El gobierno de Schleicher se encontró rápidamente con obstáculos. A pesar de su enfoque autoritario, no logró el apoyo de los sectores políticos clave, incluido el ejército, que había sido su base de poder durante años. Los líderes militares, que inicialmente lo habían respaldado, comenzaron a distanciarse, y su relación con Hindenburg se volvió cada vez más tensa. La falta de apoyo en el Parlamento y la oposición de diversos sectores políticos contribuyeron a que su gobierno no pudiera consolidarse de manera efectiva. La fragmentación de la política alemana, unida a la creciente influencia del Partido Nazi, hizo que la situación se volviera insostenible para von Schleicher.

Su intento de formar un gobierno fuerte y la consolidación del nazismo

Ante el avance del nazismo y el creciente poder de Adolf Hitler, von Schleicher intentó varios movimientos políticos para desactivar la amenaza nazi sin caer en la represión abierta. A lo largo de los primeros meses de 1933, hizo un esfuerzo por integrar a los nazis en su gobierno como una forma de neutralizar su influencia y evitar que Hitler tomara el control total del país. Su estrategia era mantener a los nazis bajo control dentro del marco de un gobierno de coalición, lo que a su juicio permitiría mantener la estabilidad sin que el extremismo nazi ganara el control absoluto.

Sin embargo, Schleicher subestimó la astucia política de Hitler. Aunque von Schleicher pensaba que podía dividir al Partido Nazi y poner a los elementos más moderados bajo su control, Hitler y sus seguidores tenían otras intenciones. La respuesta de Hitler a las propuestas de Schleicher fue negativa. El líder nazi rechazó cualquier tipo de participación en un gobierno encabezado por Schleicher, lo que dejó claro que su objetivo era obtener el poder absoluto.

Además de la oposición de Hitler, von Schleicher también se encontró con la creciente desconfianza de la mayoría de los políticos de izquierda y la reacción feroz de los militares que lo consideraban un traidor por sus intentos de acercamiento al nazismo. Este aislamiento político, combinado con las crecientes tensiones en el gobierno de Hindenburg, lo dejó en una posición muy débil.

La Noche de los cuchillos largos y su muerte

El conflicto político de los primeros meses de 1933 culminó en la caída de Kurt von Schleicher. Después de que su gobierno fracasara, Hitler logró convencer al presidente Hindenburg para destituirlo. El 28 de enero de 1933, von Schleicher fue reemplazado por Franz von Papen, quien, al igual que Hitler, había intentado manipular los hilos del poder en favor de su propio ascenso.

El final de Schleicher no tardó en llegar. Mientras Hitler se consolidaba como el nuevo líder de Alemania, la situación política se volvió aún más peligrosa para aquellos que se habían interpuesto en su camino. Von Schleicher se convirtió en uno de los principales objetivos de la purga nazi. En la madrugada del 30 de junio de 1934, durante la conocida «Noche de los cuchillos largos», una operación de represión llevada a cabo por las tropas de las SA bajo el mando de Hitler, Kurt von Schleicher fue arrestado junto a su esposa, y ambos fueron asesinados.

La muerte de Schleicher simbolizó el fin de una era en la que el ejército alemán jugaba un papel decisivo en la política del país. Fue uno de los últimos líderes de la República de Weimar que trató de mantener la democracia en medio de un mar de intrigas, amenazas extremistas y la desintegración de la república. Sin embargo, su intento de salvar la república, aunque astuto en términos de maniobras políticas, fue insuficiente para evitar el ascenso del nazismo.

El impacto de su muerte en la historia alemana y su legado político y militar

La muerte de Kurt von Schleicher durante la Noche de los cuchillos largos marcó un punto de inflexión en la historia de Alemania. Con su desaparición, la última resistencia significativa a la dictadura de Hitler fue eliminada, y los nazis lograron consolidar su poder sin obstáculos. En términos de su legado, Schleicher es recordado como un hombre que, a pesar de sus ambiciones políticas y sus propios errores estratégicos, nunca dejó de tratar de proteger la estabilidad de su país.

A nivel militar, Schleicher representa la figura del oficial que intentó maniobrar entre los intereses militares y los políticos, y que creyó en la primacía del ejército para garantizar la unidad de Alemania. Si bien su muerte fue trágica, su vida ilustra los oscuros mecanismos de poder en la República de Weimar y la incapacidad de los líderes de la época para evitar el auge de un régimen totalitario como el del Tercer Reich.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Kurt von Schleicher (1882–1934): El Último Canciller de Weimar y la Tragedia de un Militar Intrigante". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/schleicher-kurt-von [consulta: 17 de octubre de 2025].