Robles García, Francisco (1811-1893).


Estadista ecuatoriano, nacido en Guayaquil el 5 de mayo de 1811 y fallecido en la misma ciudad el 11 de marzo de 1893. Fue presidente de la República desde octubre de 1856 hasta mayo de 1859. Realizó sus estudios en la Escuela Náutica, y desde muy joven entró al servicio de la Marina. Poco amigo de etiquetas, alegre y mujeriego, llegó a ser uno de los personajes más populares del Guayaquil de su época. Al lado de Urvina, de quien fue siempre el brazo de derecho, combatió contra el presidente Juan José Flores. Cuando Urvina fue condenado por Flores al destierro, Robles lo liberó y juntos huyeron al Perú, pero tras la revolución del 6 de marzo de 1845 regresaron a Guayaquil donde fueron recibidos como héroes. En la Convención Nacional de 1852, en la que fue diputado, Robles promovió con Aparicio Rivadeneira la expulsión de los jesuitas, desempolvando la sanción de 1767. Fue ministro de Guerra durante el gobierno de Urvina y finalmente elegido presidente en 1956. Durante su gobierno fomentó los centros de enseñanza primaria en toda la República, estableció a las Hermanas de la Caridad para la atención de los hospitales y se puso en vigor el Código Civil. Tuvo que afrontar el enfrentamiento con el presidente del Perú, Ramón Castilla, el cual amenazaba continuamente a Ecuador y terminó bloqueando el puerto de Guayaquil. Castilla había enviado como Ministro Plenipotenciario al agente disociador Juan Celestino Cavero, el cual, tras provocar algunos incidentes, logró dividir internamente los intereses políticos del Ecuador. Con motivo del asesinato del periodista Vicente Valencia, se organizó la oposición interna, acaudillada por un lado, por el conservador García Moreno, y por otro, por el liberal Pedro Moncayo; pero ambos fueron desterrados. En mayo de 1859 estalló una revuelta en Quito que proclamó un nuevo gobierno compuesto por el triunvirato García Moreno(a la sazón exiliado en Perú), Jerónimo Carrión (vicepresidente de Robles) y Pacífico Chiriboga. Cada uno de los triunviros reclamaba sus derechos a la presidencia, y Robles, no pudiendo restablecer el orden a pesar del apoyo del general Urvina, se vio obligado a renunciar y partir para el exilio. En Chile pasó tres años, hasta regresar en 1862 a Lima, desde donde organizó, junto con Urvina, una revuelta contra García Moreno, pero, vencidos por éste, tuvieron que huir de nuevo al Perú. Finalmente pudieron regresar al país tras el triunfo de la revolución del general Ignacio de Veintemilla, quien nombró a Robles General de la Primera División. En los últimos años fue recaudador de impuestos en Babahoyo y administró sus pequeñas fincas en Daule.