Rainiero III, Príncipe de Mónaco (1923-2005)
Príncipe de Mónaco, nacido el 31 de mayo de 1923 y muerto el 6 de abril de 2005. Hijo de la princesa Carlota Luisa Grimaldi, duquesa de Valentinois (1898-1977), y de Pierre Melchior, conde de Polignac (1895-1964). Tuvo una hermana, Antoinette, y fue el trigésimo príncipe de Mónaco, descendientes todos de la dinastía Grimaldi, después de la compra, por parte del primer soberano, del señorío de Mónaco en 1308. Fue educado en las más reputadas aulas de enseñanza de Inglaterra, Summerfield y Stowe.
Formación y acceso al trono
El príncipe Rainiero inició sus estudios en Inglaterra, en el Summerfield College, en Saint Leonards on Sea, y en el colegio de Stowe de Buckingham. Posteriormente, en 1939 cursó estudios en Le Rosey, la famosa escuela Suiza cerca de Ginebra y más tarde completó sus conocimientos en la Universidad de Montpellier, en Francia, dedicándose principalmente al área política. En París estudió Ciencias Políticas.
El príncipe Rainiero era demasiado joven para prestar su servicio en el Ejército francés cuando se declaró la Segunda Guerra Mundial en 1939, no obstante, el 30 de mayo de 1944 se alistó como voluntario en las Fuerzas Armadas Libres de Francia. Allí fue destinado al Estado Mayor del Segundo Cuerpo de la Armada, a las órdenes del general Monsabert. Con el grado de sub-teniente, tomó parte en la Campaña de Alsacia, donde se distinguió y fue condecorado (1945) con la Cruz de Guerra.
Tras la guerra, el príncipe Rainiero fue ascendido a teniente y destinado a la misión militar francesa en Berlín. El 16 de enero de 1947, Léon Blum, presidente del Gobierno provisional, le concedió la Cruz de Caballero de la Legión de Honor. En abril de 1949 fue ascendido a capitán y a finales de 1954 a coronel.
Fue durante la guerra (30 de mayo de 1944), cuando su madre, la princesa Carlota, renunció a los derechos al trono en favor de su hijo Rainiero, de este modo, cuando el 9 de mayo de 1949 murió su abuelo, el príncipe Luis II, Rainiero se convirtió en el príncipe soberano de Mónaco. Contaba, tan sólo, con 26 años de edad. Subió al trono el 19 de noviembre de 1949 y fue coronado en Montecarlo el 12 de abril de 1950.
La familia de Rainiero III
El 6 de enero de 1956 se anunció su compromiso matrimonial con la actriz norteamericana Grace Kelly (1929-1982), ganadora de un Óscar en 1955 y una de las actrices favoritas de Hitchcock. Grace era hija del millonario John Kelly, personaje fundamental en la política económica del Principado desde entonces. La noticia del enlace fue recogida con enorme júbilo en el Principado. El 19 de abril de 1956 la pareja contrajo matrimonio en la catedral monegasca de San Nicolás, en una ceremonia oficiada por el obispo Giles Barte, y a la que asistieron las personalidades más destacadas del mundo de la política y el espectáculo. De este matrimonio nacieron tres hijos: el 23 de enero de 1957 nació la princesa Carolina Luisa Margarita, el 14 de marzo de 1958, nacía el príncipe Alberto, el heredero, y el 1 de febrero de 1965 llegaba al mundo la menor de la familia, la princesa Estefanía María Isabel.
El 14 de septiembre de 1982, se produjo la trágica muerte de su esposa en accidente de automóvil. El terrible accidente puso fin a 26 años de convivencia conyugal y sumió al Príncipe en un profundo estado de abatimiento, por lo que se especuló en diversas ocasiones sobre la abdicación del trono en el príncipe Alberto.
Rainiero logró sobreponerse a la pérdida de su esposa en parte ayudado por los nacimientos de sus nietos. A lo largo de los años, sus dos hijas le dieron un total de siete nietos, sin embargo, el príncipe Alberto, el heredero, no sólo no tuvo descendencia sino que ni siquiera contrajo matrimonio, lo que fue una fuente de preocupaciones para el soberano monegasco hasta el momento de su muerte. La princesa Carolina tuvo cuatro hijos: Andrea Albert Pierre, nacido el 8 de junio de 1984; Charlotte Marie Pomeline, nacida el 3 de agosto de 1986; Pierre Stefano Rainier, nacido el 5 de septiembre de 1987; y Alexandra de Hannover nacida el 20 de julio de 1999. La princesa Estefanía por su parte, tuvo tres hijo: Louis Robert Paul, nacido el 26 de noviembre de 1992; Pauline Grace Maquy, nacida el 4 de mayo de 1994; y Camille Marie Kelly, nacida el 25 de julio de 1998.
El gobierno del príncipe Rainiero (1949-2005)
En los 56 años que Rainiero III ha estado al frente de la política del pequeño Estado monegasco, el Principado ha sufrido una importante transformación que le ha convertido en uno de los Estados más ricos del mundo.
El propósito del príncipe Rainiero desde el comienzo de su reinado fue armonizar la tradición secular de su pueblo con la modernidad de los nuevos tiempos y sus exigencias. Convertido en un gran hombre de negocios, debido a la vinculación personal que mantuvo con las finanzas del Principado, contribuyó enormemente a su desarrollo. Su gobierno profundizó en la labor realizada por los tres príncipes anteriores tendente a convertir a Mónaco en un próspero Principado.
Pese a que durante los primeros años de su gobierno, el multimillonario Onassis fue una de las personas más importantes del Principado y el gran artífice de la modernización del Principado, en la década de 1960 se produjo un duro enfrentamiento entre ambos personajes motivado por las divergencias en cuanto a la inversiones a realizar con los beneficios del Casino. El pulso tuvo su punto más álgido en 1964, cuando se llegó a los tribunales, para cuestionar el control que Onassis ejercía sobre la vida económica de Mónaco. El fallo fue favorable a Rainiero y Onassis desapareció definitivamente del Principado. Tardaron once años en reconciliarse, hasta que se firmó la paz el 26 de febrero de 1974. Desde la ruptura con Onassis el príncipe Rainiero tomó las riendas financieras de Mónaco, y asesorado por su suegro, se convirtió en un gran hombre de negocios.
Políticamente se enfrentó a Francia cuando este país quiso que Mónaco pagara los mismos impuestos que los franceses. La tirantez llegó a tal extremo, que en 1962 De Gaulle decretó desde París el práctico bloqueo diplomático del Principado.
El 17 de diciembre de 1962, el príncipe Rainiero publicó una nueva Constitución en la que cedió parte de sus poderes al Gobierno. Mónaco pasó de ser una monarquía absoluta a una constitucional, se concedió el voto a la mujeres, y se establecieron libertades sindicales y de asociación. Desde entonces, el príncipe Rainiero ejerció el poder ejecutivo, asesorado por un Consejo de Gobierno, además del legislativo, compartido con el Consejo Nacional. El 2 de abril de 2002, la Constitución fue revisada y se reajustó el poder del Consejo Nacional y se redefinieron las relaciones con Francia, pactadas en un tratado del 17 de julio de 1918. Mónaco se definió como un Estado soberano e independiente, rechazando la teórica tutela del Estado francés. En el tratado de 1918 se habían dejado en manos de Francia las competencias militares del Principado, era Francia la garante de la independencia de Mónaco y la encargada de su defensa militar, lo cual comprometía la soberanía del pequeño Estado monegasco. El Gobierno del Principado se comprometió entonces a ejercer su autoridad en relación a los intereses de Francia. Sin embargo, el ingreso de Mónaco en la Organización de las Naciones Unidas (Mónaco se convirtió en el Estado miembro número 184), el 28 de mayo de 1993, hizo necesario una redefinición de esta relación de dependencia, ya que de facto supuso el reconocimiento de la soberanía e independencia del Principado por parte de la Comunidad Internacional.
El Principado estableció relaciones diplomáticas con Francia, Alemania, Bélgica, Italia, España, Luxemburgo, Países Bajos, Suiza, el Vaticano y Liechtenstein. Además, estableció una delegación permanente ante las Naciones Unidas, la Unión Europea y el Consejo de Europa. En total, Mónaco estableció unos 120 consulados honoríficos y envió representantes a 55 países de Europa, África y América. En sentido contrario, 74 Estados establecieron representaciones diplomáticas en Mónaco.
Rainiero III impulsó la adhesión de Mónaco a numerosos organismos internacionales, a diversas agencias de las Naciones Unidas, a organismos intergubernamentales y a organizaciones no gubernamentales de gran peso internacional.
El desarrollo de Mónaco bajo Rainiero III
A lo largo de todo su reinado, el príncipe Rainiero III desarrolló un costoso y ambicioso programa de construcciones que logró transformar completamente el Principado.
En la década de 1950 las innovadoras políticas del príncipe Rainiero pusieron en marcha el ambicioso plan constructivo, al tiempo que se logró aumentar en un 20% la superficie del Principado, tanto por reclamaciones territoriales como ganándole terreno al mar. Estas políticas cumplieron con un doble objetivo, por un lado proporcionaron trabajo a los monegascos y por otro diversificaron la economía, hasta entonces totalmente dependiente de los ingresos del Casino de Montecarlo.
En 1950 Mónaco era un lugar mal adaptado al turismo, con una pobre economía dependiente del contrabando y los ingresos del Casino, que se encontraba en decadencia. Con la ayuda del millonario Onasis, Rainiero revitalizó el Casino y lo convirtió en un lugar de reunión de grandes personalidades de todo el mundo. Finalmente, los ingresos del Casino acabaron provocando la ruptura entre Onasis y Rainiero, ya que ambos tenían planes distintos sobre el mejor modo de invertirlos. Tras una batalla legal, Onasis se marchó del Principado y Rainiero se hizo con el control financiero de su Estado. La boda del Príncipe con la actriz estadounidense Grace Kelly, contribuyó sobre manera a difundir la imagen del Principado por el mundo y a convertirlo en uno de los lugares predilectos de las grandes fortunas mundiales.
Entre 1958 y 1962 se realizó el primer gran proyecto constructivo de Mónaco, el enterramiento de las líneas férreas, lo que facilitó las comunicaciones de Montecarlo con el mar. En el distrito de Larvotto se ganaron 54.000 m2 al mar y se creó una playa artificial de 450 metros. Todo ello fue completado con infraestructuras turísticas encaminadas a las actividades de lujo.
Preocupado por la diversificación de la economía monegasca, en 1965 Rainiero III puso en marcha una operación a gran escala en el oeste de Mónaco, que logró ganar al mar 220.000 m2 en los que se construyó un nuevo puerto. Un nuevo distrito, Fontvieille, fue creado junto al puerto. Esta operación urbanística fue la más importante realizada en Mónaco desde que el príncipe Carlos III fundara Montecarlo.
En la década de 1990, Rainiero III ideó un nuevo proyecto urbanístico: un nuevo túnel y una estación subterránea de tren en el centro de Mónaco. La ambiciosa empresa se inició en 1993 y fue inaugurada en diciembre de 1999. El nuevo territorio ganado al enterrar el tren fue rápidamente urbanizado.
En la región oriental de Mónaco, sobre una plataforma de 35.000 m2 ganados al mar, se inauguró el 20 de julio de 2000 el Forum Grimaldi, un moderno centro de exposiciones dedicado al turismo de negocios, a eventos culturales y a conferencias de todo tipo.
Rainiero III también emprendió la tarea de reformar el principal puerto del país, Port Hercule, con el objetivo de ampliar su capacidad, mejorar su seguridad y permitir el amarre de grandes cruceros.
Menos espectaculares que estas acciones, pero de gran importancia para el nivel de vida de los monegascos, fue el programa de viviendas protegidas puesto en marcha entre 1990 y 2000. Dicho programa consistió en la construcción de 1.000 viviendas y un número similar para la década siguiente; lo que teniendo en cuenta la población, la carestía de la vivienda y el tamaño del Principado, se definió como un ambicioso plan social.
La economía del Principado
Uno de los aspectos más importantes del Gobierno de Rainiero III fue el logro de diversificar la economía monegasca.
Tras la Segunda Guerra Mundial, el principal ingreso de Mónaco procedía de la Société des Bains de Mer (SBM), empresa instalada en Fontvieille. El príncipe Rainiero logró dar un nuevo estímulo a la economía, invirtiendo en innovación y respeto al medio ambiente. A principios del siglo XXI el Principado de Mónaco se había convertido en uno de los Estados más ricos de Europa, con una producción que había pasado de los tres billones de francos en 1970 a casi diez billones de euros en 2004.
El incremento de la superficie de Mónaco vino acompañado de un incremento de un 50% en la población, no obstante, el espectacular desarrollo económico propició la inexistencia de conflictos laborales. Un dato ejemplifica esta situación, en 2005, para una población de poco más de 32.000 personas, Mónaco ofreció más de 40.000 empleos públicos y privados.
Los sectores más dinámicos de la economía monegasca durante el reinado de Rainiero III fueron el turismo, la industria, el comercio y los servicios.
Durante décadas el turismo fue el principal motor de la economía monegasca, basado en el lujo y en el respeto al medio ambiente. En los últimos años se estableció también un turismo de negocios, gracias a la celebración de seminarios y conferencias en el Forum Grimaldi. En 2004 tuvieron lugar casi cuatrocientos congresos científicos en Mónaco.
El sector industrial se basó tradicionalmente en las pequeñas empresas locales productoras de cerveza, chocolate y mariscos. Gracias al impulso de Rainiero III, esta situación se transformó y a principios del siglo XXI había en el Principado más de 100 compañías, fundamentalmente químicas, farmacéuticas, manufactureras y de componentes electrónicos, que daban trabajo a casi 4.000 personas. La industria monegasca se centró, con Rainiero III, en actividades no contaminantes, atendiendo así a la preocupación del Príncipe por el medio ambiente.
Al final del reinado de Rainiero III existían en Mónaco más de 1.000 comercios de todo tipo, pero especialmente de productos de lujo. En la última década de su reinado, las importaciones y exportaciones de Mónaco sufrieron la mayor expansión de la historia.
El sector servicios creció de forma considerable desde la década de 1990, sobre todo en lo referente a las actividades financieras y los bancos. A partir de 1993 el Gobierno, ante las quejas de Francia, se preocupó por la lucha contra el blanqueo de capitales, actividad que había cobrado gran auge en Mónaco en décadas anteriores.
Las mejoras realizadas en Port Hercule facilitaron prósperos negocios relacionados con la industria de la navegación de recreo, lo que ha supuesto la entrada de grandes capitales en el Principado.
El 1 de enero de 1999 el Principado adoptó el euro como su moneda nacional, incorporándose así a los países de la Unión Europea que formaron la Euro Zona. A pesar de que Mónaco no es miembro de la Unión Europea, esto fue posible gracias a la unión aduanera establecida con Francia.
Investigaciones científicas y protección medioambiental
Rainiero III mostró siempre un gran interés por las actividades científicas y una constante preocupación por el deterioro del medio ambiente. Entre 1956 y 2001 impulsó decididamente la Comisión Internacional para la Exploración Científica del Mediterráneo (CIESM), organismo internacional al que pertenecen 23 Estados ribereños del Mediterráneo.
Una de las actividades más importantes impulsadas por el príncipe Rainiero en el área medioambiental, fue la investigación sobre los desechos radioactivos y el intento de encontrar una solución al problema planteado por su almacenamiento. Con este fin, desde 1959 patrocinó diversas conferencias y reuniones de científicos que tuvieron en el Museo Oceanográfico de Mónaco su centro de operaciones.
En 1960, Rainiero III fundó el Centro Científico de Mónaco, organismo centrado principalmente en la oceanografía. A partir de la década de 1970, Mónaco se puso a la cabeza de un proyecto internacional, en el que participaron Francia e Italia, que pretendía crear una región marítima piloto en la que se pusieran en marcha proyectos experimentales de conservación y protección del medio ambiente. En 1971, Rainiero III creó el Gran Premio de Oceanografía, con el que se reconoció la labor de los mejores oceanógrafos del mundo, como el capitán Cousteau. En los años siguientes, continuó con su labor en defensa de la naturaleza, especialmente centrada en el mar y sus recursos, así, dirigió instituciones, promocionó encuentros científicos, otorgó premios y, en definitiva, impulsó la ciencia marina desde el respeto a los recursos naturales. En las décadas de 1980 y 1990 Mónaco acogió en varias ocasiones la Convención Internacional para la Regulación de la Caza de Ballenas, así como diversas iniciativas internacionales en pos de la protección de los cetacios.
A lo largo del reinado de Rainiero III, Mónaco se ha convertido en uno de los Estados del mundo más respetuosos con el medio ambiente, más preocupados por los efectos de la contaminación y más comprometidos con la preservación de los recursos naturales.
Programas humanitarios y sociales
El príncipe Rainiero siempre se mostró preocupado por el sostenimiento del nivel de vida de sus súbditos. A lo largo de su reinado se pusieron en marcha numerosos programas sociales destinados a mantener y elevar no solo el nivel de vida de los monegascos, sino también el de los extranjeros residentes en el Principado.
Gracias a Rainiero III, el sistema de sanidad monegasco ha alcanzado un nivel notablemente superior a los de sus vecinos. Del mismo modo, el gasto en políticas sociales, ha situado a Mónaco entre los Estados con una cobertura social más amplia de Europa. El gasto social en sanidad de Mónaco a principios del siglo XXI suponía aproximadamente el 6% de los presupuestos del Estado, una cifra muy significativa si se tiene en cuenta la riqueza del Principado.
Uno de los aspectos más importantes de las políticas sociales monegascas ha sido la vivienda. En un país con la extensión de Mónaco, fácilmente la vivienda se puede convertir en un problema de grandes dimensiones. Por ello, a lo largo del reinado de Rainiero III se desarrollaron importantes políticas de vivienda social, con el fin de garantizar el acceso a una vivienda digna a un precio razonable. Del mismo modo, otro de los pilares del sistema social monegasco ha sido la ayuda a los jóvenes, tanto a la hora de encontrar empleo como para crear sus propias empresas.
Entre 1949 y 1958, Rainiero III presidió la Cruz Roja monegasca, a cuyo frente fue sustituido por la princesa Grace. Desde 1982, la presidencia de la Cruz Roja pasó a manos del príncipe Alberto, mientras que Rainiero se convirtió en el presidente de honor. Desde entonces, la Cruz Roja de Mónaco se ha convertido en una importante organización humanitaria que ha participado en diversas misiones.
Desde el ingreso de Mónaco en la ONU, el Principado ha promovido políticas de cooperación internacional y de ayuda financiera a países en desarrollo; ha participado en la Cumbre de Río de 1992, en la de Johannesburo de 2002 y en la Cumbre del Milenio. La ayuda internacional de Mónaco se ha centrado en países ribereños del Mediterráneo, principalmente en el norte de África.
El desarrollo del arte y la cultura
Los dirigentes monegascos han desarrollado durante siglos una larga tradición como mecenas artísticos, la cual, durante el reinado de Rainiero III, se vio continuada. El descubrimiento y el apoyo a los jóvenes artistas fue uno de los aspectos más destacados de la política cultural de Rainiero III.
En 1953 se iniciaron los trabajos para la reconstrucción de Fort Antoine, fortaleza semidestruida durante la Segunda Guerra Mundial, que se reconvirtió en un teatro al aire libre. Un año después, Rainiero III inauguró Tele Montecarlo. En 1956 fue creada la academia de música de la Fundación Rainiero III. En 1961 nació el televisivo Festival de Montecarlo, que pronto se convirtió en el más importante del mundo. En 1964 nació la Fundación Princesa Grace, para promocionar a jóvenes talentos del mundo del cine, el teatro y la danza. Esta fundación supervisa la labor de la Academia de Danza Princesa Grace y de la Biblioteca Irlandesa Princesa Grace. Además, concede los Premios de Arte Contemporáneo. En 1980 nació la Orquesta Filarmónica de Montecarlo, por iniciativa de Rainiero III.
El 17 de febrero de 1966, el príncipe Rainiero creó la Fundación Príncipe Pierre, en honor a su padre, con el propósito de promocionar la cultura, la literatura y el arte. En 1988, la presidencia de la Fundación pasó a manos de la princesa Carolina.
En 1966, Rainiero III creó el Departamento de Asuntos Culturales, con la misión de coordinar todas las actividades culturales del Principado. En 1972 se inauguró el Museo Nacional, que contiene la mayor colección de muñecas y autómatas del mundo. Dos años más tarde, Rainiero III creó el Festival Internacional de Circo de Montecarlo. En 1981 el Teatro de Bellas Artes fue renovado y se convirtió en el Teatro Princesa Grace. Al año siguiente, Rainiero III creó la Academia de la Lengua.
En el verano de 1993, la impresionante colección de coches antiguos de Rainiero III, abrió sus puertas al público en un edificio construido para tal fin en Fontvieille. Tres años más tarde se inauguró el Museo Filatélico y Numismático, cuyos fondos principales estaban integrados por las colecciones privadas de Rainiero III.
Bajo el Gobierno de Rainiero III, los edificios de Mónaco fueron renovados, se limpiaron multitud de fachadas, se arreglaron las construcciones, se restauraron monumentos y esculturas. Importantes artistas contemporáneos como Botero y Adami, trabajaron y residieron en el Principado.
Políticas de educación y deporte
A lo largo del reinado de Rainiero III, el sistema de educación de Mónaco sufrió un proceso de modernización y adaptación a las nuevas necesidades inherentes al siglo XX. El sistema de educación quedó fijado en 1970 y se fundamentó en el sistema francés.
A partir de 1989 el sistema de enseñanza monegasco se cimentó sobre diez establecimientos públicos, siete de los cuales eran guarderías y escuelas primarias, un centro de educación secundaria, una escuela técnica superior y un centro superior de estudios profesionales. Esto se complementó con dos centros de enseñanza privados, que funcionaban con contratos de asociación con el Estado.
Los centros de enseñanza monegascos fueron dotados por Rainiero III con fuertes partidas presupuestarias, lo que unido a un completo sistema de becas públicas convirtió al sistema educacional nacional en un modelo moderno y bien adaptado a las necesidades de la sociedad.
El deporte se convirtió en un aspecto fundamental de los planes de enseñanza desde el inicio del Gobierno de Rainiero III. Los centros de enseñanza fueron dotados con todo tipo de instalaciones para las prácticas deportivas a todos los niveles. En 1985 se inauguró el estadio Louis II, con capacidad para 20.000 espectadores y que puede albergar multitud de eventos deportivos.
Los problemas de salud
A partir de 1994 empezaron los problemas de salud de Rainiero III. El 25 de noviembre de ese año fue intervenido quirúrgicamente, para sustituirle parte de la arteria coronaria izquierda, parcialmente bloqueada.
El príncipe Rainiero III, príncipe soberano de Mónaco, poseía además de este título los siguientes: Duque de Valentinois, Conde de Carladès, Marqués de Beaux, Barón del Calvinet, Duque de Mazarin, Duque de Mayenne, Señor de San Remys, Señor de Mantignon, Conde de Torigny, Barón de Saint-Lo, Barón de Hambye, Barón de Luthumière, Príncipe del Castillo Porcien, Señor de Isenheim, Marqués de Chilly, Conde de Ferrete, Belfort, Thann y Rosemont, Conde de Longjumeau, Marques de Guiscard, Barón de Altkirai. Estaba en posesión de la Espuela de Oro, la más antigua y la segunda en importancia de las condecoraciones papales.
Como miembro de la realeza europea, Rainiero perteneció a la mayoría de las Órdenes Militares existentes y recibió gran número de condecoraciones internacionales. Entre otras, recibió condecoraciones y honores de: la Orden de San Carlos, la Orden de la Corona, la Orden de los Grimaldi, la Orden pontificia de la Espuela de Oro, Orden de Malta, la Orden de Jorge I de Grecia, la Orden de Leopoldo de Bélgica, la Orden del León de oro de Nasau, la Orden de San Martin y la Orden de la Estrella de Karageorgevitch.
El 7 de marzo de 2005 fue ingresado por una afección cardiopulmonar en un hospital de Montecarlo. Su estado de salud se deterioró paulatinamente hasta que el 6 de abril de 2005 falleció, a los 81 años de edad. Una semana antes del fallecimiento, el príncipe Alberto asumió la regencia de Mónaco ante la incapacidad de su padre. Tras la muerte de Rainiero, Alberto de Mónaco se convirtió en el nuevo soberano del pequeño Estado monegasco.
Mónaco tras Rainiero III
Durante los 56 años de Gobierno de Rainiero III, Mónaco pasó de ser un Estado anticuado, poco desarrollado y prácticamente aislado, a convertirse en un moderno centro de negocios internacional, con un alto nivel de vida y dotado de unas instituciones modernas.
Rainiero III consolidó la independencia y soberanía de Mónaco gracias al ingreso del Principado en los principales organismos internacionales. Logró también asegurar su sucesión, ya que en el caso de que el príncipe Alberto no tuviera descendencia, en la última reforma de la Constitución se estableció que el trono pasase al primogénito de la princesa Carolina, el príncipe Andrea.
Enlaces en Internet
http://www.visitmonaco.com/; Página oficial del Principado de Mónaco.