Morcillo y Rubio de Auñón, Fray Diego (1642-1730).


Político y administrador colonial español, arzobispo de Charcas, nacido el 3 de enero de 1642 en Villa Robledo de la Mancha y fallecido en 1730, que fue vigésimo séptimo virrey del Pevrú (1720-1724).

Fueron sus padres Alonso Morcillo y María Manzano. Desde muy joven ingresó en la orden de la Santísima Trinidad en Madrid en la que llegó a desempeñarse como provincial. Más tarde fue promovido a predicador del Rey y teólogo de la Junta de la Inmaculada Concepción. En 1704 Felipe V presentó su candidatura como obispo de Nicaragua, pero no llegó a tomar posesión de la misma al ser promovido por la curia al obispado de la Paz, puesto que ocupó entre 1708 y 1711, año en que fue destinado al puesto de arzobispo de Charcas. En 1716 gobernó interinamente el virreinato del Perú por cincuenta días y entregó el mando al príncipe de Santo Buono, después de lo cual se reintegró a su arzobispado. El 26 de enero de 1720, a la edad de setenta y ocho años, asumió oficialmente el virreinato del Perú al sustituir al propio Santo Buono. En 1723, a la muerte de Antonio Zuloaga, recayó sobre su persona el puesto de arzobispo de Lima, del cual tomó posesión el 18 de diciembre de ese mismo año. La decisión de la Corona en 1722 de reincorporar el virreinato de Nueva Granada al Perú, confirió a este gobernante una jurisdicción política y religiosa inédita en la historia del virreinato. Por esta razón tuvo que delegar parte de su responsabilidad en el máximo puesto religioso a su sobrino Pedro Morcillo, a quien nombró obispo auxiliar de Lima.

En el gobierno económico, conminó a los oficiales reales de Huancavelica a adquirir el azogue a un precio más favorable para la Tesorería Real. La superintendencia de minas registró un importante superávit que se invirtió en el arreglo de las cureñas del puerto de El Callao y en la reparación del puente de Pilcomayo que comunicaba las ciudades de La Plata y Potosí. Por bando del 11 de marzo de 1720 el virrey prohibió el comercio ilícito por las costas peruanas y comunicó en 1722 al Consejo de Indias la captura de diez bajeles franceses cargados de mercadería europea. En 1721 llegó a la feria de Portobelo el navío de permiso «Royal George», en conformidad con el Tratado de Utrecht firmado entre España e Inglaterra. Ese mismo año, el barco que conducía el situado a Panamá se hundió en las costas de Chuanduy.

En el aspecto de la defensa, el corsario inglés John Clipperton incursionó en las costas del Pacífico con una fragata de cuarenta cañones. En las costas de Guayaquil apresó a la nave que conducía a Lima al gobernador cesante de Tierra Firme, Antonio de la Rocha y Carranza. Morcillo ordenó que una fragata y un bajel al mando del capitán Nicolás Gerardino salieran a combatir a la nave inglesa, pero fueron derrotadas en el combate de Concepción en enero de 1720. Las naves de Clipperton bombardearon Arica antes de retirarse hacia Oceanía, pero en Filipinas fueron interceptadas y derrotadas por un convoy español. Poco después apareció en las costas peruanas otro corsario, el capitán George Shelvocke, que capturó naves mercantes en Concepción, incendió el puerto de Paita el 21 de marzo de 1720 al negarse su población a pagar rescate y prosiguió su viaje hacia Panamá y California sin que las tres naves de la Armada del Sur enviadas en su persecución lograran capturarle. La breve incursión del corsario holandés Jacobo Roggeween por el Estrecho de Magallanes concluyó con el descubrimiento de la isla de Pascua el 6 de abril de 1722. Ante estos acontecimientos, el virrey dispuso la modernización en los astilleros de Guayaquil de las naves «Capitana» y «Almiranta».

En cuanto al orden interno, este gobernante tuvo que enfrentar en 1723 el alzamiento de los indios araucanos en Chile que condujo al abandono de los fuertes de Concepción, Purén y Nacimiento. Por Real Cédula del 30 de diciembre de 1724 el virrey ordenó que el número de hombres en armas en Chile se elevara a dos mil y que los mismos procedieran a apaciguar a los indios.

En el terreno social, correspondió a este gobierno aplicar la Real Orden de 1720 que suprimió el régimen de la encomienda, lo que liberó a los indios de este sistema de explotación, aunque algunas encomiendas persistieron hasta la segunda mitad del siglo XVIII, como fue el caso de las de Chiloé. En lo que respecta al Patronato Real (véase patronato), en 1722 se inauguró en Lima la iglesia de las Trinitarias y se autorizó la conversión del beaterio de las mercedarias en un monasterio de clausura. En 1724 quedó instalado el monasterio del Carmen en Trujillo y los franciscanos erigieron el colegio y convento de Santa Rosa de Ocopa en la región del Ucayali. Entre los desastres naturales destacan las lluvias torrenciales que en marzo de 1720 destruyeron el pueblo de Saña en Trujillo.

La Corona decidió relevar a Morcillo en el cargo de virrey el 15 de enero de 1724 y sustituirle con el capitán general José de Armendariz. Morcillo retomó su cargo de arzobispo de Lima y falleció en esta ciudad el 11 de marzo de 1730. Sus restos fueron sepultados en la cripta de la iglesia metropolitana.

Bibliografía

  • MENDIBURU, Manuel. Diccionario histórico biográfico del Perú. (Lima: 1933).

  • MILLA BATRES, Carlos (ed.). Compendio Histórico del Perú. Historia del siglo XVIII. (Lima: 1993).

  • TAURO, Alberto (ed.). Enciclopedia ilustrada del Perú. (Lima: 1987).

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