Víctor Manuel Valentín Mendes (1959-VVVV): El matador portugués que marcó historia en las plazas españolas
Víctor Manuel Valentín Mendes es un nombre destacado en el mundo de la tauromaquia, especialmente en las plazas españolas, donde dejó una huella imborrable durante las décadas de 1980 y 1990. Con una carrera que despegó en la década de 1970 y alcanzó su mayor auge en los años 80, Mendes consolidó su posición como uno de los toreros portugueses más reconocidos internacionalmente. Nacido en Vila Franca de Xira, Portugal, el 14 de febrero de 1959, su trayectoria fue una mezcla de habilidad, carisma y valentía que lo llevó a la cumbre de la tauromaquia. En este artículo, profundizaremos en su vida, logros y relevancia dentro del mundo taurino.
Orígenes y contexto histórico
Víctor Mendes nació en una ciudad portuguesa con una fuerte tradición taurina, Vila Franca de Xira. Desde temprana edad, mostró interés por el mundo de los toros, y a los 19 años ya estaba haciendo sus primeras incursiones en las plazas españolas. La década de 1970 fue un período crucial en la historia de la tauromaquia, una época en la que los matadores buscaban modernizar y enriquecer el espectáculo taurino, con un auge en la figura de los banderilleros y la necesidad de nuevas figuras que se distinguieran en la ejecución de los tercios de la lidia.
En 1978, tras varias presentaciones en pequeñas plazas, Mendes comenzó a destacar como novillero en el ámbito taurino portugués, destacándose no solo por su destreza con el capote, sino también por su habilidad en el tercio de banderillas. A pesar de su juventud, ya demostraba una gran capacidad para conectar con el público, un talento que sería crucial para su posterior ascenso en la arena de los matadores.
Logros y contribuciones
El 1 de mayo de 1980, Víctor Mendes se presentó por primera vez en la mítica Plaza Monumental de Las Ventas, Madrid. Aquel día compartió cartel con Ramón Fernández Martín («Sacromonte») y Manuel Rodríguez («el Mangui»), lidiando novillos de la ganadería portuguesa de Branco Nuncio. Esta actuación fue un punto de inflexión en su carrera, pues supuso su entrada al circuito de las grandes plazas españolas, un terreno en el que pocos toreros noveles logran destacar.
Su debut en la plaza Monumental de Barcelona, el 13 de septiembre de 1981, fue aún más decisivo para su carrera. Aquel día, Mendes recibió la alternativa de manos de Sebastián Palomo Martínez (conocido como «Palomo Linares»), uno de los matadores más célebres de su tiempo. Como testigo de la ceremonia estuvo José María Dols Abellán («José Mari Manzanares»), otro de los grandes toreros españoles. Este momento, cargado de simbolismo, consolidó a Víctor Mendes como un matador de reses bravas, en un cartel que quedaría para la historia. La tarde fue un éxito rotundo, y el torero luso obtuvo su primer trofeo, una oreja, de la mano del toro «Chaqueto», un animal de la ganadería de Carlos Núñez.
A lo largo de los años 80, Mendes fue capaz de demostrar su destreza y profesionalismo en las plazas más exigentes. En 1984, en la Plaza de Las Ventas, uno de los escenarios más emblemáticos de España, consiguió cortar una oreja a cada uno de sus enemigos, procedentes de la ganadería de Victorino Martín. Esta tarde se considera una de las más importantes de su carrera, ya que marcó su consolidación entre los grandes matadores de la época. La plaza, testigo de tantas grandes faenas, vibró con la elegancia y la maestría de Mendes.
Además de su éxito en Las Ventas, otro de los momentos clave de su carrera se produjo el 23 de mayo de 1987, cuando, en la misma plaza madrileña, cortó tres orejas en una tarde memorable. Aquella tarde, los toros de Baltasar Ibán fueron los encargados de rendir homenaje al torero portugués, quien brilló junto a otros grandes de la época, como Luis Francisco Esplá Mateo y Vicente Ruiz Soro. Mendes y Esplá fueron dos de los grandes exponentes de la tauromaquia de ese período, y su habilidad compartida en el segundo tercio de la lidia fue uno de los factores que impulsaron la popularidad de ambos.
Momentos clave en la carrera de Víctor Mendes
A lo largo de su carrera, Víctor Mendes vivió momentos significativos que marcaron su evolución como torero:
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Debut en Las Ventas (1980): Fue su primer gran paso hacia el reconocimiento en el mundo taurino español.
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Alternativa en Barcelona (1981): Recibió la alternativa de manos de Sebastián Palomo Martínez, con la presencia de José María Dols Abellán como testigo.
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Confirmación en Madrid (1982): En esta ocasión, confirmaría su validez como matador de toros en la Plaza de Las Ventas, acompañado por Luis Francisco Esplá Mateo y José Nelo Almidiciana («Morenito de Maracay»).
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Gran faena en 1984: En Las Ventas, cortó una oreja a cada uno de sus toros, destacando con los animales de la ganadería de Victorino Martín.
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Tarde memorable de tres orejas (1987): En una corrida con Baltasar Ibán, cortó tres orejas, lo que consolidó su estatus de gran figura de la tauromaquia.
Relevancia actual
Aunque la segunda etapa de la carrera de Víctor Mendes estuvo marcada por una disminución en su rendimiento, su legado sigue siendo uno de los más destacados en la historia de la tauromaquia portuguesa. A pesar de su regreso en 2001, una vez superado su retiro temporal, sus actuaciones posteriores no alcanzaron la brillantez de sus primeros años. Sin embargo, su relevancia dentro del contexto taurino sigue viva, pues sus contribuciones al arte de la lidia y la influencia de su estilo continúan siendo apreciadas por los aficionados.
A lo largo de los años, Mendes formó parte de la historia de la tauromaquia junto a otras grandes figuras, como Sebastián Palomo Martínez, Luis Francisco Esplá y Francisco Ruiz Miguel. Cada uno de estos matadores dejó su impronta en la tauromaquia española y portuguesa, y Mendes ocupa un lugar destacado en este grupo.
Hoy en día, su nombre sigue siendo un referente para los jóvenes toreros, especialmente aquellos provenientes de Portugal, que encuentran en él un ejemplo de perseverancia, habilidad y pasión por el toreo.
Legado de Víctor Mendes
Víctor Mendes representa no solo a un matador de toros, sino a una época dorada de la tauromaquia, en la que los toreros eran admirados por su destreza, pero también por su capacidad de conectar con el público. Su maestría con la capa y las banderillas y su destreza en la lidia de los toros de gran dificultad son algunas de las características que lo convirtieron en una de las grandes figuras de la tauromaquia portuguesa.
En la actualidad, aunque alejado de los ruedos, su influencia se mantiene presente tanto en el imaginario colectivo de los aficionados al toro como en las futuras generaciones de toreros. La memoria de sus faenas en las plazas españolas sigue viva, y su nombre sigue siendo sinónimo de valentía y pasión por la tauromaquia.
MCN Biografías, 2025. "Víctor Manuel Valentín Mendes (1959-VVVV): El matador portugués que marcó historia en las plazas españolas". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/mendes-victor-manuel-valentin [consulta: 19 de octubre de 2025].