Mejía, Manuel (s. XX).
Matador de toros mexicano, nacido en Ciudad de México alrededor de 1960. Tras las habituales dificultades en su forja como aprendiz de torero, vistió por fin su primer terno de alamares el día 1 de marzo de 1981 en la pequeña plaza «La Florecita», de la Ciudad Satélite (México D. F.). Gustó, en aquella ocasión, a sus paisanos, lo que le permitió emprender con mayor regularidad una entusiasta andadura novilleril que, al cabo de dos años, le puso en condiciones de afrontar la responsabilidad de convertirse en matador de toros.
Tuvo lugar esta alternativa el día 22 de enero de 1983, fecha en la que Manuel Mejía hizo el paseíllo a través de la arena de la plaza de Puebla en compañía de su padrino, el afamado espada de Villa Guadalupe (Nuevo León) Eloy Cavazos Ramírez; el cual, bajo la atenta mirada de los también mexicanos Antonio Lomelín Migoni y Miguel Espinosa Menéndez («Armillita Chico») -que, en aquella función de ocho toros, comparecían en calidad de testigos-, cedió al toricantano los trastos con los que había de muletear y dar muerte a estoque a un toro perteneciente a la ganadería de San Martín.
Un año después (concretamente, el día 27 de enero de 1984), Manuel Mejía confirmó ante sus paisanos la validez de este título de doctor en tauromaquia. Fue su padrino en esta ocasión el veterano coletudo madrileño Antonio Chenel Albadalejo («Antoñete»), quien, en presencia del ya citado Eloy Cavazos Ramírez -que hacía las veces de testigo en esta nueva ceremonia-, facultó a Manuel Mejía para que diera lidia y muerte a estoque al primer toro de la tarde, marcado con la señal de José Garfias.
Después de diez temporadas en las que se batió con bravura en el escalafón superior de los toreros mexicanos, Manuel Mejía decidió que había llegado el momento de presentar su arte y su valor ante el severo dictamen de la primera afición del mundo, aquélla que por sí sola puede conceder o retirar a un torero el título de gran figura del Arte de Cúchares. Cruzó, pues, el Atlántico y confirmó su doctorado taurino el día 3 de julio de 1994 en la madrileña plaza de Las Ventas, donde contó en esta ocasión con el padrinazgo del joven matador vallisoletano Jorge Manrique Estébanez, y el testimonio del diestro leonés Julio Pedro Rebate Mendaña («Julio Norte»). El diestro de Ciudad de México, que lució en tan señalada ocasión un bello terno de tabaco y oro, confirmó su alternativa ante la severa y selecta afición madrileña dando lidia y muerte a estoque a Fanfarrón, un astado cárdeno, bragado y meano que había adquirido sus quinientos cincuenta kilos de peso en las dehesas de don José Escolar.
Bibliografía
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– COSSÍO, José María de. Los Toros (Madrid: Espasa Calpe, 1995). (2 vols.).
JRF.