Mandela, Nelson (1918-2013)
Abogado y político sudafricano, nacido el 18 de julio de 1918, en el poblado Thembu de Mbashshe, provincia de Umtata (actualmente provincia de El Cabo), y fallecido el 5 de diciembre de 2013 en Johannesburgo. Primer presidente de raza negra de la República de Sudáfrica (1994-1999). Líder histórico del CNA (Congreso Nacional Africano), durante toda su vida ha luchado incansablemente por la abolición del apartheid en su país, empeño que le ha costado veintiocho largos años de cárcel, en los que jamás se doblegó a pactar con el Gobierno racista de Pretoria; además, a esto hay que añadir sus intentos de llamar la atención de toda la comunidad internacional sobre la discriminación que sufría la población mayoritaria de raza negra del país. De esa forma, Mandela se convirtió tristemente en el preso político más famoso del mundo. Tras su liberación, en el año 1990, recibió el Premio Nobel de la Paz.
Hijo de un destacado jefe del pueblo Thembu, Hendry Gadla Mphkanyiswa, su padre confió su educación al jefe supremo de los Thembu, Jogintaba, como imponía la tradición por ser el jefe absoluto del clan. Mandela recibió su primera educación en el colegio metodista del poblado Qun, a poco kilómetros de Mbashshe. Cuando tan sólo contaba con nueve años de edad, fue trasladado a la escuela primaria metodista de Mqekezweni por orden de Jogintaba, quien pasó a hacerse cargo de su tutela al morir su padre, arruinado y depuesto de su cargo por una revuelta. A los dieciséis años, Mandela regresó a la tribu para realizar el rito del paso de la niñez a la madurez, en el que fue circuncidado. Miembro del Consejo de la Tribu, su padre adoptivo le envió a la escuela primaria superior de Qokolweni, de donde pasó a la escuela de secundaria de Healdtown. Por último, Mandela fue enviado a la Universidad de Fort Hare, primer y único centro universitario para negros, con el objetivo de estudiar la carrera de Derecho.
Inicios de su actividad política
En su etapa universitaria, Mandela se topó con los problemas raciales que convulsionaban al país y conoció al que sería su mejor amigo a íntimo colaborador, Oliver Tambo. Ambos se afiliaron al CNA y fueron expulsados del centro después de protagonizar una huelga estudiantil en el año 1942. Mandela se dirigió a Johannesburgo, ciudad en la que trabajó como vigilante en las minas Crown y de agente inmobiliario, cuando se instaló en el barrio negro (township) de Alexandría.
Enemistado con su padre adoptivo por no querer plegarse a las costumbres de su tribu, Mandela conoció al recién licenciado en Derecho Walter Sisulu, encuentro que ejerció la influencia necesaria para que éste se uniera definitivamente a la lucha contra la segregación racial y retomase de nuevo la carrera de Derecho en la Universidad de Witwatersraud, a la par que comenzó a trabajar en un despacho jurídico en Soweto, ciudad a la que se estableció, justo en el township de Orlando.
Liderazgo en el CNA
En Soweto, Mandela entró en contacto con la cultura urbana africana decidido a luchar contra la segregación racial en todos los ámbitos humanos, desde la política hasta la cultura sudafricana, rescatada del olvido por los líderes anti-apartheid. En el año 1944, junto con Sisulu, Tambo y Anton Lembede, Mandela fundó la rama juvenil del CNA, organización que se oponía a la tibia política adoptada por los dirigentes del CNA en la lucha contra el régimen racista impuesto por Pretoria. Mandela encabezó una propuesta que enviaron al CNA en la que proponían el abandono de la vía de las peticiones y de la diplomacia para pasar a la acción directa como único camino posible para conseguir los objetivos del partido.
Casado en el año 1944 con una prima de Sisulu, Evelyn Mase, al año siguiente nació su primer hijo, Madiba Thembekile, al que siguieron Makgatho, en 1950, y Makazine, en 1952. Este último año fue decisivo para Mandela por tres motivos: tras licenciarse en Derecho, fundó con su amigo Tambo el primer bufete dirigido por negros en Sudáfrica; fue nombrado presidente nacional de la rama juvenil del CNA y presidente de la sección del Transvaal del mismo; y fue sentenciado a nueve meses de suspensión profesional por participar en las primeras campañas de desobediencia civil contra las leyes racistas en virtud de la Suppression of Communism Act (Ley de Represión del Comunismo). Aunque la condena acabó en suspensión, se le prohibió salir de Johannesburgo y acudir mitines políticos y a reuniones del CNA. A pesar de que la inhabilitación fue renovada automáticamente por Pretoria durante los nueve años siguientes, Mandela siguió trabajando desde la clandestinidad con los principales líderes del CNA.
Por esa misma época surgieron en el seno del CNA los primeros síntomas de crisis, debido a la concepción defendida por Mandela y sus seguidores de una Sudáfrica multirracial y libre, en contra de las posturas más radicales postuladas por los africanistas. En diciembre del año 1956, Mandela se divorció y fue apresado, junto con otras ciento cincuenta personas más del partido. Tras un larguísimo juicio que se prolongó hasta 1961, Mandela fue absuelto de todo cargo. Entre tanto, conoció a una bella asistenta social, Nomozamo Winnie Madikizela, con la que se casó en 1957 y con la que tuvo dos hijas: Zenani, en 1959, y Zindziswa, al año siguiente.
La masacre de Shaperville: la lucha armada contra el apartheid
En el año 1960, Mandela ya se había convertido en el líder indiscutible del movimiento en contra de la opresión del Gobierno racista de Pretoria, galvanizando la lucha interna del CNA y tomando contactos con el exterior. Pero la respuesta de Pretoria no se hizo esperar. El 21 de marzo de 1960, la policía abrió fuego indiscriminado contra los manifestantes del Congreso Panafricano (PAC) en la ciudad negra de Shaperville. En tan infame acción murieron 69 personas y 186 fueron heridas de diversa consideración. La matanza se convirtió en el símbolo de la represión del régimen racista de Pretoria, el cual aprovechó para extremar la represión, decretar el estado de emergencia e ilegalizar al PAC y al CNA.
Las manifestaciones de ese mismo en Ciudad de El Cabo, igualmente reprimidas por la policía con brutalidad, convencieron a Mandela de la necesidad de cambiar los métodos de la desobediencia civil por otros más contundentes: la lucha armada. Con el fin de evitar su detención, volvió al estado de clandestinidad para dedicarse por entero a la gestación del brazo armado del CNA, al que bautizó con el sugerente nombre de Umkhonto we Sizwe (La Esperanza de la Nación). Como su comandante en jefe, Mandela dirigió todos los actos de sabotaje contra el régimen, desplegando una actividad frenética por todo el país, con sorprendentes apariciones en los sitios más insospechados, lo que le valió ganarse el apodo de El Pimpinela Negro por parte de sus entusiasmados seguidores. En enero de 1962 fue elegido por el CNA para acudir a la Conferencia Panafricana de Addis Abeba (Etiopía), desde donde comenzó una larga gira por varios países de África (en Angola recibió entrenamiento para la lucha guerrillera) y de Europa. En Londres, Mandela tomó contacto con los líderes de la oposición en el exilio.
La prisión de Mandela
De regreso a Sudáfrica, en 1962, Mandela se refugió en Rivonia, sede central del CNA. Pero en una de sus escasas escapadas para reunirse con su familia, el 5 de agosto de ese mismo año fue detenido gracias a una delación.
Condenado en un primer momento a la pena de cinco años acusado de incitar huelgas y de haber salido ilegalmente del país, fue internado en el penal de Robben Island, antigua leprosería reconvertida en penal y fortín militar, donde estuvo totalmente incomunicado. Su esposa Winnie y sus familiares más directos fueron puestos bajo arresto domiciliario. Trasladado en julio de 1963 a Pretoria, la policía pudo hallar en el cuartel general del CNA en Rivonia, el cual fue exhaustivamente registrado, pruebas de la gestación del grupo terrorista por parte de Mandela, un gran número de cartas y documentos comprometedores, así como las direcciones y paraderos clandestinos de los principales líderes del CNA.
Entre octubre de 1963 a junio de 1964, Mandela y varios de sus compañeros volvieron a sufrir un nuevo juicio en el que se les acusó de conspirar contra el gobierno de Pretoria y actuar en un gran número de actos de sabotaje. Mandela se hizo cargo de la defensa de todos los acusados, pero al final fueron condenados a la pena de cadena perpetua, volviendo al penal de Robben Island, en el que cumplió sus primeros dieciocho años de pena, aislado del resto de presos y con pocos contactos con sus familiares. En el año 1982, como consecuencia del inicio de una campaña internacional apoyada por todas las democracias del mundo en favor de su liberación y como protesta en contra del régimen dictatorial y racista impuesto por la minoría blanca, Mandela fue trasladado a la prisión de máxima seguridad de Pollmoor, en Ciudad de El Cabo.
Las autoridades de Pretoria, cada vez más agobiadas por las presiones provenientes del exterior, intentaron negociar con Mandela su libertad incondicional a cambio de su retirada política y la modificación de su oposición al apartheid. Pero, tanto las visitas de Jimmi Kruger, ministro de Justicia, como las del presidente de Sudáfrica, Peter Willem Botta no obtuvieron resultado alguno. Mandela supeditó su salida a la abolición total del racismo y segregación política por parte la minoría blanca en el poder.
El 7 de diciembre de 1988, para paliar algo la situación tan penosa de Mandela, gravemente enfermo de tuberculosis por las ínfimas condiciones sanitarias de la prisión, Pretoria decidió trasladarle a la prisión-granja de Víctor Vester, donde cambiaron radicalmente sus condiciones de vida: podía escuchar la radio, leer la prensa e incluso cultivar un pequeño jardín y huerto puesto a su disposición. En la granja, Mandela comenzó a recibir visitas de las figuras más destacas de la política internacional, además de las de los numerosos miembros y simpatizantes del CNA, incluyendo la del obispo sudafricano Desmond Tutu, al igual que él comprometido en la lucha contra el apartheid.
La liberación. Mandela presidente
El aislamiento político a nivel internacional acompañado de sanciones y de un duro bloqueo económico llevaron al Gobierno de Pretoria al borde del colapso. Las elecciones (sólo para blancos), celebradas en el año 1989, dieron la victoria a Frederick Willem De Klerk, con un programa basado en la libertad política para acabar con el apartheid.
La primera medida que tomó el nuevo ejecutivo fue poner el libertad a Nelson Mandela y legalizar los partidos políticos. El 11 de febrero de 1990, tras veintisiete años de cárcel, Mandela era liberado a la edad de setenta y un años. Tras una serie de duras negociaciones con De Klerk, Mandela consiguió convencerle de la necesidad de implantar un sistema de democracia plena, sin privilegios para ninguna etnia o raza. En reconocimiento a su lucha, inspirada por un internacionalismo humanista y sus esfuerzos por establecer la armonía racial en Sudáfrica, la Academia Sueca le concedió en 1993, junto a De Klerk, el Premio Nobel de la Paz. El 10 de noviembre del mismo año, se proclamó una nueva Constitución consensuada por todas las fuerzas políticas principales del país.
Mandela tuvo que solventar durante cuatro largos años serios problemas provenientes de todos los sectores políticos: presión de la minoría blanca reacia a abandonar el poder; abordar la unión del CNA, que amenazaba con disgregarse por los enfrentamientos de posturas del grupo de Mandela, por un lado, favorable a la integración racial, y la de los africanistas y demás sectores negros, que detestaban los principios no raciales de Mandela; y buscar el apoyo del poderosos Partido de la Libertad Inkhata, liderado por el zulú Mangosuthu Buthelezi. Por último, el escándalo surgido en el año 1992, por el que se acusaba a su mujer Winnie de estar involucrada en la muerte del activista de catorce año Stampie Seipei y del doctor Abu Baker, ambos perpetrados en el año 1989, amenazó la carrera política de Mandela. El asuntos se cerró con el divorcio de la pareja.
Pese a las irregularidades y los conflictos imprevistos, con bombas que estallaron en las principales ciudades del país días antes de las elecciones, los comicios celebrados los días 26, 27, 28 y 29 (los primeros auténticamente libres, proporcionaron a Mandela la victoria, con el 62% de los votos. Mandela anunció la formación de un gobierno de unidad nacional con la participación del Partido Nacional de De Klerk, del Frente de la Libertad Inkatha de Buthelezi y del Congreso Panafricano. El 10 de mayo, Mandela fue oficialmente investido presidente de la República de Sudáfrica.
Su integridad, entusiasmo y atractivo personal han sido cruciales en la sorprendente y relativamente pacífica transición política de Sudáfrica, desde un régimen represivo y racista como nunca se había visto antes hacia la pacífica autoproclamada «nación del arcoiris». En el año 1996, el Parlamento sudafricano aprobó una nueva Constitución, poniendo fin al período de transición democrática y significando también la desaparición del Gobierno de coalición entre el CNA y el Partido Nacional. En diciembre del año 1997, Mandela fue sustituido en la presidencia del CNA por Thabo Mbeki (hijo del líder histórico del CNA, Govan Mbeki), además de anunciar su firme propósito de no presentarse a la reelección presidencial.
Tras las elecciones celebradas el 2 de junio del año 1999, con victoria de Thabo Mbeki, Mandela se retiró de la política activa y pasó el relevo presidencial al presidente electo en una multitudinaria ceremonia a la que asistieron representantes de ciento treinta países. Ese mismo año, Mandela volvió a sorprender a todo el mundo al contraer matrimonio por tercera vez con Graça Machel, viuda del primer mandatario del Mozambique independiente, Samora Machel.
Mandela abandonó la vida política, pero no la vida pública, y pese a su avanzada edad (80 años) mantuvo una apretada agenda de actividades dentro y fuera de Sudáfrica. Participó en un amplio programa de acciones humanitarias, caritativas y formativas, a través del Nelson Mandela Children’s Fund (1995), la Nelson Mandela Foundation (1999) y la Mandela Rhodes Foundation (2003), así como de otras fundaciones y ONG’s.
En agosto de 2007 se fundó el Mandela Institute for Education and Rural Development, un proyecto conjunto de la Nelson Mandela Foundation, la Universidad de Fort Hare y el Departamento Provincial de Educación del Cabo Oriental.
Desde que dejó la Presidencia, una de las máximas preocupaciones de Mandela fue el sida. Fue ponente en la XIII Conferencia Internacional sobre el Sida, celebrada en julio de 2000 en Durban, en la XIV Conferencia celebrada en Barcelona en julio de 2002, y en la XV, celebrada en Bangkok en julio de 2004.
El 6 de enero de 2005, el Octogenario anunció a los medios de comunicación, en su casa de Johannesburgo y rodeado por sus familiares, la triste noticia de la muerte de su hijo Makgatho, a los 54 años de edad, víctima del sida. A sus 86 años, Mandela reclamó la necesidad de «dar publicidad al sida y no esconderlo, porque la única manera de convertirlo en una enfermedad normal, como la tuberculosis o el cáncer, es decir abiertamente que alguien ha muerto de sida, y así la gente dejará de considerarlo algo extraordinario». En julio de 2001 le diagnosticaron un cáncer de próstata, Mandela fue sometido a un tratamiento de radioterapia al que respondió satisfactoriamente.
Entre 2002 y 2004 Mandela criticó severamente la política exterior de la Administración de George Bush en Irak. Arremetió contra la Casa Blanca por la invasión de Irak e instó a la comunidad internacional a parar la guerra; posteriormente, denunció la ocupación militar del país y los abusos allí cometidos.
En julio de 2003, celebró su 85 cumpleaños con una gran fiesta en Johannesburgo, a la que asistieron celebridades del espectáculo, políticos (Clinton, de Klerk y Mbeki) y miembros de casas reales.
En mayo de 2004, en el décimo aniversario de su llegada al Gobierno, Mandela pronunció su último discurso ante la Asamblea Nacional, después del triunfo del ANC por abrumadora mayoría en las terceras elecciones legislativas. El 1 de junio de ese año el ex presidente hizo pública su intención de «jubilarse de la jubilación” para dedicarse a la «reflexión tranquila» en su casa en Qunu, pero el infatigable estadista participó aún en diversos actos públicos.
El 18 de julio de 2008, celebró su 90 cumpleaños en Sudáfrica y en Londres, desde junio hasta agosto, con un vasto programa de actos entre los que destacó un macroconcierto en Hyde Park, una cena de recaudación de fondos a la que fueron invitados estrellas del cine y de la música, así como Clinton y el primer ministro británico, Gordon Brown; una recepción real en el Palacio de Buckingham y una concentración de masas del ANC en Tshwane: a todos los actos acudió el homenajeado. En febrero de 2009 Mandela se incorporó a la campaña electoral del partido y de Zuma, investido tercer presidente de la democracia en el mes de mayo.
Nelson Mandela ha recibido más de 200 premios y reconocimientos, así como docenas de títulos honoríficos. Además del galardón más prestigioso y conocido, el Nobel de la Paz, posee los premios Jawaharlal Nehru al Entendimiento Internacional (India, 1980), Bruno Kreisky (Austria, 1981), Simón Bolívar de la UNESCO (1983), el de la Fundación del Tercer Mundo para los Estudios Sociales y Económicos (Reino Unido, 1985), el de la ONU en el campo de los Derechos Humanos (1988), Sájarov a la Libertad de Conciencia del Parlamento Europeo (1988), Al-Gaddafi de los Derechos Humanos (Libia, 1989), Lenin de la Paz (URSS, 1990), el de la UNESCO en el campo de la Paz (1992), Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional (España, 1992), William Fulbright al Entendimiento Internacional (Estados Unidos, 1993), Gandhi de la Paz (India, 2001) y el Embajador de Conciencia de Amnistía Internacional (2006). También, la Orden de Oro Olímpica del COI (1994), la Orden de Canadá (1998), las órdenes del Mérito y de St. John del Reino Unido (2004), y, por parte de Estados Unidos, las medallas de la Libertad de Filadelfia (1993), de Oro del Congreso (1998) y Presidencial de la Libertad (2002). Sin duda, Mandela es un político de gran reconocimiento mundial, en cuyo honor se han compuesto canciones, erigido estatuas, emitido sellos de correos y acuñado monedas; ha dado nombre a multitud de calles, parques y escuelas en todo el mundo (amén de a una especie de araña trepadora, la stasimopus mandelai, y hasta a una partícula subatómica).
En 2007 se estrenó el filme Goodbye Bafana, rodado por Bille August y protagonizado por Dennis Haysbert, un drama que narra las relaciones amistosas del preso de Robben Island con su oficial carcelero, James Gregory. En diciembre de 2009 se estrenó en Estados Unidos Invictus, con Clint Eastwood de director y Morgan Freeman en el papel de Mandela. La película se basa en el libro de John Carlin The Human Factor: Nelson Mandela and the Game that Changed the World, que narra la implicación del entonces presidente, en su deseo de profundizar la reconciliación interracial, en el campeonato mundial de rugby de 1995, organizado y ganado por Sudáfrica tras años de exclusión de las competiciones deportivas.
Incluso el propio Mandela apareció en medio centenar de documentales y series para la televisión, y, como actor de cameo, en la película Malcolm X, rodada por Spike Lee en 1992, donde se muestra brevemente como un maestro de escuela de Soweto que alecciona a sus jóvenes alumnos. En febrero de 2000 abrió sus puertas el Nelson Mandela National Museum, cuyas instalaciones se alzan en Mthatha, Qunu y Mvezo. En Soweto, no lejos del museo dedicado al apartheid, se encuentra el Mandela Family Museum, la antigua vivienda familiar estrenada en 1946, con su primera esposa Evelyn, y que luego compartió con Winnie, quien la habitó mientras él estuvo preso. Desde 1999 la vivienda, restaurada y acondicionada, está declarada Monumento Nacional.
Bibliografía.
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ALPHONSE, Max: Sudáfrica: ¿problema racial o estratégico?. (Montevideo: Ed. Ecler. 1986).
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BELTRÁN, Luis: Sudáfrica. (Madrid: Ed. Iepala. 1986).
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MANDELA, Nelson: Hombre negro, tribunal blanco. (Buenos Aires: Ed. Editorial Contrapunto. 1987).
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MANDELA, Nelson: El largo camino hacia la libertad. (Madrid: Ed. El País-Aguilar. 1995).
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RIESGO, Juan Manuel: El apartheid. (Madrid: Ed. Grupo 16. 1993).