Kang Youwei (1858-1927).
Intelectual y político chino, nacido en la Provincia de Kwangtung el 19 de marzo de 1858 y fallecido en Tsingtao (Provincia de Shantung), líder del movimiento reformista chino de 1898, intentó infructuosamente revitalizar el poder de la dinastía Qing y constituyó una figura pionera en el desarrollo del pensamiento moderno en su país.
Kang Youwei fue ciertamente un personaje peculiar, a medio camino entre un sabio apegado a la tradición y un revolucionario utópico, polémico en ocasiones por sus excentricidades, pero en cualquier caso digno de estudio y protagonista de uno de los primeros proyectos políticos que afrontaron el problema de modernizar China. Poco se sabe sobre sus años de juventud, excepto que provenía de una acomodada familia cantonesa y que desde muy joven él mismo se vio como un sabio («en un gran arrebato de iluminación, me vi como un sabio«). Kang manifestó un gran interés por las corrientes filosóficas que habían modelado la cultura de su país; de forma especial, volcó sus esfuerzos en estudiar y reinterpretar el confucionismo, el pensamiento que tradicionalmente ha regido en China, para adaptarlo a las nuevas necesidades de la sociedad y convertirlo en un instrumento útil para el progreso.
Siguiendo esta línea, publicó Estudio de los clásicos falsificados durante el periodo Hsin (9-23 d.C.), en 1891, y Estudio de la reforma de las instituciones de Confucio (1897), obras destinadas a encontrar en los textos antiguos la justificación de sus ideas.
En 1895, tras la firma del humillante Tratado de Shimonoseki con Japón, formó parte del grupo de intelectuales que instaron al Gobierno a emprender urgentes reformas para regenerar un país que consideraban en franca decadencia, aunque sin éxito. Fue entonces cuando, junto a su discípulo Liang Qichao, inició una campaña para convertir el confucionismo en el culto oficial del Estado y convencer a las autoridades de la necesidad de una revolución política conducida «desde arriba». Pese a la oposición de la emperatriz viuda y los sectores más conservadores, en el verano de 1898 Kang logró entrevistarse con el emperador Guangxu, quien se mostró de acuerdo con él y le encargó la redacción de un nuevo cuerpo de leyes que debían construir un nuevo Estado chino siguiendo el modelo occidental de una monarquía constitucional: este acontecimiento fue bautizado como los «100 Días de Reforma», tuvieron lugar entre julio y septiembre de ese año, pero acabaron frustrados por el golpe militar instigado por la emperatriz Cixi. Kang pudo escapar a la represión subsiguiente refugiándose en Japón, desde donde siguió intentando recabar apoyos en las comunidades chinas en el extranjero, pero la muerte del emperador Guangxu en 1909 y la revolución republicana emprendida por Sun Yat Sen en 1911, de la que se mostró contrario porque no tenía en cuenta la tradición china, dieron al traste definitivamente con su proyecto político.
En una última etapa su pensamiento se radicalizó, adquiriendo tintes de utopía: así, formuló la supresión de todo estatus e institución social, incluida la propiedad privada, la familia y el Estado, y propugnó la unión de toda la humanidad en un único orden mundial, que llamó La Gran Comunidad o Un Solo Mundo; no obstante, también se anticipó a su tiempo al imaginar en sus escritos ideas tan actuales como la igualdad de hecho entre los sexos, el matrimonio entre homosexuales, e incluso, los viajes intergalácticos.
Para más información, véase China: Historia (1911-VVVV).