Greta Garbo (1905-1990): La Diva Inolvidable del Cine Clásico
Greta Garbo, nacida el 18 de septiembre de 1905 en Estocolmo, Suecia, es considerada una de las más grandes leyendas del cine clásico. Su enigmática belleza, su talento inconfundible y su presencia en la pantalla la convirtieron en un ícono del cine y la cultura popular mundial. A lo largo de su carrera, Garbo trascendió los límites del séptimo arte, convirtiéndose en una figura fascinante que capturó la atención de millones. Esta actriz, famosa por su actitud reservada y su mítica retirada del cine, sigue siendo un símbolo del glamour y la sofisticación en el cine de Hollywood.
Orígenes y contexto histórico
Greta Lovissa Gustafson, como fue su nombre real, nació en el seno de una familia humilde. Desde temprana edad enfrentó grandes adversidades, ya que quedó huérfana a los catorce años y tuvo que comenzar a trabajar como dependienta en unos grandes almacenes. Durante este tiempo, participó en algunas películas publicitarias y comenzó a interesarse por la interpretación. Su futuro estaba en el aire, pero algo en su alma pedía más, y a los dieciséis años decidió inscribirse en la Real Escuela de Arte Dramático de Estocolmo.
Su paso por la escuela de arte dramático fue breve, pero significativo. En 1922, Garbo tuvo la oportunidad de participar en la película Luffar-Peter (Pedro el vagabundo), dirigida por Erik Petschler. Fue este trabajo el que llamó la atención de Mauritz Stiller, un director clave en su carrera. Stiller no solo le dio un papel importante en La expiación de Gösta Berling (1922), sino que también fue quien la bautizó con el nombre por el que la conocerían en todo el mundo: Greta Garbo. Este cambio de nombre fue el principio de su ascenso hacia la fama internacional.
Logros y contribuciones
A finales de la década de 1920, Greta Garbo ya era un nombre conocido en Europa, y su llegada a Hollywood fue el siguiente paso en su exitosa carrera. Bajo la dirección de Georg W. Pabst, participó en la película Bajo la máscara del placer (1925), una obra que consolidó su imagen como una de las grandes estrellas del cine mudo. Fue Louis B. Mayer, uno de los magnates más poderosos de Hollywood, quien descubrió su talento y la contrató para la Metro-Goldwyn-Mayer.
Su primera película en Hollywood fue El torrente (Entre naranjos, 1926), una adaptación de la novela de Vicente Blasco Ibáñez. A pesar de no ser dirigida por Stiller, el éxito de la película marcó el inicio de una exitosa carrera en el cine estadounidense. Fue en este rodaje donde conoció a William Daniels, el director de fotografía con quien trabajó en muchas de sus siguientes películas, solidificando su estatus de estrella.
El mayor éxito de Garbo llegó en 1927 con la película El demonio y la carne (The Devil and the Flesh), dirigida por Clarence Brown. Con este filme, Garbo alcanzó el estrellato, y su presencia en la pantalla se convirtió en una de las más poderosas y magnéticas de la historia del cine. A partir de ahí, su carrera despegó a nivel internacional, y la frase «creo que me voy a ir a casa», que Garbo solía decir cuando las cosas no iban de acuerdo a sus expectativas, se convirtió en un símbolo de su influencia en la industria.
Greta Garbo participó en una serie de títulos clave que marcaron la historia del cine. Películas como Ana Christie (1930), Mata-Hari (1932), La reina Cristina de Suecia (1933) y Ninotchka (1939), dirigida por Ernst Lubitsch, consolidaron su reputación como una actriz única. Ninotchka, en particular, es recordada no solo por su gran éxito de taquilla, sino también por la nominación al Oscar que Garbo recibió por su actuación en el papel de una diplomática rusa.
En su carrera, Garbo no solo fue reconocida por su interpretación, sino por la profundidad emocional que lograba transmitir en cada uno de sus papeles. Fue una actriz que no temía desafiar las normas de la época y cuya imagen se convirtió en un símbolo de sensualidad y misterio. La crítica la alabó por su capacidad de «pasar pantalla», es decir, por su habilidad para cautivar al público con una sola mirada o gesto.
Momentos clave
A lo largo de su carrera, Greta Garbo dejó una serie de momentos clave que definieron tanto su vida profesional como personal:
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1927: Su gran éxito con El demonio y la carne, que marcó su ascenso al estrellato internacional.
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1930: Nominación al Oscar por su papel en Ana Christie, donde hizo frente al reto de hablar en el cine sonoro a pesar de su fuerte acento sueco.
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1932: Interpretación de la famosa espía Mata-Hari, que se convirtió en uno de los roles más emblemáticos de su carrera.
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1935: Su papel como Anna Karenina en la película dirigida por Clarence Brown, que consolidó aún más su estatus de estrella mundial.
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1939: Ninotchka, la película que le otorgó otra nominación al Oscar y reafirmó su capacidad para atraer tanto a la crítica como al público.
Relevancia actual
Aunque Greta Garbo se retiró del cine a los 36 años, dejando una marca imborrable en la historia del cine, su legado sigue vivo hoy en día. Su imagen sigue siendo sinónimo de elegancia y sofisticación, y su nombre se asocia con el misterio y la belleza en la pantalla. Hollywood, y el cine en general, nunca olvidaron su contribución al séptimo arte.
A pesar de haberse retirado a una vida en la privacidad, Garbo sigue siendo un referente para futuras generaciones de cineastas, actores y cinéfilos. Su capacidad para transmitir emociones complejas sin necesidad de palabras, y su enigmática presencia en la pantalla, han dejado una huella profunda que es difícil de igualar.
La importancia de Greta Garbo en la historia del cine se ve reflejada en los homenajes que ha recibido a lo largo de los años, incluyendo un Oscar honorífico en 1954 por su carrera excepcional. Sin lugar a dudas, Garbo sigue siendo una de las figuras más importantes y admiradas de la cinematografía mundial.
Filmografía destacada
La carrera de Greta Garbo fue extensa y rica en variedad de papeles. A continuación, algunos de los títulos más importantes de su filmografía:
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1922: Luffar-Petter
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1923: Gösta Berlings saga
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1925: Bajo la máscara del placer
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1926: El torrente (Entre naranjos), La tierra de todos
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1927: El demonio y la carne
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1930: Ana Christie, Romance, Inspiración
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1932: Mata-Hari, Gran Hotel, Como tú me deseas
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1933: La reina Cristina de Suecia
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1935: Anna Karenina
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1939: Ninotchka
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1941: La mujer de las dos caras
Bibliografía
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ARCONADA, C.: Vida de Greta Garbo y otros escritos. Madrid, Castellote, 1974.
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CAHILL, M.: Greta Garbo. Wigston, Magna, 1992.
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CONWAY, M. y otros: Los films de Greta Garbo. Barcelona, Aymá, 1979.
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PAYNE, R.: La gran Garbo. Barcelona, Bruguera, 1979.
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PIETRO, M. Di: Greta Garbo. Barcelona, Icaria, 1994.
El legado de Greta Garbo no solo perdura por su carrera cinematográfica, sino por la imagen de perfección y misterio que proyectó, siendo recordada como «La Divina».
MCN Biografías, 2025. "Greta Garbo (1905-1990): La Diva Inolvidable del Cine Clásico". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/garbo-greta [consulta: 11 de julio de 2025].