Enrique el Mellizo (1848-1906): El cantaor de Cádiz que revolucionó el flamenco

Enrique el Mellizo, cuyo nombre real era Francisco Antonio Jiménez Fernández, nació en Cádiz el 1 de diciembre de 1848. A lo largo de su vida, este cantaor gitano se convirtió en una de las figuras más importantes y singulares del flamenco. Su estilo único, sus innovaciones en el cante y su carácter peculiar lo han situado como un pilar fundamental de la música flamenca, junto a otros grandes maestros como Silverio y Fillo. A pesar de su fama, Enrique el Mellizo vivió de manera solitaria y extravagante, sin querer dedicarse al cante de forma profesional. Sin embargo, su legado musical perdura hasta nuestros días, siendo considerado por muchos como uno de los más grandes talentos de la historia del flamenco.
Orígenes y contexto histórico
Enrique el Mellizo nació en el barrio de Santa María, en Cádiz, una ciudad con una rica tradición flamenca. Su vida estuvo marcada por su profundo amor por el cante, heredado de su padre, Antonio Jiménez, un matador de toros y puntualero al servicio de Manuel Hermosilla. Este vínculo con el mundo taurino fue fundamental en la vida de Enrique, quien, además de seguir los pasos de su padre como matarife en el matadero de Cádiz, cultivó su arte en los cafés-cantantes de la ciudad.
A pesar de ser conocido por su arte, Enrique vivió una vida marcada por la soledad y las depresiones, lo que lo hacía una figura enigmática en el panorama flamenco de la época. Se sabe que Enrique era una persona con costumbres extravagantes, lo que contribuyó a su fama de ser un hombre «raro». A pesar de esto, su arte no pasó desapercibido. Fue admirado en toda Andalucía, y su nombre se asociaba con la calidad de su cante.
Logros y contribuciones
Enrique el Mellizo fue un cantaor enciclopédico, capaz de interpretar con maestría una amplia variedad de estilos. A pesar de no haber dejado grabaciones de su arte, la tradición oral ha transmitido la belleza de su cante. Su estilo fue tan único que muchos lo equipararon con los grandes maestros de la música clásica. Entre sus contribuciones más notables se destacan la creación de la saeta por seguiriyas y el cante por alegrías «para escuchar», que hasta ese momento se limitaba principalmente al baile.
Sin lugar a dudas, su aportación más relevante al flamenco fue la creación y perfeccionamiento de la soleá. Junto con Paquirri el Guanté, Enrique el Mellizo fue prácticamente el creador de este cante, que más tarde se convertiría en uno de los pilares del flamenco. Las soleás de Enrique eran profundas y llenas de sentimiento, una característica que lo distinguió del resto de los cantaores de su tiempo.
Otro de los estilos que destacó en su repertorio fueron las malagueñas, influenciadas por los cantos litúrgicos, en particular el canto gregoriano. Esta influencia se debe a la afinidad de Enrique con las iglesias, donde solía refugiarse en sus momentos de mayor soledad. A través de estas melodías, Enrique el Mellizo logró dar una nueva dimensión a las malagueñas, creando un estilo que sería imitado por otros cantaores.
Momentos clave de su carrera
A lo largo de su vida, Enrique el Mellizo tuvo una serie de momentos clave que marcaron su carrera y su legado dentro del flamenco. A pesar de ser un hombre solitario y de tener una personalidad algo volátil, su arte nunca pasó desapercibido. A continuación, se destacan algunos de los momentos más importantes de su vida:
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Su amistad con Manuel Hermosilla: Enrique el Mellizo mantuvo una profunda amistad con el matador Manuel Hermosilla, quien lo apadrinó. Esta relación fue crucial para Enrique, ya que no solo lo vinculó con el mundo taurino, sino que también le permitió conocer a importantes figuras de la sociedad gaditana.
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El nacimiento del cante por alegrías «para escuchar»: Aunque el cante por alegrías era tradicionalmente un estilo asociado al baile, Enrique el Mellizo innovó al crear una versión destinada únicamente para el disfrute del oyente. Esta adaptación permitió que las alegrías fueran apreciadas en conciertos y encuentros de flamenco.
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La influencia de Manuel Torre: Manuel Torre, otro de los grandes maestros del flamenco, reconoció la profunda huella que Enrique el Mellizo dejó en su estilo. Torre recordó con emoción su primer encuentro con el Mellizo, una experiencia que lo marcó profundamente. Según él, cuando vio cantar al Mellizo por primera vez, tuvo una sensación tan conmovedora que quiso lanzarse por la ventana debido a la intensidad de la emoción.
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Presentación de Antonio Chacón: Enrique el Mellizo jugó un papel crucial en la carrera de Antonio Chacón, uno de los cantaores más importantes del flamenco. En 1885, Enrique presentó a Chacón en el Salón veraniego del Perejil, donde el joven cantaor de veinte años se mostró agradecido por la oportunidad que le brindó el Mellizo. Esta presentación marcó el inicio de la carrera de Chacón, quien siempre estuvo agradecido por la ayuda que recibió de Enrique.
Relevancia actual
A pesar de no haber dejado grabaciones de su arte, Enrique el Mellizo sigue siendo considerado uno de los grandes genios del flamenco. Su influencia se puede rastrear en generaciones de cantaores que lo vieron como un modelo a seguir. Aunque su vida fue breve y estuvo marcada por la tragedia personal, su música sigue viva en los escenarios y en las voces de los flamencos más jóvenes.
El legado de Enrique el Mellizo se mantiene especialmente presente en el mundo del cante, donde se le sigue mencionando como uno de los pilares fundamentales de la música flamenca. Su estilo, que fusionaba la tradición con la innovación, dejó una marca indeleble en el flamenco, y su nombre sigue siendo sinónimo de calidad y pasión por el arte.
Enrique el Mellizo murió el 30 de mayo de 1906 a causa de la tuberculosis pulmonar. Según el relato de Manuel Pérez «el Pollo», el cantaor pidió que le tocaran unas malagueñas en sus últimos momentos. Esta petición simboliza el profundo amor que Enrique sentía por este estilo musical, que siempre estuvo presente a lo largo de su carrera.
A pesar de que los descendientes de Enrique el Mellizo nunca llegaron a igualarlo en maestría, su familia continuó el legado del arte flamenco. Su hijo Enrique, apodado «el Morsilla», fue uno de los cantaores más respetados de su época. A lo largo de los años, la figura de Enrique el Mellizo ha sido objeto de admiración y estudio por parte de los amantes del flamenco, que siguen reconociendo su trascendencia y su legado en el panorama musical actual.
En resumen, Enrique el Mellizo fue mucho más que un cantaor. Su arte, su vida y su influencia lo convierten en una figura fundamental dentro del flamenco, y su nombre sigue siendo un referente en la historia de la música española.
MCN Biografías, 2025. "Enrique el Mellizo (1848-1906): El cantaor de Cádiz que revolucionó el flamenco". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/enrique-el-mellizo [consulta: 19 de octubre de 2025].