Enrique de Borgoña o Capeto, Conde de Portugal (1057-1112).
Conde de Portugal de origen francés nacido en Dijon (Francia) hacia 1057 y muerto en Astorga hacia el 24 de abril de 1112. También conocido como Enrique Capeto. Era el cuarto hijo de Enrique de Borgoña, nieto del duque borgoñón Roberto I, y sobrino nieto de San Hugo, abad de Cluny. Junto con su hermano mayor Eudes I (heredero del título) y su primo Raimundo de Borgoña marchó a la Península Ibérica a combatir a los musulmanes como cruzado. Por sus servicios, hacia 1095 el rey de Castilla Alfonso VI le concedió la mano de su hija natural Teresa (tenida con Jimena Núñez) y le concedió los condados de Portugal y de Coimbra (aproximadamente entre los ríos Duero y Miño), donde había luchado en su frontera sur, y que antes habían estado bajo administración de Raimundo (junto con Galicia). Parece que entre 1095 y 1097 sólo poseía el gobierno directo de los territorios de Oporto, Braga, Coimbra y Santarem; no sería hasta después de esta fecha que su autoridad se habría extendido sobre todo el territorio y se tituló comes Portugalensis (‘conde de Portugal’; tras la muerte de Alfonso VI 1109 usaría el de Henricus Dei gratia comes et totius Portugalensie dominus: ‘Enrique por la gracia de Dios conde y señor de todo Portugal’). En 1096, para asegurarse fidelidades y favorecer a las ciudades y su poblamiento, había concedido fueros a Guimarães y Constantim de Panóias.
Hacia 1100 luchó de nuevo contra los almorávides; entre 1101 y 1103 estuvo fuera de Portugal, marchando a Roma con el arzobispo de Braga para defender los derechos de esta sede. Es posible que en 1102 continuase el viaje hasta Tierra Santa, pero al frustrase un proyecto de cruzada del emperador Enrique IV habría vuelto a Portugal. Quizá también estos años se entrevistó con su tío el abad de Cluny. Durante su ausencia, un pequeño ejército portugués al mando de Soeiro Fromarigues fue derrotado por los musulmanes en el río Tajo. Por este tiempo completó la introducción de la liturgia romana, no sin resistencia de los mozárabes. Pero con el tiempo el clero autóctono se mostró favorable a los proyectos autonomistas enriquinas, así como lo era ya la nobleza. En 1104 estuvo en Sahagún (León), donde se encontró con su primo Raimundo de Borgoña, firmando un tratado de alianza (Pacto Sucesorio) por el que Enrique reconocía a Raimundo heredero absoluto de Alfonso VI, a cambio de Toledo (o Galicia) y parte de los tesoros reales. No parece que hubiese referencias a la situación de Portugal. Los años siguientes Enrique seguramente los pasó en Portugal.
En 1107 murió Raimundo, y el año siguiente el infante Sancho, el único hijo varón de Alfonso VI. El mismo monarca estaba a punto de fallecer también, y Alfonso Raimúndez (Alfonso VII), el hijo de Raimundo y su esposa Urraca (hija del rey), era un niño de poca edad; Enrique quedaba en inmejorable posición política, dado que era el único hombre de la familia mayor de edad. Sin embargo, Alfonso VI acabó por expulsarle de la Corte sin que se conozcan los motivos; no le retiró el gobierno de Portugal. Enrique, entonces, trató de conseguir nuevos apoyos en Francia y además sostener la causa de Alfonso Raimúndez por encima de su madre Urraca. El cronista Lucas de Tuy (el Tudense) le atribuye a él la idea de casar a Urraca con Alfonso I el Batallador, rey de Aragón (realizado en 1109). Pronto su atención fue reclamada por la reconquista, teniendo que luchar (y vencer) a los musulmanes en Sintra; luego marchó a Coimbra, donando a esta diócesis el monasterio de Lorvão. Actuaba ya como señor independiente.
En enero de 1110 se encontró con Alfonso el Batallador en Valtierra (Navarra); en octubre lucharon ambos con victoria en el Campo de la Espina contra las tropas de Urraca (ella y Alfonso estaban ya enemistados). En el mes de noviembre Enrique se pasó al bando de Urraca tras entrevistarse con ella y obtener ciertas promesas. Así, inmediatamente sitió a Alfonso el Batallador en Peñafiel hasta que la condesa Teresa, la esposa de Enrique, le convenció de que abandonase a Urraca mientras no se fijase con exactitud las condiciones de la alianza. En enero de 1111 la conferencia de Palencia con Urraca pareció reconciliarles, pero Enrique no confiaba en la reina (que además en marzo hizo las paces con su marido) y la sitió en Sahagún con ayuda de los partidarios de Alfonso Raimúndez. Tensiones internas y nuevos ataques musulmanes (pérdida de Santarem) le obligaron a volver a Portugal; desde Coimbra concedió algunos fueros para reforzar la capacidad de resistencia de algunos territorios. Continuó luego intrigando en los asuntos castellanos para sacar provecho propio, extendiendo así su influencia sobre Zamora y Astorga. En esta ciudad murió, poco después de la proclamación de Alfonso Raimúndez como rey conjuntamente con su madre. Su cuerpo fuetrasladado a Braga y allí sepultado. Tuvo con Teresa a Alfonso Enríquez (1109), que más tarde sería el primer rey portugués como Alfonso I, y a tres hijas: Sancha (esposa del conde Fernando Mendes), Urraca (mujer del conde Bermudo Pérez de Traba) y Teresa (casada con Sancho Nunes de Barbosa).
Bibliografía
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SERRÂO, J. Diccionario de História de Portugal. Vol. 3. (Lisboa: Livraria Figueirinhas, 1985).
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SOARES, T. De S. O governo do Conde Henrique de Borgonha. Sep. Rev. Port. História, 14. (Coimbra, Instituto de Estudos Históricos: 1975).
Enlaces en Internet
http://www.arqnet.pt/dicionario/henriquec.html ; Página con una biografía sobre Enrique de Borgoña (en portugués).