Dardo Cúneo (1914–2011): El Poeta, Periodista y Pensador Socialista que Defendió el Legado del Socialismo Hispanoamericano
Dardo Cúneo nació el 14 de febrero de 1914 en Buenos Aires, una ciudad que, por aquellos años, se encontraba en pleno proceso de modernización y transformación social, política y económica. Argentina, como parte del proceso de consolidación de las nuevas democracias latinoamericanas, atravesaba una etapa de inestabilidad política marcada por disputas entre las distintas corrientes ideológicas del momento: conservadores, liberales y, especialmente, socialistas, quienes ganaban terreno en diversos países del continente. Buenos Aires, una ciudad vibrante, se convirtió en el epicentro de la lucha ideológica que configuró gran parte de los acontecimientos que marcarían la historia política de Argentina.
En ese contexto, el joven Cúneo creció en una familia profundamente ligada al mundo de la prensa y las ideas progresistas. Hijo de un hombre comprometido con la labor periodística, su padre, jefe de rotativas del diario La Prensa, le permitió ingresar a las entrañas del periodismo a una edad temprana. Allí, Cúneo no solo absorbió los fundamentos del oficio de periodista, sino también las ideas sociales que dominarían su vida: el socialismo, corriente que caló hondo entre los impresores y trabajadores del periódico, quienes influenciaban y marcaban la ideología de la redacción. La prensa y los ideales de cambio social y justicia fueron, por tanto, los pilares en los que Dardo cimentó su carrera.
Familia y formación temprana
La cercanía con la vida periodística de su padre fue determinante en la formación de Cúneo. Desde pequeño, el joven Dardo pasaba horas en el taller de impresión de La Prensa, rodeado por el bullicio de las máquinas y el olor característico de la tinta fresca, lo que no solo le permitió familiarizarse con el mundo del periodismo, sino también cultivar una visión crítica sobre la realidad social. Este contacto temprano con los mecanismos de difusión de la información le permitió desarrollar una perspectiva única sobre la importancia de la comunicación como herramienta de transformación social.
El ambiente familiar y su relación con el mundo de las ideas también contribuyó al desarrollo temprano de sus inquietudes políticas. La influencia del pensamiento socialista, que circulaba en los círculos de la prensa y la clase obrera, fue fundamental. En su adolescencia, Dardo se empapó de las discusiones sobre justicia social, igualdad y derechos laborales que tanto preocupaban a los trabajadores que convivían con él en el ambiente de La Prensa. Esta etapa fue crucial para su desarrollo ideológico y su posterior dedicación a la política, el periodismo y la lucha por los derechos sociales.
A los veinte años, Dardo Cúneo ya comenzaba a tomar decisiones que marcarían su vida, y fue en ese momento cuando dio el salto a la acción política, viajando a Europa con la intención de entrevistar a los principales líderes del socialismo español. Cúneo no solo se dedicó a conocer a estas figuras de la política, sino que también vivió de cerca la convulsión que se estaba generando en España con la inminente Guerra Civil. Fue en este contexto, a través de su amistad con figuras como el periodista y diplomático Julio Álvarez del Vayo y el líder socialista Julián Besteiro, cuando Cúneo forjó su identidad política como defensor del socialismo democrático.
Este viaje a la península Ibérica representó un hito para Cúneo, ya que, además de ser una oportunidad para formarse políticamente, también fue su primera incursión en el mundo del periodismo internacional. A través de sus crónicas, que enviaba a la revista Crítica, dirigida por Natalio Botana, Cúneo se convirtió en una de las voces más informadas sobre la situación política española, logrando captar la atención del público latinoamericano. Estos escritos marcaron su entrada definitiva en el periodismo como un joven prometedor que ya comenzaba a ser reconocido por su capacidad para captar los matices de la realidad política mundial.
La mezcla entre su formación en la prensa, su orientación socialista y su contacto directo con los principales líderes políticos de su tiempo hizo de Dardo Cúneo una figura destacada en el periodismo argentino y, por extensión, en el pensamiento político de América Latina. La juventud y energía de Cúneo se tradujeron rápidamente en una sólida carrera como periodista y pensador político que no solo informaba, sino que también formaba parte activa de los debates sobre el destino social y político de Hispanoamérica.
Inicios en el periodismo y su impacto en la prensa argentina
Tras su regreso de España, Dardo Cúneo consolidó su carrera como periodista en diversos medios de comunicación de gran circulación. Su influencia como escritor y cronista se extendió a lo largo y ancho de América Latina y Europa, destacándose por sus textos sobre los conflictos políticos y sociales de la época. En Argentina, sus colaboraciones en medios como La Vanguardia, Claridad y Parlamento Libre, entre otros, lo posicionaron como una de las figuras más relevantes del periodismo de izquierda.
Su trabajo en Crítica, la prestigiosa publicación dirigida por Natalio Botana, marcó un hito en su carrera. Desde allí, Cúneo se sumergió en la actualidad internacional, relatando con agudeza los eventos que ocurrían en la España de la Guerra Civil, brindando una perspectiva socialista sobre el conflicto. No solo los eventos políticos de la vieja Europa fueron su foco de atención, sino también los problemas de América Latina, donde su visión socialista y su firme compromiso con las luchas obreras y populares lo llevaron a ser una voz influyente.
Dardo Cúneo fue más allá de la escritura y el análisis de la actualidad. Se involucró activamente en la política argentina y latinoamericana, siendo un referente dentro de las corrientes socialistas. Su pensamiento político estaba marcado por una profunda crítica al capitalismo, el imperialismo y las estructuras de poder que mantenían a las clases populares en una posición subordinada.
En Argentina, Cúneo encontró en el socialismo un refugio ideológico donde confluyeron varias tendencias. A pesar de su cercanía con el Partido Socialista Argentino, su postura siempre fue la de un intelectual independiente, dispuesto a desafiar las posiciones de la ortodoxia interna. A lo largo de su vida, sus enfrentamientos dentro del Partido Socialista fueron constantes, especialmente cuando consideraba que sus compañeros de lucha no avanzaban con la claridad que él propugnaba sobre temas clave como el enfrentamiento al peronismo, las luchas de clase y las tensiones dentro del movimiento obrero.
Una de las confrontaciones más significativas fue su enfrentamiento con Américo Ghioldi, destacado intelectual y líder del Partido Socialista Democrático, quien representaba una visión más moderada del socialismo. Cúneo, por su parte, defendía una postura más radical, marcada por la independencia ideológica y la autonomía frente a cualquier tipo de coalición con el régimen peronista, a pesar de que el justicialismo tuviera fuertes lazos con sectores obreros.
La relación con Perón y el rechazo al justicialismo
En los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, el ascenso de Juan Domingo Perón al poder significó un giro fundamental en la historia política argentina. Aunque Perón tenía la capacidad de movilizar a amplias capas de la sociedad en favor de sus políticas, Cúneo, fiel a su ideología socialista, se mostró crítico con el gobierno justicialista. Consideraba que las políticas de Perón no representaban una solución para los sectores populares y que el peronismo, al incorporar aspectos autoritarios, traicionaba los ideales de justicia social.
La confrontación entre Cúneo y el gobierno de Perón llegó a su punto máximo en 1953, cuando, a raíz de sus duras críticas al régimen, el gobierno ordenó su encarcelamiento. A pesar de la represión, Cúneo mantuvo su independencia y continuó su lucha contra lo que consideraba las desviaciones del movimiento socialista y el ascenso de un régimen autoritario. En lugar de ceder, Cúneo se afianzó aún más en su posición crítica, lo que lo convirtió en uno de los pensadores más destacados de la oposición al peronismo en la década de los 50.
En ese período, fundó la revista Acción Socialista, en la que abordó las contradicciones del gobierno y las tensiones dentro de la izquierda. Con la publicación de Acción Socialista, Cúneo logró concentrar las críticas más contundentes tanto al peronismo como a los sectores más dogmáticos de la izquierda, llamando a un socialismo renovado y libre de cualquier atadura con los mecanismos de poder establecidos.
Su colaboración en la revista Qué y su relación con la cultura progresista
Uno de los momentos más fructíferos de la carrera de Cúneo fue su colaboración con la revista Qué, un semanario de gran tirada que se convirtió en una de las publicaciones más influyentes de la Argentina en la década de los 40. En esta revista, Cúneo compartió su visión del mundo con otros destacados periodistas e intelectuales, como Jacobo Timerman, Rogelio Frigerio y Ernesto Sabato. La revista fue un centro de discusión para muchos de los más importantes pensadores de la época, quienes se sentían amenazados por el creciente autoritarismo y las persecuciones políticas.
A través de sus escritos en Qué, Cúneo logró unir su labor de periodista con su activismo político. Sin embargo, a pesar de su relevancia, el semanario sufrió el cierre por parte del gobierno de Juan Domingo Perón en 1946, lo que demostró la censura y el control de la libertad de prensa que se vivía en ese entonces en el país. No obstante, Cúneo continuó su lucha y, junto con Frigerio, relanzó la publicación en la década de los 50, consolidando su postura política con la defensa de una Argentina más abierta y pluralista, libre de las cadenas del autoritarismo.
Últimos años y legado de Dardo Cúneo
Reconocimiento político y su regreso a la vida pública
La llegada de Arturo Frondizi a la presidencia de Argentina en 1958 significó un cambio significativo para Dardo Cúneo. Tras años de resistencia política y social, su apoyo a Frondizi fue recompensado con el nombramiento como embajador ante la Organización de Estados Americanos (OEA), un cargo que le permitió mantener una presencia activa en el ámbito político y diplomático latinoamericano. Durante su labor como embajador, Cúneo recorrió numerosos países de América Latina, estrechando lazos con destacados intelectuales y políticos del continente, entre ellos el venezolano Rómulo Betancourt, quien compartía muchas de las ideas de Cúneo sobre el socialismo y la democracia en América Latina.
Este periodo en el extranjero marcó una nueva etapa en su vida, caracterizada por su rol como mediador intelectual entre diversas tradiciones socialistas latinoamericanas. Cúneo también aprovechó este tiempo para continuar sus trabajos académicos y políticos, consolidando su figura como uno de los pensadores más influyentes de su generación. A su regreso a Argentina, su trabajo como periodista y pensador continuó, aunque las tensiones políticas del país seguían afectando su vida personal y profesional.
El exilio y su retorno a la cultura latinoamericana
En 1975, la situación política en Argentina se volvió insostenible. La creciente violencia política, el ascenso de la Triple A (Alianza Anticomunista Argentina) y la represión contra intelectuales y militantes de izquierda llevaron a Dardo Cúneo a tomar la difícil decisión de exiliarse en Venezuela. Este exilio fue particularmente duro para él, ya que significó dejar atrás su país en un momento de gran agitación política. Sin embargo, este periodo de cuatro años en Caracas resultó ser productivo para Cúneo, quien continuó su trabajo literario y cultural desde el exilio.
En Venezuela, Cúneo se vinculó estrechamente con la intelectualidad local y regional, dirigiendo la Biblioteca Utopías dentro de la editorial Monte Ávila. Además, su participación en los medios venezolanos fue clave para la difusión de sus ideas y la defensa de los valores progresistas de América Latina. En estos años, también continuó su labor de reflexión sobre el destino de América Latina, una labor que lo convirtió en un referente de la cultura latinoamericana en un momento particularmente crítico para la región.
Su contribución a la literatura y el ensayo
A lo largo de su vida, Dardo Cúneo se destacó como ensayista, historiador y poeta. Su producción literaria es vasta y se extiende a lo largo de varias décadas, con obras que abordan temas históricos, políticos y sociales. En sus ensayos, Cúneo abordó a algunos de los más grandes pensadores y líderes políticos de Hispanoamérica, como José Carlos Mariátegui, Lisandro de la Torre, y José Martí. Sus escritos no solo se limitaron a biografías, sino que también profundizaron en las cuestiones fundamentales de la historia latinoamericana, como el papel de las clases sociales, el imperialismo y las luchas de resistencia.
Uno de sus libros más destacados es Florencio Sánchez (1941), un trabajo de investigación que indaga en la vida y obra del dramaturgo uruguayo. También es relevante su Esquemas americanos (1942), en el que aborda la situación política de América Latina desde una perspectiva crítica. Entre sus obras más importantes en el campo de la historiografía y el ensayo se encuentran La aventura de América (1957) y La batalla de América Latina (1964), que reflejan su profunda comprensión de los procesos políticos y sociales que atravesaban los países del continente.
Sin embargo, su legado no solo está marcado por el ensayo histórico. Dardo Cúneo también fue un prolífico poeta, con una obra que incluye libros como El fusilado (1958), un poemario dedicado a las víctimas de la violencia política en Argentina, y Sonetos con Dios (1973), donde se expresa una profunda reflexión espiritual. Sus poemas, como sus ensayos, fueron vehículos para transmitir su visión del mundo, marcada por la lucha por la justicia y la dignidad humana.
Reconocimientos y el cierre de su vida
El reconocimiento a su obra llegó en diversas formas a lo largo de su vida. En 1985, Dardo Cúneo recibió el Gran Premio de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), un galardón que destacó su contribución a la cultura argentina y latinoamericana. En 1999, fue galardonado con el Premio del Fondo Nacional de las Artes, otro de los premios más importantes del país. Estos reconocimientos fueron el reflejo de una trayectoria que abarcó múltiples campos: el periodismo, la política, la literatura y la promoción de los valores del socialismo en América Latina.
Dardo Cúneo falleció el 15 de abril de 2011 en Buenos Aires, dejando un legado indeleble en la historia política y cultural de Argentina y de toda América Latina. Su vida estuvo marcada por un firme compromiso con los ideales de justicia, libertad y socialismo. Hoy en día, su obra continúa siendo estudiada y admirada por generaciones de pensadores, intelectuales y activistas que encuentran en su pensamiento una guía para comprender los complejos procesos sociales y políticos de Hispanoamérica.
El impacto duradero de su legado
El legado de Dardo Cúneo es amplio y perdurable. Como periodista, fue un defensor de la libertad de expresión y un agudo observador de la realidad política de su tiempo. Como político, se mantuvo firme en su lucha por un socialismo democrático, alejado de las fórmulas autoritarias y las políticas violentas. Como escritor y ensayista, su capacidad para analizar los procesos históricos y las luchas sociales de América Latina ha dejado una huella profunda en la comprensión de los conflictos que atravesaron los países latinoamericanos durante el siglo XX.
Su vida y obra siguen siendo un referente importante para aquellos que buscan entender el papel del intelectual comprometido con su tiempo, que no duda en desafiar las estructuras de poder para dar voz a los sectores más vulnerables de la sociedad.
MCN Biografías, 2025. "Dardo Cúneo (1914–2011): El Poeta, Periodista y Pensador Socialista que Defendió el Legado del Socialismo Hispanoamericano". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/cuneo-dardo [consulta: 30 de septiembre de 2025].