Ehud Barak (1942- ): El General que Transformó la Política Israelí

Ehud Barak (1942- ): El General que Transformó la Política Israelí

Primeros años y formación

Orígenes y nacimiento en el kibutz Mishmar Hasharon

Ehud Barak nació en 1942 en el kibutz de Mishmar Hasharon, ubicado en el centro de Israel. Su infancia en este entorno rural y colectivo influyó de manera profunda en su visión del mundo, dándole una perspectiva de trabajo en equipo, disciplina y responsabilidad. Los kibutzim, que eran comunidades agrícolas colectivas, representaban en muchos sentidos el espíritu pionero del Israel moderno, y para Barak, crecer en este tipo de entorno significó desarrollar un fuerte sentido de deber y compromiso con su nación desde temprana edad.

Educación y formación militar

Desde joven, Barak mostró un gran interés por la actividad física y la superación personal, y este carácter se reflejó en su decisión de ingresar a la academia militar. Aunque su formación inicial estuvo centrada en estudios humanísticos, pronto se orientó hacia la carrera militar, que sería la base de su vida profesional. A finales de los años 50, se unió a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), comenzando su formación en la unidad de élite de combate conocida como Sayeret Matkal, especializada en operaciones especiales y antiterrorismo.

Carrera militar en el Ejército israelí

Ingreso al Ejército y primeros pasos

Barak ingresó en el Ejército israelí en 1959, destacándose rápidamente por su habilidad, destreza física y capacidad para comandar. A lo largo de los años, pasó por varias unidades de combate y escaló posiciones debido a su liderazgo nato. Su formación en las unidades de élite y su capacidad para planificar y ejecutar misiones complejas lo convirtieron en uno de los oficiales más destacados del Ejército.

Participación en la Guerra del Yom Kippur

La Guerra del Yom Kippur de 1973 fue un punto de inflexión en la carrera de Barak. Durante este conflicto, que enfrentó a Israel contra una coalición de países árabes, Barak desempeñó un papel crucial. Estuvo en el frente del Sinaí, donde demostró su valor y habilidades estratégicas. Durante la guerra, las fuerzas israelíes fueron sorprendidas por un ataque coordinado por parte de Egipto y Siria, pero Barak destacó por su capacidad de liderar a sus tropas y ejecutar maniobras clave que permitieron una eventual victoria para Israel.

Ascenso en las filas del Ejército israelí

Después de la Guerra del Yom Kippur, Barak continuó ascendiendo rápidamente en las filas del Ejército israelí. Su habilidad para gestionar situaciones complejas y su enfoque en la formación de nuevas estrategias de combate lo llevaron a obtener el rango de teniente coronel. En 1983, fue ascendido a general, un paso significativo que consolidó su posición como uno de los oficiales más condecorados de la historia del Ejército israelí. Además de su destreza en combate, Barak tenía una comprensión excepcional de la diplomacia militar y las relaciones internacionales, lo que le permitió jugar un papel crucial en la seguridad de Israel durante décadas.

Papel en las operaciones del Líbano

Barak también participó activamente en la invasión de Líbano en 1982, que fue una de las operaciones más complejas y controvertidas de Israel en esa década. En el contexto de esta operación, Barak se destacó como uno de los comandantes más efectivos, dirigiendo a sus tropas a través de difíciles batallas y gestionando las tensiones con los países árabes vecinos. Esta operación marcó la importancia de Barak no solo como un líder militar, sino también como un estratega que comprendía la dinámica política y militar de la región.

Liderazgo militar y político

Jefe del Estado Mayor

En 1991, Barak alcanzó el pináculo de su carrera militar cuando fue designado jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel, el puesto más alto en la jerarquía militar del país. Como jefe del Estado Mayor, Barak supervisó todas las operaciones militares de Israel y desempeñó un papel esencial en la definición de la política de seguridad del país. Durante su tiempo al mando, se destacó por su enfoque pragmático y su capacidad para gestionar las complejas relaciones militares y políticas, especialmente en relación con los países vecinos de Israel.

Su papel en el proceso de paz de Oslo

A lo largo de su carrera, Barak también fue una figura central en los esfuerzos de paz en Oriente Medio. Fue uno de los arquitectos clave del proceso de Oslo, que buscaba una solución de dos estados entre Israel y los palestinos. En 1994, dirigió la retirada de las tropas israelíes de Gaza y Jericó, un paso significativo en la implementación de los acuerdos de Oslo. La participación de Barak en las negociaciones y su compromiso con la paz lo colocaron como un líder no solo militar, sino también como un defensor del diálogo y la diplomacia en una región plagada de conflictos.

Inicios en la política

Transición de la carrera militar a la política

Después de una carrera militar exitosa, Barak dio el siguiente paso natural en su trayectoria política. En 1995, dejó las Fuerzas de Defensa de Israel y se unió al Partido Laborista, comenzando su incursión en la política israelí. Rápidamente, Barak fue nombrado Ministro del Interior en el gobierno de Isaac Rabin. Cuando Rabin fue asesinado en 1995, Barak se convirtió en uno de los líderes más destacados del Partido Laborista y heredó el liderazgo político e intelectual del fallecido primer ministro.

Ministro del Interior y Ministro de Exteriores

Barak también desempeñó funciones cruciales en el gobierno de Simón Peres, su compañero de partido. En su rol como Ministro del Interior, Barak se ocupó de asuntos internos, gestionando temas de inmigración, seguridad interna y reformas. Más tarde, trabajó como Ministro de Exteriores, una posición que le permitió gestionar las relaciones internacionales de Israel en un momento de grandes cambios geopolíticos. Su versatilidad en diferentes campos del gobierno preparó el terreno para su eventual ascenso al puesto más alto del país.

La llegada a la presidencia del Gobierno

Victoria en las elecciones de 1999

En mayo de 1999, Ehud Barak dio un paso decisivo en su carrera política al ganar las elecciones para la presidencia del Gobierno de Israel. Con el apoyo de un amplio sector de la población israelí, Barak derrotó al entonces primer ministro Benjamin Netanyahu en una victoria contundente. Su promesa electoral se centraba en abordar algunos de los temas más espinosos de la política israelí: la paz con los palestinos, la retirada de las tropas israelíes del sur del Líbano y la reanudación de los diálogos con Siria.

El mensaje de Barak fue claro: Israel debía avanzar hacia un futuro más pacífico, abandonando territorios ocupados y haciendo concesiones a cambio de seguridad y estabilidad. Durante su campaña electoral, Barak apeló a la necesidad de reiniciar el proceso de paz que se había visto interrumpido por la muerte de Isaac Rabin en 1995 y la reconfiguración del panorama político en Israel. Además, Barak se comprometió a cumplir con los acuerdos de Wye, firmados por Netanyahu, para intentar dar un nuevo impulso a las relaciones con los palestinos.

Promesas y primeros desafíos como primer ministro

La victoria electoral de Barak representó un rayo de esperanza para aquellos que deseaban ver un avance en el proceso de paz. Sin embargo, pronto se dio cuenta de que cumplir con sus promesas no sería tarea fácil. Las expectativas eran altas, pero los obstáculos también lo eran. Barak se encontró con un Parlamento dividido y una oposición conservadora liderada por el Likud, que rechazaba algunas de las concesiones propuestas en las negociaciones con los palestinos y otros actores regionales.

Uno de los primeros compromisos que Barak cumplió fue ordenar la retirada de las tropas israelíes del sur del Líbano, una medida que había prometido en su campaña. A pesar de la oposición interna, Barak consideró que esta retirada era crucial para asegurar la seguridad de Israel a largo plazo, y para cumplir con las expectativas de la comunidad internacional en cuanto a las resoluciones de la ONU. Sin embargo, este fue solo el comienzo de una serie de decisiones difíciles que marcarían su mandato.

El proceso de paz y sus fracasos

La retirada del Líbano

En mayo de 2000, Barak cumplió una de sus principales promesas al ordenar la retirada unilateral de las tropas israelíes del sur del Líbano, un territorio que Israel había ocupado desde 1982. Esta medida fue vista como un paso necesario para reducir la carga militar de Israel en una región de constante conflicto y para fortalecer la seguridad interna. No obstante, la retirada fue vista con escepticismo por algunos sectores, que temían que pudiera debilitar la posición de Israel frente a sus enemigos en la región.

El resultado inmediato fue la creación de un vacío de poder en el sur del Líbano, que fue rápidamente ocupado por el grupo terrorista Hezbollah. Esto generó críticas tanto dentro de Israel como en la comunidad internacional, ya que muchos consideraron que la retirada no había sido acompañada de medidas suficientes para garantizar la estabilidad de la zona. La operación se convirtió en un símbolo de la incapacidad de Barak para consolidar sus objetivos de paz en una región que seguía siendo muy volátil.

Dificultades con el proceso de paz con los palestinos

Mientras tanto, las negociaciones con los palestinos seguían su curso. En 2000, Barak participó en las conversaciones de Camp David con Yasser Arafat, presidente de la Autoridad Palestina, en un intento por llegar a un acuerdo definitivo sobre la paz en la región. Sin embargo, los acuerdos no fueron exitosos. Las diferencias entre ambos líderes eran demasiado grandes: Barak exigía que Jerusalén permaneciera bajo control israelí, mientras que Arafat insistía en que Jerusalén Oriental, ocupada por Israel desde la Guerra de los Seis Días en 1967, debía ser la capital de un futuro estado palestino.

Además de estas diferencias fundamentales, la situación en Gaza y Cisjordania seguía siendo problemática. La intensificación de los enfrentamientos y la violencia entre israelíes y palestinos a lo largo de 2000 culminó en el estallido de la Segunda Intifada, un levantamiento palestino contra la ocupación israelí que dejó más de 350 muertos y miles de heridos. Esta ola de violencia puso aún más en duda la viabilidad del proceso de paz y tuvo un impacto directo en la popularidad de Barak.

La Intifada y la reacción del gobierno israelí

A medida que la violencia aumentaba, Barak se vio forzado a tomar medidas drásticas para contener el levantamiento. Su respuesta fue tanto política como militar. A nivel político, Barak intentó continuar las negociaciones con los palestinos, pero los esfuerzos de paz se vieron interrumpidos por el recrudecimiento de los enfrentamientos. A nivel militar, el gobierno israelí intensificó las operaciones de seguridad en los territorios ocupados, lo que llevó a un aumento significativo de las tensiones y la violencia.

El conflicto con los palestinos fue uno de los factores que erosionó la confianza pública en su liderazgo. Barak, quien había llegado al poder con un fuerte mandato para avanzar en la paz, se encontró cada vez más aislado tanto dentro de su propio partido como entre la población israelí.

Crisis política y la dimisión de Barak

Desafíos internos y externos

La creciente oposición dentro de su propio gobierno y la presión externa llevaron a Barak a enfrentar una grave crisis política. A medida que la Intifada se intensificaba y las promesas de paz se desmoronaban, los miembros de su propio gabinete comenzaron a abandonarlo. Varios ministros y diputados del Partido Laborista se mostraron en desacuerdo con sus políticas, y la coalición de gobierno comenzó a desmoronarse. El apoyo público de Barak también se desplomó, especialmente entre la comunidad árabe israelí, que condenó la represión de la Intifada y la falta de avances en el proceso de paz.

La caída de su gobierno en 2001

Finalmente, el 28 de noviembre de 2000, Barak se vio obligado a dimitir tras perder el respaldo en el Parlamento. Las tensiones internas en su partido y la creciente presión de la oposición provocaron la disolución del gobierno. En un último intento de resistir, Barak convocó a nuevas elecciones, pero su popularidad había descendido a niveles bajos, lo que dificultaba enormemente su reelección.

En las elecciones de 2001, Barak sufrió una aplastante derrota ante Ariel Sharon, el líder del Likud y su principal rival político. Esta derrota marcó el fin de su carrera como primer ministro.

Últimos años y retiro temporal de la política

Su vuelta como Ministro de Defensa

Tras su derrota electoral, Barak sorprendió a muchos al regresar a la política, aceptando la cartera de Ministro de Defensa en el gobierno de unidad nacional encabezado por Ariel Sharon. Esta decisión generó una crisis interna en el Partido Laborista, que no apoyaba la idea de colaborar con Sharon. Sin embargo, la falta de una alternativa clara en el liderazgo laborista y la necesidad de unidad nacional para enfrentar la situación de seguridad en Israel llevaron a Barak a unirse al gobierno de Sharon.

Final del liderazgo en el Partido Laborista

En los años siguientes, Barak intentó consolidar su poder dentro del Partido Laborista, pero su liderazgo nunca recuperó el mismo nivel de apoyo. En 2001, ante la creciente presión interna, Barak anunció su retirada temporal de la política, aunque no pudo alejarse completamente de la vida pública. En 2002, la situación en Israel continuaba siendo incierta, con un proceso de paz cada vez más distante y la política israelí en un estado de constante tensión.

La historia de Ehud Barak es una de contrastes: el hombre que fue considerado el líder más capaz en la historia reciente de Israel, tanto en lo militar como en lo político, pero que no pudo consolidar las esperanzas de paz que había sembrado en el corazón de su país.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Ehud Barak (1942- ): El General que Transformó la Política Israelí". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/barak-ehud [consulta: 28 de septiembre de 2025].