Assurbanipal, Rey de Asiria (668-631 a.C.).
(Ash-shur-ban-aplu o ASH-shur-KAK-A) Cuarto soberano asirio de la dinastía fundada por Sargón II incluida en el llamado Imperio nuevo.
Los acontecimientos del reinado y hechos personales de este importante personaje nos son conocidos por numerosas inscripciones de todo tipo (cartas, decretos, textos históricos, documentos jurídicos, etc.). Fue el tercero de los hijos del rey Assarhaddón, a quien sucedió en el trono, y de su esposa Eshar-hamat. Su ascenso estuvo de antemano garantizado por un juramento de fidelidad que su abuela, la reina Naqi’a, había impuesto a los demás hermanos de Assurbanipal y al resto de la nobleza asiria. El rey, que pudo seguir controlando el gran Imperio creado por sus antepasados y que iba desde Menfis a Persia, centró su política muy pronto en llevar a término la obra inacabada de su padre: la conquista de Egipto. Para ello, envió prontamente un gran contingente de tropas que lograron una victoria en Menfis y la huida del faraón Taharqa, que causaba constantes perturbaciones. Los asirios se dispusieron así a llevar a cabo una empresa de mayor envergadura: avanzar sobre Tebas. Sin embargo, la magnitud de la aventura y la conspiración de los propios egipcios hicieron que Assurbanipal optara por suspender tal empresa. La muerte de Taharqa motivó que su sucesor, Tanutamón, intentase la recuperación de todo Egipto, para lo cual llegó a Menfis en una rápida campaña militar, dio muerte a Nekao I y expulsó a Psammético I. Esta acción sirvió de reactivo a las tropas asirias que partieron para Egipto y, después de tomar Menfis, llegaron a Tebas, ciudad que fue devastada. De esta manera, Asiria, al tiempo que eliminaba el poderío etíope, se hizo dueña de todo Egipto.
Mientras ocurrían estos hechos, la situación en Anatolia y en las fronteras orientales se iba complicando, al sucederse las revueltas y las sublevaciones. Assurbanipal, cogido en varios frentes, hubo de abandonar Anatolia a su suerte y, obligado por Psammético I, hubo de retirar sus tropas de Egipto (655 a.C.). Únicamente obtuvo resultados positivos en el Elam, territorio que pudo controlar momentáneamente (allí gobernaba Khumban-Khaltash III). Con Urartu llevó a cabo relaciones totalmente cordiales; asimismo, Fenicia, Siria y Palestina y algunas ciudades chipriotas le enviaron regalos y reconocieron su superioridad. Assurbanipal también venció a los umman-manda. En puntos interiores de Mesopotamia la situación era crítica: Uruk, Eridu, Puqudu, Nippur y, sobre todo, Babilonia, habían mostrado abiertamente su oposición al control asirio. En Babilonia, en el 652 a.C., el hermano de Assurbanipal, llamado Shamash-shum-ukin, que se había considerado desde siempre perjudicado en el reparto desigual de la herencia -y que había estado esperando el momento oportuno para sublevarse-, aprovechó el descontento general y se alzó contra él con la ayuda de Egipto, algunos príncipes sirios, los elamitas e incluso los nómadas árabes (qidri, aribi, nabaiti). Asiria, mediante el envío de tropas y constantes intrigas políticas, cuya relación no puede aquí pormenorizarse, logró contener la situación y asestar un duro golpe a Babilonia, ciudad que fue tomada por asalto en el 648 a.C. Antes de que la ciudad se rindiese, Shamash-shum-ukin, el hermano rebelde, se lanzó a las llamas que consumían su propio palacio. Babilonia quedó entonces en manos de Assurbanipal, quien bajo el nombre de Kandalanu fue reconocido como rey. Para algunos especialistas, sin embargo, Kandalanu fue un gobernador asirio puesto en el trono de Babilonia con el título de rey. Todavía Assurbanipal realizó otras operaciones de castigo que le reportaron enormes botines; derrotó por ejemplo a los árabes, que habían ayudado a Babilonia, y a los príncipes de Siria y Palestina, que habían colaborado en las sublevaciones. También decidió terminar definitivamente con el problema del Elam, para lo cual envió poderosos ejércitos que lanzaron una operación tensa contra Susa y otras importantes ciudades (victoria sobre Tempti-Khumban-Inshushinak, conocida por los famosos relieves del palacio de Nínive, hoy en su mayoría en el Museo Británico). Susa fue desmantelada y el Elam pasó a ser territorio vasallo. Estos hechos motivaron que Parsuah (al sur del lago Urmia), gobernada entonces por Ciro I, se sometiera y entregara incluso un príncipe como rehén. Anatolia (Sandasharme de Khilakku, Mugallu de Tabal y Guggu de Luddu, esto es, Giges de Lidia), así como Urartu, al conocer los acontecimientos elamitas, se apresuraron a entrar en relaciones amistosas con Asiria, enviando a Assurbanipal tributos y princesas reales para su harén.
Assurbanipal se preocupó también por la religión y la cultura. Enriqueció y protegió numerosos templos de Asiria y Babilonia y creó en Nínive una extraordinaria biblioteca en la que ordenó reunir todo tipo de textos escritos, fuesen original o copia. La esposa del rey se llamó Assur-sharrat y de sus hijos han llegado los nombres de Assur-etil-ilani-ukinni y Sin-shar-ishkun, que le sucedieron sucesivamente, si bien el primero fue cuestionado en su acceso al trono.