Amenofis III o Amenhotep III, Rey de Egipto (1402-1364 a.C.).
(Imn-htpw) Noveno rey de la XVIII dinastía egipcia, hijo y sucesor de Thutmosis IV y de la reina Mutemuia, identificado más tarde por los griegos como Memnón. Sus primeros años de gobierno contaron con la regencia de su madre, pues Amenofis III tenía unos diez años de edad cuando accedió al trono. Gracias a los reinados anteriores y a sus colaboradores (Ptahmes, Aanen, User, Meryptah), el nuevo rey pudo gobernar desde Napata hasta Naharina en un ambiente de paz y de gran prosperidad económica, y pudo dedicar su atención al fomento de las Artes y de las construcciones monumentales, dirigidas en su mayoría por su arquitecto Amenhotep, hijo de Hapu. Poco después de acceder al trono con el nombre neswt bity de Nebmaatre, efectuó una campaña contra los nubios, que dirigidos por un tal Ikheny se habían sublevado. Más tarde todavía efectuaría otra campaña a Nubia, mandada por el Hijo real de Kush, Merymose, pero más como demostración de fuerza y de represión que como guerra de conquista (Estela de Semna). Tras ello pudo dedicarse a su deporte favorito, la caza -en cuyo transcurso, según dice un escarabeo conmemorativo, mató 102 fieros leones- y a la diplomacia internacional (entente con los hititas, firma de tratados con Mitanni y Babilonia, tributo de Asiria). Por necesidades políticas contrajo matrimonio con Kelu-Khepa, hija del rey de Mitanni Shuttarna II, y con Tadu-Khepa, hija del también rey mitannio Tushratta; asimismo, dos princesas babilonias -las hijas de los reyes Kadashman-kharbe I y Kurigalzu I-, y otras dos princesas más, hijas respectivamente de Tarkhundaraba de Arzawa y de Satiya de Enishasi, pasaron a su harén, según se sabe por los correspondientes escarabeos conmemorativos. De su actividad constructora se tienen pruebas prácticamente en todo Egipto, desde el delta hasta Sudán; destaca su templo funerario, que destruiría luego Merenptah y del que quedan muy pocos vestigios (entre ellos, sus dos celebérrimos Colosos de Memnón, de más de 14 m de altura, en las cercanías de Medinet Habu); el templo de Luxor, con la magnífica columnata; el pilono occidental de Karnak; la serie de 600 estatuas de la diosa Sekhmet; los templos de Soleb y Sedeinga en Nubia; y su palacio, no lejos de Malqata, prácticamente desaparecido y en donde celebró tres Fiestas Sed en los años 30, 34 y 37 de su reinado. Su esposa principal fue Tiyi, de gran carácter, hija de Yuya y de Tuya [1] y que dio a Amenofis III seis hijos, entre ellos Satamón II, princesa con la cual luego se unió el rey y a la que reconoció oficialmente como su esposa, y también Isis, a quien tomó asimismo como consorte. Otros hijos fueron Thutmosis, designado heredero y que murió, sin embargo, joven; Amenhotep (el futuro Akhenatón) y muy probablemente Smenkhkare y Baketatón. En el año undécimo de su reinado, según se sabe por una serie de pequeños escarabeos conmemorativos, construyó y dedicó un magnífico lago artificial para la reina Tiyi en un lugar llamado Djaruja, destinado no sólo al recreo y placer, sino también a la regulación hidráulica. Al final de su reinado empezó a promover el culto a Atón (él se llamaba a sí mismo Iten Thehen, «el Disco solar resplandeciente»), que tanto predicamento alcanzaría con Akhenatón, su hijo y sucesor, y a quien había tomado como corregente. Sintiéndose enfermo, no dudó en solicitar de Tushratta de Mitanni el envío de la imagen de la diosa Shaushka de Nínive, de virtudes curativas, para remediar su salud. De Amenofis III han llegado diferentes estatuas que nos permiten conocer sus rasgos físicos; destacan entre ellas las Cabezas del Metropolitan Museum de Nueva York (44,5 cm de altura), del Cleveland Museum of Arts (17,3 cm de altura) y del Louvre (34 cm de altura). Su tumba se ubicó en el Valle de los Reyes, pero fue saqueada, aunque se salvó su momia al ser ocultada después en la tumba de Amenofis II