John Taras (1919-2004). El coreógrafo visionario que marcó el ballet moderno en Estados Unidos
Figura central en la evolución del ballet estadounidense del siglo XX, John Taras fue un prolífico bailarín, coreógrafo, maestro y director artístico cuya influencia se dejó sentir tanto en América como en Europa. Con una carrera que abarcó más de seis décadas, colaboró con compañías emblemáticas y dejó una marca indeleble en la historia de la danza. De origen ucraniano, nacido y fallecido en Nueva York, Taras fue parte del círculo de grandes maestros que ayudaron a moldear el ballet moderno con una visión artística profunda y un dominio técnico inigualable.
Orígenes y contexto histórico
John Taras nació el 18 de abril de 1919 en Nueva York, hijo de inmigrantes ucranianos. Desde muy joven demostró una fuerte inclinación hacia la danza. Debutó con apenas nueve años en un grupo de danza folclórica ucraniana, y a los trece ya había creado su primera coreografía, dirigida a una pequeña compañía teatral universitaria. Este precoz inicio marcó el inicio de una vida dedicada al arte del movimiento.
En 1936, comenzó a formarse profesionalmente en ballet bajo la tutela de dos maestros fundamentales: Mikhail Fokine, reconocido por su revolución del ballet clásico hacia formas más expresivas, y Anatole Vilzak, célebre bailarín ruso que transmitió la tradición técnica del ballet imperial ruso. Posteriormente, Taras se perfeccionó en la School of American Ballet, donde consolidó su formación técnica y artística.
Logros y contribuciones
La carrera de John Taras como intérprete lo llevó a formar parte de compañías clave en el desarrollo del ballet en América:
-
Ballet Caravan (1940)
-
Ballet de Catherine Littlefield (1940-41)
-
Ballet Theatre (1942-46)
-
Compañía Markova-Dolin (1946), donde actuó como coreógrafo y maestro de ballet
En 1946, su trayectoria internacional se expandió al integrarse al Original Ballet Russe del Coronel de Basil, y más tarde al Grand Ballet du Marquis de Cuevas, con el que trabajó en dos etapas (1948-53 y 1955).
Entre sus principales creaciones para estas compañías destacan:
-
Graziana (Mozart, 1945)
-
The Minotaur (Carter, 1947)
-
Designs with Strings (Tchaikovsky, 1948)
-
Devoirs de Vacances (Walton, 1949)
-
Le Bal des Jeunes Filles (Mozart, 1950)
-
Tarasiana (Mozart, 1951)
-
Cordélia (Sauguet, 1952)
-
Piège de Lumière (Damase, 1952)
-
Le Forêt Romantique (Glazunov, 1955)
Una de sus contribuciones más destacadas fue el ballet Doña Inés de Castro (1952), creado por Ana Ricarda, en el que participó con gran notoriedad. También es relevante su participación en la coreografía colaborativa de Romeo y Julieta (Berlioz, 1955) junto a George Skibine, Vladimir Skouratoff y Serge Golovine.
Producción coreográfica en Les Ballets des Champs-Elysées y el New York City Ballet
Durante la década de 1950, Taras también colaboró con Les Ballets des Champs-Elysées, ampliando su presencia en Europa. Pero su impacto más duradero lo dejó en el New York City Ballet, donde trabajó entre 1959 y 1969 como maestro de ballet asistente, colaborando estrechamente con el visionario George Balanchine.
En esta compañía, creó algunas de sus obras más aclamadas:
-
Ebony Concerto (Stravinsky, 1960)
-
Arcade (Stravinsky, 1963)
-
Fantasy (Schubert, 1963)
-
Jeux (Debussy, 1966)
-
Haydn Concerto (Haydn, 1968)
Últimos años y etapa como director artístico
En 1969, Taras fue nombrado maestro de ballet de la Opéra de París, y entre 1971 y 1972 dirigió el Ballet de la Ópera de Berlín. Sin embargo, regresó a Nueva York en 1972 para reintegrarse al New York City Ballet como maestro. De esta última etapa surgieron nuevas creaciones, que mostraban una madurez coreográfica profunda:
-
The Song of the Nightingale (Stravinsky, 1972)
-
Daphnis et Chloë (Ravel, 1975)
-
Souvenir de Florence (Tchaikovsky, 1981)
-
Concerto for Piano and Wind Instruments (Stravinsky, 1982)
En 1984, abandonó definitivamente la compañía para asumir el cargo de director asociado del American Ballet Theatre, consolidando así su rol como figura de referencia en la dirección artística del ballet estadounidense.
Momentos clave en la vida artística de John Taras
A lo largo de su carrera, John Taras vivió momentos decisivos que marcaron su evolución como artista:
-
1928: Debut en danza folclórica ucraniana
-
1932: Primera coreografía teatral universitaria
-
1936: Inicia estudios con Mikhail Fokine y Anatole Vilzak
-
1940-1946: Participación como bailarín en varias compañías de relevancia
-
1952: Participación en el estreno de Doña Inés de Castro
-
1955: Co-creación de Romeo y Julieta
-
1959-1969: Trabajo junto a Balanchine en el New York City Ballet
-
1971-1972: Dirección del Ballet de la Ópera de Berlín
-
1984: Nombramiento como director asociado del American Ballet Theatre
Relevancia actual
Aunque falleció en 2004, John Taras sigue siendo una figura de referencia para las nuevas generaciones de coreógrafos y bailarines. Su estilo integró la sofisticación musical con la narrativa escénica, aportando una sensibilidad única que hoy se estudia en escuelas de danza de todo el mundo. Su colaboración con Balanchine ayudó a cimentar la estética del ballet neoclásico, y muchas de sus obras son aún montadas por compañías prestigiosas.
Además, su legado perdura en el ámbito académico gracias a la coautoría del libro George Balanchine, Ballet Master: A Biography (1988), junto a Richard Buckle, una obra fundamental para entender la evolución del ballet del siglo XX.
En la historia del ballet moderno, el nombre de John Taras representa una combinación excepcional de talento técnico, visión artística y dedicación pedagógica, que lo sitúan como una de las figuras más influyentes del ballet estadounidense y europeo del siglo XX.
MCN Biografías, 2025. "John Taras (1919-2004). El coreógrafo visionario que marcó el ballet moderno en Estados Unidos". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/taras-john [consulta: 28 de septiembre de 2025].