George Borisovich Skibine (1920-1981). El bailarín y coreógrafo que cautivó al mundo con su arte
George Borisovich Skibine fue uno de los artistas más influyentes en el mundo del ballet en el siglo XX. Nacido el 17 de enero de 1920 en Yasnia Poliana, Ucrania, su vida estuvo marcada por un talento excepcional y una dedicación incansable a las artes. A lo largo de su carrera, se destacó como bailarín, coreógrafo, maestro de ballet y director artístico. Su legado sigue vivo en la historia del ballet clásico y moderno, pues no solo brilló en los escenarios, sino que también dejó su huella en la enseñanza y dirección de numerosas compañías de ballet internacionales. Skibine falleció el 14 de enero de 1981 en Dallas, Texas, dejando un vacío en el mundo de la danza que difícilmente podría ser llenado.
Orígenes y contexto histórico
La vida de Skibine se desarrolló en un contexto histórico turbulento. Nacido en Ucrania, su carrera fue afectada por las vicisitudes políticas y sociales de la Europa del siglo XX, incluyendo la Segunda Guerra Mundial. Desde temprana edad, mostró un interés innato por la danza, lo que lo llevó a mudarse a París para estudiar con algunos de los nombres más prominentes de la danza clásica. Entre sus maestros se destacaron figuras como Olga Probrajenska, Alexander Volinine y Sergei Lifar, quienes influyeron de manera significativa en su formación y desarrollo artístico. Durante este periodo, Skibine también tuvo la oportunidad de trabajar con destacados coreógrafos y bailarines que más tarde serían sus compañeros en diversas compañías de renombre.
Su formación en París fue complementada con estudios en Estados Unidos, donde tuvo la suerte de trabajar con grandes maestros como Mikhail Fokine y Lubov Egorova, quienes lo ayudaron a perfeccionar su técnica y estilo. Este entorno internacional y diverso permitió a Skibine desarrollar una visión única del ballet que lo definiría a lo largo de toda su carrera.
Logros y contribuciones
El camino artístico de George Borisovich Skibine estuvo marcado por un sinfín de logros, tanto en el escenario como fuera de él. Inició su carrera profesional como bailarín de can-can en el Bal Tabarin de París en 1936, lo que representó su primer gran debut en el mundo del ballet. Este primer paso le permitió sumergirse en la danza profesional, lo que lo llevó rápidamente a formar parte de varias compañías prestigiosas, tales como el Ballet de la Jeunesse, el Ballet Russe de Monte-Carlo y el Original Ballet Russe del Coronel de Basil.
Su participación en estas compañías fue crucial para su carrera, ya que fue en estos escenarios donde estrenó importantes obras como Nobilissima Visione (1938) de Léonide Massine, Graduation Ball (1940) de David Lichine y La Lutte Éternelle (1940) de Igor Schwezoff. Además, durante su paso por el American Ballet Theatre, Skibine estrenó piezas como Slavonika (1941) de Ivo Psota y Bluebeard (1941) de Mikhail Fokine, consolidándose como uno de los bailarines más importantes de su generación.
A lo largo de su carrera, también se destacó como coreógrafo, creando varias piezas para importantes compañías de ballet. Entre sus coreografías más conocidas se encuentran Tragédie à Vérone (1950), Annabel Lee (1951) y Le Prisonnier du Caucase (1951). Su capacidad para fusionar la técnica clásica con una visión contemporánea le permitió desarrollar un estilo único que fue muy apreciado tanto en Europa como en América.
Momentos clave
A lo largo de su carrera, hubo varios momentos clave que marcaron su evolución como artista. Algunos de los más destacados incluyen su colaboración con la bailarina Marjorie Tallchief, con quien se casó en 1947, y su paso por el Ballet Markova-Dolin en 1946, donde consolidó su rol como bailarín estrella y coreógrafo.
En 1956, Skibine se unió al Grand Ballet du Marquis de Cuevas, donde fue bailarín estrella y coreógrafo hasta 1956. Fue en esta compañía donde estrenó varias de sus coreografías más importantes, como Un Coeur de Diamant (1949) de David Lichine y Del Amor y de la Muerte (1949) de Ana Ricarda. Entre sus contribuciones al repertorio de la compañía, destacan también Les Saisons (1951) de Léonide Massine y Scaramouche (1951) de Rosella Hightower.
Otro de los momentos más significativos de su carrera fue su trabajo como bailarín étoile, coreógrafo y maestro del Ballet de l’Opéra de París entre 1958 y 1962. Aquí, además de interpretar papeles clave, creó importantes coreografías como L’Atlantide (1958) junto a Sergei Lifar, Daphnis et Chloé (1959) y Conte Cruel (1959), las cuales pasaron a formar parte del repertorio de la compañía.
Entre 1964 y 1966, Skibine dirigió el Harkness Ballet y, a partir de 1969, se convirtió en director artístico del Dallas Civic Ballet, cargo que mantuvo hasta su fallecimiento en 1981. Durante este período, realizó algunas de sus creaciones más innovadoras, como Carrefour (1965), Sarabande (1966) y Venta Quemada (1966), que evidencian su capacidad para mezclar la tradición del ballet con elementos modernos y experimentales.
Relevancia actual
Aunque George Borisovich Skibine falleció en 1981, su influencia en el mundo del ballet perdura hasta el día de hoy. A lo largo de su carrera, Skibine dejó una huella profunda no solo como bailarín y coreógrafo, sino también como maestro y director artístico. Sus coreografías continúan siendo representadas por compañías de ballet de todo el mundo, y su estilo sigue siendo una fuente de inspiración para generaciones de bailarines y coreógrafos.
Además de sus contribuciones artísticas, Skibine recibió varios premios en reconocimiento a su labor. Entre ellos destacan el Premio Italia (1962), el Premio Diaghilev (1964) y la Orden de las Artes y las Letras francesas (1967), distinciones que evidencian su relevancia internacional y su contribución al desarrollo del ballet en el siglo XX.
Su legado también se extiende a su trabajo con figuras importantes del ballet de la época, como Ruth Page, con quien colaboró en el Chicago Opera Ballet en diversas ocasiones. Las generaciones posteriores continúan aprendiendo de sus técnicas y su enfoque artístico, asegurando que su nombre siga siendo sinónimo de excelencia en el mundo de la danza.
Momentos clave en su carrera
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1936: Debut como bailarín de can-can en el Bal Tabarin de París.
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1937-1939: Ballet de la Jeunesse y Ballet Russe de Monte-Carlo.
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1941-1942: Bailarín del American Ballet Theatre.
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1946: Se une al Ballet Markova-Dolin.
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1956: Coreógrafo y bailarín estrella del Grand Ballet du Marquis de Cuevas.
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1958-1962: Bailarín étoile, coreógrafo y maestro del Ballet de l’Opéra de París.
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1964-1966: Director artístico del Harkness Ballet.
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1969-1981: Director artístico del Dallas Civic Ballet.
George Borisovich Skibine dejó un legado inigualable que continúa siendo venerado por los amantes del ballet y la danza clásica en todo el mundo. Su vida y obra son un testimonio del poder del arte para trascender fronteras y generaciones.
MCN Biografías, 2025. "George Borisovich Skibine (1920-1981). El bailarín y coreógrafo que cautivó al mundo con su arte". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/skibine-george-borisovich [consulta: 28 de septiembre de 2025].