Pertinax (126-193): El breve y trágico reinado del emperador de Roma

Pertinax fue un emperador romano que gobernó entre los años 192 y 193 d.C., un periodo de tan solo ochenta y siete días, pero suficiente para dejar una huella en la historia del Imperio Romano. Nacido el 1 de agosto de 126 d.C. en Alba Pompeia, una ciudad del norte de Italia, su vida estuvo marcada por una meteórica carrera militar y política, que culminó trágicamente con su asesinato a manos de la Guardia Pretoriana. En este artículo se abordarán los orígenes, logros, y el contexto de su breve pero significativo gobierno, así como su impacto en la política romana y su relación con figuras clave de su tiempo.
Orígenes y contexto histórico
El emperador Pertinax, cuyo nombre completo era Publio Helvio Pertinax, nació en una familia de clase baja. Su padre, Elvio Successo, fue un liberto que logró amasar una considerable fortuna, lo que permitió a su hijo recibir una educación de calidad. En su juventud, Pertinax colaboró con su padre en el negocio de carbones, pero con el tiempo abandonó esta actividad para dedicarse a la enseñanza de la gramática, siguiendo el ejemplo de su mentor, Sulpicio Apolinario.
Sin embargo, su verdadera vocación sería la carrera militar. A los treinta años, Pertinax se alistó en el ejército romano, donde su ascendente carrera comenzó rápidamente. Gracias a su habilidad y dedicación, fue promovido a varios cargos de responsabilidad en diversas provincias del Imperio, lo que le permitió ganar notoriedad entre sus compañeros de armas y en el Senado. La relación de Pertinax con el poder imperial comenzó a forjarse cuando fue llamado por Cómodo, el emperador en turno, quien reconoció su destreza para el mando y la administración.
Logros y contribuciones
La carrera de Pertinax en el ejército fue ejemplar. Se destacó especialmente como prefecto de una cohorte en Siria y Bretaña, y como comisario de la vía Aureliana, donde se encargó de distribuir alimentos a los más necesitados. En Dacia, desempeñó el cargo de agente general del fisco, una posición que le permitió consolidar su poder político y económico dentro del Imperio Romano. Su ascenso continuó con su nombramiento como cónsul en 179 d.C., un honor que compartió con Didio Juliano.
Después de un tiempo como gobernador de Mesia, Dacia y Siria, Pertinax se vio envuelto en intrigas palaciegas que lo obligaron a exiliarse en Liguria, por orden de Perenne, el favorito de Cómodo. Sin embargo, la muerte de Cómodo en 192 d.C. abrió una oportunidad para que Pertinax ascendiera al trono imperial.
Cuando Cómodo fue asesinado por su propia guardia pretoriana, los jefes de la conspiración, Ecleto y Leto, propusieron a Pertinax como sucesor. El Senado ratificó su nombramiento, y Pertinax asumió el título de Princeps Senatus, buscando restaurar el orden en Roma. A pesar de la inestabilidad, logró reconciliar a diversas facciones, incluyendo a aquellos que habían sido desterrados bajo el gobierno de Cómodo.
Uno de los logros más significativos de Pertinax fue su intento de reestructurar la administración romana. Para ello, implementó una política de austeridad que afectó tanto a la nobleza como a las clases bajas. Intentó reducir la corrupción dentro del sistema, pero esta misma austeridad le granjeó la enemistad de numerosos sectores, especialmente de los pretorianos.
Momentos clave
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El ascenso al trono: Tras el asesinato de Cómodo, el Senado proclamó a Pertinax como emperador. Su elección fue un acto de reconciliación con las facciones del Imperio que habían sido marginadas por el gobierno anterior.
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La política de austeridad: Como parte de su intento de restaurar la autoridad imperial, Pertinax decidió no repartir los tradicionales donativos a las tropas, lo que generó un clima de desconfianza y descontento entre los soldados. Además, vendió posesiones del emperador anterior para obtener dinero, lo que provocó más tensiones con las élites.
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El primer intento de conspiración: El descontento dentro del ejército llegó al punto de que el cónsul Sosio Falcón intentó conspirar contra él. Sin embargo, la conjura fue abortada gracias a la intervención de Pertinax.
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El asesinato de Pertinax: A pesar de sus esfuerzos por apaciguar a las diferentes facciones, una segunda conspiración, encabezada por el cónsul Emilio Leto, terminó con la vida del emperador. El 28 de marzo de 193 d.C., Pertinax fue asesinado por la Guardia Pretoriana en el Palacio Imperial. Según el historiador Dión Casio, figuras clave como Didio Juliano y Flavio Sulpiciano participaron en la conspiración, financiando a los pretorianos para que llevaran a cabo el atentado.
Relevancia actual
El reinado de Pertinax, aunque extremadamente corto, marcó un punto de inflexión en la historia del Imperio Romano. Su muerte simbolizó el inicio de un periodo de caos y anarquía conocido como el «año de los cinco emperadores», donde las luchas por el poder se intensificaron y la autoridad imperial se debilitó. Este evento también reflejó la creciente inestabilidad de la estructura del Imperio, donde la corrupción, las conspiraciones internas y la falta de cohesión entre las diferentes facciones políticas y militares minaron la autoridad del emperador.
El legado de Pertinax es, por lo tanto, un tanto ambiguo. Si bien su intento de reforma y su política de austeridad pueden ser vistas como un esfuerzo por devolver la estabilidad al Imperio, su trágico fin y el periodo de inestabilidad posterior demostraron la fragilidad de la autoridad imperial en ese momento.
En el contexto actual, el reinado de Pertinax es una lección sobre los peligros de no gestionar adecuadamente las expectativas de los distintos grupos de poder dentro de un imperio. La historia de su breve mandato también subraya la importancia de la relación entre el poder político y el poder militar, especialmente en una época en la que la lealtad de las tropas podía ser comprada y la vida de un emperador podía ser arrebatada en cualquier momento.
El personaje de Pertinax ha sido objeto de numerosas interpretaciones históricas y sigue siendo una figura fascinante para los estudiosos del Imperio Romano. Su vida y su muerte continúan siendo un ejemplo de los desafíos y peligros que enfrentaron los emperadores en un imperio vasto y diverso como el romano.
Bibliografía
ESPINOSA RUIZ, V.
Los Severos.
(Madrid: Akal, 1991).
GARZÓN BLANCO, J.A.
El emperador Publio Helvio Pertinax y la transformación política del año 193.
(Málaga: Universidad, 1990).
MCN Biografías, 2025. "Pertinax (126-193): El breve y trágico reinado del emperador de Roma". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/pertinax-emperador-de-roma [consulta: 18 de octubre de 2025].