Hidalgo y Costilla, Miguel (1753-1811). El líder revolucionario que forjó la independencia de México
Miguel Hidalgo y Costilla, conocido como «el cura Hidalgo», es una figura central en la historia de México y es reconocido como uno de los principales iniciadores de la lucha por la independencia del país. Nacido en San Diego Corralejo, Guanajuato, el 8 de mayo de 1753, Hidalgo fue sacerdote, intelectual y revolucionario, que dejó un legado duradero en la historia de México. Su valentía, visión y determinación lo convirtieron en un símbolo de la resistencia contra la opresión colonial. Fue ejecutado por las autoridades virreinales en 1811, pero su figura y su lucha continúan siendo fundamentales en la identidad nacional de México.
Orígenes y contexto histórico
Miguel Hidalgo nació en una familia de la nobleza local. Su padre, don Cristóbal Hidalgo y Costilla, era administrador de la hacienda de San Diego Corralejo, y su madre, doña Ana María Gallaga Mandarte, provenía de una familia destacada en la región. Fue el segundo de los cinco hijos del matrimonio, y desde joven demostró una gran inclinación hacia el estudio y el aprendizaje. A la edad de 12 años, Hidalgo se trasladó a la ciudad de Valladolid, actual Morelia, para continuar con su formación en el Colegio de San Nicolás, un centro educativo de renombre en la época.
A lo largo de su vida, Hidalgo se distinguió por su profunda erudición. Tras obtener su bachillerato en 1770, se trasladó a la Ciudad de México para estudiar filosofía y teología, donde logró graduarse en 1773. Su brillante carrera académica lo llevó a ocupar la cátedra en el mismo colegio donde había iniciado sus estudios. En 1790, alcanzó el cargo de rector del Colegio de San Nicolás, y en 1778 fue ordenado sacerdote.
La vida de Hidalgo, inicialmente dedicada al estudio y la religión, dio un giro en 1803, cuando asumió el cargo de cura de Dolores, en Guanajuato, tras la muerte de su hermano Joaquín. Este fue un punto crucial que marcaría su involucramiento en la lucha por la independencia.
Logros y contribuciones
Como sacerdote, Hidalgo destacó por su labor pastoral, pero también por su visión progresista. Fue un firme defensor de los derechos de los indígenas y promovió una serie de iniciativas para mejorar sus condiciones de vida. A través de su influencia en la parroquia de Dolores, Hidalgo introdujo nuevas prácticas agrícolas y económicas. Enseñó a los indígenas a cultivar viñedos, criar abejas y desarrollar pequeñas industrias, lo que les permitió mejorar su sustento y su bienestar.
Hidalgo también fue un ferviente seguidor de las ideas de la Ilustración. Su conocimiento de la filosofía, especialmente de los principios de la libertad y la igualdad, lo llevó a cuestionar las estructuras de poder en la Nueva España. Estas ideas, que influyeron en muchos de los líderes revolucionarios de su tiempo, fueron fundamentales para el desarrollo del movimiento insurgente que él encabezaría.
A partir de 1808, tras la invasión de España por las tropas de Napoleón y la deposición de los reyes españoles Carlos IV y Fernando VII, se desató un clima de agitación política y social en el continente americano. Hidalgo se unió a una sociedad secreta en Valladolid cuyo objetivo era convocar un congreso para gobernar el Virreinato de Nueva España en nombre del legítimo rey Fernando VII y, en última instancia, lograr la independencia de México.
Momentos clave de la Revolución
El 16 de septiembre de 1810, Miguel Hidalgo lanzó el famoso Grito de Dolores, que marcó el inicio formal de la lucha por la independencia de México. Con un estandarte que llevaba la imagen de la Virgen de Guadalupe y con las consignas de «Viva la religión, viva nuestra madre Santísima de Guadalupe, viva Fernando VII, viva la América, y muera el mal gobierno», Hidalgo convocó a su pueblo a levantarse contra la opresión colonial. Este acto trascendental fue acompañado por la formación de un ejército popular que rápidamente alcanzó más de 40,000 hombres, entre los cuales se encontraban indígenas y mestizos deseosos de alcanzar la libertad.
El movimiento de Hidalgo avanzó con gran fuerza, logrando importantes victorias en las ciudades de Celaya, Salamanca, Irapuato, Silao y Guanajuato. Sin embargo, la falta de una estructura organizativa sólida y la desventaja en armamento y recursos dificultaron el avance hacia la Ciudad de México. A pesar de estos obstáculos, Hidalgo proclamó la independencia en Guadalajara a finales de 1810 y decretó la abolición de la esclavitud, la restitución de las tierras usurpadas por las haciendas y la supresión de los tributos impuestos a los indígenas.
A principios de 1811, las fuerzas realistas comenzaron a ganar terreno. Hidalgo fue derrotado cerca de Guadalajara y se vio obligado a retirarse hacia el norte, con la intención de buscar ayuda en Estados Unidos. No obstante, su ejército sufrió grandes derrotas y fue traicionado por Ignacio Elizondo, uno de sus propios oficiales, quien lo entregó a las autoridades virreinales.
El 21 de mayo de 1811, Hidalgo fue capturado en las Norias de Acatita de Baján y, tras ser llevado a Chihuahua, fue juzgado por un consejo de guerra. El 30 de julio de 1811, fue fusilado y su cabeza, junto con las de otros insurgentes como Ignacio Allende, Juan Aldama y José Mariano Abasolo, fue exhibida públicamente como castigo.
Relevancia actual
A pesar de su ejecución, el sacrificio de Hidalgo no fue en vano. Su muerte no detuvo el movimiento insurgente, y, de hecho, fue un catalizador para la continuación de la lucha por la independencia. Después de su ejecución, líderes como Ignacio López Rayón y José María Morelos continuaron la lucha, llevando la causa hasta el triunfo final en 1821, cuando México logró su independencia de España.
En reconocimiento a su papel fundamental en la lucha por la independencia, Hidalgo fue declarado «Padre de la Patria» y su figura ha quedado grabada en la historia de México como un símbolo de libertad y justicia. El estado de Hidalgo lleva su nombre, y la ciudad de Dolores, donde inició su rebelión, pasó a llamarse Dolores Hidalgo en su honor.
El 16 de septiembre, día en que Hidalgo lanzó el Grito de Dolores, se celebra en todo México el Día de la Independencia, un recordatorio de la valentía y el sacrificio de aquellos que lucharon por un México libre. Sus restos descansan en la Columna de la Independencia, en la Ciudad de México, donde su legado sigue vivo en la memoria colectiva del país.
Momentos clave de la lucha por la independencia
-
16 de septiembre de 1810: El Grito de Dolores, inicio de la lucha por la independencia.
-
21 de septiembre de 1810: Captura de Celaya y nombramiento de Hidalgo como capitán general del Ejército Libertador.
-
26 de noviembre de 1810: Entrada de Hidalgo en Guadalajara y proclamación de la independencia.
-
11 de enero de 1811: Derrota de Hidalgo cerca de Guadalajara por fuerzas realistas.
-
21 de mayo de 1811: Traición de Ignacio Elizondo y captura de Hidalgo.
-
30 de julio de 1811: Ejecución de Hidalgo en Chihuahua.
La figura de Miguel Hidalgo sigue siendo una de las más importantes en la historia de México. Su valentía, su lucha por la justicia social y su liderazgo en los momentos más difíciles de la guerra de independencia lo han consagrado como uno de los héroes más grandes de la nación. A través de su sacrificio, México pudo obtener la independencia y sentar las bases de la República Mexicana que conocemos hoy.
MCN Biografías, 2025. "Hidalgo y Costilla, Miguel (1753-1811). El líder revolucionario que forjó la independencia de México". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/hidalgo-y-costilla-miguel [consulta: 18 de octubre de 2025].