Miguel Báez Quintero «Litri» (1869-1932). El origen de una dinastía legendaria del toreo
Figura emblemática del toreo español del siglo XIX y principios del XX, Miguel Báez Quintero, conocido popularmente como «Litri», marcó el inicio de una dinastía taurina que se prolongaría durante generaciones. Nacido en Huelva el 15 de mayo de 1869 y fallecido en la misma ciudad el 14 de enero de 1932, su vida estuvo marcada por un destino singular que lo llevó de un encuentro fortuito con un toro a convertirse en uno de los toreros más carismáticos de su tiempo. Su legado no solo está presente en los ruedos, sino también en la historia viva del toreo, perpetuado por sus descendientes.
Orígenes y contexto histórico
Miguel Báez Quintero nació en el seno de una familia humilde profundamente ligada al mundo taurino. Su padre, el torero Miguel Báez, apodado «El Mequi», transmitió la pasión por el toreo a sus hijos. En ese ambiente taurino crecieron también Manuel Báez y Miguel Báez y Espuny, quienes heredaron el apodo de «Litri», símbolo de una saga que llegaría incluso hasta su nieto, el también torero Miguel Báez Spínola.
El apodo «Litri» se convirtió así en un distintivo familiar que traspasó generaciones, comenzando con la figura fundacional de Miguel Báez Quintero. Su infancia en Huelva estuvo marcada por un hecho insólito: siendo apenas un niño, se enfrentó instintivamente a un novillo que había escapado de las marismas, valiéndose tan solo de un saco de paja. Aquella experiencia definió su vocación taurina.
Logros y contribuciones
Desde sus primeras participaciones en tientas y capeas locales, Miguel Báez Quintero destacó por su valentía, arrojo y capacidad para enfrentar cualquier res, lo que le otorgó un merecido reconocimiento regional. Pronto su nombre comenzó a resonar más allá de Huelva, y el 1 de noviembre de 1890 debutó como novillero en Madrid, en una corrida junto a Francisco Bonar y Casado, conocido como «Bonarillo».
Durante aquella jornada, ambos toreros sorprendieron al público madrileño por su valentía, lo que les aseguró una nueva oportunidad al día siguiente. Sin embargo, en esta segunda corrida, Miguel Báez sufrió una grave herida en la región escrotal, una prueba de fuego que no debilitó su determinación de triunfar como figura del toreo.
El 30 de septiembre de 1893 dio un paso fundamental al tomar la alternativa en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, apadrinado nuevamente por «Bonarillo». El toro de su consagración fue Tesorero, de la ganadería de don Antonio Halcón. Ese día, el nombre de «Litri» quedó consagrado oficialmente en la historia taurina.
Momentos clave
La trayectoria de Miguel Báez Quintero estuvo jalonada por episodios memorables, entre los que destacan:
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1882: Encuentro fortuito con un novillo que despertó su vocación taurina.
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1 de noviembre de 1890: Debut en Madrid como novillero.
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2 de noviembre de 1890: Recibe una grave cornada en la región escrotal en su segunda actuación madrileña.
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30 de septiembre de 1893: Toma de alternativa en Sevilla con «Bonarillo» como padrino.
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28 de octubre de 1894: Confirmación en Madrid con Rafael Guerra Bejarano («Guerrita») como padrino y el toro Sentimiento del duque de Veragua.
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6 de septiembre de 1911: Última corrida en Huelva, donde sufre una cornada en el cuello.
Su confirmación en Madrid en 1894 fue otro hito importante. Esa tarde, su padrino fue el mítico Guerrita, una de las máximas figuras del toreo de la época. Este hecho no solo consolidó su posición como matador de toros, sino que también lo inscribió en la élite taurina nacional. El toro de la confirmación fue Sentimiento, de la prestigiosa ganadería del duque de Veragua.
Relevancia actual
A pesar de que su carrera fue irregular y estuvo marcada por altibajos, especialmente en sus últimos años debido a la pérdida de ambición y problemas de peso, Miguel Báez Quintero dejó una huella profunda en el mundo del toreo. Su retirada se produjo en 1911, tras una última corrida en su querida Huelva. En esta ocasión, compartió cartel con el torero vasco Cástor Jaureguibietia Ibarra («Cocherito de Bilbao») y con el sevillano Francisco Martín Gómez («Martín Vázquez»). Una cornada sufrida durante esa jornada marcó el final de su carrera profesional.
A nivel personal, Miguel Báez Quintero contrajo matrimonio en segundas nupcias y de esa unión nació su hijo torero Miguel Báez y Espuny, quien perpetuaría la tradición taurina familiar, llevando el nombre de «Litri» a nuevas generaciones.
Hoy, el legado de Miguel Báez Quintero es recordado como el cimiento de una de las dinastías más célebres del toreo. Su valor, carisma y entrega al arte taurino siguen siendo fuente de inspiración en el ámbito taurino español. La saga de los Litri ha sido fundamental en mantener vivo el espíritu clásico del toreo, uniendo tradición y arte a lo largo de más de un siglo.
Su figura permanece como símbolo de una época de oro de la tauromaquia, y su historia se transmite con reverencia entre los aficionados. La influencia de Miguel Báez Quintero es palpable en cada paso de sus herederos, y su nombre, asociado irremediablemente a la ciudad de Huelva, forma parte inseparable de la identidad cultural taurina de Andalucía.
MCN Biografías, 2025. "Miguel Báez Quintero «Litri» (1869-1932). El origen de una dinastía legendaria del toreo". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/baez-quintero-miguel [consulta: 18 de octubre de 2025].