Zaratustra o Zoroastro (ca.628-551 a.C.). El profeta que transformó la espiritualidad de la antigua Persia

Figura enigmática y trascendental, Zaratustra, también conocido en Occidente como Zoroastro, marcó un antes y un después en la historia de las religiones universales. Nacido en el ámbito cultural medo, en la región de Ragues (actual Irán), este sacerdote y reformador espiritual impulsó una de las primeras doctrinas de carácter monoteísta, cuya influencia se proyectó a lo largo de milenios y alcanzó a civilizaciones tan diversas como la persa, la griega e incluso la europea moderna. Su legado, recogido en el Avesta, consolidó los fundamentos del zoroastrismo, que más allá de ser una religión, se constituyó en una ética de vida sustentada en la dualidad entre el bien y el mal y en la necesidad de actuar con rectitud en todos los aspectos de la existencia.

Orígenes y contexto histórico

El verdadero nombre de Zaratustra fue Spitama, apelativo que significa “el brillante atacante”. Era hijo de Purushaspa, un sacerdote perteneciente a la nobleza ecuestre, cuyo linaje estaba vinculado con las tradiciones rituales de los antiguos medos. Desde temprana edad se formó en el marco de las creencias politeístas arias, donde predominaban los sacrificios sangrientos y el culto a múltiples divinidades naturales. Sin embargo, su búsqueda de una verdad espiritual más profunda lo condujo a un retiro de diez años, durante el cual alcanzó la revelación que transformaría su vida y la de su pueblo.

Según la tradición, fue durante este retiro que Ahura-Mazdah, el “Señor Sabio” y máxima divinidad, le encomendó la misión de predicar una nueva doctrina. A la edad de cuarenta años, Zaratustra inició su prédica enfrentándose a la fuerte oposición de los sacerdotes y a la hostilidad de quienes veían amenazada la estructura religiosa tradicional. Pese a las persecuciones sufridas, halló el respaldo decisivo del príncipe bactriano Histaspes, cuya protección le permitió extender sus enseñanzas por el Irán oriental.

Logros y contribuciones

El aporte central de Zaratustra consistió en sustituir el antiguo politeísmo indoario por un sistema de pensamiento basado en el monoteísmo ético. En este marco, los dioses secundarios fueron reducidos a la categoría de demonios, y se abolieron prácticas rituales como los sacrificios sangrientos. La nueva religión, conocida como mazdeísmo o zoroastrismo, no solo proponía un dios creador, sino también un modelo de comportamiento moral orientado a la justicia, la verdad y la templanza.

Entre sus principales enseñanzas destacan:

  • La existencia de dos principios opuestos: el bien (Ahura) y el mal (Daeva).

  • El rol supremo de Ahura-Mazdah, creador del mundo, fuente de verdad y de justicia.

  • La manifestación de dos fuerzas espirituales: Spenta Mainyu (Espíritu Santo) como principio de la verdad, y Angra Mainyu (Espíritu Destructivo) como encarnación de la mentira.

  • La sacralidad del fuego, símbolo de pureza y de la presencia divina.

  • La importancia del dios Mitra, asociado a la luz y a la protección de los pactos.

  • La práctica ritual del haoma, bebida sagrada vinculada al culto y a la experiencia mística.

El Avesta, texto sagrado del zoroastrismo, fue recopilado originalmente en vida de Zaratustra. Según la tradición, se escribió con tinta de oro sobre pieles de buey, en una compilación monumental que más tarde sería destruida durante la conquista persa por Alejandro Magno en el 330 a.C. en la ciudad de Persépolis.

Momentos clave

El itinerario vital de Zaratustra puede sintetizarse en varios hitos esenciales:

  • Nacimiento en Ragues (ca. 628 a.C.): en el seno de una familia sacerdotal medo.

  • Retiro espiritual (aprox. 588-578 a.C.): diez años de aislamiento que culminaron en la revelación de Ahura-Mazdah.

  • Inicio de la predicación (ca. 588 a.C.): proclamación de un monoteísmo ético y rechazo a los sacrificios sangrientos.

  • Alianza con Histaspes: respaldo político y militar que permitió la expansión de la nueva doctrina.

  • Muerte en combate (ca. 551 a.C.): asesinato durante un enfrentamiento, lo que lo convirtió en mártir de su fe.

Estos momentos no solo marcaron su biografía, sino que sentaron las bases de un movimiento religioso que impactó en la política y la cultura del imperio persa.

Relevancia actual

El pensamiento de Zaratustra no quedó limitado a su tiempo. La dinastía aqueménida adoptó y promovió muchas de sus doctrinas, extendiendo su influencia por todo el mundo persa. Con el paso de los siglos, el zoroastrismo dejó una huella en el judaísmo, el cristianismo y el islam, especialmente en conceptos como el dualismo moral, la lucha entre el bien y el mal, la resurrección y el juicio final.

Además, la figura de Zaratustra adquirió una dimensión simbólica en la cultura occidental moderna. El filósofo alemán Nietzsche lo convirtió en protagonista de su célebre obra Así habló Zaratustra, donde lo presenta como portavoz de un mensaje renovador para la humanidad, resignificando su papel como sabio y visionario.

Hoy, aunque el zoroastrismo cuenta con comunidades reducidas, sobre todo en Irán e India (los parsis), su mensaje de ética, justicia y responsabilidad individual sigue siendo objeto de estudio y admiración. La enseñanza de que cada ser humano debe elegir entre el bien y el mal se mantiene como uno de los legados espirituales más influyentes de la historia.

La visión filosófica y espiritual de Zaratustra

La grandeza de Zaratustra radica en su capacidad para trascender lo meramente religioso y construir un sistema filosófico que articula el cosmos en torno a la lucha entre el orden y el caos. En este esquema, la vida humana no es pasiva ni predestinada, sino una lucha activa en la que cada acción tiene consecuencias cósmicas. El individuo se convierte en agente moral responsable, lo que representó una ruptura con las concepciones fatalistas dominantes en la Antigüedad.

El optimismo moral del zoroastrismo es otra de sus características sobresalientes: la victoria final del bien sobre el mal es inevitable, y quienes hayan vivido conforme a la verdad alcanzarán la felicidad tanto en este mundo como en el más allá. Esta visión dotó de esperanza a generaciones enteras y configuró uno de los primeros sistemas de salvación universal.

Legado cultural

La huella de Zaratustra se proyecta en múltiples dimensiones:

  • En la religión, fue precursor de elementos doctrinales que más tarde adoptarían religiones abrahámicas.

  • En la política, sirvió de fundamento ideológico para los reyes persas, legitimando su autoridad como representantes de Ahura-Mazdah.

  • En la literatura y filosofía, inspiró a autores y pensadores, desde la Antigüedad hasta la modernidad, consolidando su figura como símbolo de sabiduría.

El carácter místico y visionario de su figura también ha fascinado a artistas y escritores, que lo han convertido en protagonista de representaciones artísticas, narraciones y reinterpretaciones filosóficas.

La vida y obra de Zaratustra representan uno de los capítulos más decisivos en la historia de la espiritualidad humana. Su propuesta de un dios supremo, su ética del bien y su visión dualista del mundo dieron origen a una tradición que sobrevivió a imperios y se infiltró en culturas diversas. Convertido en profeta, sabio y símbolo cultural, su nombre continúa asociado a la idea de transformación espiritual y al poder del pensamiento religioso en la construcción de la historia.

Cómo citar este artículo:
MCN Biografías, 2025. "Zaratustra o Zoroastro (ca.628-551 a.C.). El profeta que transformó la espiritualidad de la antigua Persia". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/zaratustra [consulta: 27 de septiembre de 2025].