Vázquez-Figueroa, Alberto (1936-VVVV).
Escritor y periodista español, nacido en Santa Cruz de Tenerife el 11 de noviembre de 1936. Hijo de un viejo republicano socialista, que fue encarcelado durante la Guerra Civil, fue enviado junto a su familia a Marruecos, donde falleció su madre. Poco después, su padre fue liberado pero tuvo que ser ingresado durante varios años en un hospital a causa de la tuberculosis. Alberto Vázquez-Figueroa fue recogido por un tío suyo que vivía en el Sáhara, lugar donde creció el escritor.
Aunque a penas tuvo oportunidad de estudiar, su tío le inculcó el amor por los libros. Empezó a leer novelas de aventuras, sobre todo a autores como Conrad, Herman Melville o Julio Verne. Precisamente, gracias a estas lecturas se dio cuenta de que su futuro era ser escritor y empezó por estudiar Periodismo. Decidió trasladarse a Madrid, donde consiguió pagarse sus estudios gracias a un trabajo como profesor de submarinismo. Al final se diplomó por la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid en 1959. Al terminar la carrera no encontró trabajo, y decidió comprarse un viejo yate y dar la vuelta al mundo junto con dos ex alumnos suyos, durante 14 meses.
Al regresar a España publicó un libro con el material recogido durante su viaje, y con este dinero y su parte de la venta del yate, se instaló de nuevo en Marruecos. Ya en este país intentó trabajar en diferentes empleos, pero al ver que era poco productivo, regresó a España. Allí ofreció el material que había escrito a la revista Destino de Barcelona, que le contrató para viajar a Sudamérica desde el Pacífico y regresar por el Atlántico, durante cuatro meses. A la vuelta le hicieron fijo, y se especializó en reportajes de sus viajes por América y África.
Poco después le contrató el periódico La Vanguardia y se convirtió en el corresponsal de este diario en Sudamérica. Posteriormente, en los años 60, realizó labores como corresponsal de guerra en diferentes conflictos.
Guiado por su espíritu aventurero, ha participado en siete ocasiones como corresponsal de guerra en conflictos bélicos como fueron la guerra del Chad, el Congo, Guinea o Guatemala. En 1968 abandonó la colaboración con La Vanguardia por problemas de entendimiento y en 1970 fue contratado por Televisión Española como reportero, donde se convirtió en uno de sus profesionales estrellas junto con otros nombres como Manolo Alcalá o Miguel de la Cuadra Salcedo. Tras producirse cambios en la dirección tuvo que abandonar la televisión pública. Se trasladó a América, donde se dedicó de lleno a la novela. A su regreso colaboró de nuevo con Televisión Española entre 1980 y 1981.
A finales de los años sesenta, Vázquez-Figueroa comenzó a concentrarse exclusivamente en su carrera literaria, después de sufrir un grave accidente de inmersión que le obligó a abandonar su trabajo como enviado especial. Hoy en día su labor más reconocida es la de escritor. La mayoría de su obra pertenece al género de aventura, basada en experiencias vividas por él mismo. Aunque comenzó a escribir desde muy joven (su primera novela, Arena y viento, la vio publicada a los 17 años), comenzó a ser conocido en el mundo literario a partir de 1975, con la publicación de su novela Ébano, cuyo argumento es el tráfico de esclavos y la trata de negros.
Otras novelas suyas son: Tuareg, basada en un principio fundamental en el desierto: la hospitalidad; El perro; Manaos; Panamá-Panamá; Manaos; Yaiza; Al sur del Caribe (1965); Tras las huellas de Alec (1971); El último harén (1971); Marea negra (1982); Marfil (1982); Tuareg (1984); Anaconda (1983); La iguana (1984); Océano (1984), que narra la historia de la emigración canaria a América; Nuevos dioses (1986); Vendaval (1986); Cienfuegos (1988); o Brazofuerte.
Algunas de sus novelas han sido llevadas al cine como Ébano, El perro o Tuareg, siendo el autor coguionista de esta última. De otro libro suyo, Océano, se hizo una adaptación radiofónica en la emisora Radio Club Tenerife, cuyo programa recibió el premio Ondas-87, y una película con el mismo título, dirigida por Bernardo Bertolucci.En junio de 1991 publicó la novela Sicario inspirada en la vida de los «gamines» colombianos que viven en Bogotá. Con esta novela, Vázquez-Figueroa rompió su temática habitual de aventuras. En diciembre de ese mismo año superó los diez millones de ejemplares vendidos de las cuarenta novelas que había publicado desde 1969, de hecho, Vázquez-Figueroa es junto a Harold Robbins, el autor más leído entre los presidiarios españoles.
En 1992, con motivo de la polémica muerte del editor Robert Maxwell, escribió el libro Ciudadano Max. Su muerte ocurrió en aguas canarias, por ello, el 23 de abril de 1992, el Gobierno canario anunció su participación en la producción de una película sobre este hecho, en cooperación con la sociedad San Francisco Film, del italiano Bernardo Bertolucci.
En 1993 apareció Bora Bora, cuya trama se sitúa en el espacio cultural de la Polinesia, la novela surgió de la fascinación que siente este escritor por el mar y de sus experiencias durante un naufragio en 1961 frente a las islas polinesias. La novela narra el proceso de aprendizaje en el arte de navegar y de vivir de un joven personaje, nativo de aquella región del Pacífico, que a través de ese paulatino conocimiento de su mundo y su cultura consigue que sea el propio lector quien termine por acercarse al poco conocido universo de la Polinesia.
De 1994 es La ordalía del veneno, una tortuosa relación sexual entre tres personajes en torno a una posible solución del proceso de desertización que sufren grandes superficies del planeta, y a un oscuro entramado de proliferación de dinero negro. En este libro ya empezó a esbozar algunas de sus idea para paliar la desertización a través de su proyecto de planta desalinizadora del agua marina. Según Vázquez-Figueroa «con la construcción de pozos de seiscientos metros de profundidad para verter en ellos agua marina y dejar que ésta se filtre por unas membranas especiales, es factible lograr el volumen de agua dulce suficiente para frenar los efectos de la sequía y de la desertización«.
Este tema alcanzó su punto álgido de repercusión y polémica en 1996, cuando apareció su novela El agua prometida, en la que explica que con su desaladora el litro de agua se cobraría a un precio cuatro veces más barato que con los actuales sistemas de desalinización. Esto, unido a su denuncia de «intereses creados» dentro del antiguo Ministerio de Obras Públicas para frenar su puesta en marcha, provocó que su invento fuera tratado y estudiado en numeroso foros de investigación. De hecho, el secretario de Estado de Aguas y Costas español calificó de «interesante» la planta de desalación ideada por el escritor canario, quien contó con el apoyo de una serie de ingenierías para los estudios de su idea.
Vázquez-Figueroa explicó que quizá su error fue el de ofrecer el proyecto gratis a España, sin saber, como sabe ahora, «que esto no funciona dentro de un sistema de economía organizada«. El escritor lamentó que los «intereses creados» no permiten que los técnicos públicos puedan hacer informes favorables. Después llegaron Piratas, Negreros, Ícaro y León Bocanegra, publicados entre 1996 y 1998.
En el año 2000, el escritor canario publicó Los ojos del tuareg, secuela de una de sus obras más célebres (Tuareg). La novela narra la organización de un rally en el corazón de África, un continente que agoniza por la miseria, la enfermedad y la muerte.