Varnhagen von Ense, Rahel (1771-1833).
Intelectual alemana, de soltera Levin, nacida en Berlín en 1771 y fallecida en esa misma ciudad en 1833, en cuyo salón literario se reunían importantes personalidades de la época. Era hija de un banquero judío que le proporcionó una educación muy rigurosa, que ella describió como deficiente. No obstante, Rahel sufrió durante toda su vida por su ascendencia judía, pues el entorno en el que se crió discriminaba de manera radical a los judíos de las clases dominantes. En 1814 adoptó la religión cristiana.
Aunque no fue la primera en fundar un salón literario en Berlín, sí es cierto que tuvo el más importante de la ciudad y marcó con él el tono de toda una época. Al principio tuvo que luchar contra la resistencia de su madre, que consideraba aquellas veladas como un derroche, pero Rahel veía los encuentros en su pequeña buhardilla como un espacio libre para discusiones críticas, como un intento de crear en un marco limitado una sociedad más humana e ilustrada, con miembros de las más diversas clases y con los más variados intereses y convicciones. Entre los visitantes de sus tertulias, que pronto revolucionarían el espectro cultural de Berlín, se contaban personalidades como Wilhelm von Humboldt, el escultor Friedrich Tieck, hermano del escritor Ludwig Tieck, Friedrich Schleiermacher, Jean Paul, Friedrich Schlegel, Clemens Brentano y el príncipe Louis Ferdinand, sobrino de Federico II, entre otros muchos.
El salón se mantuvo entre 1789 y 1806, año en que se disolvió debido a la victoria de Napoleón sobre Prusia, tras la cual el rechazo a los judíos se hizo aún más radical. Tras dos noviazgos fallidos, el primero con el conde Karl von Finckenstein y el segundo con el Secretario de Legación español Rafael de Urquijo, Rahel conoció a los treinta y siete años a Karl August Varnhagen von Ense, un estudiante de Medicina, catorce años más joven que ella. En 1814, Karl August se hizo miembro del cuerpo diplomático prusiano y tras su conversión al cristianismo, bautizada como Antonie Friederike, Rahel se casó con el joven Varnhagen. Durante los primeros años de su matrimonio, Rahel participó activamente en la vida política y con sus numerosos contactos ayudó a su marido en sus actividades, pero en 1819 Varnhagen fue destituido de su puesto por influencia de las fuerzas conservadoras, de modo que el matrimonio regresó a Berlín, donde Rahel no tardó en volver a tener uno de los salones más importantes de la época, que se convirtió sin demora en el corazón de la vida literaria de Berlín.
Por suerte se ha conservado la numerosa correspondencia que Rahel mantuvo con algunos de sus conocidos. A través de ella sabemos de su admiración por Goethe, que llegó a convertirse para ella casi en un objeto de culto. Las cartas demuestran además la gran calidad literaria e intelectual de su autora. No obstante, esta valoración de Rahel ha tenido lugar en la segunda mitad del siglo XX gracias al estudio de las cartas originales llevado a cabo por buen número de investigadores, puesto que su esposo publicó en 1834 una selección de las mismas con el título Rahel. Ein Buch des Andenkens für ihre Freunde (Rahel. Un libro de recuerdo para sus amigos), que desgraciadamente falseaba la realidad. En este sentido el libro que Hanna Arendt escribio sobre ella (Rahel Varnhagen, 1957) contribuyó de manera decisiva a incentivar una nueva visión sobre su persona.
Ella misma no se consideró jamás como una buena escritora, pues decía que le faltaba talento para organizar sus pensamientos. Pero precisamente esta forma tan directa de expresarse es su mayor valor y una de las razones por las que su correspondencia ha despertado tanto interés en la crítica contemporánea.