Tukulti-Ninurta I, Rey de Asiria (1244-1207 a.C.).
(Tukulti-NIN.IB o KU-ti MASH o Tu-kul-ti-NIN.IB) Rey del Imperio medio asirio, hijo y sucesor de Salmanasar I, según recoge la Crónica real asiria, que supo hacer de la guerra (botines, deportaciones, impuestos, tributos) una importante y básica actividad económica e ideológica. Comenzó su reinado realizando ataques contra la región de los Zagros, en donde se hallaban poblaciones qutu. Pudo derrotar a Abulli, su rey, y llevarlo cautivo a Assur. Pasó luego al territorio de los kudmukhi, a quienes arrebató algunas villas e incendió otras. Asimismo, devastó el país de Nairi. De hecho, se trató de una victoria contra grupos residuales hurritas que habían logrado formar una coalición antiasiria, constituida por cuarenta reyes dirigidos por Ehli-Teshup, el rey hurrita de Alshe. Luego devastó la región de Diyarbakir, adonde había ido en búsqueda de cobre y madera, y el Éufrates en su curso alto. El rey asirio pudo, ya en el territorio hitita y tras atracar a Ini-Teshup, hacer hasta un total de 28.800 prisioneros, todos súbditos de Tudkhalijas IV. Ello provocó la ruptura entre Hatti y Asiria y el bloqueo subsiguiente a que fue sometido Tukulti-Ninurta I, según se sabe por un importante documento. Asimismo, el rey asirio llevó sus armas por zonas norteñas babilónicas, como reacción al ataque de Babilonia, la cual se había apoderado de Rapiqum y Arrapha. Tukulti-Ninurta I pudo derrotar al propio Khastiliash IV, a quien llevó prisionero a Assur. Más tarde, en 1235 a.C., logró entrar en la propia Babilonia, ciudad que saqueó ferozmente, luego de matar a muchos de sus habitantes y deportar a otros. Incluso la estatua de Marduk fue levantada de su trono en el Esagila de Babilonia y llevada en cautividad a Asiria, según testimonia la Crónica de los reyes cassitas. De vuelta a sus territorios, ocupó las ciudades de Rapiqum, Mari, Khana y Arrapha. Tukulti-Ninurta I pudo así titularse «Rey del país de Assur, Rey del Universo, Rey de las cuatro regiones, Rey de reyes, Rey de Karduniash, Rey de Sumer y de Akkad». Estos hechos originarían un relato épico, conocido como Epopeya de Tukulti-Ninurta, del cual han llegado algunas versiones. Asimismo, para celebrar sus éxitos construyó de nueva planta una ciudad, llamada Kar-Tukulti-Ninurta (hoy la moderna Tukul-Akir), no lejos de Assur, ciudad en la que anteriormente había desplegado una gran actividad arquitectónica, construyendo dos palacios y reparando el templo de Ishtar. Tukulti-Ninurta I no pudo hacer frente a los reveses que le sobrevinieron en sus últimos años de reinado (peligro elamita, -aunque derrotó al parecer a Kiten-khutrán-, reacción babilónica, su propia salud mental), y que culminaron con su asesinato, en el que participó uno de sus propios hijos, llamado Assur-nasirpal, según señala la Crónica P. El trono asirio pasó luego a Assur-nadin-apli, hermano del asesino.