Richard Tanner (1948-VVVV). El talento coreográfico que marcó la danza contemporánea estadounidense

Richard Tanner es una de las figuras más influyentes en la danza contemporánea estadounidense del siglo XX y XXI. Nacido en Phoenix, Arizona, el 28 de octubre de 1948, ha forjado una carrera destacada como bailarín, coreógrafo y director artístico. Su labor dentro del New York City Ballet y su compromiso con la preservación del legado coreográfico mundial lo convierten en un referente indiscutible de la escena artística internacional.
Orígenes y contexto histórico
Richard Tanner inició su formación en danza en un ambiente artístico de alto nivel. Estudió con el renombrado Robert Lindgren y con el destacado coreógrafo Willam Christensen, pionero en la profesionalización del ballet en el oeste de Estados Unidos. Posteriormente, se trasladó a Nueva York para continuar su desarrollo en la prestigiosa School of American Ballet, semillero de numerosos talentos de la danza neoclásica.
Su ascenso en el mundo de la danza lo llevó a debutar con el Ballet West, una de las compañías más importantes del oeste estadounidense. Sin embargo, fue su incorporación al New York City Ballet lo que marcó un antes y un después en su carrera, al integrarse en una de las instituciones más relevantes del ballet moderno, fundada por George Balanchine y Lincoln Kirstein.
Logros y contribuciones
La carrera de Richard Tanner ha estado marcada por una constante creatividad y una férrea disciplina. Desde el inicio, mostró una notable sensibilidad musical, lo que se refleja en sus múltiples coreografías que abarcan una diversidad de estilos musicales y compositores. Muchas de sus obras se han consolidado como piezas clave dentro del repertorio del New York City Ballet, compañía para la cual ha creado la mayor parte de su producción coreográfica.
Entre sus coreografías más destacadas figuran:
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Concerto for Two Solo Pianos (Stravinsky, 1971)
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Octandre (Varèse, 1971)
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Octour (Stravinsky, 1972), presentada en el Festival Stravinsky de junio de 1972
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Prague Symphony (Mozart, 1990)
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Ancient Airs and Dances (Respighi, 1992)
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A Schubert Sonata (Schubert, 1994)
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Episodes and Sarcasms (Prokofiev, 1994)
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Operetta Affezionata (Weber, 1995)
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Schoenberg Wuorinen Variations (Wuorinen, 1996)
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Variations on a Nursery Song (Dohnanyi, 1998)
Este repertorio refleja una combinación exquisita de técnica clásica con innovación contemporánea, sustentada en una meticulosa atención al detalle musical. Tanner ha sabido fusionar tradición e innovación, consolidándose como un coreógrafo versátil.
Además, ha desarrollado piezas memorables para otras compañías. En 1982 creó Sonatas and Interludes (Cage) para el Ballet Eglevsky, y en 1995 presentó El Amor Brujo (Falla) para el Miami City Ballet, mostrando su capacidad para adaptar estilos coreográficos a distintas tradiciones musicales.
Momentos clave
A lo largo de su carrera, Richard Tanner ha vivido momentos decisivos que consolidaron su lugar en la historia de la danza:
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1971: Coreografía de Concerto for Two Solo Pianos y Octandre para el New York City Ballet.
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1972: Presentación de Octour en el Festival Stravinsky y nombramiento como director artístico del Denver Civic Ballet.
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1982: Creación de Sonatas and Interludes para el Ballet Eglevsky.
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1990-1998: Etapa de madurez creativa con una serie de obras influenciadas por grandes compositores clásicos y modernos.
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Actualidad: Ejercicio como repetidor del Trust Balanchine, con la responsabilidad de transmitir fielmente los ballets del maestro ruso-georgiano a compañías de todo el mundo.
Su nombramiento como director artístico del Denver Civic Ballet en 1972 fue un hito importante, ya que, siendo muy joven, asumió el liderazgo artístico de una institución regional con aspiraciones nacionales. Desde ese puesto, impulsó una visión artística renovadora, abriendo espacio para nuevas voces coreográficas.
Relevancia actual
Actualmente, Richard Tanner sigue desempeñando un rol vital como repetidor del Trust Balanchine. Esta labor le ha permitido preservar y difundir el legado de uno de los grandes genios del ballet del siglo XX. Su tarea consiste en montar y supervisar representaciones fieles a las obras originales de Balanchine, asegurando la continuidad del estilo neoclásico que revolucionó el ballet contemporáneo.
Esta función no solo implica una responsabilidad técnica y estética, sino también pedagógica, ya que Tanner forma a nuevas generaciones de bailarines y coreógrafos en los principios fundamentales del estilo Balanchine. Su trabajo ha sido fundamental para la proyección internacional de este repertorio, manteniéndolo vivo en teatros y compañías de todo el mundo.
Además, su influencia se extiende más allá de sus coreografías. Richard Tanner ha sido mentor de numerosos artistas jóvenes y ha contribuido a la profesionalización de diversas compañías regionales, dejando una huella duradera en el panorama de la danza contemporánea.
La amplitud de su legado, su fidelidad a la música, y su capacidad para construir narrativas coreográficas complejas con economía de movimiento lo posicionan como una figura imprescindible dentro de la danza moderna. Con más de cinco décadas de actividad ininterrumpida, Richard Tanner representa la confluencia entre innovación y tradición, disciplina y creatividad, técnica y expresión artística.
MCN Biografías, 2025. "Richard Tanner (1948-VVVV). El talento coreográfico que marcó la danza contemporánea estadounidense". Disponible en: https://mcnbiografias.com/app-bio/do/tanner-richard [consulta: 28 de septiembre de 2025].